No hay que olvidar que en aquella ?poca se configuran los primeros rasgos del patriarcado local y tampoco hay que olvidar que un importante c?mulo de los datos obtenidos han sido transcritos por los primeros religiosos colonial-evangelizadores y su limitada-interesada visi?n dogm?tica con respecto a la cosmovisi?n de los pueblos prehisp?nicos.
Sexualidad Prehisp?nica
Marcelo Saavedra Osorio
http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1509
La investigaci?n bibliogr?fica relacionada con la informaci?n acerca de la Sexualidad de los pueblos prehisp?nicos, se ha convertido en este estudio en una aproximaci?n al desarrollo del conocimiento antropol?gico sobre las culturas Nahual, Andinas, Mapuche y Rapa Nui y Selk?nam, desde mediados del siglo XIV ? XIX. No se abordan las transformaciones econ?micas sino aquellas sociales y culturales en torno a la sexualidad que han experimentado estas culturas y los conocimientos generados sobre estos pueblos, a la luz de la interpretaci?n de los distintos investigadores pero fundamentalmente a la ex?gesis de los c?dices y relatos de transmisi?n oral en la evoluci?n e interpretaci?n del fen?meno cultural de la sexualidad, considerando que un importante c?mulo de los datos obtenidos han sido transcritos por los primeros evangelizadores y su particular visi?n dogm?tica con respecto a la cosmovisi?n de los pueblos prehisp?nicos.
Introducci?n
La investigaci?n bibliogr?fica relacionada con la informaci?n acerca de la Sexualidad de los pueblos prehisp?nicos, se ha convertido en este estudio en una aproximaci?n al desarrollo del conocimiento antropol?gico sobre las culturas Nahual, Andinas, Mapuche y Rapa Nui y Selk?nam, desde mediados del siglo XIV ? XIX. No se abordan las transformaciones econ?micas sino aquellas sociales y culturales en torno a la sexualidad que han experimentado estas culturas y los conocimientos generados sobre estos pueblos, a la luz de la interpretaci?n de los distintos investigadores pero fundamentalmente a la ex?gesis de los c?dices y relatos de transmisi?n oral en la evoluci?n e interpretaci?n del fen?meno cultural de la sexualidad, considerando que un importante c?mulo de los datos obtenidos han sido transcritos por los primeros evangelizadores y su particular visi?n dogm?tica con respecto a la cosmovisi?n de los pueblos prehisp?nicos.
Es evidente, que los conquistadores no repararon que el continente americano acog?a una inmensa variedad de culturas ind?genas en las que resid?a un concepto primordial de la moral y de la sexualidad, ligada fundamentalmente a sus espiritualidades. Estas dos nociones pose?an para la cosmovisi?n ind?gena un acervo cultural cuya significaci?n era m?s expl?cita que aquella europea. La informaci?n sobre Am?rica cambi? de estilo cuando los misioneros prohibieron la escasa vestimenta tradicional de los naturales como indigna, desde el punto de vista cristiano y se orden? sustituirla por ropa m?s ?decente?. Al mismo tiempo se quemaron y se destruyeron objetos del culto religioso ind?gena, y c?dices escritos en los que hab?a valiosa informaci?n de lo cotidiano particularmente de los pueblos mayas y mexicas, tambi?n se prohibieron fiestas, danzas y cantos. Los ?ltimos se prohibieron por razones de la moral y de la decencia por causa del hecho de que en ellos participaban personas desnudas. Los espa?oles no se dieron cuenta de que los ritos religiosos se ejerc?an desnudos, porque la desnudez era entendida por los ind?genas como s?mbolo de semejanza a los dioses o emanaci?n divina, como pureza ante una deidad. En los ritos de fertilidad hombres y mujeres se presentaban por parejas tambi?n desnudos o escasamente vestidos. Es a partir de aqu? donde surge el problema de investigaci?n, a la luz de las interpretaciones que le dieron los conquistadores, a la sexualidad ind?gena. En efecto, al destruir un significativo n?mero de tratados de las grandes culturas por ejemplo en M?xico se perdieron elementos formativos y sociales de la vida cotidiana de esas culturas, quedando ellos sujetos solo a la interpretaci?n cristiana.
Hoy existe un gran esfuerzo de las disciplinas cient?ficas por reconstruir esos significados culturales, que permitan acceder a un profundo c?mulo de saberes perdidos.
Quiz?s cabr?a hacernos la siguiente pregunta
?La sexualidad prehisp?nica ten?a un sentido cultural por el que se manifestaban los v?nculos entre el deseo y la prohibici?n, y sugiere un campo de experiencias subjetivas y de pr?cticas concretas en un espacio social determinado, frente a la mirada euroc?ntrica?
Desarrollo
En el imaginario de los conquistadores que llegaron al nuevo mundo, lo hac?an con la predisposici?n por encontrar las m?s variadas y ex?ticas realidades, la mayor?a asombrosas que poblaban los nuevos territorios, ello en la afiebrada ficci?n construida con antelaci?n, signific? que los territorios que estaban ante ellos, conten?an riquezas inmensurables en las que habitaban seres fant?sticos de pr?cticas sexuales apostatas, paganas y contra natura.
Es as? como se hablaba de seres hermafroditas que poblaban algunas islas, de hombres de falos colosales, hombres que caminaban de cabeza, gigantes sodomitas, hombres con el rostro en su pecho. Toda una zoolog?a inquietante, que hac?a aun m?s ?vida la curiosidad de los conquistadores.
La sexualidad de los pueblos prehisp?nicos, sus pr?cticas y costumbres se pierden por falta de conocimientos que nos permitan dar cuenta de ellos de forma concreta, hasta nosotros s?lo han llegado algunos antecedentes que han podido ser conocidas mediante narraciones y algunas recuperaciones antropol?gicas adem?s de relatos orales que han sido alterados por las traducciones y adaptaciones que hicieron los espa?oles y portugueses, comprendiendo que esas adaptaciones estaban regidas por el estrecho horizonte cultural y religioso de los europeos y la censura que sesg? algunas de esas narrativas. Lo cierto es que las concepciones culturales y religiosas ser?n definitivamente las que se impondr?n desde un arquetipo sagrado, trasladando esto a la cultura convirti?ndola en patr?n de vida para las personas, sea beneficiando o reprimiendo aquello que la deidad aprecia o niega. El hispano durante la ocupaci?n siempre mantuvo una mirada desaprobadora hacia la sexualidad de los pueblos conquistados, a trav?s de los laicos y religiosos, quienes salvaguardando en todo momento la no pr?ctica de la sexualidad del ser supremo. Considerando por siglos, aberrantes las pr?cticas sexuales, ritos y costumbres de los pueblos conquistados. Con ello se eliminaron riqu?simas fuentes, que podr?an hacernos comprender mejor las pr?cticas sexuales de los pueblos originarios. Y que hoy llegan en forma sesgada hasta nosotros de manos de la ciencia antropol?gica, etnogr?fica y arqueol?gica.
Intentar dar una mirada cr?tica a las pr?cticas sexuales prehisp?nicas, supone un interesante desaf?o para una exposici?n breve, sin embargo se intentar? bosquejar una noci?n de esa realidad previa y posterior a la conquista.
Los pueblos prehisp?nicos en Mesoam?rica, consent?an la poligamia, la sodom?a y hasta la pedofilia, aunque sancionaban con la mutilaci?n o la muerte el adulterio y otras transgresiones seg?n el arque?logo Enrique Vela, (2014) un pasaje de la Historia General de las cosas de Nueva Espa?a, de Fray Bernardino de Sahag?n, acumul? nutridos testimonios en torno a la sexualidad entre las sociedades prehisp?nicas. Uno de ellos refiere sobre el enamoramiento de una princesa tolteca atra?da por un vendedor de chiles de la huasteca, cuyos pobladores mostraban propensi?n a la liberalidad sexual y a la desnudez, en ese relato la hija del se?or de los Toltecas estaba en el mercado ?y vio al dicho tohueyo (vendedor) desnudo y el miembro genital. Y despu?s de lo haber visto, la dicha hija entr?se en palacio y antoj?sele el miembro de aquel tohueyo, de que luego comenz? a estar muy mala por el amor de aquello que vio? Sahag?n cuenta que el padre orden? buscar y traer al vendedor al que oblig? a ?sanar? sexualmente a la hija y a casarse con ella.
Otra historia citada por Fernando de Alva Ixtlixochitl (historiador novohispano, descendiente en l?nea directa, de la casa gobernante en el se?or?o acolhua de Texcoco, 1648) y que recoge Hoyo, E. D. (1957) es la de una princesa mexica hija de Axayacatl, que fue entregada a Nezahuallpilli, tlatoani de Texcoco e hijo del legendario Nezahualcoyotl.
Esta princesa, cuenta De Alva, comenz? a ordenar en secreto que buscasen ?cualquier mancebo gal?n y gentil hombre acomodado a su gusto y afici?n para que se aprovechar? de ella y, habiendo cumplido su deseo, lo hac?a matar y luego mandaba hacer una estatua de su figura o retrato?, que colgaba en una sala.
En una ocasi?n el rey descubri? a la joven en un encuentro amoroso con tres de sus galanes y orden? matar a la princesa, a sus enamorados y a todos los sirvientes que participaron en esos hechos.
Una de las pr?cticas prehisp?nicas fue la homosexualidad, que fue recogida en numerosos testimonios de los misioneros y en las mismas Cartas de Relaci?n de Hern?n Cort?s, quien escribi?: ?hemos sabido y sido informados de cierto que todos son sodomitas y usan aquel abominable pecado? que consideraban ?nefando contra natura?. Sobre esta particular visi?n de los conquistadores, es razonable detenerse para analizar esta noci?n de nefando.
En efecto, la descripci?n relativa a la homosexualidad en la cultura mexica precedente a la llegada espa?ola es distinta a la del pecado nefando.
La descripci?n sobre la homosexualidad en el mundo mexica prehisp?nico tiene diferentes aristas. De acuerdo con el historiador Guilhem Olivier, por un lado, los testimonios recopilados por los frailes muestran reacciones de asco y rechazo hacia las pr?cticas homo-er?ticas, as? como cierta condena al hecho. Esto es visible en la ?ltima parte de la descripci?n del ?cuiloni?, en lengua n?huatl, cuiloni era el equivalente a ?puto? en el M?xico prehisp?nico, pero no solo se trataba de un insulto, tambi?n funcionaba como denuncia y alerta, ya que si un ciudadano mexica descubr?a a dos hombres d?ndose cari?o, ten?a la obligaci?n de gritar ?CUILONI! ?CUILONI! De esta forma los amantes en cuesti?n eran detenidos y llevados ante las autoridades para recibir su castigo. El amante pasivo (el penetrado), era asesinado y al activo (el que penetra), lo golpeaban y humillaban p?blicamente. De hecho, el t?rmino cuiloni era tan machista, que solo aplicaba para los mexicas pasivos. De esta definici?n que tambi?n fue elaborada por Sahag?n, en la cual menciona: ?Se hace pasar por mujer. Merece ser quemado, merece ser puesto en el fuego?. En (Olivier, 2004). Homosexualidad y prostituci?n entre los nahuas y otros pueblos del poscl?sico. Historia de la vida cotidiana en M?xico, 1, 301-38. Al sugerirse una sanci?n a la conducta, los frailes, asegura Olivier, elogian de alguna manera la moral prehisp?nica al asegurar en sus relatos que cada vez que se descubre un acto de sodom?a, es castigado.
La visi?n de los soldados es que en los pueblos mesoamericanos, exist?a una permisividad social de la homosexualidad y dichos actos van muy de la mano de las ceremonias rituales donde hab?a antropofagia, como se lo describe Hern?n Cort?s al rey Carlos I de Espa?a en sus cartas: ??aun allende de lo que hemos hecho relaci?n a Vuestras Majestades de los ni?os y hombres y mujeres que matan y ofrecen en sus sacrificios, hemos sabido y sido informados de cierto que todos son sodomitas y usan aquel abominable pecado?. (Oliver, 1992)
En ambos casos, los conquistadores como religiosos transcriben los t?rminos ind?genas para nombrar a las personas homosexuales como sodomitas, en franca alusi?n al pasaje b?blico de Sodoma y Gomorra, cuyo contenido evoca el castigo de Dios hacia los habitantes de la ciudad de Sodoma por la intenci?n de haber ?conocido? (t?rmino con el que se sobreentiende ?hacer suyo?) a un par de ?ngeles varones.
En las palabras ?pecado nefando? hac?an alusi?n a la gravedad de la falta desde la perspectiva cristiana, debido a que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo transgreden la naturaleza de las relaciones, si se tomaba en cuenta que la pareja humana primigenia, hab?a sido la de Ad?n y Eva.
Si tom?ramos en cuenta que los cl?rigos y soldados que proced?an de diversos reinos de Espa?a, estaban fundados en el contexto punitivo hacia todo lo que fuera impropio a la moral y costumbres de los fieles cristianos, la visi?n con que se ha fundado en relaci?n a la homosexualidad en el mundo mexica previo a la conquista, est? fundada en esa visi?n de pecado y reprensi?n de las relaciones entre hombres o entre mujeres.
Tal vez a partir de nuevas interpretaciones cr?ticas tanto de c?dices, cr?nicas y documentos elaborados en los primeros decenios del siglo XVI, que no consideren los prejuicios registrados, y que analicen sin el sesgo religioso los conocimientos de las culturas prehisp?nicas, podr?a dar a lugar el surgimiento de nuevo cuerpo fundado de saberes sobre el tema y a partir de all? comenzar a reconstruir la historia de las variedades sexuales en M?xico.
Quezada (1996) Refiere que entre los grupos mexicas se diferenciaba al homosexual activo del pasivo. Mientras que el activo segu?a personificando su rol gen?rico masculino, el pasivo, al ser penetrado en el acto sexual, transgredi? su rol de hombre y se feminiza.
Por este motivo, al pasivo le sacaban las entra?as y le prend?an fuego, en tanto que al activo lo enterraban con ceniza y ah? mor?a, como ha sido descrito precedentemente.
Como refiere Austin (1993) El adulterio era uno de las m?s importantes transgresiones y que entre los cronistas existen numerosas referencias a la pena de muerte por adulterio, aunque tambi?n se dejaba en ocasiones que el castigo lo aplicar? el mismo marido, quien arrancaba a mordiscos la nariz a su esposa y al amante.
Sobre la prostituci?n, entre los mexicas fue ambivalente, pues por un lado la prostituta era estigmatizada y repudiada socialmente, pero por otro su actividad era tolerada, pues no hab?a penas judiciales contra ella.
Seg?n Castellanos, (1980) cuando Col?n arriba a la isla de Cuba en octubre de 1492, hall? una sociedad en la que dominaban relaciones humanas fundadas en una especie de ?comunismo primitivo? Vincent (1998) Refiere los procesos particulares de emergencia de formaciones tributarias ?primarias? sin la existencia de la propiedad privada, clases sociales ni explotaci?n. La sociedad se caracterizaba por un r?gimen matriarcal, por tanto la mujer desempe?aba un rol y posici?n muy apreciado por la comunidad, dedic?ndose tanto a la agricultura como a las labores dom?sticas, en tanto los hombre cazaban y pescaban. En consecuencia, su trabajo ten?a una alta estimaci?n ya que proporcionaba el sustento alimenticio de la comunidad, para Jim?nez (2004) en la obra de Fernando Oviedo ?Sumario de la naturaleza hist?rica de los indios? refiere que: ?Los aut?ctonos cubanos, ten?an sus propias normas morales surgidas espont?neamente, entre ellas que el incesto era prohibido y los hombres ten?an mujeres propias, no estableciendo relaciones sexuales con sus hijos, hermanas, ni madre?.
Esta concepci?n equilibrada de orden social, ser? brutalmente escindida con la llegada de los espa?oles y la instalaci?n de la esclavitud en Cuba.
El esquema que se consigna a continuaci?n, representa las principales diferencias, entre la visi?n hisp?nica colonizadora de los espa?oles y la visi?n, prehisp?nica seg?n diversos autores como Beltr?n, Rodr?guez y Rosales Mendoza:
Culturas Andinas
Dentro del espacio andino, una de las manifestaciones m?s interesantes de la sexualidad prehisp?nica, es aquella que nos brindan los ceramios de la cultura Mochica. En cuanto al car?cter y prop?sito de los ceramios con expresiones er?ticas podr?amos llegar a comprenderlas en relaci?n al cuadro de Beltr?n, Rodr?guez y Rosales Mendoza descrito m?s arriba, en la medida que vamos entendiendo que los s?mbolos y valores de los pueblos pre-colombinos en la dimensi?n que ellos ten?an para las culturas andinas y las doctrinas hisp?nicas, que la relacionaron con manifestaciones sexuales de pecado y condenaci?n.
Las manifestaciones er?ticas que est?n representadas en la cer?mica pre?nca parecen haberse perfeccionado en la ?poca cl?sica de la cultura moche, llegando a un refinamiento en los ceramios sexuales, que llega a una expresi?n de m?ximo apogeo. Esparza (2005) Nos refiere al interpretar el contenido simb?lico o representativo de los cer?micos arqueol?gicos en los que podemos ver: besos, caricias, representaci?n de genitales, pr?cticas sexuales urogenitales. Ello nos indica la variada pr?ctica sexual de los antiguos peruanos. En ellos existen evidencias de car?cter m?stico religioso.
La cultura moche en el horizonte cultural prehisp?nico, es la que m?s destaca por sus representaciones er?ticas. Los ?huacos er?ticos? son la herencia de los h?biles mochicas, cuyos ceramios manifiestan la genitalidad humana, el coito en diversas posiciones.
La cultura mochica tambi?n conocida como Moche ocup? el mismo territorio que siete siglos despu?s domin? el imperio Inca, sus ceramios reflejaron el alto nivel que expres? su cosmovisi?n. Plantas, animales y escenas de la vida diaria que dan cuenta de su mundo: la sexualidad.
Seg?n Federico Kauffman Doig (1993) La sexualidad era comprendida no solo como la uni?n carnal entre un hombre y una mujer, sino m?s bien como la representaci?n de la fertilidad de la tierra que los cobija. De este modo, la lluvia que riega el suelo para dar fruto y la semilla entregada por el hombre y fecundada por la mujer, corroboran el ciclo de la vida y su dualidad sexual.
Los Incas
La cultura inca del Per? fue el Tahuantinsuyo, que entre 1438 y 1525 se caracteriz? por una ocupaci?n territorial de m?s de 1.500.000 Km2, que se extend?a desde el r?o Ancasmayo, en Colombia y el Maule en Chile, a la que la civilizaci?n Inca incorpor? m?s de 100 etnias, se?or?os o naciones. Es as? como el Tahuantinsuyo se identific? principalmente por su organizaci?n administrativa, fundamentada en la planificaci?n de todas las esferas de su vida; comunicaci?n, tributaci?n, agrupaci?n decimal, sumado a la religi?n y lengua las que tuvieron una especial relevancia, en la b?squeda de la unidad del imperio.
El Estado Inca, arbitraba directamente todas las relaciones sociales. La uni?n conyugal era consentida y regulada por el Estado. Es as?, como la uni?n entre familiares directos era una prerrogativa de los nobles. Los Incas cohabitaban con sus hermanas a fin conservar los privilegios de la casta. Mientras que los se?ores pod?an ser pol?gamos, la monogamia era la regla entre el com?n del pueblo.
La conducta sexual en la cultura inca, podr?amos analizarla desde la perspectiva de la virginidad de la mujer andina. Sara Castro (1996) nos refiere lo que en el siglo XVI el padre Joseph de Acosta, escrib?a: ?Existe tambi?n entre los indios un abuso com?n, que debe desaparecer inmediatamente, y es que las mujeres no cuidan su virginidad ante nuptias que es respetada y honrada por todas las naciones del mundo; antes bien consideran a ?sta como una afrenta, y se consideran desgraciadas si nadie no les ha arrebatado?.
El tema del desprecio de la virginidad en la sociedad prehisp?nica va desde el desfloramiento ritual y p?blico, hasta su protecci?n reglamentada impuesta por los Incas. El desprecio de la virginidad, tuvo, sin embargo, durante el Estado Inca, un valor nacional. La virginidad est? en el sistema de valores de los individuos vinculados por una ?coincidencia colectiva ? y aparece claramente definido en el acllahuasi (Casa de las Escogidas) y el sacrificio de v?rgenes, instituciones que responden evidentemente a este car?cter de valor nacional, que afectaba el prestigio de toda la cultura.
El servinacuy o matrimonio a prueba, es la primera etapa de esta convenci?n social, que debe tener remotos antecedentes en la lengua ind?gena actual, se denomina sirvinacuy o tincunacuspa, y en el Cusco rimayucuy o munacuy; y consiste en que un hombre y una mujer pueden convivir libremente -algunas veces despu?s de una declaraci?n ante los padres- sin formalizar su uni?n ante un representante p?blico. Esta prueba dura un tiempo determinado y al finalizar queda formalizada por el Estado Inca y aunque aun se pr?ctica ella queda aceptada, a trav?s del matrimonio cat?lico. Si la prueba no ha sido satisfactoria devu?lvase la mujer con los hijos, si los hubo a la casa de los padres.
Por otro lado, el uso de estimulantes sexuales, sustancias que excitan y aumentan el instinto y el placer sexual, tampoco fueron desconocidas en el antiguo Per?, y particularmente entre la nobleza y sacerdocio inca. Chotarpo (Jatropha macrantha, Mull) y huanarpo (Jatrohopa basiacantha, Par y Horffman), se usaron con cierta liberalidad para conseguir la excitaci?n sexual:
El chutarpo era la planta macho y ?sirve para adaptarse a la fornicaci?n?. Mientras que el guanarpo serv?a ?para lo contrario?. Tampoco puede dejar de mencionarse, el uso de los khochga o guacanqui, destinados a traer la buena suerte, proteger al ganado o traer la muerte. Particularmente cabe se?alar un amuleto fabricado en alabastro, que a?n supervive entre la poblaci?n ind?gena del sur del Per? y Bolivia, que se denomina jatachicu, monolito, atasi jatachicu, warmimunachi o cuya cuya, que consiste en un hombre y una mujer unidos en acto sexual, y cuyo objeto es obtener el amor de la persona deseada.
Existieron otras muchas caracter?sticas, en la sexualidad andina, como la referidas a la prostituci?n, dos de los m?s importantes cronistas, Blas Valera y Garcilaso Inca de la Vega, defensores de las instituciones y costumbres Inca, nos transmiten la m?s completa y detallada informaci?n sobre este trato sexual an?nimo permitido por los soberanos del Tahuantinsuyu: ?Permit?a (el Inca) que en semejantes juntas de borracheras y bebidas viniesen las mujeres rameras ? solteras que no fuesen v?rgenes ni viudas, o las mancebas ? las mujeres leg?timas de cada uno, y en casas o escondrijos, que por all? hab?a muchos, cometieron sus fornicaciones y torpezas, porque cesasen los incestos, los adulterios y estupros y nefandos?.
La sexualidad mapuche
Kurretu es aquella designaci?n que utiliza un mapuche para citar al acto sexual o coito y significa ??toda aquella acci?n circular y rec?proca que se hace con la kure o esposa?. Para esta etnia la sexualidad formaba parte de su cosmovisi?n, considerado como un suceso trascendente, era el contacto con la divinidad.
La cultura tradicional mapuche, pose?a ritos como ?curenquenuel? (nubilidad femenina) que trazaba ritualmente la posici?n femenina en la ceremonia, comprendido el sacrificio de los animales, estaba a cargo de las mujeres, en tanto los hombres ten?an una participaci?n secundaria. Esto se acompa?aba de una manifiesta libertad sexual femenina y de una poliginia limitada al sororato ( se entregaban en matrimonio o trueque dos hermanas para hacerse compa??a) Estos aspectos, adem?s de la filiaci?n matrilineal, hicieron que Latcham err?neamente la expusiera como ?matriarcado? al confundir entre sistema de filiaci?n y sistema de gobierno.
Las investigaciones sobre la sexualidad mapuche nos indican, que la iniciaci?n sexual de este pueblo, comenzaba a edad temprana entre los 12 y 13 a?os, sin embargo el compromiso espiritual y la vida en comuni?n que hoy conocemos como matrimonio solo se iniciaba a?os m?s tarde tras alcanzar la madurez sexual a los 20 a?os. El soci?logo de la Universidad Central, Rodrigo Larra?n se?ala ?la virginidad de la mujer mapuche no era un tema relevante en absoluto? Con respecto a la poligamia ella era ejercida por los hombres, aunque esto depend?a de sus capacidades econ?micas, algunos solo ten?an una esposa, en tanto otros ten?an m?ltiples.
Ziley Mora (2006) Explica distintas etapas de la cosmovisi?n mapuche y como cada evento de sus vidas est? vinculado a una ceremonia. Es as?, cuando las ni?as comienzan con su primera menstruaci?n se denomina ulchatum (ulcha, diosa mujer joven, una de las cuatro deidades mapuche), el rito indica que la madre y abuela conducen a la ni?a a una casa de piedra, la madre le dar? una manta simbolizando su transformaci?n corporal a mujer, en tanto la abuela transmitir? sus saberes ancestrales para su vida como mujer.
El autor nos refiere en su obra que la sexualidad sea pensada como una experiencia espiritual, una fuerza sagrada. ?Por eso, la part?cula ling??stica clave para comprender el concepto de ?sexo? o de ?sexualidad? es el prefijo ku, que en mapudungun significa concavidad, canal fecundo, canalizaci?n de energ?a y est? presente en palabras como kuram (huevo), kutri (vagina) o kuda? (test?culo)? (Mora, 2006) El autor reflexiona sobre el amor o ay?n y que no est? ajena a este juicio, dado que contiene tres elementos primordiales en su ra?z. Representa ?belleza?, algo as? como una luz especial, y transparencia, palabra que surge desde la matriz ?aywon? o ?ayon? que expresa ?luz que mira? es decir el amor significa una especie de clarividencia l?cida. Es as? como el sexo deviene en una fuerza vigorosa, creadora que envuelve a todas las facultades humanas. A la llegada de los conquistadores y su hegemon?a militar y religiosa, los ind?genas hubieron de doblar la rodilla a muchas de sus ideas del buen comportamiento sexual, decoro y pecado para sortear la coacci?n, mezcl?ndose y reduciendo la transmisi?n de sus creencias a las nuevas generaciones frente a la sociedad dominante, nos refiere Mora.
Sexualidad Rapa Nui
La cultura Rapa Nui, y la isla han avasallado al imaginario. Por el otro, aparece como isla antrop?gena (en t?rminos de Sloterdijk 2009) que al ser construida humanamente y gracias a su aislamiento, la relaci?n que se establece con ella se nutre de fantas?a, de extra?eza y de dominio.
Por otro lado, El territorio habitado por los rapanui es denominado kainga, que significa ?tero o matriz. Como explica Virginia Haoa (1993) El territorio de cada tribu tiene que ver tambi?n con el territorio en el ?tero materno y tiene un significado muy similar. Cada tribu se alimenta de su territorio, o sea tiene su tierra, tiene su mar y viven de lo que les da el territorio y el mar. ?Es lo que pasa con la mujer que engendra el hijo, que se alimenta de lo que pasa a trav?s del ?tero materno, de su territorio. Es el territorio de la vida que se engendra ah?? (Haoa, 1993)
La sexualidad pascuense fue tratada por algunos antrop?logos de forma err?nea como es el caso del trabajo de Margaret Mead, en Adolescencia y Culturas en Samoa publicado en 1928, asignando al resto de las culturas polin?sicas el mismo juicio mitificando las culturas a partir de un estudio que solo consider? las referencias de dos ni?as samoanas, sobre la sensualidad como se?ala Collyer (2010) exalt? a partir de dicho relato, la libertad sexual en Samoa obviando sus inhibiciones y tab?es, como aquel de la virginidad a partir del trabajo de Mead que fue considerado como un tratado serio.
Lo cierto que Collyer indica con claridad que en la isla de Pascua, la c?pula sol?a ocurrir al aire libre, lo que era y es bien aceptado hasta el d?a de hoy. Las relaciones entre las parejas cuyos enlaces eran er?ticos-amorosos bastaba solo con la anuencia mutua para que ella quedara refrendada y ritualizada en una cena colectiva, uni?n que se disolv?a ante la aparici?n del menor conflicto, resultando ambos libres para tomar nuevamente estado. Como lo se?ala el naturalista Rodolfo Phillipi en su investigaci?n ?La Isla de Pascua i sus habitantes? publicado en 1873. Adem?s nos dice ?En esa vena, la bigamia y poligamia sol?an ser un honor antes que un motivo de reproche para los varones, pero la escasez de mujeres hac?a de esta pr?ctica algo infrecuente? Phillipi adem?s nos indica que los viudos y viudas no tardaban nuevamente en hallar pareja, esto probablemente se deb?a al instinto de supervivencia. Seg?n Collyer, la homosexualidad entre hombres ten?a un status de legitimidad, la que estaba relacionada con las actividades artesanales y art?sticas, en el trenzado de ca?as, tallas de piedra, los juegos manuales de hilos, que son comunes entre los habitantes de la isla. Un elemento interesante para el autor, es la forma en que eran tratados los mellizos y gemelos y hasta discapacitados, se les consideraba como sujetos con un sello diferente, indeterminado en su naturaleza, vagamente sugestivo de una carencia. Los gemelos originan fantas?as pecaminosas basadas en la fase prenatal, se les presum?a una relaci?n incestuosa en la vida intrauterina y precedente al nacimiento lo que era raz?n de recelo para la comunidad. Por ello en opini?n de Collyer esto sugiere ??una renuencia arcaica ante el incesto, considerado en un sentido amplio? (Collyer, 2010)
Las festividades c?clicas de Orongo y Mataveri, de la Pa?na y los Areauti, o el rito anual de Tangata-Manu en que tanto hombres como mujeres nadaban hasta los riscos aleda?os intentando hacerse del huevo que ?el hombre p?jaro? pon?a all? y que ellos tra?an al retorno para brindarle al l?der eventual de la comunidad, estos ceremoniales pose?an una fuerte carga de frenes? colectivo y ambiente dionis?aco expresados en sus danzas de caracter?sticas suave y ondulantes para dar paso a gestos provocativos de hombre y mujeres en destemplados movimientos p?lvicos y coitales las que refrendan su propia sexualidad. Como las culturas originarias de Am?rica la pascuense ser?a analizada bajo la misma anteojera de los europeos al asignarles una interpretaci?n prostibularia o de lascivia a las ofrendas sexuales a los visitantes, a trav?s de sus dioses arcaicos como Make ? Make como el Dios que engendra al universo a trav?s del contacto sexual, cuyo principio masturbatorio como lo se?ala Collyer, se disemina la semilla al aire dando origen a los p?jaros, para fecundar las aguas y crear a los peces, para m?s tarde fecundar la piedra embebida en un polvillo rojo introduciendo en un hueco su falo divino, para dar origen al hombre quien acompa?ar? a su creador. La mujer llegar? de la costilla en el sue?o de Make- Make, aunque esto ?ltimo ya sugiere influencia del mito cristiano.
James Frazer (1993) refiere en su obra ?La Rama Dorada?, la forma originaria de ritualismo con que homenajeaban a los dioses a trav?s del desenfreno orgi?stico Frazer cita como estas ofrendas sexuales, pose?an un profundo contenido m?stico y generatriz:
??el libertinaje que notoriamente se deba en estas ceremonias fue, en alg?n tiempo, no un exceso accidental sino una parte esencial de los ritos y que, en opini?n de los que lo hac?an entonces no ser?a f?rtil el casamiento de los ?rboles y las plantas sin la uni?n verdadera de los sexos humanos? (Frazer, 1993)
Selk?nam
Finalmente, nos referiremos a los Onas o Selk?nam, pero no se har? desde la perspectiva de su sexualidad en el contexto hist?rico pre-europeo, sino m?s bien a partir la presencia de estos ?ltimos.
El archipi?lago fueguino, era el territorio de las sociedades ind?genas Selk?nam, quienes eran cazadores-recolectores con movilidad pedestre que residi? el norte de la Isla Grande, los Y?mana-Yahgan y Alakaluf-Kaweskar, estos ?ltimos cazadores-recolectores-pescadores con movilidad canoera que vivieron desde el sur de la Isla Grandes de Tierra del Fuego hasta el Cabo de Hornos y el suroeste del archipi?lago fueguino.
Abordar las existencias de los Selk?nam supone una sensaci?n aflictiva antropol?gicamente ante la p?rdida irreparable de esta cultura, como tambi?n fueron las persecuciones que tuvieron lugar en contra de los pueblos alacalufes y yaganes, reducidos como raza hasta sus extinciones. Hablar de su sexualidad supone el uso de fuentes limitadas por el contacto tard?o, pese a que su ocupaci?n territorial Karunkink? como denominaban a su zona de influencia cultural, puede datarse en las tierras australes de Am?rica del Sur aproximadamente en 10.000 a?os A.C. Si soslayamos a modo de informaci?n al respecto de las iniciaciones sexuales Selk?nam podr?amos decir seg?n Gusinde (1982) dentro de su fuerte configuraci?n patriarcal que las relaciones amorosas fueguinas en esta cultura, se manifestaban mediante el Hain, ritual colectivo de bailes er?ticos y cuerpos pintados. Esta ceremonia de iniciaci?n tambi?n daba cuenta c?mo el hombre enga?? a la mujer, para justificar a trav?s del miedo su primac?a patriarcal. Previo a esta ceremonia tanto ni?as como ni?os se manten?an separados, hasta que las ni?as tuvieran su primera menarqu?a, lo que claramente significada el paso a la madurez sexual. En tanto, los varones alcanzar?an su adolescencia entre los 17 y 18 a?os.
La ceremonia de emparejamiento, se daba dentro de ciertos requisitos ritualistas. Como se?ala el religioso y etn?logo Gusinde, los j?venes que llegaban a esta ceremonia no deb?an tener ning?n parentesco con la joven, esta forma de asegurar que no hubiera uniones endog?micas ten?a como prop?sito la ?ventilaci?n? de los genes, en una comunidad reducida de sujetos. Pese a lo anterior, tambi?n los matrimonios pod?an ser asim?tricos en edad, hombres mayores se casaban con mujeres j?venes y hombres j?venes con mujeres mayores. La cultura selk?nam no era ajena a los conflictos por la posesi?n de ellas lo que les llev? a cr?menes enfrentando a los hombres por las que hab?a disponibles o por celos. Esto puede explicarse aunque no lo dice directamente Gusinde por la ocupaci?n y colonizaci?n de sus ancestrales territorios, sumado a las enfermedades introducidas por el hombre blanco y la disminuci?n de la poblaci?n y la preservaci?n de la comunidad.
Conclusiones
La colisi?n cultural fundada e impuesta por la supremac?a hisp?nica y los europeos conquistadores, arras? la identidad colectiva y psicol?gica de los pueblos originarios colonizando sus saberes, despoj?ndoles el sentido de vida.
La vida y sus convenciones, sus tradiciones y simbolismos en sus proporciones duales y circulares, terminaron por transmutarlas a un r?gimen vertical e individual.
Sin embargo, previo a las conformidades morales y religiosas asignadas por los conquistadores tambi?n rechazaron la sexualidad ind?gena.
En efecto, la sexualidad prehisp?nica, de ser vista, dentro de su contexto circular y dual. El sexo estaba relacionado con lo divino, la naturaleza y el orden del universo, esto lo podemos refrendar en la masturbaci?n ritual de los pueblos mayas como una forma de fecundar a la tierra, considerada por muchos pueblos como un s?mbolo femenino. Por tanto seg?n la investigaciones las culturas mesoamericanas, andinas, mapuche Rapa Nui y Selk?nam entre otras consideraban el erotismo no solo como su elemento central, sino m?s bien como la forma de ordenar el mundo que ellos conceb?an, la dualidad femenino y masculino. All? se valoraba m?s el felicidad individual sobre el colectivo. Lo leg?timo se convirti? en tab?es morales y religiosos que fragmentaron la organizaci?n social, religiosa y psicol?gica inaugurando un sincretismo, que m?s que articular tradiciones, asign? una serie de concepciones distintas acerca de la vida y de la muerte, en donde la diferencia de g?nero se hizo m?s evidente y se bas? en la violencia hacia las mujeres, inventando a estas la incitaci?n al pecado por lo que fueron poco valoradas. Es a partir de este instante que la cosmovisi?n ind?gena cambia y se transforma en una filosof?a de vida dis?mil basada en un sistema vertical y no c?clico, con ra?ces judeo ? cristianas sustentadas en la pr?cticas conductuales de pecado ?culpa. Se imputa violentamente el miedo a la sexualidad y a la muerte, encubriendo ambas ideas y mengu?ndolas, a pesar de que son parte inseparable del ser humano, ello a?n se exterioriza en la ?poca moderna conflictuando nuestra existencia como seres humanos tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Finalmente concluy? examinando la verdad que encierra la frase de Bourdieu ?Toda acci?n Pedag?gica implica una violencia simb?lica?.
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Fuente: http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1509