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Regresó a Nicaragua Lesther Alemán, el joven que conminó a Ortega a rendirse en el primer diálogo nacional

Confidencial :: 08.10.19

El estudiante, que cumplió 21 años en el exilio, se convirtió en enemigo de la dictadura de Daniel Ortega, cuando durante el primer diálogo nacional, en 2018, le exigió a Ortega con las cámaras de todos los canales transmitiendo y miles de en vivo en las redes sociales, que se rindiera. Ya para entonces, los muertos por la represión se contaban por docenas.

Lesther Alemán: “Vengo a trabajar por Nicaragua desde adentro”

El estudiante universitario cuenta por qué decidió volver a Nicaragua y a qué se va a dedicar, en entrevista con CONFIDENCIAL

Ismael López
Confidencial
8 de octubre 2019

Lesther Alemán arribó a Nicaragua la mañana del lunes vistiendo un pantalón azul y una camisa blanca, los colores de la bandera nacional, y con su característica voz de locutor dijo a los periodistas en el aeropuerto: “Nada esta normal en este país, decidí volver, luego de un año en el exilio, asumiendo mis propios riesgos”.

El estudiante, que cumplió 21 años en el exilio, se convirtió en enemigo de la dictadura de Daniel Ortega, cuando durante el primer diálogo nacional, en 2018, le exigió a Ortega con las cámaras de todos los canales transmitiendo y miles de en vivo en las redes sociales, que se rindiera. Ya para entonces, los muertos por la represión se contaban por docenas.

Ortega se incomodó con las agallas de aquél joven de 20 años, estudiante de la UCA. Días después se levantó de aquél dialogo y desencadenó la llamada Operación Limpieza.
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Alemán tuvo que exiliarse, hasta que este lunes decidió volver para estar semiclandestino y reintegrarse a la Alianza Cívica. En esta entrevista Alemán cuenta por qué decidió volver y a qué se va a dedicar.

Nicaragua no está nada normal, vos lo dijiste a tu llegada al aeropuerto. ¿Por qué decide regresar al país el estudiante Lesther Alemán?

Es una decisión personal. Es una decisión en la que asumo mis riesgos, asumo mis responsabilidades y, bien lo decía el periodista Pedro Joaquín Chamorro: mis miedos. Yo tengo claro de que debo administrar el temor que puede invadirnos a todos, similar es en todos los nicaragüenses, porque continuamos en un sistema como este que reprime, persigue, hostiga y que tiene encarcelado a más de 120 ciudadanos inocentes. La represión se mira día a día y se tiene que luchar en contra de ella y el sistema, cada vez, Daniel Ortega lo cierra. Decido (regresar) creyendo yo, personalmente, que esta es la decisión correcta después de haber hecho un análisis. Mi agenda a nivel internacional, que habíamos estructurado como movimiento juvenil estudiantil, la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), yo sentía que ya estaba llegando a cumplirse, no quiere decir que el trabajo cesó a nivel internacional sino que mi función a nivel internacional yo lo identificaba que ya estaba llegando a su final y así es que yo retomo la lucha a lo interno del país, porque durante estos 12 meses que estuve fuera, prácticamente no desaproveché el tiempo, continué trabajando por Nicaragua, la diferencia de hoy es que ahora lo haré desde aquí.

¿Qué venís a hacer? ¿Venís a resguardarte a una casa de seguridad o a trabajar activamente en la oposición a Ortega?

Lo primero es que regreso por amor a Nicaragua y vuelvo para vivir. En todo caso el tema de seguridad… eso se toma de una forma consultada con los mismos muchachos del movimiento. Alguna semiclandestinidad del lugar donde me encuentre para poder descansar, para poder dormir, poder comer o algo, pero el trabajo yo sé que está en los espacios. Yo vengo nuevamente, como cuando me fui, a ser parte de los espacios físicamente en los que estuve… yo regreso a los espacios dentro de la Alianza Cívica, dentro de la Unidad Nacional y a seguir luchando y sobre todo, a animar a que las fuerzas opositoras logremos encontrar ese propósito común, que está claro, y construir esa propuesta, una propuesta de alternativa para el que está luchando, el que se identifica como azul y blanco y aquel que aún duda de este proceso, aquel que tiene el escepticismo, que es normal en el nicaragüense, pero que está pendiente, pendiente a la nueva propuesta que cree y sobre todo a poder llenar los vacíos que puede dejar el Régimen. La desconfianza es natural, pero en todo caso es administrar lo que nosotros tenemos. Mi responsabilidad la asumí en los primeros días de abril, el 18 de abril que partimos con esta lucha cívica y pacífica y hoy yo la reafirmo, mi convicción sigue inamovible. Yo vengo a trabajar por Nicaragua desde lo interno.
Regresa a la Alianza

Te venís a integrar a la Alianza Cívica ¿qué le podés aportar vos desde el exilio, ahorita en tu regreso, a la Alianza?

Ha habido un trabajo arduo en el proceso internacional… creamos ese enlace también a nivel internacional, así que había mucha, mucha retroalimentación, tanto por lo que yo estuve y también, las giras que se hicieron, es decir, yo acompañaba las giras cuando se llegaban, suponte a Washington y poder tener ese contacto con la comunidad internacional, que sobre todo es lo más atractivo de este proceso, que es un proceso cívico y pacífico, además de eso están los jóvenes, están los campesinos. En una forma heterogénea, distintos sectores estamos luchando en contra de la dictadura. Regreso a la Alianza Cívica, a lo físico porque cuando Max (Jerez) ha hablado yo he hablado y cuando yo he hablado Max habla, es decir, es un tema de confianza y sobre todo entender que cada quien hace su trabajo y no somos indispensables. Regreso bajo ese enfoque: cada uno por sector, no estamos por nombre, no estamos por rostros sino por lo que podemos aportar y yo me siento útil, en el momento que no me sienta útil, obviamente yo tengo que desengañarme a mí mismo, pero por el momento siento que puedo aportar.

También regresas en un contexto donde, aunque no se quiera admitir, hay discrepancias dentro de la oposición en la manera en cómo enfrentar a la dictadura de Daniel Ortega y próximamente también, probablemente, se anuncie una gran alianza ¿Cuál es tu posición en torno a la alianza que se va a anunciar o que se está discutiendo?

La nueva propuesta en la que todos debemos estar encausados es en la salida de Ortega, con Libertad, justicia y democracia y no es un cliché ni tampoco consignas, si no materializarlos. En este caso, en ambos grupos probablemente hay gente que se identifique y gente que no lo haga. Creo que es un esfuerzo para generar mayor credibilidad. Nosotros podemos ponerlo en la palestra de que el régimen cada día se debilita por inercia, es decir, el tema de perseguir, hostigar, eso le genera un gasto, eso genera un desgaste también con los oficiales, son seres humanos igual, pero que en todo caso también tenemos la parte de que la oposición debe de recuperar y en algún momento ganar aún más el capital político y de respaldo en la ciudadanía, porque ahí es donde viene la construcción de la propuesta. Las diferencias y discrepancias son naturales, pues tenemos una oposición fracturada, una oposición lastimada y una ciudadanía también que se enfrentó a esos 11 años donde no existía al menos un grupo que le hiciera frente a Ortega y que lo hiciera de una forma tan frontal como ahora. A raíz de eso, nosotros estamos conscientes de que es necesario construir esa alternativa para orillarlo y llevarlo a una puerta que debe cruzar Ortega: la mesa de negociación. No soy demagogo para decirte en qué plazo lo va a hacer… es la presión internacional y nacional que lo hará llegar (nuevamente) a una mesa de negociación donde logremos las reformas electorales, que son para mí, las llaves del proceso para garantizar libertades públicas y también los derechos civiles y ciudadanos que aún están acordados en la mesa de negociación que recientemente terminó.

¿Y la justicia para las víctimas Que fue la primera bandera de ustedes en el primer diálogo?

En todo caso es el tercer estandarte, además de la libertad, la democracia y la justicia. Se ha acompañado el proceso. Yo veo salomónico que las víctimas mantengan esa autonomía porque es ese grupo que va a catalizar los acuerdos, es un grupo que va a acompañar esos acuerdos en el tiempo que se den y es el grupo que va a garantizar que tengamos justicia, reparación y no repetición ya en días post Ortega. Nosotros hemos acuerpados como estudiantes y personalmente apoyo el proceso de los familiares, madres y la memoria de las víctimas, que nos arrebataron y en todo caso priorizar que la verdad la conozcamos. El régimen se jacta de que se cometieron crímenes de parte de los azul y blanco y eso se tiene que enfatizar y revelar a raíz de la verdad y crear una comisión mixta internacional-nacional contra la impunidad y sobre todo que se le dé seguimiento porque Nicaragua lo que necesita, además de construir la memoria, es la verdad, porque no podemos sanar heridas en vacíos.

¿Cuál es la posición de ustedes como estudiantes en torno a aglutinar en una gran Alianza a esos partidos políticos que también han sido aliados de la dictadura todos estos años?

Lo primero es identificar que ningún sector va a poder solo con Ortega, nos necesitamos todos. Los que ya hemos estado, probablemente, recibiendo responsabilidades legítimas de la ciudadanía en el primer diálogo, en esta segunda negociación y generando un poco más de confianza en una mesa no se va a defraudar lo que Nicaragua quiere. En el caso de los partidos políticos debe considerarse que son actores políticos y se les debe reconocer. Yo los reconozco como actores políticos pero que en este momento también deben ponerse como ciudadanos, es decir, si son actores políticos deben contribuir a ese proceso de lograr que la Unidad, Alianza, Coalición o el nombre que se le ponga a esa estructura alternativa, sea lo más heterogénea posible y que no se repitan los vicios de la política nacional.

Existe la percepción en una parte de la población de que buena parte del movimiento estudiantil ha sido controlado dócilmente por el sector empresarial. ¿Qué ha pasado?

La verdad es que muchas veces se tiene una percepción distinta de la que es. Yo que he estado dentro de los procesos y dentro de la estructura sé que ni el sector privado, ni ningún sector controla la rebeldía que hay en la juventud. La ciudadanía nos tiene que ver también a los jóvenes como que somos racionales y que no estamos solo en el sentimiento y no podemos ser intransigentes a reclamar, dispararnos fuera cuando hay una mesa, un pleno (Alianza Cívica) en el que se pueden exponer todas las cosas. Ahí no hay cámaras, ahí no hay percepción, pero ahí es donde en realidad se da la negociación, se da el proponer ideas, se da el criticar y proponer alternativas para construir esos cambios. Los jóvenes cargamos una rebeldía natural y nadie la va a poder opacar ni controlar…

¿Cómo describirías la relación de ustedes con el sector empresarial?

Similar a la relación que tenemos con la sociedad civil, al Movimiento Campesino, sindicatos que estamos convergiendo, (líderes de la) Costa Caribe. Hay diálogos internos que naturalmente se tuvieron que dar, uno es el de generación, muchas veces, tal vez, por ser joven no te quieren creer, no te quieren escuchar o dudan de vos, pero en estos momentos hemos superado muchas barreras en los diálogos internos, que no porque es empresario, no porque sea campesino, siempre te ven como joven y lo que esperan de vos es que te levantes y digas: yo ya no sigo aquí porque yo ya me cansé. Lo mejor de nosotros es que, como en buen nica decimos, hemos sudado la camisa y si sudas la camisa también te debes de llevar el costo como sectores, no uno. Y finalizo con esto: como jóvenes tenemos un compromiso que lo adquirimos por Nicaragua y que en todo caso no esperen una organización juvenil perfecta porque a partir de abril nos empezamos a organizar y bajo balas. Creo que también hay que ser bien mesurados en esto porque estamos construyendo liderazgos con valores y responsabilidad.


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