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Crónicas del siglo 21 (Parte 81). De antes de la burocracia dictatorial de Maduro: 5 mil Comités de Tierra Urbana proponen el autogobierno de los barrios en los territorios controlados por el estado venezolano

Jaime Yovanovic (Profesor J) Compilador :: 03.10.19

La lucha por el autogobierno. Para nosotros, la patria empieza en el lugar, en el territorio. No es una abstracción de símbolos y palabras huecas. Se fragua en el barrio, en el callejón. Proponemos reconstruir la república desde el territorio, poniendo de acuerdo a sus pobladores en la definición de sus regulaciones y formas de autogobierno. Hemos impulsado la Carta del Barrio, como proceso constituyente de cada comunidad, en que se formulan las formas de su auto-regulación.
Ahora se entiende la “casualidad” de la muerte de Chávez y el pánico de la burocracia al protagonismo social autoconstituyente.

5 mil Comités de Tierra Urbana proponen el autogobierno de los barrios en los territorios controlados por el estado venezolano
https://clajadep.lahaine.org/?p=6048
25.Ene.06

Desde Caracas.
La patria comienza en el barrio…
Comités de Tierra Urbana.

Junto con la exclusión social y económica, en Venezuela, como en todos los países latinoamericanos, se evidencia una feroz exclusión espacial. El modelo de desarrollo impuesto durante los últimos 50 años, provocó un acelerado proceso de urbanización, que se expresó con las mismas injusticias y desigualdades que eran propias de tal modelo. Más de un 60% de la población venezolana vive en asentamientos auto-construidos, sin servicios adecuados, en viviendas precarias, ocupando ilegalmente terrenos que no les pertenecen, en zonas vulnerables. Por otra parte, en estos asentamientos populares (los barrios de Venezuela), los problemas de desempleo, la tasa de explotación, las enfermedades y la violencia, la falta de escuelas y de hospitales, rebasan de lejos los índices del resto de la ciudad.

Los barrios, producto de las dinámicas segregadoras, de la ciudad como proyecto de exclusión, a la vez producen la plusvalía de la ciudad: son sus habitantes los que construyen la ciudad para otros, los que mueven las máquinas y las fábricas para que otros se enriquezcan, los que siempre han votado para que otros gobiernen.

Pero por otra parte, los barrios y sus pobladores son resultado de las luchas y resistencias contra ese proyecto, por el derecho a la ciudad, por viviendas y servicios, contra los desalojos, por la autodeterminación y el autogobierno local. Los barrios son hijos de la lucha y la esperanza, de la solidaridad y la paciencia.

Al mismo tiempo, justo como resultado de esta exclusión y de los modos de hacerle frente, en los barrios han crecido, lenta pero persistentemente, nuevas formas y valores, nuevos modos de ocupar y construir la ciudad, nuevas maneras de relacionarse, en que las solidaridad y el afecto ocupan el lugar del individualismo y la soledad de la otra ciudad, en que prevalecen los espacios de encuentro y no las vías rápidas para que circulen mercancías y mano de obra, son el lugar en que se produce la cultura y los sueños de los pobres, en que se fraguan sus esperanzas, en que se anudan sus vínculos para sobrevivir y luchar. Los barrios son la contra-ciudad: frente la ciudad del capital, dominada por la especulación y la producción privatizada, los barrios proponen el encuentro y la solidaridad, la identidad y el lugar frente a la transculturización y la globalización sin señas.

Los Comités de Tierra Urbana, que nacimos en 2002 como parte del esfuerzo de saldar la inmensa deuda del estado con los olvidados del país, somos herederos de las luchas y reivindicaciones de nuestros barrios. En tal sentido, hemos levantado un programa para la democratización y transformación de la ciudad:

·La lucha por la democratización del suelo urbano y por la propiedad de la tierra, conjurando el fantasma del desalojo y logrando seguridad jurídica para quienes ocupan “ilegalmente” el suelo en que viven desde hace años. Hasta ahora, cerca de 200.000 familias han logrado la propiedad, colectiva o individual, de la tierra en que habitan. Pero también venimos exigiendo que se persiga y sancione la especulación del suelo urbano, se democratice el acceso a éste, se le ponga en servicio de la ciudad y no de los intereses del capital inmobiliario.

·La lucha por el autogobierno. Para nosotros, la patria empieza en el lugar, en el territorio. No es una abstracción de símbolos y palabras huecas. Se fragua en el barrio, en el callejón. Proponemos reconstruir la república desde el territorio, poniendo de acuerdo a sus pobladores en la definición de sus regulaciones y formas de autogobierno. Hemos impulsado la Carta del Barrio, como proceso constituyente de cada comunidad, en que se formulan las formas de su auto-regulación.

·La lucha por la transformación integral de los barrios, garantizando servicios y viviendas adecuadas, promoviendo el desarrollo de sus capacidades productivas, generando procesos de desarrollo endógeno, dignificando la vida del barrio.

·La lucha por vivienda y hábitat. Seguimos manteniendo la lucha contra los desalojos, directos e indirectos, contra la privatización de la ciudad, por el desarrollo de proyectos de nuevas comunidades (no sólo de nuevas viviendas) a partir de la organización y movilización popular.

·El reconocimiento del los barrios como patrimonio de la ciudad, reivindicando sus historias, su cultura, su identidad…Reivindicando el barrio como lugar en que germina un nuevo mundo.
Hoy, los pobladores, los pobres de la ciudad, representamos la mayoría de nuestro continente, y sobre nuestros hombros recaen las más feroces opresiones, pero también somos nosotros los que hacemos posible este mundo. Es por esta razón que hoy, cuando vuelve a reverdecer en nuestras tierras la flor de la revolución, los pobladores tenemos una gran tarea por delante: luchas por una ciudad, por una sociedad, democrática, para todos…

Existen actualmente cerca de 5.000 Comités de Tierra Urbana (CTU) en las principales ciudades del país. Esto represente cerca de 2 millones de familias organizadas. Los CTU se reúnen en asambleas locales, parroquiales y municipales en que coordinan sus acciones y debaten sus políticas. Constituyen, en tal sentido, un movimiento de los pobladores urbanos, en la lucha por la democratización de la ciudad y la transformación urbana.

Ver las anteriores Crónicas del siglo 21 en:
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