Hay que inventar acciones como la de la Agricultura Urbana para romper con la inercia y el aislamiento social, y fortalecer las acciones humanitarias, la organización comunitaria, la educación sanitaria y la medicina preventiva.
Popayán, 9 de mayo de 2020
La mayoría de los gobiernos y Estados de Occidente han aplicado medidas de contención contra la Covid-19 (cuarentena) y fracasaron porque sus economías no aguantan. Incluso en el mundo “súper-desarrollado” se ha notado esa limitación. Esos fracasos hicieron que esos gobiernos migraran de una manera u otra, a la teoría de la “inmunidad de manada”, que es un concepto científico que hoy está siendo utilizado con criterios maltusianos, darwinistas y neoliberales para dejar morir a cientos de miles de personas que el gran capital califica de estorbos o “desechables”.
Es posible que los gobiernos de Oriente estén haciendo lo mismo pero en forma más controlada, dado que tienen Estados fuertes (algunos autoritarios y despóticos) que son capaces de adecuar temporalmente la economía a la emergencia y someter a la población con decisiones que no admiten discusión. Hasta la pena de muerte se utiliza.
En el caso de los pueblos y los trabajadores del mundo entero deberíamos enfrentar la coyuntura “movilizándonos” de otra manera a la tradicional, no tanto para exigirle al Estado lo que no puede hacer sino para auto-organizarnos y aplicar nuestras propias medidas y normas, con base en la voluntad y conciencia individual y colectiva.
Hay que aprovechar el vacío de poder y auto-organizarnos, generando nuestros propios “gobiernos de emergencia”, para iniciar un cambio de perspectiva más profundo y radical: en las ciudades, impulsar la Agricultura Urbana para producir nuestra propia comida y liberarnos de la cuarentena; y en los campos o zonas rurales, fortalecer la seguridad alimentaria e iniciar la recuperación de las fuentes de agua, bosques y selvas, y acabar con la minería depredadora, sea “legal” o ilegal.
Hay que inventar acciones como la de la Agricultura Urbana para romper con la inercia y el aislamiento social, y fortalecer las acciones humanitarias, la organización comunitaria, la educación sanitaria y la medicina preventiva.
Cultivo en espiral en los barrios del Norte de Popayán |
Los que estamos trabajando desde antes de la cuarentena y seguimos trabajando, debemos aplicar las medidas sanitarias adecuadas, principalmente el distanciamiento físico y la higiene personal.
Hay que aprovechar el vacío de poder y no dejar de denunciar las políticas criminales de los Estados capitalistas. La movilización callejera ya mostró sus limitaciones en tiempos normales (casos de Chile y Colombia) y durante una pandemia como la de Covid-19, tendrá muchas más limitaciones.
El coronavirus pareciera llamarnos a replantear todo, incluso, nuestras formas de lucha y de organización. ¡Bendito virus que vino a despertarnos!