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Protestas contra el régimen en Argelia llegaron a su trigésimo viernes consecutivo

Agencias :: 13.09.19

Argelia ha sido escenario de manifestaciones desde el pasado 22 de febrero. Los argelinos llevan la consigna “queremos un estado civil, no militar”

Protestas contra el régimen en Argelia llegaron a su trigésimo viernes consecutivo

Argelia ha sido escenario de manifestaciones desde el pasado 22 de febrero. Los argelinos llevan la consigna “queremos un estado civil, no militar”

EFE -
septiembre 13, 2019

El movimiento de oposición popular argelino alcanzó su trigésimo viernes consecutivo de movilización y protestas. En esta oportunidad el llamado masivo tubo como fin la caída del régimen militar liderado por el general Ahmed Gaïd Salah.

Como cada semana desde el pasado 22 de febrero, decenas de miles de argelinos, en su mayoría familias, volvieron a desbordar el centro de Argel y de otras ciudades del país. Sus manifestaciones llevan el grito de «queremos un estado civil, no militar».

Miles de agentes de Policía y de los servicios de Inteligencia observaron con detenimiento a los congregados en Argel. Los ciudadanos marcharon en ambiente festivo y pacífico llevando una consigna clara «no a las elecciones mientras la banda mafiosa siga en el poder».

«Creo que no esperaban que fuéramos a ser tan constantes, a aguantar tanto, pero como ven, estamos decididos. No nos sirven los caramelos que nos quieren ofrecer, queremos todo el pastel», explicó a Efe Salim, funcionario de profesión.

A su lado, varios carteles reivindicaban la libertad para los presos políticos, en particular para el representante de izquierdas Karim Tabou, coordinador de la Unión Democrática y Social, detenido el pasado miércoles por agentes de paisano sin que se sepan aún porqué.
Elecciones

Al igual que otras grandes ciudades del país, como Mostaganem u Orán, los manifestantes expresaron su oposición a la propuesta del jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país, quien pidió la semana pasada a la alta instancia electoral que se reúna antes del 15 de septiembre para convocar la presidenciales antes de fin de año.

«Nos oponemos a que se celebren elecciones mientras esta banda mafiosa siga en el poder», gritaban los congregados. Se referían al gobierno de transición formado tras la forzada renuncia del presidente Abdelaziz Boutefliak en abril, y liderado por Noureddin Bedaui, quien fue su ministro de Interior.

El general, que también ejerce de ministro de Defensa, pidió el «establecimiento rápido de un organismo nacional independiente», el cual tendrá el fin de preparar, organizar y hacer seguimiento de las elecciones, que «supervisará todas las etapas del proceso electoral», señaló.

En esta línea, recomendó a las partes interesadas que revisen «algunos textos de la ley electoral para adaptarlos a los requisitos de la situación actual», aunque se mostró contrario a «una revisión total y profunda que afectaría a todos los textos, como afirman algunos, lo que llevaría mucho tiempo».
Renuncia

Argelia es escenario de manifestaciones populares masivas todos los viernes y martes desde que el pasado 22 de febrero un grupo de jóvenes desafiaron a las fuerzas de Seguridad y salieron a las calles para oponerse a un quinto mandato de Bouteflika, gravemente enfermo desde 2013.

El mandatario, de 81 años de edad, renunció a su puesto a principios de abril forzado por las protestas y por la presión del propio Gaïd Salah. Fue sustituido por Abdelkader Bensalah, presidente del Senado, quien asumió el poder con el compromiso de convocar presidenciales en un plazo de 90 días

Bensalah al igual que Gaïd Salah, accedió a su cargo como presidente del Senado al inicio de la segunda legislatura de Bouteflika (2004-2009). Sin embargo, eludió el mandato y se mantiene al frente de la jefatura del Estado pese a las dudas legales que suscita.

Gaïd Salah ha impulsado una campaña de «manos limpias». Llevando a la cárcel a militares, políticos, ministros y empresarios próximos al clan Bouteflika. Entre ellos se encuentra su hermano Said y el general Mohamad Mediane «Tawfik», jefe de los servicios secretos al que se consideraba su sucesor.

Todos ellos fueron acusados de delitos de corrupción, principal denuncia de los manifestantes contra el régimen.


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