Los otomanos piden una franja fronteriza que entre 32 kilómetros en Siria, lo que pondría a los kurdos bajo control de las tropas turcas, lo que obviamente los kurdos no aceptan, por lo que Estados Unidos propone la anchura de 5-14 km.
Ankara negocia con Washington una zona segura turca en el noreste de Siria
La Vanguardia
05/08/2019 17:5
Ankara, 5 ago (EFE).- Delegaciones militares de Turquía y Estados Unidos continuaron este lunes en Ankara sus negociaciones sobre una futura zona de control turco en el noreste de Siria .
Según informó el Ministerio turco de Defensa en su cuenta de la red social Twitter, estas conversaciones, que duraron hoy todo el día y que serán retomadas mañana, buscan un acuerdo para “establecer de forma coordinada” esta zona segura.
El encuentro tuvo lugar un día después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazara con una intervención militar en el noreste de Siria, si no se llegaba a un acuerdo.
“Hemos entrado en Afrin, Yarábulus y Al-Bab y ahora entraremos al este del Éufrates”, dijo el mandatario, en referencia a dos campañas militares turcas para controlar unos 4.000 kilómetros cuadrados en el norte y noroeste de Siria.
Sin embargo, el territorio al este del río Éufrates sigue en manos de las milicias kurdas Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que Ankara considera terroristas por sus vínculos con el PKK, la guerrilla kurda activa en Turquía.
Las YPG, de orientación laica, son aliadas de Washington en la lucha contra los restos del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y han recibido armas de las tropas estadounidenses.
Turquía exige establecer una “zona segura” bajo control turco o turco-estadounidense de 32 kilómetros de ancho a lo largo de la frontera turco-siria al este del Éufrates, lo que equivaldría a otros 12.000 kilómetros cuadrados.
En esta zona no debería haber presencia de las YPG, sus posiciones serían destruidas y se les obligaría a entregar su armamento pesado, demanda Ankara.
El problema es que esta franja pondría la gran mayoría del territorio sirio habitado por kurdos bajo control de tropas turcas, algo inaceptable para las milicias YPG, íntimamente ligadas al desarrollo de una administración, gestión social y económica autónoma en las regiones kurdas de Siria.
Por ello, Estados Unidos propone reducir la franja a un ancho de entre 5 y 14 kilómetros, según filtraciones a la prensa turca.
Un exoficial de las Fuerzas Armadas turcas, que pidió el anonimato, aseguró a Efe en Ankara que actualmente se negocian cinco puntos: “El ancho de la franja, quién la controla, el desarme de las YPG, la coordinación (Turquía-EEUU-Rusia) y el futuro de las relaciones de Turquía con Estados Unidos”.
Explicó que “en estas negociaciones hay tres niveles: las propuestas, el objetivo y el punto de resistencia”.
“Por ahora hemos colocado en la mesa nuestras propuestas. Podemos ir cediendo acorde a lo que se nos ofrece: por ejemplo, si EEUU está dispuesto a vendernos misiles Patriot en el futuro y a fabricarlos de forma conjunta, podríamos ceder respecto a la anchura de la zona prevista”, manifestó este experto militar.
“El objetivo suele estar por debajo de las propuestas que se hacen. El punto de resistencia, sin embargo, es aquel donde no podemos ceder más”, agregó.
Varios altos cargos turcos han señalado en las últimas semanas que Turquía está dispuesta a lanzar por su cuenta una operación militar en el noreste de Siria, si no hay acuerdo.
“Terminen las negociaciones como terminen, estamos decididos a despedazar la ‘franja de terror’ al este del Éufrates. Haremos lo que haga falta, no necesitamos pedir permiso a nadie”, dijo Erdogan en julio, días después de que concluyera sin éxito una primera ronda de negociaciones entre el enviado especial de EEUU para Siria, James Jeffrey, y el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar.
“Al continuar el fuego de acoso, no podemos quedarnos callados. Tenemos paciencia hasta cierto punto. Esta paciencia tiene un fin”, alertó Erdogan en referencia a supuestos ataques.
Pero, en realidad, el único incidente fronterizo en muchos meses se registró el 23 de julio pasado, cuando Jeffrey estaba en Ankara, al impactar dos cohetes lanzados desde suelo sirio contra la localidad turca fronteriza de Ceylanpinar y causar seis heridos.
También durante la intervención contra el cantón kurdo de Afrin en el noroeste de Siria en 2018, las autoridades turcas alegaron responder a frecuentes ataques fronterizos por parte de las milicias YPG, sin que se tuviera constancia de ninguna acción. EFE
DT-iut/jk/acm