No son buenos tiempos para los pueblos ind?genas, sin contar con los megaproyectos para profundizar el despojo en nombre del supuesto progreso. ?Cu?l cambio ?
La impunidad y la amenaza sin freno
Magdalena G?mez
La Jornada
No cabe duda de que nuestra sociedad tiene diversas expectativas respecto a la idea del cambio esperado con el nuevo gobierno. Un primer bloque es el de los 30 millones de votos, gen?ricamente podr?amos decir que es progresista en cierta forma y aun as? hay temas b?sicos que debiendo estar en su agenda no son reivindicados ni defendidos.
Un parteaguas es justamente la distancia con todo el ?mbito de derechos humanos y m?s espec?ficamente el de los derechos de los pueblos ind?genas. Que la naci?n es pluricultural y que los pueblos originarios provienen de tiempos anteriores a la creaci?n misma del Estado no es algo que haya permeado al conjunto de la sociedad ni al que integra el bloque al que arbitrariamente refiero como progresista o al que vot? por un cambio, cualquier cosa que ello les signifique. Est? claro que su voto fue contra los gobiernos anteriores, especialmente el pri?smo, pero tambi?n el panismo.
Ciertamente hay problem?ticas estructurales que no se pueden transformar por la voluntad as? sea presidencial; sin embargo, hay algunas que parecieran contar con patente de corso para continuar repiti?ndose ante la resistencia o impotencia de sus v?ctimas. Me refiero a la violencia que se incrementa tanto en los ?mbitos urbanos como rurales, especialmente en ?stos y que es practicada con total impunidad, sin que la justicia que el Estado debe garantizar aparezca por ning?n lado.
S?lo en las ?ltimas semanas el Congreso Nacional Ind?gena (CNI), el Ej?rcito Zapatista de Liberaci?n Nacional (EZLN) y el Consejo Ind?gena de Gobierno denunciaron ?la pol?tica de terror que los grupos narcoparamilitares, con la ayuda descarada de los tres niveles del mal gobierno, implementan contra los hermanos del Cipog-EZ (Consejo Ind?gena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata) y todos los territorios ind?genas de M?xico?. No es esta una afirmaci?n vac?a, pues el 23 de mayo, cerca de Chilapa, Guerrero, fueron privados de la libertad sus compa?eros Bartolo (Bertoldo) Hilario Morales e Isa?as Xanteco Ahuejote, integrantes de la polic?a comunitaria en las comunidades nahuas de Tula y Xicotl?n, el primero comandante, promotores del Cipog-EZ y miembros del CNI, quienes fueron encontrados descuartizados el 24 de mayo.
El Cipog declar?: Tal parece que los cambios importantes s?lo ocurren en las esferas de arriba, abajo nuestras vidas siguen sin importar a los poderosos. En d?as previos fueron asesinados Lucio Bartolo Faustino y Modesto Verales Sebasti?n, concejal y delegado del CNI-CIG, al parecer por el Grupo Paz y Justicia, ligado a la banda delincuencial Los Ardillos. Es muy fuerte la caracterizaci?n de narcoparamilitares; sin embargo, es una realidad que se vive de forma cotidiana en la regi?n Costa Chica, Costa Monta?a, Monta?a Alta y Monta?a Baja de Guerrero. Y el Estado, incapaz de detener a esas fuerzas. Justamente en Guerrero ha tenido presencia constante de tiempo atr?s el Ej?rcito y su actuaci?n ha sido absolutamente ineficaz, por no hablar incluso de situaciones de complicidad. Es un ejemplo de la poca esperanza que despierta la creaci?n de la Guardia Nacional, es m?s bien un factor de intimidaci?n y de continuidad.
Por otra parte, tenemos el acoso militar en Chiapas, denunciado por el zapatismo y recientemente por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom? de las Casas, que afirm?: ?Las incursiones militares constituyen actos de intimidaci?n y hostigamiento contra los pueblos originarios zapatistas en resistencia, significan una agresi?n a su derecho a la autonom?a y representan un riesgo a la vida, integridad y seguridad de toda la poblaci?n, es en la sede de la junta de buen gobierno Hacia la Esperanza, en el caracol de La Realidad, donde se ha centrado en mayor cifra la militarizaci?n?.
El Presidente, en su reciente visita a Chiapas, s?lo les mand? saludos. Ninguna instancia del Estado, da cuenta ni se hace responsable del acoso y clima de amenaza que viven las comunidades zapatistas. Si ese es el actuar oficial del Ej?rcito, los paramilitares tienen en los hechos luz verde para continuar tambi?n el hostigamiento. Andr?s Manuel L?pez Obrador repite que no va a reprimir al pueblo.
Ser?a momento de que se considerara que tambi?n por omisi?n se le puede reprimir. He mostrado s?lo unos ejemplos para retomar la preocupaci?n sobre la escasa reacci?n del progresismo en el pa?s para exigir justicia y transparencia sobre el accionar del Ej?rcito y los narcoparamilitares. Qu? lejos parece el 12 de enero de 1994 donde la ciudadan?a sali? a exigir un cese al fuego en Chiapas y a pugnar por la paz, o cuando se demand? el cese a la persecuci?n contra el zapatismo iniciada el 9 de febrero de 1995. No son buenos tiempos para los pueblos ind?genas, sin contar con los megaproyectos para profundizar el despojo en nombre del supuesto progreso. ?Cu?l cambio ?