Volver a ver las calles de Nicaragua teñidas de los colores azul y blanco es una apuesta para el 2020, aseguró Alexa Zamora, miembro de la Articulación de Movimientos Sociales, ya que protestar es un derecho constitucional que ha sido conculcado.
Después que el orteguismo dominara durante una década las calles del país con marchas, carnavales y cualquier cantidad de eventos que realizaba con sus partidarios; en abril de 2018, la situación cambió.
Una brutal reforma a la seguridad social movilizó a la ciudadanía que, sin importar la violenta respuesta policial, llenó las calles con multitudinarias marchas, a través de la que expresaba su inconformidad contra la pareja Ortega-Murillo.
Los espacios claves, como la Plaza de las Victorias, el sector de la Universidad Centroamericana, las rotondas, en Managua; y en los departamentos, como la placita de Monimbó, en Masaya, pronto se volvieron íconos de la protesta cívica.
No obstante, muy pronto, la violencia perpetrada por el régimen para evitar cualquier tipo de movilización ciudadana minaba ese grito de libertad. La Policía en contubernio con las turbas orteguistas, en cuestión de meses, se adueñaron de las calles, otra vez, y las dejaron exclusivas para los fanáticos del régimen.
Los miles de opositores han tenido que crear otras formas de protestas exprés para seguirse pronunciando contra el régimen y evitar ser capturados.
Zamora explica que retomar las calles es un objetivo primordial y, para ello, se debe contar con planes de resistencia civil acorde a la particularidad de los territorios, pues no es lo mismo protestar en Managua que en Masaya o León.
Estos dos últimos departamentos, por ejemplo, viven bajo constante vigilancia policial y desde la “operación limpieza”, realizar cualquier tipo de movilización cívica como las que hubo en abril es impensable.
Sin embargo, en Masaya, algunas personas siguen explotando bombas de contacto en protesta contra la dictadura. Para Zamora, es clave la capacidad de organización y readaptación a nuevos contextos.
La Articulación de Movimientos Sociales publicó este 27 de diciembre diez puntos en los que seguirán trabajando en el 2020, entre los que incluyen el fin de la dictadura Ortega-Murillo, no permitir negociaciones con el régimen en tanto permanezca la represión y haya presos políticos, demanda de la presencia de organismos internacionales de derechos humanos, además del retorno seguro de todos los exiliados, entre otros