El supremo geoestratega que resultó ser el zar Vlady Putin es hoy motivo de la seducción simultánea de China, Trump y ahora de Francia/Europa. Sobra recalcar que quien lleva la mano de la definición geoestratégica euroasiática y global es Rusia, en la fase de su parusía con el zar Vlady Putin.
Bajo la lupa
Macron proclama el “fin de la hegemonía de Occidente” y la reconciliación con Rusia
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
Según Le Monde, “después del éxito ( sic) del G-7 Macron sacudió a los diplomáticos (http://bit.ly/2MPxxOs)”.
No existió tal “éxito” cuando Macron se lució tres días antes de la cumbre del G-7 en Biarritz, al recibir en Brégançon a su homólogo ruso Vlady Putin, con quien acordó, más allá de la fachada de Ucrania, reconciliarse y lubricar la reincorporación de Rusia al formato del G-8, a petición expresa de Trump (http://bit.ly/2NM1AWL). Otro lucimiento de Macron fue su coup de théâtre persa: la recepción del canciller Javad Zarif en Biarritz, al margen del G-7.
En el seno del disfuncional G-7 no se resolvió nada. Ni siquiera la apremiante contribución al megaincendio del Amazonas. Quizá ayudó a lubricar la voltereta de Trump, para no perder la compostura, sobre la reanudación de las negociaciones de su guerra comercial contra China.
Macron lució enormidades un día después del G-7 –con su discurso que (en)marca el canto de cisne de Occidente– ante 200 diplomáticos (http://bit.ly/2NJC8kG): ¡un genial diagnóstico del zeitgeist geoestratégico! En un clásico estilo neo-gaullista, Macron definió el papel de Francia como una “potencia de equilibrio”.
Le Monde recupera la “opción estratégica” de Macron: “evitar el desvanecimiento de Europa frente a la prominencia de China y EU”, que pasa necesariamente por la reconciliación de la Unión Europea “con su vecino ruso” cuando hoy “Europa es el teatro de una lucha estratégica entre EU y Rusia” que tendrá “consecuencias de la guerra fría” en el suelo de Europa que corre el riesgo de desaparecer.
Macron abogó por una “estrategia de la audacia” con el fin de “colocar al hombre ( sic) en el centro de la civilización europea desde el Renacimiento” –tesis añeja de Bajo la Lupa.Diagnostica “el fin de la hegemonía occidental” y apela a “una transformación ( sic) y a una recomposición geopolítica y estratégica”.
Las “cosas cambiaron”: feneció “el orden internacional de la hegemonía occidental desde el siglo XVIII”: que fue primero francés con el siglo de la Ilustración; luego británico en el siglo XIX con la Revolución Industrial; y estadunidense en el siglo XX “gracias a dos grandes conflictos y a su dominación económica y política”.
Hoy el mundo vive la multipolaridad con “la emergencia de nuevas potencias” cuyo “impacto ha sido subestimado”. Coloca a China en primer lugar, luego a la “estrategia rusa” que ha sido muy “exitosa”, además del resurgimiento de India.
Las tres superpotencias emergentes “se piensan como verdaderos Estados civilizatorios” que son muy atractivos por la inspiración que emanan: “India, Rusia y China poseen una inspiración política mucho más poderosa que la europea”. Y eso que Macron no abordó la portentosa Ruta de la Seda de China que asocia a Rusia en su trayecto y a Europa como su terminal geoeconómica.
Reconoce que la “economía de mercado se financiarizó profundamente”, lo cual desembocó en un “capitalismo de acumulación” sin una clase media que constituía “el pedestal de la democracia” y alteró el orden político. Fustiga con justa razón a EU que “se encuentra en el campo occidental, pero que no comporta el mismo humanismo ( sic)”, a diferencia de la “sensibilidad ( sic)” de los europeos.
Luego de alardear que Francia representa hoy el “primer ejército europeo”, amén de constituir una “superpotencia diplomática”, advierte que “empujar a Rusia lejos de Europa es un profundo error estratégico”, ya que el aislamiento de Moscú “incrementa las tensiones” y lo empuja a “aliarse con otras superpotencias cono China”, lo cual no es del interés de Europa.
Lanza su seducción a Rusia, a quien invita a formar parte de su entorno civilizatorio europeo, en lugar de “ser el aliado minoritario de China”. ¿Rusia como primum inter pares en Europa?
El supremo geoestratega que resultó ser el zar Vlady Putin es hoy motivo de la seducción simultánea de China, Trump y ahora de Francia/Europa. Sobra recalcar que quien lleva la mano de la definición geoestratégica euroasiática y global es Rusia, en la fase de su parusía con el zar Vlady Putin.
http://alfredojalife.com