Mientras la marcha opositora era detenida, en otro sector de la capital nicaragüense de Managua una marcha oficialista se pudo realizar de forma normal. 

“A los dos minutos de haber iniciado el plantón (protesta) comenzaron a llegar al menos 20 patrullas de antimotines, quienes se bajaron y comenzaron a empujar y lanzarnos golpes”, relató a la AFP el vocero de la opositora Unidad Nacional Azul Blanco (Una), Josué Garay.

Los antimotines encerraron y los opositores cerca de un supermercado en la Plaza España, al oeste de la capital, y estuvieron dos horas rodeados mientras gritaban: “Libertad para Nicaragua”, “Libertad para los presos políticos”.

“Ante el temor de que se llevaran (detenido) a alguien tuvimos que meternos en el supermercado”, aseguró Garay, quien agregó que al salir del lugar la Policía retuvo a varios activistas por un tiempo.

Los policías también rodearon el edificio Casa Pellas de Managua, donde los opositores tenían pensado reunirse originalmente.

Unas marchas sí, otras no

La marcha es uno de los llamados “piquetes exprés”, que los grupos opositores realizan de imprevisto para evitar la represión policial. El gobierno de Daniel Ortega prohibió marchas de gran envergadura por temor a que se reactiven las masivas protestas que sacudieron el país en 2018.

En la marcha oficialista, cientos de partidarios del gobierno sandinista se convocaron bajo el lema “Sandino, sol de libertad”, en conmemoración por el 86° aniversario del asesinato del héroe nacional Augusto César Sandino.

Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha estado sentado en la silla presidencial desde 2007, y no descarta postularse para un cuarto mandato consecutivo en el empobrecido país centroamericano.

Grupos de defensa de los derechos humanos cifran en 328 los muertos en las manifestaciones que estallaron en 2018, y le achacan la mayoría de ellos a las fuerzas policiales. Actualmente hay 61 presos políticos arrestados desde entonces.

El gobierno sostiene que las manifestaciones fueron un intento de golpe de estado apoyado por Estados Unidos, y ha descalificado a la oposición como “diabólicos” y “sembradores de odio”.