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Nicaragua: empresas resisten conversar con estudiantes para convocar el paro

Del Facebook de Mónica López Baltodano :: 08.12.19

Hasta 2018, Cosep y su grupo asesor formaron parte de un modelo económico colaborativo junto con el gobierno. En otros países este modelo de “capitalismo colaborativo” es conformado por empresarios. En Nicaragua, donde la principal política gubernamental es la falta de transparencia y la ausencia de poderes independientes, ese modelo fue la mejor carta de presentación para la comunidad internacional. Un gobierno socialista moderno e inclusivo –de los adinerados claro, a los pobres las gallinitas y las láminas de cinc–. La inclusión del empresariado y el gran capital en este modelo fue para Ortega como sacarse la lotería. Excelente estrategia que la sangre derramada echó a perder.

 

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Del facebook de Mónica López Baltodano


Hablemos del paro nacional

Una hipótesis sobre por que se observa poca contundencia en el Cosep tiene que ver con el hecho de que la gente que lo integra y sus más cercanos asesores no son gente común. O más bien, es gente común que vive y quiere vivir como gente no común. ¿Estamos claros? Y eso no es cualquier cosa. ¿Alguien recuerda aquella frase de que “La vida material determina la conciencia”?

Pues sí, por ahí va. Como seres que vivimos en sociedad, nuestra conciencia se conforma a partir de lo que hacemos, de nuestros vínculos y relaciones más significativas. Y esas conciencias guían nuestros pasos y decisiones. En la política, en las asociaciones, en los gremios, lo común es que lo individuos construyen y asumen una conciencia grupal –generalmente por consenso, pero no siempre. En todos los grupos hay voces dominantes que imponen valores, creencias, miedos, intereses, etc.

Hasta 2018, Cosep y su grupo asesor formaron parte de un modelo económico colaborativo junto con el gobierno. En otros países este modelo de “capitalismo colaborativo” es conformado por empresarios. En Nicaragua, donde la principal política gubernamental es la falta de transparencia y la ausencia de poderes independientes, ese modelo fue la mejor carta de presentación para la comunidad internacional. Un gobierno socialista moderno e inclusivo –de los adinerados claro, a los pobres las gallinitas y las láminas de cinc–. La inclusión del empresariado y el gran capital en este modelo fue para Ortega como sacarse la lotería. Excelente estrategia que la sangre derramada echó a perder.

Hay que reconocerle al COSEP que después de la masacre de 2018 decidiera poner distancia de ese modelo y haya logrado mantenerse fuera, incluso con una posición clara acerca de que la única salida es política y no económica o policial-militar como cree Ortega. Pero, y aquí viene mi primera hipótesis que trata de explicar por que los empresarios del Cosep se ven tímidos en su accionar político. Un elemento es que su conciencia todavía está determinada por su experiencia en el modelo económico colaborativo de Ortega. El otro es que están sometidos a la influencia del grupo asesor de los grandes empresarios.

Durante los últimos años su conciencia como empresarios ha funcionado en términos de influenciar políticas distributivas, expansión de capitales y ganancias, control de variables adversas al crecimiento económico, relaciones internacionales con los bancos, acciones de lobby, etc. También sabemos que cuando los intereses económicos son lo primero, otros valores tales como empatía, solidaridad y sacrificio personal tienen que ponerse al margen –y digámoslo claro, así funciona la economía –incluso –o peor- en la economía socialista del siglo XXI–.

Con la crisis el Cosep se asoció a la Alianza Cívica, pero es hoy y no logran decidir cuál es la esencia de su aporte. Como grupo económico tienen más en común con el modelo colaborativo creado con el gobierno, que con la Alianza que es una instancia política. En el modelo colaborativo económico, podían ser propositivos, tirar líneas de acción, ser parte de decisiones que desde su punto de vista podían generar impactos importantes. En la instancia cívica se sienten perdidos, lo más que han podido hacer es respaldar los planteamientos de la Alianza a través de pronunciamientos y comunicados –que dicho sea de paso tienen su valor- pero que son absolutamente insuficientes y no proporcionales a lo que representan como gremio, ni a la gravedad de lo que ocurre en Nicaragua.

Con eso a la vista surge la duda de si han discutido –como Cosep- qué condiciones sociales y políticas necesitan para insertarse en la Alianza –en articulación con los otros actores- de un modo más proactivo y si han plantado sus puntos en dicha instancia.

Mi punto es que no discuten su apoyo al paro nacional, igual que no discuten otras acciones que serían necesarias para cambiar de rumbo al país, porque simplemente no salen de su mentalidad economicista. No han revisado su nuevo “ser social” en el contexto actual. En otras palabras, no han reflexionado y decidido cómo quieren proyectarse al resto de los nicaragüenses, como quieren interactuar a favor de cambios reales en el contexto actual. Tampoco han discutido con la Alianza y los otros grupos qué condiciones deben crear –entre todos- para buscar acciones más fuertes y contundentes.

A la par hay otro detalle y hay que decirlo, el Cosep no es una entidad aislada del mundo económico. Este gremio cuenta con apoyo y asesoría de grupos influyentes como son Carlos Pellas, Ramiro Ortiz, Roberto Zamora, José A. Baltodano, Jaime Montealegre, Juan B. Sacasa, Piero Coen, Carlos R. Lacayo, Manuel I. González, Miguel Gómez. Estos empresarios influyentes y determinantes para la vida económica del país, en la coyuntura actual no han dado la cara, no han dicho ni media palabra sobre lo que todos sufrimos, pero es difícil creer que no están influenciando decisiones del Cosep.

Este grupo de poder está viendo como mueren empresas y personas todos los días y no dicen nada ¿Qué les impide expresar sus opiniones políticas? ¿Cuál es su posición sobre un cambio de rumbo y que tipo de rumbo? ¿Van a continuar callados sobre la criminalidad de un régimen que con guardias armados impide que la gente se junte y discuta sobre política nacional?

En 1978 y 1979 los grandes empresarios apoyaron diversas acciones contundentes en un contexto de lucha armada. Es interesante que siendo individuos de orientación pacífica no sepan en este momento cómo articularse o cómo apoyar significativamente una lucha pacífica. Interesante también que frente a frente con un movimiento social pacífico, disperso pero bien comprometido y decidido, el régimen da plomo y los grupos económicos dan silencio apañador.

¡Qué disyuntiva enorme tienen Pellas, Ortiz, Zamora, y los presidentes de las cámaras del Cosep que lideran la economía del país! Seguir esperando que algo cambie. Recoger el llamado del gobierno para volver al modelo colaborativo y seguir construyendo “paz y felicidad”, o bien volver a la Alianza en un rol más proactivo y pertinente para lo que Nicaragua necesita.

Vilma Castillo
4 Diciembre, 2019


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