La respuesta de los residentes de Estambul a la anulación arbitraria de la elección relativa al alcalde de la metrópolis turca ha sido enorme.
11-07-2019
Turquía, dilemas y desafíos
La victoria de la oposición en Estambul en el espejo de las cuestiones kurda y siria
Uraz Aydin
alencontre.org
La respuesta de los residentes de Estambul a la anulación arbitraria de la elección relativa al alcalde de la metrópolis turca ha sido enorme. Si bien la brecha entre los dos candidatos en las elecciones municipales del 31 de marzo de 2019 fue del orden del 0,16% a favor del candidato de la oposición, alcanzó el 9,22% en la elección renovada del 23 Junio de 2019. Ekrem Imamoglu, candidato del CHP (Partido Republicano del Pueblo) y de la oposición –de cualquier tendencia-, ganó con el 54.21% de los votos frente al 44.99%.
La retórica contraterrorista no ha funcionado
Fue un verdadero choque para el régimen de Erdogan perder su escaparate en la primera elección. De hecho, la ciiudad de Estambul, donde comenzó su ascenso como alcalde en 1994, a través de una sutil transferencia de recursos también permitió el surgimiento de una burguesía, verdadero pilar del AKP[1]. Estambul, capital económica y cultural del país, representa hoy la realización de los megaproyectos del Jefe (tercer puente y canal submarino que conecta los dos continentes, el aeropuerto más grande del mundo, así como el proyecto de un segundo Bósforo…) y tiene un presupuesto anual de 6 mil millones de euros. Pero, subestimando a este pequeño alcalde de distrito (Ekrem Imamoglu), prácticamente desconocido hasta entonces, Erdogan apostó una vez más por una propaganda general basada en la criminalización de la oposición.
El presidente turco, acompañado por su ministro del Interior, Süleyman Soylu, ha multiplicado los mítines, al precio de dejar a su candidato acompañante, el ex primer ministro Binali Yildirim, en la sombra. La “supervivencia del Estado” frente a una oposición “de apoyo al terrorismo” representaba, según él, la verdadera apuesta de esta elección, cuya campaña se llevó a cabo como si fuera una elección presidencial. Sin embargo, la retórica antiterrorista, desplegada desde el fallido golpe de estado de 2016, no ha sido suficiente esta vez para conseguir la victoria. A unos pocos miles de votos de Imamoglu, después de muchas maniobras del gobierno y muchos recursos del AKP, fue elegido alcalde de Estambul por… 16 días. Bajo fuerte presión del Presidente, el Alto Consejo Electoral (YSK) finalmente anuló las elecciones con el pretexto de que algunos presidentes de los colegios electorales no eran funcionarios públicos, una práctica común cuando no se alcanza el número requerido de funcionarios públicos. Sin embargo, el YSK no pudo proporcionar ninguna prueba de que este último hubiese cometido alguna irregularidad (especialmente porque los oficiales del AKP estaban presentes en cada colegio) e incluso decidió organizar la segunda votación con el mismo personal…
Todas estas contradicciones y el pragmatismo incomparable desplegado por el AKP durante la segunda campaña, que reflejaba un completo desconcierto, se agregaron a un descontento general provocado sobre todo por los efectos de la crisis económica (especialmente con el 25% de desempleo juvenil en Estambul). Además, el discurso conciliador, pero también el énfasis en sus orígenes conservadores, así como el carácter confiado y tranquilo de Imamoglu, por lo tanto todo lo contrario de la arrogancia y la agresividad de Erdogan, parecen haber pesado en los resultados. Imamoglu ganó con más de 800.000 votos de diferencia con su oponente, mientras que la diferencia entre los dos candidatos fue de solo 13.700 en la primera elección. Aún más sorprendente y significativo, mientras que Yildirim perdió votos en todos los distritos, incluidos los bastiones del AKP, Imamoglu llegó en cabeza en 13 de los 24 distritos de Estambul (de un total de 39) ganados por el AKP en la primera elección. Una derrota asombrosa que no solo es el resultado de la mala gestión del municipio de Estambul y del desperdicio de recursos en beneficio de las empresas pro-AKP y de las fundaciones islamistas apoyadas por el régimen, hechos revelados por Imamoglu durante su corto mandato. Pero esta debacle inevitablemente cuestiona la administración de Erdogan, incluida su base electoral.
El mapa kurdo
Uno de los retos en la votación renovada fue para el AKP motivar al electorado nacionalista conservador para que fuese a votar y… votase a Yildirim. De este modo se movilizó una gran cantidad de argumentos para revelar los supuestos orígenes griegos de Imamoglu, así como su adversidad a la religión, hasta el punto de compararle con el golpista general Sissi[2].
Pero el otro reto era convencer al electorado kurdo, que en Estambul tiene casi un millón y medio de habitantes. Según un análisis reciente, el 26% de los kurdos (en su mayoría conservadores) votaron en las elecciones municipales del 31 de marzo de 2019 por el candidato del AKP, mientras que el 56% mostró su preferencia por Imamoglu. Entre la población kurda de Estambul, alrededor de 260.000 personas, o sea el 18%, no fueron a votar[3].
La primera medida tomada por el Estado para fortalecer esa participación a favor de Yildirim fue permitir que Abdullah Ocalan, el líder del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), encarcelado durante veinte años, viese a sus abogados, lo que se le había impedido bajo diversos pretextos por parte de las autoridades durante ocho años. La reunión de prensa organizada por sus abogados después de la visita tuvo lugar el mismo día, el 6 de mayo, que la anulación de la votación del YSK[4]. El objetivo de esta visita era que fuese interpretada como el anuncio de un nuevo punto de inflexión en las relaciones entre el Estado turco y el movimiento kurdo que, desde la ruptura del proceso de negociación y la reanudación de los conflictos armados en 2015, está sujeto a una represión masiva. Se suponía que otros actos menores, como la pronunciación de la palabra “Kurdistán” por Yildirim o la posibilidad de repatriar la tumba del cantante kurdo Ahmet Kaya en Père Lachaise, representaban otros tantos guiños en esa dirección. El AKP también transportó a Estambul a todos los diputados kurdos, así como a los líderes religiosos locales y a las personalidades de las tribus kurdas (”asiret”).
Pero el mayor intento de convencer al electorado kurdo fue la revelación de una carta de Ocalan pidiéndole al HDP (Partido Demócrata de los Pueblos) que mantuviera su neutralidad en la elección. La existencia de una carta de este tipo fue anunciada por un académico que, durante una visita a Ocalan -lo nunca visto-, supo que este último había entregado la carta a sus abogados dos días antes. Sin embargo, sus abogados aún no la habían hecho pública. Se mostró posteriormente que la visita del académico se decidió en una reunión en la que estuvieron presentes el Presidente turco y el jefe de los servicios de información. Si las personalidades del HDP al principio negaron la existencia de tal carta, se reveló después que era cierta. Los abogados declararon, en base a las discusiones que tuvieron lugar durante esta visita, que la “imparcialidad” de la que habló Ocalan significaba la preservación de una posición de “tercera vía” que abogaba por la “conciliación social” frente a la polarización actual y, por lo tanto, no era una indicación directa para las elecciones. Agregaron que el líder del PKK había dejado claro que “correspondía al HDP tomar sus decisiones”. Los principales actores del movimiento kurdo, como la dirección del PKK, el HDP y su-ex líder Selahattin Demirtas, también detenidos en los últimos dos años y medio, anunciaron que mantendrían la misma táctica de apoyo a Imamoglu para debilitar al AKP al tiempo que enfatizaban que compartían los análisis de Ocalan.
Aunque Erdogan y su aliado ultranacionalista Devlet Bahceli (secretario del Partido de Acción Nacionalista) expresaron que se trataba de una lucha de poder entre Demirtas y Ocalan -para reforzar la discordia- y casi insinuaron que la posición de este último era más consecuente, eso no tuvo efecto en el movimiento kurdo y atrajo principalmente una reacción en las filas nacionalistas de la alianza en el poder. Todavía faltan análisis detallados del comportamiento de los kurdos de Estambul en las elecciones últimas. Sin embargo, se puede decir que en los distritos donde la población kurda está muy presente, hubo un aumento significativo en la participación y, por supuesto, en los votos para Imamoglu. Es también demasiado pronto para evaluar las consecuencias del asunto de esta famosa carta. ¿Se reducirá a un pequeño incidente en la gestión de la realpolitiko explotará sobre las brasas de las tensiones latentes dentro del movimiento[5]? Pero, en cualquier caso, esta instrumentalización sin paralelo de la cuestión kurda y de la aspiración a la paz se ha interpretado ampliamente como el signo de un régimen en crisis, desorientado, listo para un pragmatismo acentuado que asegure su supervivencia.
El voto anti-inmigrantes
Otra faceta de la victoria de la oposición tiene que ver con un tema mucho más delicado, el de los inmigrantes sirios y la creciente xenofobia entre la población del país. Hoy en día hay más de 3,5 millones de sirios en Turquía, de los que entre 700.000 y 750.000 viven en Estambul. Los efectos de la crisis, especialmente el desempleo, refuerzan la antipatía, construida históricamente y, por lo tanto, con los rasgos “tradicionales” turcos hacia los árabes. Los sirios son acusados, como en cualquier discurso racista que no se define como tal, de robar el trabajo de la población local al ser contratados por salarios más bajos, de disfrutar de privilegios de los que están privados los ciudadanos turcos, etc.
A ello se suma todo tipo de leyendas urbanas, como que los sirios adquirirán la ciudadanía turca (y podrán así votar por el AKP), que no pagan impuestos ni facturas (de electricidad, de calefacción), que reciben un salario del Estado, que puedan abrir negocios sin licencia y así sucesivamente. La realidad es bastante diferente. Los sirios en Turquía no gozan de la condición de refugiados, pero se les considera “invitados”. Esto les priva de los derechos básicos garantizados por el derecho internacional, como el acceso a la vivienda o al empleo, lo que crea condiciones de vida extremadamente precarias, con más del 90% viviendo fuera de los campamentos.
Sin embargo, en el contexto de la polarización política y cultural en el país, nadie se detiene en estos detalles y la “conciencia popular” prefiere asimilar las declaraciones más compatibles con sus “creencias”. La presencia siria en el territorio turco es, por lo tanto, considerada por grandes sectores de la opinión pública laica como uno de los aspectos del islamismo árabe del AKP y el apoyo brindado a las bandas yihadistas en Siria por el régimen refuerza esa convicción.
Sin embargo, la insatisfacción con los inmigrantes sirios no proviene solo del nacionalismo secular, sino que reina en todos los sectores de la población. Por ejemplo, los resultados de una encuesta realizada en 2017 muestran que aquellos que desean la devolución de los sirios después del final de la guerra son el 83.2% entre los pro-AKP, el 75.9% entre los pro-HDP y el 94,9% entre los pro-CHP[6]. La investigación realizada por TEAM y Rawest citada anteriormente también señala que el tema de los inmigrantes sirios, junto con el empeoramiento de la situación económica, es una de las principales razones por las que los kurdos conservadores no hayan votado por el AKP el 31 de marzo de 2019. Como anécdota, un arquitecto de origen azerbaiyano, de algo más de treinta años, me confiaba en una entrevista realizada en un mitin de Imamoglu en el distrito popular y más bien conservador de Esenyurt, en el que residen un número considerable de kurdos y de sirios y cuya alcaldía ha pasado del AKP al CHP: “Soy de una familia que vota tradicionalmente por el MHP (extrema derecha), pero he votado el 31 de marzo por Imamoglu y voy a volver a votarle porque me duele ver a todos esos comercios sirios mientras que nuestros hermanos kurdos no pueden ni hablar tranquilamente su lengua”. Una muy lúgubre fraternización entre los pueblos…
Por lo tanto, independientemente de sus discursos, Imamoglu fue considerado por algunos de sus electores como un posible salvador que anularía los “privilegios” de los que disfrutan los sirios y que los enviaría a “su casa”. En las horas que siguieron a la confirmación de la victoria de Imamoglu, se lanzó el hashtag # lessyriensvontfoutrelecamp… [los sirios van a largarse de aquí].
Ante estas expectativas, Imamoglu ha expresado en repetidas ocasiones el deseo de que los sirios regresen a su país una vez se aseguren las condiciones de paz en el marco de la unidad nacional de Siria y que para ello el ayuntamiento de Estambul iba a trabajar eficazmente con las plataformas internacionales. Además, el candidato también ha declarado que los problemas en cuestión (por ejemplo, problemas de seguridad, “cambio de estilo de vida y de textura de la calle en nuestros barrios”) provienen de políticas no controladas, no planificadas e insostenibles llevadas a cabo durante años por el gobierno. Sin embargo, Imamoglu también planea crear una unidad de inmigración en el ayuntamiento para tomar medidas para resolver los problemas de salud, nutrición y de abuso, en particular de las mujeres y niños refugiados.
Las tendencias contradictorias se cristalizan en esta victoria de la oposición en Estambul. El apoyo de los kurdos, así como las expectativas sobre el tema de los inmigrantes, son desafíos para Imamoglu, que hasta su victoria ha intentado satisfacer a todas las partes de la oposición. Pero ahora se trata de tomar medidas concretas. Y el hecho de que Erdogan parezca inclinado a obstruir el funcionamiento de la alcaldía, a través de la mayoría que tiene en el consejo municipal, hace que la tarea sea aún más difícil.
Traducción: viento sur
https://alencontre.org/asie/turquie/turquie-dilemmes-et-defis-la-victoire-de-lopposition-a-istanbul-au-miroir-des-questions-kurde-et-syrienne.html
Notas
[1] Ver Uraz Aydin, “L’oppsition perce, le bloc d’Erdogan ‘resiste’”, https://alencontre.org/asia/turkey/turkey-lopposition-perce-le-bloc-derdogan-resiste.html
[2] Ver Ariane Bonzon y Uraz Aydin, “En Turquie, le camp islamique se fissure”, http://www.slate.fr/story/178782/turkey-camp-islamic-fissure-erdogan-elections-municipal-istanbul
[3] https://rawest.com.tr/wp-content/uploads/2019/06/?stanbul-Kürt-Seçmen_final.pdf
[4] Ver Uraz Aydin, «Fragments socio-politiques du paysage de l’entre-deux élections» https://alencontre.org/asie/turquie/turquie-fragments-socio-politiques-du-paysage-de-lentre-deux-elections.html
[5] Ver Uraz Aydin, “Que devient le HDP?”, https://alencontre.org/asie/turquie/turquie-que-devient-le-parti-democratique-des-peuples-le-hdp.html
[6] https://goc.bilgi.edu.tr/media/uploads/2018/02/05/bilgi-goc-merkezi-kutuplasmanin-boyutlari-2017-sunum.pdf?fbclid=IwAR2Kd–0QKAARxGSRoFcg4tVM2yh2-Xs5nD5tPlqrJ31rDRlQfstMi8qvLo