BAGDAD (AP) — Decenas de milicianos chiíes entraron por la fuerza el martes al complejo de la embajada de Estados Unidos en la capital de Irak tras derribar una puerta y provocar un incendio en una zona de recepción, furiosos por los bombardeos estadounidenses contra su milicia, que es respaldada por Irán. En respuesta, guardias estadounidenses lanzaron gases lacrimógenos.
Un reportero de The Associated Press en la zona vio llamas saliendo en el interior del recinto diplomático y al menos tres soldados estadounidenses en el tejado del principal edificio de la embajada.
Hasta el momento no hay reportes de personas fallecidas. El asalto, uno de los peores de la historia reciente, se produjo tras los ataques aéreos de Estados Unidos que mataron a 25 combatientes de la milicia chií Kataeb Hezbollah, respaldada por Irán, esta semana en Irak. El ejército estadounidense dijo que se trató de una represalia por el asesinato de un contratista estadounidense la semana pasada luego de un ataque con cohetes a una base militar iraquí del que culpó al grupo.
El presidente Donald Trump culpó a Irán del incidente y pidió a Irak que proteja la embajada.
“Irán mató a un contratista estadounidense, hirió a varios. Respondimos enérgicamente, y siempre lo haremos. Ahora Irán está orquestando un ataque a la embajada de Estados Unidos en Irak”, dijo el mandatario en un tuit el martes. “Serán completamente responsables. Además, esperamos que Irak use sus fuerzas para proteger la embajada”.
Para el mediodía, algunos manifestantes habían montado carpas afuera de la embajada como forma de protesta pacífica. También había decenas de banderas amarillas que identifican a milicias chiíes respaldadas por Teherán en el área de recepción. Los manifestantes colgaron un cartel en la pared con la frase “Estados Unidos es un agresor”.
El ministro de Interior de Irak, Yassine al-Yasseri, también acudió al exterior del complejo en un momento de la mañana y caminó alrededor para inspeccionar el lugar. “Esto es un problema y es embarazoso para el gobierno”, declaró
Según el ministro, se movilizarán más efectivos de seguridad para alejar a los manifestantes de la embajada, un indicio de que los soldados no actuarán para desalojar a la multitud por la fuerza.
En la víspera, la milicia respaldada por Teherán se comprometió a responder a los ataques del ejército estadounidense en Irak y Siria que mataron a 25 de sus combatientes e hirieron a docenas más. El incidente y la promesa de venganza elevó la preocupación a nuevos ataques que podrían amenazar los intereses de Washington en la región.
El ataque estadounidense, el mayor contra una milicia sancionada por Bagdad en los últimos años, y los llamados a vengarse suponen una nueva escalada en la guerra de poder entre Washington y Teherán en Oriente Medio.
En una reunión televisada en parte el lunes, el primer ministro iraquí, Adel Abdul-Mahdi, dijo a su gobierno que había intentado frenar la operación “pero hubo insistencia” por parte de funcionarios estadounidenses.
El ejército de Estados Unidos señaló que se llevaron a cabo “ataques defensivos de precisión” contra cinco instalaciones de Kataeb Hezbollah, o Brigadas del Hezbollah, en Irak y Siria. El grupo, que es una fuerza separada del grupo libanés Hezbollah, opera al abrigo de las milicias con respaldo gubernamental conocidas como Fuerzas de Movilización Popular. Muchas de estas agrupaciones son auspiciadas por Irán.
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Los periodistas de The Associated Press Darlene Superville, Samya Kullab y Zeina Karam colaboraron con este despacho.