La brusca suspensión de las negociaciones entre Estados Unidos y el Talibán, dispuesta por el presidente Donald Trump, parece beneficiar al acosado presidente afgano, quien insiste en realizar una elección crucial dentro de tres semanas a pesar de las expectativas generalizadas de que un acuerdo de paz obligaría a suspenderlas.
El Talibán, que controla o tiene influencia en la mitad del país, ha ordenado a los afganos boicotear la elección, con advertencias de que atacará los actos electorales y los lugares de votación.
Afganistán avanza a los tumbos hacia elecciones
El pueblo afgano, excluido de las conversaciones, quiere voz y voto para decidir su futuro
Por AP
11 de Septiembre de 2019
KABUL, Afganistán (AP) — La brusca suspensión de las negociaciones entre Estados Unidos y el Talibán, dispuesta por el presidente Donald Trump, parece beneficiar al acosado presidente afgano, quien insiste en realizar una elección crucial dentro de tres semanas a pesar de las expectativas generalizadas de que un acuerdo de paz obligaría a suspenderlas.
Ahora que el acuerdo para poner fin a la guerra ha quedado en suspenso, Afganistán se dispone a realizar una elección presidencial a pesar de las advertencias de que no está preparado para ello y en medio de amenazas de nuevos actos de violencia.
El Talibán, que controla o tiene influencia en la mitad del país, ha ordenado a los afganos boicotear la elección, con advertencias de que atacará los actos electorales y los lugares de votación. Rechazado por Trump cuando estaba a punto de firmar un acuerdo que consideraba “finalizado”, el grupo insurgente se muestra más desconfiado que nunca y ha prometido seguir luchando. Las negociaciones están “muertas”, dice Trump.
El pueblo afgano, excluido de las conversaciones, quiere voz y voto para decidir su futuro. Pero si la elección resulta tan caótica como la parlamentaria del año pasado y la presidencial de 2014, algunos observadores temen que el gobierno quedará muy debilitado en un momento de inflexión.
El anuncio sorpresivo de Trump el fin de semana pasado beneficia al presidente Ashraf Ghani, que quedó marginado de las negociaciones porque el Talibán lo considera un títere de Estados Unidos. Afghani insiste en realizar la elección el 28 de septiembre a pesar de que Washington parece más interesado en firmar un acuerdo con el Talibán y comprometerse a realizar negociaciones sobre el futuro político del país.
Tal era la certeza de un aplazamiento de la elección _y la creación de un gobierno interino_ que muchos candidatos no se molestaron en hacer campaña. La incertidumbre también afectaba a Ghani, quien se limitaba a realizar actos de campaña “virtuales” por videoconferencia sin alejarse de Kabul. Aspira a un segundo período de cinco años y lo que llama un mandato fuerte para negociar con el Talibán.
“Que el pueblo decida”, declaró Ghani el lunes, y juró no permitir la “menor amenaza” a la legitimidad de la votación.