El espectáculo de la conformación de Gobierno, al que estamos asistiendo estos días, tiene un fondo de similitud con la fábula de Esopo conocida como “El cuento de la Lechera”, fábula de la que hay numerosas y variadas versiones, incluso musicadas y cantadas, como la de Paco Ibáñez, que incorporamos a este artículo.

Hay que reconocer una novedad de estilo en este nuevo “Cuento de la Lechera”: el formato coral. Cervantes introdujo el formato coral en la novela como género literario en su obra “el Quijote”. L@s firmantes de los diversos pactos para encauzar la investidura e intentar conseguir la formación de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez son los sujetos del planteamiento coral en este relato de la fábula política. Recomendamos encarecidamente la lectura del citado cuento como base para la reflexión de que el desarrollo de la realidad, nos guste o no, está condicionado por las circunstancias de esta en cada momento histórico, y lo demás son fantasías o engaños, o lo más probable, una mezcla calculada de ambas cosas para mayor beneficio de l@s cuentistas.

Pedro Sánchez, aún faltan algunos flecos, conseguirá la investidura en segunda votación, pero no cumplirá ninguno de sus compromisos en el sentido que nos cuentan los dirigentes de Esquerra. Hoy, pasada la reunión del Consell de ERC, se ha empezado a echar agua al vino, cosa que por supuesto era totalmente previsible. No habrá referéndum sobre la independencia, y por supuesto no habrá independencia acordada. Habrá como mucho un nuevo Estatuto y una votación sobre este en Cataluña, es decir, lo que ya ha ocurrido con anterioridad. Para ERC el cántaro ya se ha empezado a resquebrajar.

Hay que reconocer que el PNV se lleva la mejor tajada, siguiendo la línea de los impulsores de la Real Compañía de Guipúzcoa (constituida en 1728 bajo el reinado de Felipe V, el primer rey Borbón) que obtuvo el monopolio del comercio de los territorios americanos del Imperio Español que hoy conforman Venezuela. A través de ello la Compañía obtuvo grandes beneficios y contribuyó a lo que podíamos llamar la “acumulación primitiva de capital” en Euskadi. Por su parte, la posición de Bildu, fruto de su actual pensamiento entre lo líquido y lo gaseoso, habla de “una rendija para democratizar al Régimen del 78”, nada menos: democratizar al Régimen de la Monarquía Borbónica reinstaurada por Franco. De todos los que participan en el coro de cuenta-cuentos, estos son, desgraciadamente, los más fabuladores.

En cuanto a Podemos, nacieron para eso, para ser cuenta-cuentos, y por tanto están como pececillos en el agua, a la espera de repartos de puestos y ministerios; en este caso sería muy recomendable leer los textos de Valle-Inclán en que se describe a los servidores de la I Restauración Borbónica en la Corte de Madrid, a la que tanto se asemeja esta II Restauración que estamos viviendo.

El Régimen del 78 solo tiene un final feliz para las clases trabajadoras y pueblos del Estado español: su derrota y su sustitución por la República, por las Repúblicas. La coyuntura es cada día más propicia para tal proceso, y por eso la urgencia que tienen en constituir un Gobierno de estabilización del Régimen al conjunto del nivel del Estado y en Cataluña. Es lo que se llama “matar dos pájaros de un tiro”. Pero el movimiento popular republicano, ni en Castilla, ni en Cataluña ni en el conjunto de pueblos del Estado español somos pájaros. Somos realidades muy vivas, y en el caso de Castilla, nos encontramos en un importante proceso de avance y maduración, no exento por supuesto de contradicciones.

En los próximos tres años, el periodo que va de 2020 a 2022, se cumplirán los 500 años de la Revolución Comunera, periodo en el que además de recordar y celebrar ese proceso histórico de primera magnitud al que Marx consideraba la primera revolución seria de Europa, sentaremos las bases para la derrota del Régimen monárquico del 78 y la proclamación de la República Comunera.

Una piedra en el camino fue suficiente para poner fin al sueño de la lechera. Desde la derechona pondrán todas las piedras posibles para que así ocurra con esta nueva versión coral. Es obviamente lo que hay que esperar y, por tanto, hay que contar con ello. Si el cántaro en vez de ser de barro fuera de acero seguro que no se rompería al primer tropezón. Sería un auténtico despropósito depositar nuestras fuerzas, nuestros recursos, nuestras capacidades de lucha en un cántaro de barro que no tiene posibilidad alguna de generar lo que pretenden hacernos creer, aunque ellos mismos no se lo crean. Los avances en la realidad-real son más costosos, implican mayores esfuerzos y compromisos de lucha. Necesitaremos para estar totalmente a punto unos pocos años más, pero dejarse llevar por fábulas es el peor camino de todos los posibles para el avance de las reivindicaciones populares y las transformaciones sociopolíticas que necesitamos.

Izquierda Castellana, 3 de enero de 2020.