Las elecciones presidenciales afganas de este sábado enfrentan a quince candidatos, de una carrera que iniciaron dieciocho, entre los que destacan tres que comparten un mismo destino: la probable negociación de un acuerdo de paz con los talibanes, un proceso que dependerá del perfil del futuro mandatario.
AFGANISTÁN ELECCIONES CANDIDATOS (Serie Previa)
Quince aspirantes, tres favoritos y un destino: negociar la paz con talibanes
Moncho Torres
La Vanguardia
25/09/2019 12:27
Kabul, 25 sep (EFE).- Las elecciones presidenciales afganas de este sábado enfrentan a quince candidatos, de una carrera que iniciaron dieciocho, entre los que destacan tres que comparten un mismo destino: la probable negociación de un acuerdo de paz con los talibanes, un proceso que dependerá del perfil del futuro mandatario.
- Ashraf Ghani, un presidente debilitado y visto como una “marioneta” de occidente en busca de la reelección
El actual presidente afgano, Ashraf Ghani, es el principal candidato a alzarse con la victoria en los próximos comicios, a pesar de que su primera legislatura le ha debilitado por no haber sido capaz de poner fin a una guerra que golpea al país desde hace 18 años.
Visto por muchos como un brazo de occidente con poco margen de maniobra, entre los logros bajo su mandato están la llegada en 2018 de la primera tregua en 17 años de guerra, un parón que se prolongó durante apenas 3 días.
Político, economista e intelectual, Ghani llegó al poder en 2014 con la promesa de “una nueva era” de paz y esta vez se ha comprometido a completar sus proyectos de lucha contra la corrupción y a trabajar por la paz en la nación asiática.
Nacido en 1949 en la provincia oriental de Logar, Ghani se formó en universidades extranjeras y trabajó en desarrollo para organismos internacionales como el Banco Mundial antes de regresar a su país en 2001, donde formó parte del Gobierno de transición del entonces presidente, Hamid Karzai, primero como asesor y luego como ministro de Hacienda.
Ghani dejó entonces momentáneamente la política por el mundo académico, hasta que se hizo con la victoria en las elecciones de 2014 gracias a su buena imagen de luchador implacable con la corrupción.
El actual presidente tiene a su favor pertenecer a la etnia pastún, la propia de los talibanes y que representa el 40 % de la población afgana.
- Abdullah Abdullah, el eterno candidato que combatió en varios frentes a los talibanes
El exlíder de la resistencia antitalibán Abdullah Abdullah se presenta por tercera vez como candidato presidencial, una victoria que a punto estuvo de alcanzar en los comicios de 2014, cuando se negó a aceptar los resultados por lo que consideró entonces un “fraude a escala industrial” en favor de su oponente Ghani.
Abdullah no dio su brazo a torcer hasta que tras la mediación estadounidense se decidió la formación del actual Gobierno de Unidad Nacional en el que se creó la figura del jefe del Ejecutivo para el derrotado.
Nacido en Kabul en 1960 y oftalmólogo de profesión, Abdullah hizo gala de su perfecto inglés y su buena presencia como ministro de Exteriores primero durante la Administración Interina surgida tras la caída del régimen talibán en 2001, un puesto que mantuvo en el Gobierno de Karzai de 2004 hasta su dimisión dos años después.
Su carrera como imagen de Afganistán hacia el exterior se había iniciado en 1998 como responsable diplomático de una coalición creada por antiguos guerrilleros muyahidín para combatir a los talibanes, después de haberse unido en los años 80 a la resistencia antisoviética.
A pesar de que su padre es de origen pastún, Abdullah es a menudo identificado con la minoría tayika.
- Gulbuddin Hekmatyar, “el carnicero de Kabul”, el candidato más afín a los talibanes y a su ideario fundamentalista
El historial combativo del antiguo “señor de la guerra” Gulbuddin Hekmatyar (1949) es largo, después de luchar contra la ocupación soviética de Afganistán (1979-1989), participar en la guerra civil afgana durante la década de los 90 y liderar el otrora segundo grupo insurgente afgano, Hezb-e-Islami (Partido Islámico), con el que se alió a los talibanes y Al Qaeda para combatir a las tropas extranjeras en el país tras la invasión estadounidense en 2001.
Carismático y primer ministro en dos ocasiones durante la década de los 90, decidió abandonar las armas y la clandestinidad con la firma de un acuerdo de paz en 2016 con el actual Gobierno.
Hekmatyar, de la mayoritaria etnia pastún y bautizado por sus seguidores como el “emir de las dos jihads” por su lucha contra los soviéticos y los estadounidenses, ha declarado durante la campaña electoral que busca un “gran cambio” en el sistema político.
Muchos en Afganistán no olvidan el sobrenombre por el que se conoce a Hekmatyar: “el carnicero de Kabul”, después de que bombardeara de manera continuada la capital en 1992 cuando trataba de controlarla, causando al menos un millar de muertos y 8.000 heridos, según denunció entonces la Cruz Roja. EFE