Concentrando por barrios las tareas de construcción de otro mundo, comenzando por la otra economía, la huerta, la salud y el nicho ecológico hacia y desde las formas comunitarias del buen vivir.
Modelo flexible de economía y salud autónoma para el barrio
Jaime Yovanovic (Profesor J)
Universidad Libre “La Mancomunal de la Tierra y del Común”
INTRODUCCIÓN
Vamos a trabajar con sujetos, no con las técnicas que aplicará dicho sujeto.
Si trabajamos con las técnicas, recetas o paradigmas estamos pasando por encima del sujeto queriendo usarlo o transformarlo en mero receptor o sujeto pasivo, o sea, un no-sujeto, digamos un objeto.
La subjetividad es la producción de sujeto, entendiendo que el sujeto es vida, expresión de vida, una de las formas que asume la vida, y por lo tanto es autopoiético, lo que significa que se produce y reproduce a sí mismo.
La economía es lo contrario de la ecología, refiriéndose ambos al oikos, la casa común en Grecia, siendo la oiko-logía el estudio de esa casa común que en este caso será el nicho ecológico, y la oiko-nomía es la normativa o reglamentación que se requiere para su uso en provecho del patriarca esclavista que comenzaba a dominar la naturaleza por medio de la agricultura y la ganadería, y a dominar a los hombres sometiendo a la mujer, el eje del común, de la comunidad. De ese modo, al disgregar el común, la separación de ese sujeto comunitario deviene en la sociedad individualista funcional al dominio patriarcal.
Así la tarea de la economía barrial será la recuperación de la ecología como interrelación del ser humano con la Madre Tierra, interrelación de tal forma que se deshace la distancia entre ambos, como entiende el mapuche hombre de la tierra u hombre-tierra: mapu-che.
La relación de equilibrio y armonía entre el sujeto y la mapu, digamos la oiko-logía (ecología), significa que ya no se utiliza para adquirir provecho mercantil ni de poder, y la ruptura del equilibrio-armonía acarrea los llamados problemas de salud. Si hay una situación de mala salud o enfermedad, se entiende que se está afectando la vida, por lo tanto se está produciendo desequilibrio o desarmonía en sus partes o relaciones entre sus partes, algo falla.
SUJETO Y SUBJETIVIDAD
Lo primero a tener en cuenta en el barrio es que estamos en presencia de sujetos individuales, en su mayoría heteropatriarcales, de usos y costumbres individualistas. Heteropatriarcales referido a que se trata del hombre-macho patriarca acostumbrado a poseer y dominar a la mujer, que por su vez también ha sido acostumbrada al amor romántico, a la entrega y subordinación que tergiversa (orienta y dirige mal) sus energías y deseos naturales, que en vez de orientarse libre y naturalmente, se hace por medio de compulsiones culturales y obligaciones disciplinarias impuestas por el sistema en sus dos marañas o nebulosas: la economía y la política (disputa-distribución del poder), que resultan en la cultura y a veces por medio de intelectuales, resulta en ideología (visión de la realidad acorde a intereses) que se diferencia de la cosmovisión que es el resultado subjetivo de miles de años de compartir vida y formas de vida en común.
La diferencia del marco cultural patriarcal y del instinto femenino liberador se puede percibir en la insistencia de los machos y sus partidos en luchar contra el sistema y disputar el poder llenando las calles de héroes fuertes y hermosos que se enfrentan a la policía. A diferencia de ello, mayoritariamente las mujeres entienden y asumen las tareas relativas al cuerpo, los cuidados y el común. El macho tiene a construir ejércitos profesionales, la mujer tiende a construir milicias comunitarias. El macho tiende más a la ofensiva porque es fuerte y vencedor (cree él, lo han educado así), la mujer tiende más a la resistencia, a la paciencia. El macho tiende más a organizar, estructurar y ser jefe, la mujer tiende más a la retaguardia, los hijos, a la asamblea y la horizontalidad. El macho tiende a lo colectivo, es decir muchas individualidades juntas, la mujer tiende más a lo comunitario.
El barrio permite la proximidad de lo cotidiano, la célula o núcleo partidario permite ocultar actitudes y comportamientos. La mujer tiende a ver más la necesidad de entender, organizar y vivir el barrio, el macho prefiere la razón al sentimiento y entiende más la guerra fría y la nebulosa de Andrómeda que las necesidades de la casa, de los hijos y del barrio.
Eso nos dice que el patriarcado no ha conseguido borrar el instinto de la mujer de la especie humana, ese instinto de recuperar el común, el todo es de todos. El macho y muchas mujeres son absorbidos por la racionalidad y descubren muy rápido los beneficios del poder, en cambio la mayoría de las mujeres y aún pocos hombres descubren que somos una especie enceguecida que no se conoce a sí misma, por lo tanto nuestra primera tarea es identificar, reconocer y estudiar el barrio, no como conjunto de casas-habitación, sino como el hormiguero que somos, los humanos en el nicho ecológico. Todos los pasos y tareas deben ser hechos en-con-desde la aproximación de los cuerpos. Esta aproximación o cercanía de cuerpos en los intrincados laberintos de lo cotidiano dentro y fuera de casa constituye el nudo, el eje de la construcción o recuperación del sujeto-especie, pues sólo el compartir detalles de las respectivas cotidianeidades nos hará conocernos, mirarnos hacia adentro, sentirnos, ganar en confianza, querernos y permitir así que hablen otros lenguajes: los afectos, la intuición, la sensibilidad, los sentimientos, la espiritualidad, las energías, la química, las vibras, en fin, todo aquello que guardamos y atesoramos y que vive comprimido y ahogado dentro de nosotros mientras a nuestro rededor mueren de soledad y aumenta día a día el estrés de esta sociedad individualista. Digamos que cada cuerpo en ese hormiguero humano atesora la memoria histórica de la especie.
Así, sin prisas, en cada barrio podemos ir recuperando poco a poco ese sujeto común, ese sujeto que comparte, que cuando mira al otro ve a la especie y por tanto se ve a sí mismo y a los demás. Y así teniendo en cuenta estos detalles del comportamiento general de cada barrio, podemos emprender la construcción de nuestro oikos, nuestra casa común, nuestra economía que iremos disolviendo paso a paso en la ecología, o sea que vamos acabando con la utilización mercantil de la madre tierra y volvemos a ella progresivamente aprendiendo a vivir en armonía y equilibrio entre nosotros y la mapu.
La subjetividad o producción de sujeto en este caso pueden ser nuevos hábitos y costumbres, nuevas reglas del juego o normas barriales, nuevas obras de arte y actividades culturales, una nueva cultura, nuevos modos de pensar e interpretar el mundo y las cosas (y a nosotros mismos), nuestros propios medios de comunicación intra e inter-barrial, nueva ciencia, nuevas metodologías, nuevas actitudes, nueva escuela, etc. junto con la recuperación de modos ancestrales. Se produce así la horizontalidad del encuentro y la interacción entre las comunidades barriales con los lof mapuche y los ayllus andinos
LA ECONOMÍA DEL BARRIO
La economía es la dependencia mercantil de las necesidades humanas. Es decir si no trabajo no como, si no tengo dinero no como. Eso significa que si aprendemos a producir para nuestras necesidades ya estaremos acabando con la dependencia y con las causas de los apetitos desmesurados de tener y tener. La economía mundial se encuentra en crisis entre serias pugnas internas que ya están reduciendo el tiempo de vida de la producción de bienes de consumo a la par de una destrucción acentuada de la naturaleza en la vertiginosa carrera por acrecentar las fronteras agroindustriales por medio del incendio de bosques, despojo de tierras, presión y expulsión de comunidades, migraciones multitudinarias cada vez más masivas, amontonamiento en las ciudades. Y todo ello para la producción industrial (biocombutible, soja, palma africana, etc). Los productos agrícolas se van encareciendo, los transgénicos abarcan cada vez más todos los rubros de la alimentación disminuyendo la calidad de los alimentos y aumentando las enfermedades y alergias controlables mediante el aumento vertiginoso de las farmacias y cadenas de farmacias, así como la expansión de los pacientes que abarrotan los hospitales, clínicas y consultorios estatales (mientras los privados se multiplican desviando hacia el mercado la inversión estatal en la formación de miles de nuevos médicos y personal sanitario).
Esta crisis manifestada en el deterioro gradual del clima, de las aguas, de los alimentos y del aumento del consumismo con la extraordinaria oferta de medicamentos químicos y servicios médicos para paliar los efectos negativos a esta agresión a los cuerpos y la salud, nos están transformando en clientes obligados de los servicios públicos estatales y de las empresas o profesionales privados, y no son pocos los benefactores, ongs, fundaciones y asociaciones que ofrecen estos servicios a más bajo costo para atraer clientela y competir con las que tienen que llamar “empresas o profesionales capitalistas” como diciendo que ellos no lo son. Y de esa manera el dinero, el mercado y el capitalismo han invadido también la esfera de los valores y muchos viven a costa de esos miserables que dicen representar o querer representar en la política, en tanto nos subordinemos todos a la política, así nos atrapan por ambos lados.
Es por todo eso que las soluciones ya no pueden ser macro, es decir ya no pueden ser por arriba para todos o para muchos, pues las tareas se diluyen y hay que poner gente allá arriba para hacerse cargo, lo que estimula la política que ya se ha mezclado abiertamente con la economía solamente porque se dedica al globo y se genera una capa de burócratas y parásitos que viven a costa de los demás con un bello discurso.
De allí que la solución encontrada por vecinos de administrar el barrio entre ellos viene a hacer frente a este problema y, lo que es más importante es que nadie debe dejar de hacer sus actividades cotidianas y por conclusión se define que hay que comenzar por la economía y la salud. Veamos primero la economía, comenzando por los alimentos, que son de dos tipos: agrícolas y abarrotes-
Veremos primeramente el Comprando Juntos, que significa comprar entre varios al por mayor, lo que implica que seguimos siendo consumidores, para luego ver la huerta, con lo que podemos transformando en productores y consumidores, es decir prosumidores.
El Comprando juntos significa que hay que hacer una lista de productos agrícolas, dónde están y cómo adquirir. Por ejemplo un pilastrero de mercado o dueño de tienda adquiere al camión y posteriormente al contar con el vehículo, adquiere en la granja o parcela hasta comprar una tierra o arrendarla. Esa es la cadena. Cada barrio puede hacer la misma cadena, con la diferencia que no hay comerciante intermediando.
Podemos buscar donde llegan los camiones y cada día que vienen tienen precios diferentes, hay que escucharlos y averiguar en ese día a cómo está el precio del saco o la caja y con eso calculamos un aproximado para el día de nuestra compra. Si el saco está a 5 mil y tiene 25 kilos, significa que el kilo está a 200 pesos, por lo que anotamos el día de la compra que el kilo puede estar en 300 pesos. Se ha anotado en el boletín o circular que hacemos para el barrio, junto a los demás productos agrarios. Lo que sobre del valor sirve para compensar lo que falte en otro rubro. Así se explica de manera simple en el boletín para transparencia.
Luego vamos directo al campesino –ya podemos saltar el camión- y averiguamos el precio del saco, que debe tener una diferencia a la que hay que agregar la gasolina y el peaje. Después vemos si podemos arrendar una tierra o comprarla.
Para los precios de abarrotes hay que visitar las tiendas al por mayor, seleccionar la que más nos convenga y anunciamos el precio por kilo, litro, unidad, etc. en el boletín barrial.
Ejemplo del boletín, que puede iniciar cada dos o tres semanas:
“Vecinos y vecinas del barrio:
Informamos que hemos constituido el Comprando Juntos de este barrio con el solo objetivo de apoyarnos en el consumo en esta época llena de modificaciones.
En productos agrícolas hemos encontrado los siguientes valores a los que agregaremos 100 pesos por la fluctuación de precios del agro. Si alguien conoce donde encontrar precios más bajos y otros productos, por favor avisar en los watsáp xxx y xxx.
Papas: xxx
Cebollas xxx
Etc.
En productos de abarrotes encontramos los siguientes precios:
Arroz: xxx
Aceite: xxx
Etc.
Marque su pedido y la cantidad, confirme presencia en el watsáp xxx y entregue con el dinero correspondiente en calle Salas No, 131 , el día xxx a las xxh y retira ahí mismo en x horas. Lleve saco o bolso de papel o lona.
Le saludan atte xxx y xxx y le invitamos a enterarse de los resultados el día xx a las xx en xxx. Traiga ideas y avancemos para una mejor economía barrial”.
La huerta
Es claro que cualquiera puede tener su pequeña huerta en el patio,. En este caso nos referimos a la huerta barrial, la huerta comunitaria, que es de todos. Normalmente los terrenos urbanos son disputados para vivienda o especulación urbana, donde empresarios de la construcción se entienden con concejales y alcaldes del municipio, pero cada barrio tiene “sobrantes” que quedan fuera de esas disputas y que se pelean las empresas y municipios para el segundo escalón de ingresos-inversiones-ganancias para ampliar pavimentación o montar mini plazas de juegos, quedando los mejores lugares para inversiones mayores, por ejemplo un consultorio, cesfam, junta de vecinos o lugar donde meter a los vendedores ambulantes.
Cada barrio tiene dos catastros, el real, hecho por la municipalidad, y el latente, que pueden hacer los vecinos, que es donde destacan además de sitios eriazos o abandonados, que deben ser catastrados para localizar a los propietarios o usarlos en calidad de usufructo mientras aparece el dueño, podemos descubrir infinidad de espacios y anotamos algunos que pueden disparar búsquedas e iniciativas de los propios vecinos:
Una vez seleccionados los terrenos, se escoge el más central del barrio para empezar a trabajarlo entre todos y hacer allí el curso de huerta para niños, señoras y vecinos en general. Hay que promover casa a casa el inicio del curso y envolver grupos de estudiantes de las escuelas próximas pidiendo como requisito a niños y adultos traer una botella plástica de cualquier tamaño con agua de la llave, un vaso plástico o de plumavit y un poroto.
El poroto se entierra en el vaso con tierra y agua y se lleva a casa de cada uno cosa que cada poroto participe en el lazo de interrelación humana con la madre tierra y circulación de las energías vitales, allí se debe cuidar y llevar a cada clase de huerta para constatar entre todos el crecimiento. De esa manera si son 6 o 16 los participantes del curso, el paseo posterior de cada uno con su matita y el cuidado que riega al resto de la familia y los hace participar sin discursos, ya son una manera de que la huerta penetre en cada núcleo afectivo o cada hogar, pues hay que buscarle un lugar donde le dé el sol dentro de casa y hay que regarla diariamente, de modo que cuando surjan los primeros brotes habrá que hacer en la huerta una fiesta de la fertilidad o reunión con actividades como canto, baile, poesías, payaso, títeres, etc. Habrá que hacer que cada niño haga un dibujo o escriba unas letras y se cuelgan todos de un cordel y se hace un grafiti alusivo que quede adornando la huerta y en el que participen todos con su pincel. Esa actividad puede dar inicio a la Escuela Nuestra donde los niños, profesores y apoderados del barrio pueden ir organizando su propio espacio de producción de subjetividad, que podemos llamar centro de producción o construcción de saber, donde no se transmite, sino que se crea, se inventa y se descubre que la vida de la especie humana está ligada a los ritmos de la madre tierra.
Para el agua hay varios métodos que se facilitan si hay vecinos inmediatos que presten una manguera y permitan usar un poco de su agua, o los niños hacen un carrito, ponen en él botellas de uno o dos litros y recorren el barrio pidiendo a los vecinos, o cada persona trae de su casa. Entre adultos hacemos catastro de los grifos cuidando que no se utilicen desmesuradamente.
Quienes participan del curso, llevan su poroto a casa y otros interesados organizan en cada hogar la separación del desecho en tres bolsas o cajas: restos naturales, desechos no orgánicos y basura. Los naturales van al compostaje y a la lombricera, los no orgánicos van al depósito de materia prima y la basura va al biogás.
Cada huerta y según el espacio, tiene la caja del compostaje, la lombricera y la materia prima, de modo que los participantes de la huerta y otros llevan de su casa cada día o según su ritmo manteniendo su hogar limpio de desechos, olores y moscas. La basura va al depósito del biogás.
SALUD Y CUIDADOS
Iván Illich, cura austriaco considerado anarquista sin serlo, enseña que:
“La medicalización de la vida no es sino un sólo aspecto del dominio destructor de la industria sobre nuestra sociedad… Las estrategias médicas fracasan porque concentran demasiados esfuerzos en la enfermedad y muy escasos en cambiar el ambiente que enferma a la gente…
Una sociedad superindustrializada es morbosa en el sentido de que la gente no encaja en ella. Cuanto más tratamiento cree la gente que necesita, menos puede rebelarse contra el crecimiento industrial.
Es una característica de esta sociedad superindustrializada que la gente desee ser enseñada, movida, tratada o guiada en lugar de aprender, curar y encontrar su propio camino.”
(Frases seleccionadas del libro Némesis Médica de Iván Illich, que puede solicitarse gratuitamente en pdf en unlibre@gmail.com)
La medicina, las instituciones de salud, los medicamentos y el ministerio de salud son creados dentro de la lógica de mercado y del poder que le sirve, especialmente si ayuda a tener más poder y a atraer más gente bajo la lógica clientelar, como por ejemplo hace el alcalde de Recoleta en la capital de Chile ofreciendo medicinas artificiales de la industria química farmacéutica a un precio más bajo que la media del mercado.
Nosotros proponemos, al igual que Illich, poner nuestros esfuerzos en el ambiente que enferma antes que en la enfermedad y en segundo lugar en la acción autogestionaria antes que en la profesionalización, el servicio y la “ayuda” externa, entendiendo como acción autogestionaria la acción compartida o común propia de los vecinos del barrio y entendiendo el “servicio” más bien como una forma de vida articulada con la madre tierra y entre nosotros mismos en el nicho ecológico o espacio ambiental del barrio.
Lo que hemos comenzando con la otra economía y la huerta con el reciclaje ha sido el primer paso para nuestra vuelta a casa, nuestro retorno a la vida natural, nuestra reintegración a la madre tierra, por lo tanto la modificación contextual o modificación de nuestro contexto, el cambio de situación, de forma de vida, de la separación a la integración, del individualismo a la comunidad. Estamos volviendo a recuperar el equilibrio perdido, la armonía deshecha y abriendo paso al libre flujo y circulación de la energía vital, de los afectos y la espiritualidad. Las terapias orientales como el reiki y la acupuntura lo que hacen es eso: restablecer el equilibrio al auxiliar la acumulación y circulación de energías en el cuerpo.
Hay dos maneras de comenzar a articular esfuerzos humanos y naturales del barrio en el nuevo contexto que estamos abriendo: reunir algunos vecinos para dar inicio a un comité autónomo de salud del barrio o comenzar desde algunos trabajadores de la salud y estudiantes de esa área para dicho comité. En ambos casos se trata del inicio, pues la idea es que finalmente este comité o brigada esté compuesto por vecinos en general con trabajadores y estudiantes de áreas de la salud-
Los estudiantes universitarios y trabajadores del área ya sabemos que son formados dentro de los cánones e intereses del mercado y del poder, por lo que esta experiencia les servirá para conocer las diferencias entre políticas o servicios públicos estatales y mercantiles, de los servicios o actividades públicas no estatales ni mercantiles, sino comunitarias.
Los primeros pasos son de talleres, donde estos interesados y vecinos en general conocen los principios de la salud compartida y de organización y preparación del comité de salud compartida del barrio que se utilizan de los primeros pasos de la otra economía y huertas para potenciar y expandir la comprensión de estos comités o brigadas.
Estos talleres son entregados por monitores del mismo barrio que asisten al curso-taller gratuito de la Universidad Libre que inicia simultáneamente en la Quinta Región y Metropolitana con una sesión por semana cada una en marzo-abril 2020 pudiendo comenzar a reproducirlo en el día siguiente cada monitor(es) en su respectivo barrio con las notas, grabaciones y filmaciones del taller central.
TALLERES DE MARZO-ABRIL - CONSTRUYENDO OTRO MODO DE VIVIR -
TALLERES IRREVERENTES PARA UNIVERSITARIOS HACIA EL BARRIO
La Universidad Libre promueve el aprendizaje en la construcción de otro modo de vivir, por lo que este taller se realiza por área y consta de dos sesiones una con el monitor y otra con la actividad de construcción en el barrio, ya sea de la otra economía, la huerta y el reciclaje, la construcción de depósitos, energía alternativa, brigada de salud, catastros, nuestra escuela, biblioteca, arte y cultura, etc.
Arquitectura, urbanismo, ingenierías y construcción
Pedagogía, filosofía, antropología, sociales, arte y cultura
Áreas de salud y psicología
Agroecología, acuicultura, ambiente y huertas
Derecho y principios del derecho alternativo de la comunidad
Comunicaciones: unlibre@gmail.com