Estudio sobre la experiencia hist?rica del MIR en la actualidad.
A este texto nosotros agregamos:
La tradici?n marxista que siguen actualmente algunos miristas ha sido comprobado que se trata del ocultamiento de Marx tras su cambio de posici?n despu?s de la Comuna de Par?s.
La lucha armada que levantaba el MIR en su ?poca eras v?lida, hoy no lo es.
La toma del poder hoy no interesa al pueblo, s?lo a la izquierda, por lo que hay que cambiar el concepto de poder popular por el de comunidades aut?nomas y autogobiernos locales.
Hay algunas corrientes del actual mirismo que se han aliado con grupos estalinistas como el PC, el FPMR o el PC(AP), lo que es una ruptura total con la causa del anti-estalinismo y anti-burocratismo que dio nacimiento al MIR.
Algunos grupos miristas se han transformado abiertamente en estalinistas burocr?ticos al negar que la gloriosa revoluci?n cubana se entreg? a la URSS y se transform? en capitalismo de estado.
S?lo algunos miristas han comprendido que se ha acabado el rol de vanguardia y se disuelven en el protagonismo social.
Pocos miristas han aprendido que ha acabado la ?poca de producci?n de plusval?a y por eso ya no es posible transitar del capitalismo al comunismo pasando por el estado socialista.
Buena parte de los grupos miristas o que se reivindican del mirismo apoyan las dictaduras de Maduro en Venezuela y de Ortega en Nicaragua.
Muchos grupos miristas creen que la lucha mapuche es incendiar camiones y se niegan a ver en ese pueblo un referente de formas de vida compartida, las comunidades.
Lo principal de la cultura mirista se expande hoy por muchas partes: la construcci?n de formas de vida y ?rganos propios de la capacidad autogobernante del pueblo, como fueron los cordones industriales y los consejos comunales campesinos.
Con todas las fuerzas de la historia.
Identidades pol?ticas y militancias en las lecturas de los j?venes miristas bajo el Chile neoliberal.
https://rephip.unr.edu.ar/xmlui/bitstream/handle/2133/6958/3-Fernandez_Gaete-Ortiz_Figueroa.pdf?sequence=3&isAllowed=y
Manuel Fern?ndez Gaete *
Escuela de Historia, Universidad Academia de Humanismo Cristiano
manray13@gmail.com
Mat?as Ortiz Figueroa **
Universidad de Santiago de Chile
mati.ortiz.f@gmail.com
CUADERNOS del Ciesal
Manuel Fern?ndez Gaete - Mat?as Ortiz Figueroa
Revista de estudios multidisciplinarios sobre la cuesti?n social 18 A?o 13 / N? 15 / enero-diciembre 2016
ISSN 1853-8827 - www.fcpolit.unr.edu.ar/cuadernos-de-ciesal
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Resumen
La investigaci?n tiene como objeto el an?lisis y la comprensi?n de las formas en que un segmento de la juventud chilena actual recoge las tradiciones pol?ticas revolucionarias del denominado ?mirismo hist?rico?, aquel que se constituye entre 1965 y 1973, configurando en este
ejercicio su propia identidad pol?tica. El art?culo presenta un esbozo de los resultados de una
investigaci?n de m?s largo aliento, que se adentra en las distintas formas en que las generaciones han procesado y producido cultura pol?tica revolucionaria en el Chile actual. En esta
presentaci?n se describe c?mo se percibe, en el presente y por los j?venes ac? estudiados,
el ?legado pol?tico? de una organizaci?n de un pasado-presente, el que configura y reconfigura una tradici?n de lucha pol?tica y proyecto hist?rico-revolucionario. Para ello se trabaj? con
bibliograf?a pertinente, documentos org?nicos y entrevistas a los protagonistas.
Palabras claves: identidad, militancia, juventudes, mirismo hist?rico
Abstract
The objective of the research project is the analysis and comprehension of the ways in which
a segment of the current Chilean youth gather the political revolutionary traditions, called
mirismo hist?rico, which existed between 1965 and 1973, configuring in this exercise their own
political identity. The article presents an outline of the results of a long-term research project,
which explores the different ways in which the generations have processed and produced
revolutionary political culture in present-day Chile. This presentation describes how, in the
present and by young people educated here, the ?political legacy? of an organization of a
past-present is perceived, which configures and reconfigures a tradition of political struggle
and historical-revolutionary projects. For this, a pertinent bibliography, organic documents,
and interviews with protagonists were utilized.
Keywords: identity, militancy, youth, historical MIRism
Manuel Fern?ndez Gaete - Mat?as Ortiz Figueroa, ?Con todas las fuerzas de la historia.
Identidades pol?ticas y militancias en las lecturas de los j?venes miristas bajo el Chile
neoliberal?. Cuadernos del Ciesal. A?o 13, n?mero 15, enero-diciembre 2016, pp. 17-41.
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Con todas las fuerzas de la historia. Identidades pol?ticas y militancias
en las lecturas de los j?venes miristas bajo el Chile neoliberal
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1) Desde la Historia a las luchas pol?ticas actuales: esbozos sobre las categor?as anal?ticas y la cultura mirista.1
La compleja postdictadura chilena se desarroll? sobre la base de una prescindencia de lo social. Ej?rcitos de tecn?cratas y pol?ticos profesionales transformaron el debate y la deliberaci?n en un nicho
propio de expertos, postergando a quienes durante el ciclo final de la dictadura pinochetista se hab?an constituido en actores y por tanto en una ?amenaza? a la ?transici?n pactada?. Lo anterior va
estructurando un escenario en la cual sujetos y actores sociales pierden su condici?n de ciudadan?a
y adquieren estatuto de consumidores, mientras los pol?ticos profesionales adquieren estatus de expertos2
.
Pero el ciclo que corre a partir del a?o 2011 (agudizado por el per?odo pre y post crisis del patr?n
de acumulaci?n neoliberal) trae de regreso, por la v?a de la rearticulaci?n de la demanda sectorial y
la re-articulaci?n pol?tica, al movimiento estudiantil y a diversos referentes sociales (ambientalistas,
gremios de diversas ramas de la producci?n y servicios, etc.). Esta presencia llena de conflictividad
se toma la calle, la agenda pol?tica y se transforma en una espina clavada en el pacto postdictatorial
de empresarios, pol?ticos e intelectuales, quienes ven la reemergencia de un antiguo fantasma que
pone en suspenso la fiesta neoliberal cultivada a partir del proyecto pinochetista administrado por la
Concertaci?n de Partidos por la Democracia y supervigilado con celo por los ?poderes f?cticos?3
.
En aquel escenario rescatamos la presencia de algunas organizaciones de j?venes estudiantes, quienes en sus comunicados y proclamas levantan ?banderas rojinegras?, como homenaje a otros tiempos, a otras historias. En una de ellas, titulada ?Desde la historia a la Historia, retomamos las banderas
del FER?, se propon?an ?re-fundar? una organizaci?n que hab?a visto su esplendor en las postrimer?as
de la d?cada de los sesenta e inicios de la de los setentas. En efecto, con tono en?rgico, apelando a la
pauperizaci?n de la izquierda en Chile, el grupo defin?a que el Frente de Estudiantes Revolucionarios
(FER), nacido hace m?s de treinta a?os, y la pol?tica levantada por esta agrupaci?n, eran profundamente actuales y gozaban de plena vigencia. El contexto chileno y de la izquierda era id?neo y as? lo
defin?an:
1. El t?tulo del trabajo refiere al discurso pronunciado por el Secretario General del MIR, Miguel Enr?quez Espinoza, en el
?Teatro Caupolic?n?, en Santiago de Chile el 17 de julio de 1973, el que finaliza se?alando ?Compa?eros: el pueblo debe
prepararse para resistir, debe prepararse para luchar, debe prepararse para vencer. Trabajadores de Chile: ?adelante con todas
las fuerzas! ?adelante con todas las fuerzas de la historia!?. Publicado en El Rebelde, N? 91. Julio de 1973. Disponible online en
www.cedema.org. El audio completo se encuentra disponible en el link: https://www.youtube.com/watch?v=Cj5XJGYTcWc
revisado por ?ltima vez en junio del 2015.
* Dr. en Estudios Americanos menci?n en Historia (IDEA-USACH). Director Escuela de Historia, Universidad Academia de
Humanismo Cristiano. Correo electr?nico: manray13@gmail.com
** Maestrando en Historia, Universidad de Santiago de Chile. Correo electr?nico: mati.ortiz.f@gmail.com
2. Ver al respecto Gabriel Salazar y Julio Pinto, Historia contempor?nea de Chile, Santiago de Chile, 2002, (Tomo I); Tom?s
Moulian, Chile actual anatom?a de un mito. LOM, Santiago de Chile, 2002.
3. Manuel Fern?ndez, ?Los intelectuales de izquierda y la construcci?n de un imaginario revolucionario para Chile y Am?rica Latina. La revista Punto Final entre 1965-1973?. En: Revista Tiempo Hist?rico, Universidad Academia de Humanismo
Cristiano, Andros, Santiago, 2011.
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En el periodo en el que estamos viviendo donde existe una atomizaci?n y dispersi?n de las organizaciones de Izquierda Revolucionaria se hace muy dif?cil levantar organizaciones de car?cter revolucionario, que sean un verdadero aporte al movimiento popular y que presenten una propuesta clara y
coherente. Es por esto que asumimos un doble compromiso donde adem?s de levantar un referente
organizativo de estudiantes revolucionarios, trabajemos d?a a d?a para consolidar una organizaci?n
que sea capaz de catalizar las demandas del pueblo en hechos concretos4
.
En un sentido muy similar, otro grupo de j?venes de izquierda se organizaba para volver a levantar
las banderas del Movimiento Universitario de Izquierda (MUI), el cual tambi?n hab?a visto su ?poca
de nacimiento y esplendor en los a?os sesenta y setentas del siglo pasado. As?, en un ?Documento
de Base? del a?o 2011, los y las j?venes all? reunidos, planteaban a sus compa?eros las razones de la
reivindicaci?n de la pret?rita organizaci?n y la forma en que ella deb?a constituirse en el presente:
Los estudiantes identificados con la Izquierda Revolucionaria, han decidido reconstruir un referente hist?rico, con una fuerte tradici?n de lucha, en miras a contribuir al desarrollo del movimiento
estudiantil y la liberaci?n de nuestro pueblo. Es as?, como retomamos las banderas del Movimiento
Universitario de Izquierda [?] Necesitamos forjar un movimiento estudiantil que no titubee en su
lucha por la recuperaci?n de la Educaci?n P?blica; dirigentes sin temores y sin compromisos con los
partidos pol?ticos tradicionales5
.
La refundaci?n de una tradici?n pol?tica est? enmarcada, entre otros aspectos que se desprenden del
documento, en el contexto epocal y la crisis de representatividad de los partidos de izquierda ?tradicional?. Las demandas de los estudiantes secundarios sus consignas y banderas expuestas en diversas
universidades chilenas, nos remiten a un ?pasado revolucionario? presente en nuestro pa?s, particularmente de las d?cadas de los sesentas y setentas, representado fundamentalmente por el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR)6
, el cual lejos de pasar inadvertido por las actuales generaciones de
j?venes descontentos, se transforma en una herramienta que les permite proyectarse pol?ticamente
en su propio presente en un dialogo incesante con el futuro.
Lo anterior, sin embargo, resulta parad?jicamente problem?tico. Hoy, a cincuenta y un a?os de aquel
14 y 15 de agosto de 19657
, despu?s de un largo periodo de represi?n, clandestinidad y muerte protagonizado por militantes del MIR al instalarse la Dictadura Militar chilena y de la dispersi?n (cuando
no disoluci?n pol?tica) en tres facciones, resulta evidente, al menos en una primera impresi?n, una
verdad pocas veces asumida: el proyecto pol?tico emprendido por el MIR en sus a?os fundacionales,
4.?Desde la historia a la Historia, retomamos las banderas del FER?. Disponible online en: http://www.cctt.cl/correo/
index.php?option=com_content&view=article&id=2030:chile-refundan-el-frente-de-estudianes-revolucionariosfer&catid=22&Itemid=57 . Revisada por ?ltima vez el 30 de marzo del 2014.
5. ?Documento de Base?, Movimiento Universitario de Izquierda, 2011 p. 1. Archivo Personal.
6. El MIR es el primer grupo pol?tico que irrumpe como ejemplo de la Nueva Izquierda Latinoamericana en chile, erigiendo la lucha armada como camino id?neo para la construcci?n del socialismo y separ?ndose en ese sentido de la llamada
izquierda reformista. Para un an?lisis detallado revisar el trabajo de Mat?as Ortiz Figueroa. Cada d?a es continuar. Identidad
y pol?tica en el MIR. 1965-1970. Ediciones Escaparate, Concepci?n, 2014.
7. Fecha de la fundaci?n del MIR.
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lejos de llevarse a cabo, termin? desarticul?ndose, pauperiz?ndose y en los casos m?s extremos (y no
pocos) extermin?ndose. As?, resulta a?n m?s parad?jico que j?venes de diversos sectores y articulados en diferentes referentes pol?ticos, a?n levanten banderas y consignas de la ?poca, denot?ndose
la puesta en escena de agrupaciones que no solo erigen ?patrones culturales? (como banderas, esl?ganes, s?mbolos o colores), sino que apropi?ndose de c?digos actitudinales, re-crean y re-significan
identidades pol?ticas de anta?o, valorando continuidades y cambios materiales y simb?licos e incorpor?ndolos en su praxis actual.
?De qu? forma la mirada historiogr?fica puede aproximar explicaciones sobre lo actual de estas culturas pol?ticas? ?Es acaso lo hist?rico una mirada que trascienda las generaciones? Estas preguntas que
pueden aparecer como en desuso, dado el avance de la propia disciplina historiogr?fica y los debates
que ella ha enfrentado durante los ?ltimos ochenta a?os, adquiere una inusitada actualidad cuando
la historiograf?a latinoamericana ha insertado la historia del continente en los procesos globales. Por
ello el problema planteado nos obliga a pensar en los conceptos de Memoria e Historia Reciente y
sus implicaciones en la construcci?n de ?nuevas? identidades pol?ticas. Esta concepci?n historiogr?fica, de no muy larga data, ha gozado ya de bastantes sistematizaciones y discusiones. Ella, guarda
relaci?n con actores, hechos y procesos traum?ticos-inacabados, no extra?ando que la sucesi?n de
masacres ocurridas durante el siglo XX, la crisis del capitalismo occidental o la ca?da de los llamados
?socialismos reales?, hayan tenido influencia en la forma en que las sociedades interpelan su pasado
reciente, exigiendo su conocimiento, para proyectar su presente y futuro8
. De igual modo, el giro historiogr?fico hacia perspectivas que sit?an las narrativas personales y las subjetividades en un punto
esencial para la comprensi?n del desenvolvimiento social, permiten que este campo se levante y
adopte una perspectiva propia y s?lida9
.
La Historia Reciente, as?, se configura como una corriente que nacida desde coyunturas traum?ticas,
apunta hacia la recuperaci?n de lo vivido, pens?ndolo desde prismas cercanos a lo reciente de la
experiencia de quienes la viven (e incluso de quienes la escriben) pero asumi?ndose desde una perspectiva hist?rica, esto es, asumiendo las coyunturas actuales, pensando el presente y sus luchas, en
relaci?n con la continuidad y la ruptura hist?rica, incorporando a los sujetos y actores, presentes y pasados, y sus dimensiones estructurales, trabajando en un nivel cr?tico los documentos, las memorias,
los testimonios, las imagenes, etc. En ese sentido, los trabajos sobre la Historia Reciente apuntan en
su mayor?a a una preocupaci?n sobre el pasado vivo de una sociedad, uno que construye un ?futuropasado?, como lo ha nominado el historiador alem?n Reinhart Koselleck10. Anne P?rotin-Dumon lo
ve con precisi?n: ?[?] ese pasado no s?lo vive en los recuerdos ?ntimos y en la memoria de c?rculos
restringidos sino que es parte del recuerdo social e irrumpe peri?dicamente en la actualidad?11, para
construir un futuro abierto, en disputa permanente.
8. Franco, M. y Lev?n, F. (comp.). Historia reciente. Perspectivas y desaf?os para un campo en construcci?n. Buenos Aires,
Paid?s, 2007.
9. Una amplia panor?mica latinoamericana sobre los avances en el campo se puede consultar en Ernesto Bohoslavsky (Et.
al), Problemas de historia reciente del Cono Sur. Volumen I y II. UNGS ? Prometeo Libros. Buenos Aires, 2010.
10. Reinhart Koselleck, ?Futuro pasado?, Paidos, Espa?a, 1993.
11. Anne P?rotin-Dumon. ?Liminar. Verdad y memoria: escribir la historia de nuestro tiempo?, en Anne P?rotin-Dumon
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Sobre la ?pol?tica? y las ?identidades pol?ticas?
Siguiendo a Nobert Lechner, la pol?tica ser?a la b?squeda incansable de un orden social; esto es, ?la
lucha que busca ordenar los l?mites que estructuran la vida social? 12. As?, se establece que la pol?tica
es siempre la b?squeda de una utop?a, una comunidad o un proyecto de sociedad que a la vez la hace
indisoluble de lo social y de las disputas por su constituci?n futura. De ese modo, la pol?tica ser? un
momento de producci?n y reproducci?n de la sociedad por ella misma. En este sentido, la sociedad
no s?lo es emergente de lo ?social?. La pol?tica crea espacios sociales confrontando a los seres humanos a su necesidad de decidir un destino y de vivir junto a otros creando y recreando un (su) espacio
com?n13. Desde esta perspectiva, los sujetos pol?ticos y sus identidades no est?n constituidos desde
antes; es decir, no son se van construyendo en la misma interacci?n que sostienen con el espacio
pol?tico-presente. De tal forma lo pol?tico es una acci?n y expresi?n simb?lica ?agrega-, ya que a partir
del mito y el rito pol?tico, los sujetos afirman y reproducen la constituci?n de un ?nosotros? ligado a
una determinada percepci?n de la sociedad. De tal forma, el rito pol?tico es la afirmaci?n de la vida
colectiva; algo as? como ?la puesta en escena? que le brinda sentido al mismo acto. As?, el ritual pol?tico, su escenificaci?n, confirma y actualiza un ?orden colectivo?, representado simb?licamente en el
mito14. Este ?organiza una cosmovisi?n que ordena y da sentido a la vida social; [ya que] a trav?s de
un mito, el individuo (el fen?meno singular) se inserta en un orden [colectivo]? 15, en otras palabras, el
mito es la forma que permite elegir entre el infinito n?mero de posibilidades de ordenar el presente
como un principio legitimador de toda decisi?n pol?tica.
Los estudios sobre el MIR chileno: la construcci?n del mito originario.
El estudio de las organizaciones de izquierda revolucionaria en Chile ha estado mediados por aquellos aspectos rescatados por la Historia Reciente, esto es, el estudio sobre protagonistas dirigentes o
militantes de base, a los procesos fundacionales y coyunturas cr?ticas. Ello ha sido sostenido a partir
de las memorias y testimonios militantes, documentaci?n partidaria, ?Informes de Verdad? y por los
?reg?menes de verdad? y las v?as de conciliaci?n a que estos ?ltimos han dado or?gen16. Asumimos estos nudos a partir de las claves de la Nueva Historia Pol?tica. En ese sentido, y en lo que respecta a las
investigaciones sobre el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) la historiograf?a ha privilegiado el estudio de la organizaci?n en sus a?os fundacionales, la Unidad Popular y el periodo de asedio,
(dir.). ?Historizar el pasado vivo en Am?rica Latina?, 2007, p. 3. Recurso disponible en http://www.historizarelpasadovivo.cl/
12. Norbert Lechner, ?La conflictiva y nunca acabada construcci?n del orden deseado?, En: Norbert Lechner. Obras Escogidas, Tomo I, LOM, Santiago, 2006. p. 168
13. Mayar? Castillo, ?Ya no somos nosotros?: Identidades pol?ticas en el Chile contempor?neo. Tesis para obtener el grado de
Maestra en Ciencias Sociales, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, M?xico. D.F, 2008, p.25 y siguientes.
14. Lechner, Op.cit. p.180.
15. Ib?d.
16. La historia pol?tica del Nunca m?s: la memoria de las desapariciones en la Argentina?, Buenos Aires: Siglo
XXI, 2008. Brian Loveman y Elizabeth Lira, ?Las ardientes cenizas del olvido: V?a chilena de reconciliaci?n pol?tica. 1932-1994?.
LOM Ediciones, Santiago. 2000. Cap?tulo 9.
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clandestinidad, resistencia y exilio abierto con la Dictadura Militar17. De igual modo, la mirada anal?tica ha estado atenta a la violencia pol?tica18 y a las relaciones de la organizaci?n con otras agrupaciones de izquierda, visualizando, en ese sentido, las l?gicas de creaci?n de Poder Popular en diferentes
sectores o la instauraci?n de los llamados Frentes Intermedios. Sin embargo, es posible constatar la
falta de estudios relativos a esta organizaci?n en la actualidad, ya sea por su poco protagonismo en la
escena pol?tica tradicional, como por la falta de fuentes para el avance sobre estos u otros aspectos.
En ese sentido, el trabajo que presentamos a continuaci?n se figura como una apuesta para el an?lisis de lo que podr?amos denominar como ?cultura mirista?, permitiendo nutrir el estudio de esta
organizaci?n y sus multiples proyecciones en organizaciones que se entienden desde esta matriz
cultural, as? como de la historia pol?tica del pa?s. De ese modo, la investigaci?n tambi?n nos permite
comprender la riqueza de la pol?tica actual en la juventud y enriquecer el debate hist?rico acerca las
implicancias de la pol?tica en la juventud y viceversa.
Dicho lo anterior, proponemos abordar estos aspectos a partir del an?lisis de algunos documentos
de organizaciones que rescatan los lineamientos e idearios surgidos desde el MIR, como tambi?n
en el rescate de testimonios de protagonistas y militantes de estas organizaciones. Esto ?ltimo, permite, plantea el historiador Pablo Pozzi, erigir una respuesta al fantasma del positivismo rankeano y
aproximarnos al estudio de la subjetividad de los grupos sociales19, relavando la perspectiva del actor
y estableciendo un contrapunto entre lo planteado por las org?nicas y las traducciones hechas por lo
militantes.
Por lo anterior y en el marco de la investigaci?n propuesta, entrevistamos a diversos sujetos ubicados
en diferentes lugares de habla de la estructura social y que durante un per?odo formaron parte de
distintas organizaciones pol?ticas (caracterizados en el ?ltimo apartado). Ambos aspectos (la individualidad y la ?militancia? pol?tica), sin embargo, tienen un sustrato com?n: de diferentes modos las
dos sumergen sus ra?ces en la cultura y pol?tica mirista. Desarrollaremos en extenso esta problem?tica
en el ?ltimo ac?pite de este trabajo.
17. Entre aquellos escritos en clave militante pueden consultarse los estudios de Carlos Sandoval y Luis Vitale. En una
clave vindicativa del car?cter ?pico de la fundaci?n, lucha y resistencia mirista pueden revisarse trabajos como los de
Mario Amor?s, Martin Hern?ndez, Pedro Naranjo (et.al). Por otro lado, y en clave historiogr?fica, podemos se?alar los
textos de Igor Goicovic o Robinson Silva. As? mismo, una mirada cr?tica a las claves historiogr?ficas de sesgos militantes
y se pueden visualizar los trabajos de Eugenia Palieraki, Mat?as Ortiz Figueroa. Todos estos estudios se encuentran en la
bibliograf?a.
18. Igor Goicovic. ?Teor?a de la violencia y estrategia de poder en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, 1967-1986?,
Centro de Estudios Miguel Enr?quez, 2002. p.2.; Ortiz, Mat?as ?La violencia en la construcci?n identitaria mirista, una perspectiva generacional? (1965-1969), En: Revista Izquierdas, www.izquierdas.cl, N?15, abril 2013, pp. 125-140.
19. Pablo Pozzi, ?Historia oral: repensar la historia?. En: Gerardo Necoechea y Pablo Pozzi, ?Cu?ntame c?mo fue. Instrucci?n
a la historia oral?, Imago Mundi, Buenos Aires, p.4-5.
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2) El MIR en los largos sesenta: historia, organizaci?n, principios.
El MIR es una organizaci?n pol?tica que nace en agosto de 1965, a prop?sito de la conjunci?n de diversas organizaciones pol?ticas que se situaban a la izquierda de la llamada ?izquierda reformista?. En
ese sentido, la organizaci?n va estar estrechamente ligada a los m?todos m?s cl?sicos del marxismoleninismo: una militancia profesional para la construcci?n de un instrumento pol?tico basado en los
principios del centralismo-democr?tico y la lucha armada como estrategia motriz que conducir? a la
revoluci?n socialista, de ah? la necesaria construcci?n de una organizaci?n de vanguardia, constituida
por verdaderos ?profesionales de la revoluci?n? que liderase el camino hacia la sociedad sin clases. La
Revoluci?n Cubana, acaecida en 1959, aportar?a elementos importantes a esta organizaci?n validando pr?cticamente la v?a al socialismo mediante lucha armada20.
Tambi?n, y como varias de las agrupaciones pol?ticas que forman parte de la Nueva Izquierda Latinoamericana21, el MIR chileno estuvo muy cercano a las edificaciones te?ricas que se erigieron desde
el Tercer Mundo, es decir las luchas anticoloniales en Argelia e Indochina, y posteriormente los combates del mismo pueblo en Vietnam. En ese sentido, por ejemplo, se pueden mencionar las elaboraciones acerca de la violencia revolucionaria y el papel que cada hombre deb?a jugar en la lucha por la
emancipaci?n, provenientes de la experiencia de la guerra anticolonial en Africa y Asia22, as? como las
codificaci?n ?tico-morales sobre los roles de la militancia pol?tica, emanadas de las conceptualizaciones de Ernesto Guevara sobre el ?Hombre Nuevo?23.
En ese sentido, el pensamiento del ?Che? relevaba a un plano importante la formaci?n ?tica y moral
del sujeto revolucionario como tambi?n los factores subjetivos que detr?s de ?l se encontraban. As?,
su construcci?n deb?a ser eco de la sociedad a la aspiraba. Desde esta perspectiva, Guevara sistematiz? un conjunto de principios que formaron parte de una ?estructura actitudinal? cuyos principales
ejes recayeron en aspectos morales y ?ticos. De tal modo, la militancia revolucionaria se transformaba
en una militancia sacrificial, en donde los rasgos ?ticos se confundieron y se envolvieron con la vida
cotidiana misma, condici?n propia de un ?profesional de la revoluci?n?24 que se eleva a una catego20. Michael L?wy, ?El marxismo en Am?rica Latina. Antolog?a. Desde 1900 hasta nuestros d?as?, LOM, Santiago, 2007, p. 46.
De igual forma, para comprender la influencia del castro-guevarismo en el MIR chileno se sugiere revisar el libro de I?aki
Moulian Jara, ?Origen y evoluci?n del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, 1959-1970?, Escaparate, Concepci?n, 2014.
21. Definida como un grupo de pol?ticos, partidos y organizaciones en que se conjugaron ideas y pr?cticas que se contraponen a una ?vieja Izquierda?. En ese sentido, la Nueva Izquierda rescata principalmente los principios b?sicos del
marxismo-leninismo, como la opci?n por la lucha armada como ?nica v?a revolucionaria, concepci?n que a su vez es
fundamentada en el binomio ?dominaci?n-dependencia?, ejercida por medio de la violencia y resuelta solo por medio de
la ?contra-violencia?.
22.
23. Al respecto, revisar el apartado ?Sacrificios y ?hombres nuevos?. Ser mirista: identidad y pol?tica en la militancia revolucionaria?, contenido en el libro de Mat?as Ortiz, ?Cada d?a es continuar?? Op.cit.
24. Lenin, y su teor?a de organizaci?n, afirmaba que los revolucionarios deb?an ?profesionalizar? su pr?ctica pol?tica, es
decir, llevarla a todos los ?mbitos de su vida y en todo tiempo: ?El ideal del socialdem?crata [militante comunista en 1902]
no debe ser el secretario de trade union, sino el tribuno popular, que sabe reaccionar contra toda manifestaci?n de arbitrariedad y de opresi?n, dondequiera que se produzca y cualquiera que sea la capa o la clase social a la que afecte; que
sabe sintetizar todos estos hechos para trazar un cuadro de conjunto de la brutalidad polic?aca y de la explotaci?n capi-
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en las lecturas de los j?venes miristas bajo el Chile neoliberal
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r?a de icono, al cual todos deb?an aspirar, un ejemplo del significado del sacrificio y del credo en que
el ?hombre puede cambiar al hombre?25. Un elemento complementario podemos desprenderlo de la
propia biograf?a de Guevara, ya que en ella podemos observar la convergencia de una ?poca de cambios profundos, paradigm?ticos, es decir, un ?esp?ritu del tiempo?. Jorge Casta?eda, se?ala que esta
?convergencia existencial? se produce por dos v?as privilegiadas, en primer t?rmino la ?exaltaci?n de la
voluntad? y en segundo t?rmino ?el rechazo a convivir con la ambibalencia?, ambos elementos marcar?n a fuego no s?lo la trayectoria de Guevara e impregnar?n sus ideas, sino que ser?n la gu?a de una
generaci?n pol?tica, de la que los miristas chilenos se har?n parte26.
Otra de las categor?as en el ?pensamiento mirista? de la ?poca es la relacionada con la Fuerza Social Revolucionaria (FSR) y el Poder Popular. En efecto, al decir de Igor Goicovic, el MIR proyect? la
creaci?n de una FSR consciente de la inevitabilidad del conflicto armado entre las fuerzas sociales
antag?nicas27. En ese sentido, la FSR crear?a una situaci?n pol?tica que diera paso a la construcci?n
de una nueva legalidad, como ?nico camino para resolver el problema del poder28. De tal modo ?[?]
la consigna de poder popular adquir?a una dimensi?n estrat?gica relevante, en cuanto cristalizaba
como una manifestaci?n paralela al Estado burgu?s, asentado en las organizaciones y fuerzas sociales
aut?nomas del proletariado y el pueblo?29. Para esos objetivos era necesario ganar la conducci?n del
movimiento de masas. En ese sentido, la creaci?n de diversos ?Frentes Intermedios? fue uno de los
aspectos que, sumados a la creaci?n de una ?fuerza militar propia?, fueron caracter?sticas important?simas en el desarrollo del MIR en la d?cada de los setenta. Sin?nimo de esto fue la opci?n por levantar
frentes que formaran un v?nculo entre la organizaci?n y el movimiento de masas. De esa discusi?n,
nacieron en v?speras de la coyuntura electoral de 1970 el Frente de Trabajadores Revolucionarios
(FTR), el Movimiento Universitario de Izquierda (MUI), el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER),
el Movimiento Campesino Revolucionarios (MCR) y el Movimiento de Pobladores Revolucionarios
(MPR) los cuales crecieron r?pidamente, engrosando las filas del MIR.
talista; que sabe aprovechar el menor detalle para exponer ante todos sus convicciones socialistas y sus reivindicaciones
democr?ticas, para explicar a todos y a cada uno la importancia hist?rico-mundial de la lucha emancipadora del proletariado? En: Vladimir Ilich Ulianov, ??Qu? hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento?. Edit. Nuestra Am?rica, Buenos
Aires, 2004., p. 46. Las cursivas son nuestras.
25. Hugo Vezzetti, ?Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos?, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, 2009., p. 176.
26. La vida en rojo. Una biograf?a del Che Guevara. Editorial Punto de Lectura. M?xico, 2009.
27. Igor Goicovic, ?El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y la irrupci?n de la lucha armada en Chile. 1965-1990?.
En: Pablo Pozzi, y Claudio Perez (Edit.) ?Historia oral e historia pol?tica. Izquierda y lucha armada en Am?rica Latina?. LOM,
Santiago, 2012, p. 167.
28. �
29. �
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3) El mirismo ?nuestro de cada d?a?: de la di?spora org?nica a la ?cultura
mirista?
Luego de entronizada la Dictadura C?vico-Militar en nuestro pa?s y del desmantelamiento de las organizaciones de izquierda, el MIR vivi? un periodo en que, clandestino, desarroll? una nueva estrategia
pol?tico-militar. La estrategia dise?ada se orient? hacia la denominada Guerra Popular Prolongada
con el objetivo de desarrollar el poder pol?tico y militar necesario para derrotar a la ?dictadura gorila?
y conquistar los objetivos hist?ricos. Como afirma Goicovic, el MIR se concentr? en el fortalecimiento
de la Estructura de Fuerza Central, reclut?ndose a militantes que estaban en el exilio para reintegrarlos a las tareas pol?tico-militares en el pa?s. Una vez terminada la instrucci?n militar en Cuba, el
ingreso clandestino al pa?s daba el puntapi? inicial para desplegar las tareas pol?tico-militares. En ese
sentido, varias fueron las actividades de este tipo, entre las que se cuentan desde recurrentes asaltos
a bancos como ajusticiamientos a miembros del Ej?rcito de Chile vinculados a la Central Nacional de
Informaci?n (CNI). De igual modo, uno de los principales ejes de la llamada Operaci?n Retorno30 era
instalar dos frentes guerrilleros en el sur del pa?s para iniciar la Guerra en el m?s breve tiempo posible.
Sin embargo, pese al despliegue de cuadros desde el extranjero y de los esfuerzos de la organizaci?n
en el contexto interno, estas instancias no florecieron como se esperaba y m?s bien fueron desmanteladas al poco andar31.
Para los a?os 1983 ? 1990, el transitar del MIR ya iba en decadencia, tomando m?s protagonismo
grupos como el Frente Patri?tico Manuel Rodr?guez y el Complejo Partidario MAPU-Lautaro. Sin embargo, pese al retroceso del MIR en t?rminos militares y a la fuerte represi?n que hab?an ca?do sobre
la organizaci?n, hacia 1985 la Direcci?n Nacional a?n afirmaba que la centralidad era construir la
FSR y desarrollar la lucha armada para dar el salto a la Guerra Popular. No obstante los esfuerzos y el
desarrollo de la organizaci?n en los sectores m?s radicalizados del mundo poblacional, la pol?tica del
MIR no pudo erigirse como fuerza: el hundimiento fue una realidad. De ese modo se hizo imposible
recuperar los cuadros pol?ticos que la organizaci?n hab?a tenido y prontamente la organizaci?n se
tension? internamente: a comienzos de 1987 el MIR se divid?a en tres grupos. El MIR-Militar (tendencia liderada por Hern?n Aguil?); el MIR-Pol?tico (tendencia liderada por Nelson Guti?rrez) y el MIRHist?rico (tendencia liderada por Andr?s Pascal Allende)32.
Sin embargo, sumado a esta di?spora, las diferentes organizaciones fueron fraccion?ndose a?n m?s.
Se levantaron diversas subdivisiones del MIR que reivindicaban diversas expresiones del ?mirismo?,
30. Se conoce como Operaci?n Retorno al ingreso de decenas de militantes al Chile desde el exilio para iniciar la resistencia y lucha armada contra la Dictadura. Ver, Comit? Memoria Neltume. ?Guerrilla en Neltume. Una historia de lucha y
resistencia en el sur chileno?. LOM Ediciones, Colecci?n Septiembre. Santiago, 2003
31. Goicovic,. Op.cit. p. 170. Tambi?n Comit? Memoria Neltume, ?Guerrilla en Neltume??, Op Cit.
32. En t?rminos muy amplios, la corriente dirigida por Aguil?, antiguo dirigente del Frente de Trabajadores Revolucionarios del MIR, se afirmaba en las tesis que apoyaban la lucha armada como una ?nica estrategia. A su vez, el ?MIR Pol?tico?,
dirigido por Gutierrez y Jecar Neghme, se construy? en oposici?n a esta ?ltima, procurando establecerse dentro de la
legalidad para continuar la lucha por sus objetivos. El MIR-Hist?rico, por su parte, fue liderado por Andr?s Pascal Allende,
y propuso combinar formas de lucha diversas, tanto dentro del seno del movimiento social y de masas, como tambi?n
m?todos armados.
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constituy?ndose una heterogeneidad de experiencias org?nicas. En ese sentido, y como se?ala un
documento de una de las tantas expresiones33, algunas de las organizaciones miristas m?s importantes en nuestra historia m?s reciente es la fracci?n liderada por el fallecido Nelson Guti?rrez, el
MIR-pol?tico, que, conducido hoy por M?nica Quilodr?n y Demetrio Hern?ndez, se posiciona desde
un car?cter legal y p?blico, desconociendo la existencia de otras expresiones que provengan de una
matriz similar. Estos participaron en la campa?a electoral de Juntos Podemos y a fines del a?o 2013
su brazo juvenil gan? la direcci?n de los estudiantes en la Universidad Metropolitana de Ciencias de
la Educaci?n (UMCE) en una alianza electoral con el grupo estalinista Partido Comunista Acci?n Proletaria (PC-AP).
De igual modo hacia el a?o 2003, existi? (desconocemos su actual vigencia) el MIR ?Direcci?n Nacional? escindido del MIR- Demetrio Hern?ndez34, y que propuso una visi?n m?s ?revolucionaria? en
relaci?n a su matriz de origen, proponiendo lecturas ?anti-reformistas?, aludiendo al car?cter ?poco
rupturista? del MIR-Pol?tico. En una escena similar, miembros de la fracci?n hist?rica de la organizaci?n en compa??a de otras organizaciones que vindicaban los principios de la pasada agrupaci?n,
fundaron en el a?o 2004 la ?Coordinadora Mirista?, cuyo objetivo primario fue levantar un espacio de
repliegue de distintas expresiones miristas para rescatar la experiencia hist?rica del proyecto pol?tico.
En una vereda distinta a las anteriores, el MIR-EGP, fundado hacia 1995 y actualmente activo, se dedic? a darle continuidad a la proyecci?n estrat?gica y al car?cter pol?tico-militar de la organizaci?n,
construyendo una estructura a nivel nacional y entrando en di?logo con diversas fuerzas pol?ticas
contempor?neas, como el Complejo Partidario Mapu-Lautaro.
En una mirada m?s amplia, tambi?n pueden identificarse diversas expresiones del MIR, que no necesariamente se autodenominan como tales, pero que tienen en sus bases org?nicas a ex miristas
y rescatan la tradici?n pol?tica de esta organizaci?n. Por ejemplo, el Movimiento de Asambleas del
Pueblo, una coordinadora pol?tica que recuperando las sistematizaciones sobre Poder Popular, abren
un espacio de di?logo entre diversas fuerzas de izquierda para la realizaci?n de Asambleas territoriales. Algunos de sus principales participantes o ex convocantes, tuvieron cargos importantes en la
organizaci?n estudiada: son el caso de Ricardo Frodden, ex miembro del Comit? Central del MIR hasta
1992 o Patricio Cid, destacado militante internacionalista de la organizaci?n. En una l?nea m?s radical,
por ejemplo, encontramos a los Grupos de Acci?n Popular (GAP), el Movimiento Popular Guachuneit
(MPG) o Trabajadores al Poder, colectivos que desde los noventa (como tambi?n el GAP o ?la Surda?)
hasta los nacidos hace poco tiempo atr?s (Trabajadores al Poder o ?Juventud Guevarista?), se definen
como ?herederos cr?ticos? de la acci?n pol?tica del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
Por lo tanto, es visible una realidad: pese al desarme org?nico del MIR a prop?sito de la sangrienta
y dolorosa batalla que despleg? el Estado dictatorial, y de la di?spora que dividi? a la organizaci?n
en m?ltiples fracciones, existe en la retina social un ?ethos? de la organizaci?n que visualiza al Movimiento de Izquierda Revolucionaria como un referente hist?rico de acci?n pol?tica. En este sentido,
33. Movimiento de Izquierda Revolucionaria. ?Sobre la dificultosa realidad del MIR en Chile?. Disponible en: http://cedema.
org/ver.php?id=379
34. Se conoce hist?ricamente como MIR-Demetrio Hern?ndez al MIR conducido hoy por M?nica Quilodr?n, antiguamente dirigido por Nelson Guti?rrez (MIR-Pol?tico)
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consideramos, es posible hablar de la existencia de una matriz mirista o, mejor dicho, de una cultura
mirista (o culturas miristas) que permite la construcci?n de un lente anal?tico para la observaci?n de
los problemas de la sociedad chilena. Unas, criticando ac?rrimamente la militarizaci?n de la organizaci?n, se construyen evocando la necesidad de ?actualizar? un proyecto pol?tico. Otras, continuando
el legado hist?rico de la realizaci?n de la Guerra revolucionaria en Chile. Ambas, erigiendo como
principal hito fundacional de su lectura la existencia de una organizaci?n que disput? la hegemon?a
de la izquierda reformista en los sesenta, levantando los mismos m?rtires y dise?ando, en torno a la
creaci?n de un Hombre Nuevo y del Poder Popular, estrategias para terminar con las desigualdades
sociales. En palabras de una de las tantas fracciones miristas:
Para nosotros, la matriz cultural mirista, es una forma o perspectiva de leer la realidad y de intervenir
en ella, de hacer. Surge hist?ricamente de la actividad del partido desde que este dej? de ser un n?cleo meramente ideol?gico, para transformarse en una verdadera organizaci?n revolucionaria, entre
1967 y 1969. Se funda en la extensi?n social que alcanz? la pol?tica de nuestra organizaci?n en el
periodo pre-revolucionario de 1970 a 1973 y en la dispersi?n de nuestros esfuerzos de construcci?n,
producto de los constantes golpes represivos que sufri? nuestra organizaci?n desde 1973 a 1995
inclusive. Son esas las semillas que han ca?do en el terreno f?rtil de un sector del pueblo que no se
conforma e insiste en luchar por su liberaci?n35
As? tambi?n lo describe la joven Daniela Pe?a Soto, hija de Sergio Pe?a D?az36 al dar un discurso en el
homenaje a Miguel Enr?quez Espinoza el a?o 2004. Para ella, la cultura mirista, como un lente que se
abre y se cierra para permitir observar la realidad social desde mejores ?ngulos, debe re-posicionarse
a prop?sito del contexto epocal:
Atrev?monos a reinventar las formas de organizaci?n pol?tica y de acci?n, abr?monos hacia nuevos
temas; los de g?nero, medio ambiente, nuevas formas y expresiones culturales de resistencia, sin perder de nuestra atenci?n el hecho irrefutable que las clases sociales existen y luchan [?] El mirismo es
hoy una cultura, una forma de ser y estar en el mundo. No se trata de repetir lo del pasado por m?s
trascendente que haya sido, sino de aportar con ese caudal a nuevas y mejores experiencias y procesos pol?ticos revolucionarios. 37
4) El legado mirista en los j?venes actuales: una aproximaci?n a sus lecturas.
a) El ?Hombre Nuevo?: el ejemplo, la juventud y la militancia.
Como se plante?, el MIR no pas? por alto las sistematizaciones que Ernesto Guevara edific? en torno al car?cter ?tico y moral de los revolucionarios. De ese modo las actitudes que deb?an tener los
35. Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Op.cit.
36. Militante del MIR asesinado en dictadura junto a Luc?a Vergara y Arturo Villavella, los tres, adem?s, eran dirigentes de
la organizaci?n.
37. Palabras de Daniela Pe?a Soto en el Estadio V?ctor Jara durante el homenaje a Miguel Enr?quez. Disponibles en: http://
www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/penasoto.htm#a
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sujetos que escog?an la militancia deb?an estar enmarcadas en valores y principios s?lidos, como el
altruismo y la entrega total y desinteresada a la pr?ctica pol?tica ?por los dem?s?. En ese sentido, un
rasgo muy importante de la pol?tica mirista y de la recepci?n de su discurso por parte de los j?venes
ac? estudiados est? condicionado por la voluntad del sujeto revolucionario. Sin embargo, est? categor?a no es significada sola, en ella convergen al menos tres factores importantes que a su vez est?n
?ntimamente relacionados. As?, la forma en que ellos conciben su rol socio-pol?tico est? relacionada
con la forma en que entienden su propia posici?n como j?venes y como militantes, significando la
conjunci?n de estas dos categor?as a prop?sito del ejemplo de heroicos l?deres que hicieron de sus
vidas un ejemplo de voluntad. En ese sentido, los actuales j?venes revolucionarios se miran as? mismo
como continuadores de ese lugar, encarnando una ?tica ligada al sacrificio38.
Para nuestros estudiados, la juventud es una etapa de la vida en donde se pueden disponer de las
?mayores fuerzas? para lograr los cambios que tanto se anhelan. En ese sentido, todos, a excepci?n de
?Peter?, conciben la juventud como un concepto que engloba la voluntad de poder ?hacer cosas? y no
dejarse arrastrar por diversos elementos que los detengan en la b?squeda de objetivos (como la perdida de la ?vitalidad?)39. De la misma forma, la etapa de la juventud es un espacio que no conlleva responsabilidades de mayor tipo, como las de ?formar una familia y de educar hijos?. De ese modo, entre
las formas en que conciben la imagen de la juventud, est? recurrentemente impl?cita la potencialidad
de cambiar y la rebeld?a ante las injusticias. Esta rebeld?a, sin embargo, no es una caracter?stica que
simplemente tenga que ver con lo ?biol?gico-etario?. En ese sentido, Camilo define la rebeld?a como
un ?elemento que cambia algo porque dentro de ello existe algo que lo obliga, no es simplemente
?romper con lo establecido como se piensa?40. Es decir, una contradicci?n dial?ctica en el seno de los
problemas cotidianos.
?Maximiliano? plantea, desde un prisma universitario, que la juventud es un espacio en donde el factor ?tiempo? es importante. En esta etapa, los sujetos logran tener espacios temporales m?s holgados
que les permiten desempe?arse en tareas poco comunes al imaginario que ?l define ?adulto-c?ntrico?, como adquirir experiencia en distintas organizaciones, para trabajar pol?ticamente, dedicando el
mayor tiempo posible a la causa pol?tica com?n41.
38. Jorge Casta?eda se?ala que uno de los rasgos que tornar? imperecedera la ?pica m?tica del sacrificio del Che Guevara
en Bolivia, es la imagen del revolucionario como un nuevo ?Cristo?, la que quedar? en la retina del mundo y de las futuras
generaciones a partir de que se muestra a Guevara en un lecho de muerte, su rostro sereno, su torso limpio, su ropa arreglada y no necesariamente la imagen del Che Guevara capturado, andrajoso, furioso, que s?lo fue conocido 30 a?os
despu?s. Ver Jorge Casta?eda. ?La vida en rojo?? Op. Cit, pp. 23-25.
39. El ser joven, la verdad no tiene tanta relevancia personal para m?. Lo veo como una etapa, la cual sin lugar a dudas conlleva una gran efervescencia y entusiasmo, las cuales pueden ser canalizadas mediante el camino revolucionario. Sin embargo,
no le atribuyo ning?n estatus especial a mi condici?n de joven?. Entrevista a ?Peter?, 23 a?os, ex - militante del MIR (fracci?n
cercana al MIR-EGP) 4 de abril del 2014.
40. Entrevista a ?Camilo?, 24 a?os, ex- militante del Movimiento Universitario de Izquierda, perteneciente al MIR-Demetrio
(MIR-Pol?tico), 1 de abril del 2014.
41. Entrevista a ?Maximiliano?, 21 a?os, militante del Movimiento Popular Guachuneit, 30 de marzo del 2014.
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?Manuel? al igual que ?Maximiliano? plantea que el ?ser joven? permite tener un espacio de tiempo
m?s amplio que el del resto del mundo adulto, en el cual se pueden desplegar ?todas las energ?as? en
las pasiones que los encienden. Sin embargo, ?Manuel? esboza que esta imagen de la juventud no tiene por qu? acabarse en ?lo biol?gico?, es decir, en el paso hacia la adultez. En ese sentido, m?s que ser
una categor?a asociada a su propia edad, para ?l es entendida como una forma de mirar el mundo y
de proyectar las distintas acciones sobre ?l. De igual modo, ser joven es tambi?n tener una posici?n de
cr?tica y cuestionamiento constante, en sus palabras: ?pa? mi ser joven es desplegar todas las energ?as
que uno tiene en todas las hueas que uno le gustan, es desplegarla en la militancia, o en lo que te gusta, es tener la oportunidad de vivir las pasiones tambi?n a concho [?] jam?s sentirse completamente
c?modo en donde uno esta, siempre estar cuestion?ndose y mirando?42.
Por otro lado, la militancia pol?tica y el ?ser revolucionario? forman parte importante de la identidad
pol?tica de cada uno de los entrevistados. En este sentido, la militancia en una organizaci?n significa
sentir en la cotidianidad los cambios por los cuales los sujetos se unen a la agrupaci?n. ?Peter? afirma
que aprop?sito de su militancia en el MIR, y en su brazo estudiantil, el MUI, a pesar de no provocar
grandes transformaciones estructurales en la sociedad, ?se percib?a que ?bamos en un andar constante a provocar aquellos cambios?43. La militancia pol?tica adem?s permit?a tener una visi?n m?s
optimista del complejo panorama observado, bajo la encarnaci?n de los problemas evidenciados,
sinti?ndose ?m?s cerca de ellos?: ?Adem?s, [la militancia] provocaba una gran satisfacci?n personal,
la cual se daba en un ambiente contradictorio de que por sobre la realidad de explotaci?n y subordinaci?n de los sectores populares, nosotros est?bamos luchando d?a a d?a por transformar aquella
realidad, por lo cual ?sta ?ltima ?la realidad-se hac?a m?s vivible en un ambiente de militancia? 44. Es
decir, la revoluci?n no es, simplemente, una ?experiencia hist?rica?, esto es, temporalmente lejana al
presente inmediato, sino que se vive en la cotidianidad, se construye en ella, lo que de alg?n modo
nos permite comprender la corporalizaci?n del discurso pol?tico y una especie de ritualizaci?n del
mismo, en donde el propio elemento pol?tico habita entre la comunidad haci?ndose carne. De un
modo similar, Maximiliano vuelve la mirada sobre la militancia hacia su cotidianidad y a la acci?n
pol?tica para transformar esa realidad en el diario vivir. En ese sentido, la militancia pol?tica ?al igual
que en el guevarismo sesentero- se transforma en un acto de amor que invita a la transformaci?n: ?Yo
creo que es un acto de amor, ?cachai? No es la huea hippie de amar por amar [?] Si no que es un acto
de amor, porque el amor te lleva a odiar cosas, ?cachai? Te lleva a odiar la injusticia, te lleva a odiar la
ignorancia, me lleva a odiar caleta de cosas?45.
Alfredo es quien nos permite hacer un cruce interesante que nos da pistas acerca de la legitimidad
que le brindan a ?su rol? como j?venes y militantes. Para ?l, ser militante y adem?s ser joven es continuar por una senda consecuente con esos principios. As? plantea que la conjunci?n de ambas cate42. Ib?d.
43. Entrevista a Peter, 4 de abril del 2014.
44. Ib?d.
45. Ib?d.
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gor?as es sin?nimo de ser un ?individuo excepcional? y, en esa l?gica, significa encarnar la continuidad
de una generaci?n de revolucionarios que hicieron suyo el ?mpetu de la juventud:
?yo creo que siempre ser militante y ser joven es ser excepcional por decirlo de alguna manera, no ser
especial si no ser excepcional, o sea, nosotros, los j?venes militantes somos una minor?a, aspiramos a
ser una mayor?a, [?] el mirismo fue un movimiento siempre joven y para nosotros es un desaf?o ser
joven y militante, y el desaf?o m?s fuerte es perpetuar los v?nculos militantes46
En efecto, creemos que la forma en que comprenden la juventud y la militancia est? asociada ?ntimamente a las figuras que rescatan de su filiaci?n pol?tica. Ac? toma un especial sentido lo que Mayari
Castillo esboza te?ricamente aprop?sito de sistematizaciones provenientes de Lechner: los ?personajes identificadores?, aquellos que tienen una fuerza simb?lica que permiten al sujeto reconocerse
parte de una colectividad47. En ese sentido, las figuras de l?deres emblem?ticos del MIR representan
tambi?n un esp?ritu de entrega sacrificial y de compromiso pol?tico. De ese modo, se encuentran una
legitimidad te?rico-hist?rica para sus acciones, convirti?ndose, mediante el rescate de identificadores, en los continuadores de un proyecto pol?tico de largo alcance. La imagen de Miguel Enr?quez es la
que m?s aparece en los relatos de nuestros entrevistados. En ese sentido, para ?Manuel?, la trayectoria
de Enr?quez es congruente con su propia biograf?a. Esto aprop?sito de las condiciones socio-econ?micas favorables que Manuel posee por la status socio-econ?mico de sus padres, Miguel Enr?quez
es un sin?nimo de entrega al pueblo a pesar de las comodidades de las que ?l, tambi?n, goz? en su
juventud. As?, bajo la figura de Enr?quez no solo encuentra un argumento pr?ctico de llevar a la cotidianidad el ser revolucionario, sino tambi?n un argumento simb?lico de autoridad, paternalismo y
continuidad.
Para ?Maximiliano?, el MIR es un ejemplo de valores que se deben tener cuando los sujetos asumen la
militancia pol?tica. En uno tono de bastante sinceridad, ?l afirma ?no conocer a cabalidad? el proyecto
pol?tico final del MIR, sin embargo ?lo que m?s rescat[a]? de la organizaci?n es su impronta cotidiana,
sus pr?cticas pol?ticas, como el compa?erismo. Es decir, su lectura de la experiencia mirista es en clave
actitudinal. De nuevo, la imagen de Miguel Enr?quez se transforma en un catalizador de este esp?ritu:
[?] a m? lo que me gusta del MIR son las pr?cticas que tiene el MIR [?] una vez le? sobre un enfrentamiento y eran dos estos locos y uno cay? en combate y el otro alcanzo a arrancar y Miguel Enr?quez
les dijo eso est? bac?n en la teor?a, es mejor que caiga uno del Comit? Central que los dos…dijo, est?
46. Entrevista a Alfredo, 19 a?os, actualmente es militante comunista libertario. Fue militante del Frente de Estudiantes
Revolucionarios y del MIR (fracci?n cercana al MIR-EGP) por cuatro a?os, entrevista realizada el 7 de abril del 2014.
47. Castillo define tres tipos de personajes: Los ?identificadores? son los individuos o entidades que condensan en s? mismos el esp?ritu de determinada ?poca y que representan los atributos y pertenencias que la comunidad considera deseables y que orientan su acci?n. Los ?aliados?, son aquellos individuos o entidades que si bien no son percibidas como parte
de la comunidad en s?, son identificados como aliados estables y leales y los ?antagonistas?: como aquellos individuos o
entidades que se consideran opuestos a la comunidad, que tienen atributos y pertenencias sociales distintas, cuya acci?n
se opone u obstaculiza el logro de los objetivos de la comunidad. En: Castillo, ?Ya no somos nosotros??, Op.cit.
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bien, pero es de p?simo compa?ero, ?cachai? Entonces como que esos valores m?s revolucionarios,
son los que m?s me gustan del MIR, m?s que su prop?sito final que no lo conozco a cabalidad48
b) La intelectualidad y la ?voluntad de actuar?.
Otro aspecto importante que est? ?ntimamente relacionado con la voluntad sacrificial de una militancia pol?tica, guarda relaci?n con el valor que estos j?venes le dan a la intelectualidad y a la formaci?n pol?tico-te?rica que est? ?ntimamente relacionada con la acci?n pr?ctica, es decir, una forma de
mirar la militancia como un lugar en donde tienen conjunci?n la actividad pol?tica concreta con la
formaci?n te?rica disciplinada. Sin duda, esta concepci?n hunde sus ra?ces en dos aspectos que son
rescatados por los entrevistados. Por un lado, la categor?a de ?Hombre Nuevo?, ya se?alada, y por otro,
la imagen leninista del ?profesional de la revoluci?n?. En ese sentido, ?Manuel?, a rengl?n seguido de lo
planteado sobre la imagen heroica de Miguel Enr?quez, continua se?alando que otro de los aspectos
fundamentales que rescata de la matriz mirista es lo que titula como ?disciplina e intelectualidad?. De
ese modo manifiesta que, a pesar de que a los revolucionarios de la ?poca los hayan calificados de
?extremistas? o ?terroristas?, nadie pod?a decir que ellos no eran sujetos bien formados te?ricamente.
En sus palabras: ?nadie pod?a decir que eran hueones, nadie pod?a decir que no eran hueones intelectuales, los grandes militantes del MIR, Nelson Guti?rrez, el ?Bauchi?, Miguel, Luciano, y los no tan nombrados, a prop?sito de Concepci?n, como quiz?s el?creo que es? ?Zorrilla? Pero no estoy seguro, o
?Vitale poh!?49. En esa misma l?nea, ?Manuel? contin?a recordando que uno de los personajes que tuvo
influencia en su formaci?n pol?tica (un profesor de Historia de la ciudad de Concepci?n, historiador,
adem?s, del MIR), siempre le recordaba una frase se?alada a ?l por el antiguo fundador del MIR, el
historiador trotskista Luis Vitale:
?t?, si vas a ser revolucionario, tienes que ser el mejor en lo que hagas, el mejor, no puedes ser un
hueon mediocre? [?] claro uno despu?s entiende que en realidad es ser el mejor en su pr?ctica y en
la responsabilidad que eso inquiere, o sea como dice Lenin, el partido tiene que estar compuesto por
los mejores hombres del pueblo, ahora podr?amos cambiarlo un poco y decir las mejores personas,
pero los mejores, o sea la responsabilidad, el hecho de estar siempre ah? no ser un hue?n mediocre
con su pr?ctica revolucionaria. Entonces yo creo que esos son los elementos que yo deslumbro en ese
MIR, que a m? me marcan, yo creo, el tema de la disciplina y de la intelectualidad50.
Alfredo, por su parte, considera que el MIR irrumpe en la escena nacional a prop?sito de la conjunci?n
entre la lucha pol?tica insurreccional y la intelectualidad y que son esos elementos muy importantes
respecto a la organizaci?n. En ese sentido, plantea que antes de haber abandonado la organizaci?n
mirista en la que particip? cuatro a?os, recuerda haber entrado por un imaginario pol?tico que atra?a
48. Entrevista a ?Maximiliano? 30 de marzo del 2014.
49. Entrevista a ?Manuel?, 19 a?os, militante de la Coordinadora Territorial Libertaria, ex miembro del Comit? Blanca
Rengifo, de orientaci?n y cultura mirista, 30 de marzo del 2014.
50. Ib?d.
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por esas cualidades. Es decir, una organizaci?n en donde se mezclaban ambos aspectos. Estos, sin
embargo y como veremos m?s abajo, para la actualidad no tendr?an vigencia:
[?] la posibilidad de juntar la lucha insurreccional con la lucha pol?tica y la lucha intelectual, yo creo
que son caracter?sticas importantes que caracterizan a la matriz mirista y que hoy en d?a no tienen
vigencia, pero que si fueron las caracter?sticas que lograron cautivar a una franja juvenil durante por
lo menos tres d?cadas en el pa?s, entre el 70? y el 2000, por lo menos, entre el 65? y el 95? por decirlo de
otra manera. Yo creo que eso ayud? mucho para la forma organizativa y lo interesante del proyecto
tambi?n ayudan, o sea uno cree, conf?a, en una continuidad hist?rica, y en ese sentido es que uno se
integra a un proyecto pol?tico como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria51.
En un sentido similar, Peter sugiere que es en los personajes emblem?ticos en donde se pueden
encontrar la conjunci?n de los preceptos. Para ?l lo que m?s le llama la atenci?n del ?tridente del
mirismo? (Enr?quez, Cruz y Van Schouwen52) ?es la total entrega, la coherencia y la consecuencia de
sus actuares. Asimismo la perspicacia pol?tica y sus niveles intelectuales y lo espectacular de varias de
sus acciones?53. Del mismo modo, ?Maximiliano? nos plantea que los elementos fundamentales que ?l
podr?a rescatar de la experiencia mirista es ?la cercan?a que ten?an estos locos al ser intelectuales con
el pueblo mismo?54.
En una vereda colindante, la organizaci?n pol?tica tambi?n se transforma en un espacio en donde
los j?venes pueden desarrollarse de mejor forma como intelectuales y revolucionarios? a prop?sito
de comprender la formaci?n te?rico-intelectual como un elemento central en la militancia pol?tica.
En ese sentido, es en la organizaci?n en donde logran encontrar un espacio com?n donde educarse
y auto-educarse. Maximiliano plantea que llegar a la militancia es una decisi?n que tom? porque en
ella encontraba que se daba un espacio de aglutinaci?n y colectividad para el aprendizaje pol?tico55.
c) El Poder Popular.
Por otro lado, la matriz mirista tambi?n va a permear a nuestros entrevistados a prop?sito de las sistematizaciones en torno a la estrategia pol?tica y las categor?as que estos usaron para darle sustento
a sus planteamientos. En este sentido, la creaci?n de un poder que fuese contra hegem?nico al poder
del Estado y que sentar? las bases del socialismo, es un elemento constante en sus relatos.
51. Entrevista a Alfredo, 7 de abril del 2014.
52. Se trata de tres de los l?deres m?s emblem?ticos de la organizaci?n. Se hacen de casi la totalidad del Secretariado
Nacional en 1969, al expulsar al sector viejo y mayoritariamente trotskista. Se caracterizan por su corta edad, la que al momento de la fundaci?n del MIR no pasaba los 23 a?os. Pese a ello, su edad no debe entenderse como un cuestionamiento
de sus capacidades pol?ticas, su ?presencia? en la edificaci?n te?rica de la organizaci?n es sin duda vital, aunque no es
?nicamente su gesti?n. Esto ?ltimo se encuentra estudiado en la bibliograf?a citada en este art?culo, particularmente en
los trabajos de Paliariaki y Ortiz Figueroa.
53. Entrevista a Peter, 4 de abril del 2014.
54. Entrevista a ?Maximiliano? 30 de marzo del 2014.
55. Ib?d.
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De esta forma, para ?Manuel?, el Poder Popular es uno de los elementos m?s rescatable del MIR. De ese
modo, afirma en que en la pr?ctica pol?tica cotidiana que tiene junto a sus compa?eros de organizaci?n intentan llevar a cabo distintas instancias en donde se logren articular formas de expresi?n que
sean reflejo de la sociedad a la que se aspira. A prop?sito de eso plantea que ?en la pr?ctica pol?tica,
yo creo que lo que se rescata del MIR es la idea de Poder Popular, la idea, y desarrollando un poco
la idea de poder popular, c?mo se configura el poder popular, como una configuraci?n previa a lo
que deber?a ser el socialismo. Yo creo que eso se rescata a prop?sito de lo que pasaba en Nueva La
Habana por ejemplo?56 y afirma que es necesario crear un poder que sea capaz de disputar el poder
hegem?nico, para eso, en sus trabajos territoriales cotidianos han elaborado distintas estrategias pol?ticas para cumplir con ese objetivo. Una de estas, por ejemplo, es la de un proyecto en la poblaci?n
La Bandera57. En este, si bien las iniciativas parten desde un prisma m?s relativo a l?gicas anarquistas,
?Manuel? termina planteando lo que se configura all? son espacios de construcci?n de Poder Popular,
tomando sentido en la pr?ctica lo anteriormente expuesto por ?l:
No recuerdo el nombre t?cnico, el nombre preciso con el que se llamaba el proyecto, pero digamos
que es establecer negocios solidarios por as? decirlo, no es negocio la palabra, a prop?sito de eso hab?a un proyecto que se llamaba ?La conquista del pan?, donde ah? claramente est? la parte anarquista
eh, pero ese proyecto justamente era en como en cierta, como una, como se da esta idea de apoyo,
a una vecina de ah? mismo, una compa?era que hab?a quedado cesante, entonces hab?a un horno
de barro por ah? alguien lo ten?a, lo puso en su casa y ella compra harina compra… ah? hace pan y lo
vende eh… lo vende para los vecinos y con eso logra vivir un buen tiempo, antes de volver a encontrar
pega, eso yo creo que es los aspectos subjetivos del poder popular se trata de configurar un poco
as? ?ya?58
Por su parte, Alfredo, coincidentemente con ?Manuel?, tambi?n plantea que el Poder Popular es uno
de los elementos m?s importantes que ?l rescata del MIR. En ese sentido, para ?l es esta organizaci?n,
y no otra, la que dirige la discusi?n sobre un poder alternativo, sistematizando y socializando una
estrategia para construir g?rmenes de crecimiento de Poder Popular en nuestro pa?s. En ese sentido,
como nos plantean, las organizaciones herederas de una matriz mirista, como a las que ?l pertenece
y perteneci?, recogen las ense?anzas de la pret?rita organizaci?n:
[?] pero yo creo que si t? me dec? a m?, cu?l es el legado m?s importante del MIR, creo que no son sus
personajes, ni es su m?todo organizativo, sino que es el legado ideol?gico, o sea aqu? la elaboraci?n
pol?tica que se ha hecho en Chile la ha hecho el MIR, de hecho es as? de simple, por ejemplo el discur56. Entrevista a ?Manuel? 30 de marzo del 2014. ?Nueva La Habana? es una toma de terreno y posterior poblaci?n de
Santiago, en donde el MIR y sus militantes tuvieron una gran participaci?n tanto en su fundaci?n como organizaci?n,
politizaci?n y posterior desarrollo.
57. Emblem?tica poblaci?n de la actual comuna de San Ram?n, en Santiago. Nacida en 1969 a partir de una toma ilegal,
fue, al igual que ?Nueva La Habana?, comandada y organizada por una fuerte presencia mirista. En ese tiempo se llam?
?Toma 26 de Enero?, en honor al d?a en que fue tomada.
58. Ib?d.
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so del Poder Popular si bien exist?a aqu? en Chile ya, lo de la dualidad de los poderes exist?a en Chile,
quien lo patent? por decirlo de alguna manera, quien lo masifico, fue el MIR [?]59
d) ?Aprender de los errores?
Sin embargo, pese a los elementos que antes se han se?alado, los j?venes no son reacios a criticar
tambi?n a la organizaci?n de la cual se siente herederos. De ese modo, varias de las lecturas que realizan acerca de los elementos m?s importantes que desde la herencia mirista incorporan a su praxis
pol?tica, son analizadas con detenci?n, cr?tica y proyecci?n. En ese sentido, son cuestionamientos que
sin negar el car?cter necesario e innovador de la pol?tica mirista en su contexto, y de las ense?anzas
de esta organizaci?n para el acervo pol?tico actual, permiten a los nuevos revolucionarios ?superar?
algunas de las viejas pr?cticas que identifican como err?neas. Por ejemplo, para Pablo, la imagen de
los ?grandes? revolucionarios y el levantamiento de ?pr?ceres? de la revoluci?n lejos de ser actual, es
una pr?ctica profundamente descontextualizada. Para ?l, la construcci?n del perfil de revolucionarios
debe estar acotada al contexto epocal en que se vive. El ?Hombre Nuevo? puede ser necesario, pero
esta imagen debe ser le?da desde el presente. En ese sentido plantea que:
Tambi?n me parece muy negativo el perfil sacrificial de la militancia, casi como superhombres que se
pegan al pecho con una idea de hombre nuevo que no se ci?e a la realidad y que al final termina configurando un perfil militante sacrificial, angustioso y que se cae del cadalso a cada momento. Como
que la gracia pasa m?s por construir perfiles de militantes m?s comunes y menos excepcionales, m?s
cercanos al Alejandro Villalobos (el Micky) y m?s alejado del Miguel Enr?quez.60.
Por lo tanto, es posible afirmar que uno de los elementos que m?s signifiquen los j?venes que acceden a la militancia pol?tica ser? la imagen del sacrificio enmarcada en un misticismo revolucionario,
que hundiendo sus ra?ces en las conceptualizaciones sobre el Hombre Nuevo, encuentra sentido en
el ejemplo de l?deres pol?ticos miristas61. Sin embargo lo anterior no se posiciona simplemente como
un deber-ser, tambi?n sirve como un elemento de cr?tica que permite superar algunas l?gicas ?mesi?nicas? de la organizaci?n, para proyectarla con sentido actualizado. En ese sentido el argumento
de Pablo nos permite comprender la complejidad del asunto, pues, no es que se rechace la imagen
del revolucionario con una entrega total, si no la ?sacralizaci?n? de este. El ?ejemplo sin tacha? no dar?a
59. Entrevista a Alfredo, 7 de abril del 2014
60. Entrevista a ?Pablo?, 24 a?os, militante del Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), ex ? miembro de una organizaci?n
mirista territorial cercana al MIR-Demetrio (MIR-Pol?tico). Entrevista realizada el 31 de marzo del 2014.
61. En otra parte de la entrevista, Manuel construye un relato heroico de Luciano Cruz: ? A ver los puntos esenciales que uno
le entrega una significaci?n quiz?s mas especial por as? decirlo, para mi, en mi caso son dos cosas que ya he nombrado, primero
que nada la visi?n del hombre nuevo y de guerrillero heroico que tiene los militantes del MIR, esa impronta y ese misticismo que
no se los saca nadie, como te digo Luciano Cruz agarr?ndose con los pacos, cuando…porque yo le? todas esas cosa yo vi las fotos
de Luciano Cruz, vi las fotos de Luciano Cruz arriba del guanaco, vi como el diario la Cr?nica del Concepci?n lo trataba de un
terrorista un delincuente, de como el weon hab?a raptado un paco y lo hab?a dejado un par de d?as adentro de la universidad
de conce, de que se yo digamos, de todas esas historias que se tejieron en torno a Luciano, digamos, y que yo las vi y eran reales,
estaban en el diario quiz?s un poquito mas exageras pero ocurrieron, entonces, claro, Luciano era un weon que le daba cara a
todo?. Entrevista a ?Manuel? 30 de marzo del 2014.
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cuenta del espesor social real de la militancia actual, sino m?s bien de una imagen errada y falsificada
de ella. La tarea, por lo tanto, es entender la militancia desde una perspectiva ligada a lo ?real?, con
aciertos y desaciertos. En esa l?nea, no es casualidad que en vez de la imagen de Miguel Enr?quez,
Pablo proponga la de Alejandro Villalobos62 como la del ?militante ejemplar?.
En un sentido similar, para Manuel algunas diferencias que se establecen con el MIR tienen que ver
con el tipo de estructura que los define. De ese modo, nos plantea que no concuerdan con la idea
verticalista de direcci?n que ten?a el MIR, en donde, ?en teor?a exist?a un centralismo democr?tico,
pero en la pr?ctica se daban m?s ordenes de arriba que las que sub?an desde abajo?63. En esa l?nea
plantea que:
Ahora, diferencia en la pr?ctica, la horizontalidad, nosotros no, si tenemos una especie de Secretario
General como organizaci?n, como CTL, s?, pero […] no es una Secretar?a General que tome decisiones
ni nada, sino que se le pone ese nombre [?] por dar un o sea por hablar de secretario ?ya? de alguien
que finalmente est? tomando actas, de alguien que finalmente est? manteniendo relaciones con otro
grupo, que alguien que esta constantemente respondiendo el mail, que alguien que est? constantemente proponiendo cosa. Pero la horizontalidad es una pr?ctica dentro de la organizaci?n, ?ya? Y eso
se diferencia del MIR y yo creo que es una gran diferencia64.
Al respecto, Pablo contin?a el argumento que inicia ?Manuel?, pero va m?s all?. Para ?l, reproducir
las l?gicas org?nicas del MIR, como el verticalismo referenciado, es sin?nimo de caer en una l?gica
en donde los ?mandatos? se dan unidireccionalmente y no se permite la apertura de la organizaci?n
como un espacio creador de conocimiento, tal y como m?s arriba lo habr?a se?alado Maximiliano
y Camilo al comprender el espacio militante y la org?nica pol?tica como una especie de escuela de
formaci?n. De ese modo, la cr?tica a un proyecto pol?tico sesentero se articula desde los ap?ndices
org?nicos, pero no se cuestiona la matriz pol?tico-cultural de un proyecto hist?rico, como un modo
de hacer:
Siempre que leo a los y las miristas veo puras f?rmulas. Creo que la recuperaci?n que se hace del MIR
es un anacronismo que no resiste la inteligencia y que introduce de contrabando un microfascismo,
como los que se incuban en la militancia de la ACES y esos cabros que presos de b?squeda de certezas de corto alcance, hipotecan su desarrollo cr?tico-racional en lo que fue una organizaci?n y no
se plantean el sentido que esa organizaci?n jug? en la historia: ?el puede ser?. Incuban el sectarismo
como pr?ctica recurrente de hacer pol?tica (el ?si no est?s conmigo no trabajamos juntos?), incuban
una menci?n s?per mesianista de hacer la pol?tica como una lucha por una verdad que es incognoscible para las personas comunes y que s?lo algunos militantes, bautizados en el mirismo, est?n
habilitados para cognoscer. Es decir, pura pol?tica de control sobre el discurso para estabilizar una
verdad y cerrar su sentido hist?rico, cortarle su potencial de masificaci?n y de usos heterog?neos que
62. Se trata de un dirigente mirista, poblador y electricista. A juicio de nuestro entrevistado, ?ste estaba caracterizado
por practicar y defender acciones pol?ticas y org?nicas de tipo horizontal y menos vertical, en relaci?n a los ?mandatos?
verticales del MIR.
63. Ib?d.
64. Ib?d.
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permitan que otros y m?s otros diferentes lean la realidad desde una posici?n y no desde un discurso
determinado65.
5) Palabras finales: los j?venes miristas observan al ?ngel de la Historia.
A trav?s de los elementos hist?ricos bosquejados y del an?lisis de la voz de los actores de esta nueva
etapa en el derrotero pol?tico cultural de las identidades pol?ticas juveniles en el Chile reciente, ?es
posible erigir algunos ejes reflexivos que permitan articular una aproximaci?n tentativa para pensar
y comprender la militancia (post)mirista en el Chile neoliberal?
Sin duda, el trabajo ac? presentado nos muestra solo una parcialidad de lo que nos hemos venido
preguntando. En ese sentido, es necesario decir que ?por motivos de extensi?n y objetivos del art?culo- las entrevistas ac? expuestas fueron seleccionadas cuidadosamente para no saturar el texto y con
el criterio de observar aquellos nudos biogr?ficos que se abrieran al pasado pol?tico de nuestro pa?s
desde sus protagonistas66.
Podemos afirmar que el estudio de los j?venes militantes entrevistados nos permite comprender con
mayor complejidad la proyecci?n de culturas pol?ticas del pasado y sus relaciones/tensiones en el
presente. As?, la mutabilidad del tiempo hist?rico, las coyunturas pol?tico-sociales,la experiencia de
los sujetos, etc., existe una matriz pol?tica mirista com?n en todos los entrevistados, a pesar de la derrota hist?rica del proyecto pol?tico del MIR, del paso hacia un nuevo per?odo hist?rico, del recambio
generacional y de las experiencias militantes, hoy en d?a sigue siendo urgente para una nueva generaci?n de sujetos la existencia de un proyecto liberador experienciado y articulado en la trayectoria
hist?rica. Es la posibilidad de la disputa por la reconstrucci?n del pasado, de la memoria pol?tica de la
militancia y de la proyecci?n de la experiencia hist?rica como testimonio de la lucha y de la voluntad
de cambio y transformaci?n pol?tica y social.
No resulta casual que los protagonistas y autores del documento ?De la historia a la Historia: retomamos las banderas del FER? piensen ir a la historia en t?rminos de la Historia; es decir, piensen ir de la
experiencia, como aquel campo confinado a perderse en la conservaci?n (y petrificaci?n) que, huyendo del presente desaparece y se extingue. Proponen lograr que las y los ?nuevos miristas? puedan ir
a la Historia, tal y como propone Benjam?n en el ?ngel de la historia67 que pretendiendo rescatar a los
65. Entrevista a ?Pablo?, 31 de marzo del 2014.
66. Las entrevistas, como todas, nos abren a diferentes espacio de las narrativas experienciales. Ellas nos posibilitan articular otras nociones de las culturas pol?ticas actuales, en relaci?n a construcci?n propias de ?su? presente (como temas propios del siglo XXI como el eco-sociaalismo, el feminismo o diversos movimientos contestarios de los ?ltimos diez a?os).
67. En la Tesis IX de Benjamim, que se refiere al Angelus Novus de Klee: ?? Se ve en ?l un ?ngel al parecer en el momento
de alejarse de algo sobre lo cual clava la mirada. Tiene los ojos desencajados, la boca abierta y las alas tendidas. El ?ngel de
la historia debe tener ese aspecto. Su cara est? vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena
de acontecimientos, ?l ve una cat?strofe ?nica, que acumula sin cesar ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ?ngel
quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Para?so y se
arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ?ngel no puede plegarlas. Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia
el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el c?mulo de ruinas sube ante ?l hacia el cielo. Tal tempestad es lo que lla-
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muertos del olvido clava su mirada hacia el pasado desde un lente que lo comprende como una ?nica
cat?strofe, y visualiza el futuro como un espacio por (re)construir.
De ese modo, fuera de analizar las razones de por qu? uno u otro sujeto ac? estudiado opt? por otra
una u otra corriente pol?tica (lo que ciertamente es una pregunta derivada de este trabajo), lo que nos
permite entrever esta investigaci?n es la permanencia de una cultura pol?tica y de un modus vivendi,
que se reinterpreta pero no pierde sentido en cuanto a las herramientas que entrega. En esta l?nea,
el relato de Alfredo nos permite aproximarnos a un cierre tentativo (m?s no a una conclusi?n). Para
?l, el legado pol?tico de la organizaci?n ac? estudiada debe tomarse por su ap?ndice subjetivo, como
un modo de ver el mundo, con el objetivo de posicionarse cr?ticamente ante el panorama pol?tico y
conservar algunos de los aspectos m?s importantes:
?Yo siempre voy a recalcar mi opini?n, que me parece que esta di?spora mirista que se ha generado
es m?s negativa que positiva, raya particularmente en la ridiculez tambi?n. Y creo que lo importante
a rescatar del MIR, no es su recreaci?n, no es una obra teatral en donde nosotros recreemos los papeles hist?ricos que se jugaron en ese momento, sino que es m?s bien, es un legado pol?tico, que es el
legado pol?tico revolucionario m?s importante de Chile, pero que no debe ser rescatado de manera
objetiva si no desde lo subjetivo, en ese sentido lo que debe ser rescatado son los aspectos ideol?gicos m?s importantes, como lo que convers?bamos, aspirar siempre a ser los mejores revolucionarios,
no abandonar la diversidad?68
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68. Entrevista a Alfredo, 7 de abril del 2014.
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