Durante la jornada de este jueves un grupo de jóvenes se tomó las dependencias de la Casa Central de la Universidad de Chile.

Según consigna La Tercera, dicho establecimiento aseguró que condena los hechos ocurridos, puesto que “rompe la unión y diálogo que han caracterizado a la U. de Chile en momentos históricos y, sobre todo, durante la crisis que actualmente atraviesa el país”.

Agregan que “la Universidad de Chile ha dado muestras del compromiso de toda su comunidad para responder a los problemas del país tanto a nivel interno como externo, razón por la que incluso ha sido atacada en días previos por el cabal cumplimiento de su rol”,

A renglón seguido, sostienen que “nuestro compromiso con la democracia, el diálogo y los derechos humanos es irrestricto y es por eso que hasta ahora la Casa Central ha albergado actividades de defensa jurídica y promoción de estos, de debate ciudadano y cabildos autoconvocados”.

La toma, advirtieron, provocó que se suspendieran actividades que aportarían al “proceso de diálogo interno que vive nuestra universidad”.

E n este sentido, la U. de Chile señaló que “llamamos a quienes sean responsables de esta medida a terminar con ella de inmediato y abandonar la ocupación de la Casa Central para que esta pueda seguir albergando las funciones  necesarias para el liderazgo de la Universidad de Chile en la crisis actual y las actividades abiertas a la ciudadanía para la promoción y defensa de los derechos humanos”.

Ante la toma, el rector de la universidad, Ennio Vivaldi avisó que “he llegado hasta la Casa Central para pedir nuevamente que esta toma se deponga. Rompe con unidad en el momento clave del país y dificulta labores de defensa de derechos humanos y debate público”. 

“Comunicado Toma de Casa Central
21 de noviembre de 2019

Estamos en una movilización histórica para terminar con un modo de vida que nos mantiene en la precariedad y nos ha oprimido durante los últimos 30 años: las calles se han repletado de demandas populares y protesta social, donde como estudiantes y desde nuestras individualidades nos hemos hecho parte activa.

Hemos vivido jornadas históricas de paro nacional, donde se ha expresado el descontento con masivas convocatorias en todo el territorio, de trabajadores, estudiantes y el pueblo en su conjunto; esto ocurre en medio de atroces violaciones a los derechos humanos por parte del Estado de Chile.

Denunciamos la violencia con la cual se ha arremetido contra la población que ha salido a manifestarse, con tristes casos emblemáticos: como Vicente Muñoz, estudiante de nuestra Universidad, quien fue brutalmente agredido por Carabineros, perdiendo la visión en un ojo producto del impacto con un balín; como Abel Acuña, quien murió en la Plaza Dignidad (ex plaza Italia) producto de la represión policial.

Más que nunca, debemos rechazar la impunidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos por las Fuerzas del orden público, exigiendo reparación a las víctimas y juicio y castigo a los responsables de los asesinatos, torturas, violencia político sexual y violaciones a los derechos humanos, cuyo principal responsable es Sebastián Piñera, el presidente.

Como estudiantes nos hemos sentido convocades a esta gran protesta popular: el proceso político que estamos experimentando es trascendente y creemos que los privilegios tenemos que ponerlos al servicio de la lucha que está llevando adelante el pueblo. Por eso, desde la asamblea de Filosofía y Humanidades en conjunto con compañeres de diversas facultades, ocupamos la Casa Central de la Universidad de Chile, para ponerla a disposición de la movilización social, porque creemos que debemos ayudar a impulsar una gran huelga general, donde paralicemos todo para que caiga este gobierno de asesinos y torturadores; porque la mayor impunidad es que se mantenga Piñera en el poder, con sus manos manchadas de sangre.

Como estudiantes, necesitamos espacios para encontrarnos, discutir y decidir cómo posicionarnos: es necesario levantar asambleas de todos los espacios y tomar determinaciones comunes como estudiantado, sin más decisiones “por arriba”. Pero esta no puede ser una toma estudiantil más: podemos cumplir un rol activo, y transformar esta ocupación en un centro neurálgico de discusión y articulación política, buscando ser un aporte para los sectores en lucha, superando las barreras actuales, levantando coordinación con trabajadores, asambleas territoriales, cordones y estudiantes secundaries.

Se hace necesaria una coordinación política y de acción, para impulsar paros nacionales y democratizar la protesta popular que hoy los partidos políticos del régimen quieren desviar con su acuerdo por la Paz, que sólo trae paz para quienes están en el poder.

De esta manera, convocamos enérgicamente nuestros compañeros, compañeras y compañeres estudiantes a ser parte de este espacio, como también a les trabajadores de la Uchile, académicos y no académicos: estamos en la misma lucha por una vida digna.

La Universidad de Chile tiene la responsabilidad histórica de ponerse al servicio de la organización popular, por lo mismo, también convocamos a organizaciones sociales y territoriales, a sindicatos y centros de estudiantes a hacerse parte de esta toma. Creemos que no existen líderes que puedan reemplazar la creación y articulación del poder de las bases. A todas las facultades, al pueblo: a ocupar la Casa Central, que es suya y de todes nosotres”.