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Inmersión, pandemia y cambio. Capítulo II: Humano natural y Pandemia del cambio

Universidad Libre. Mario Solís, Jaime Yovanovic y otros :: 16.05.20

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No sea vanguardia-arrogancia, sea solamente carne de cañón y cocinero-tejedor del protagonismo autónomo de los pueblos y sus comunidades.

II     

HUMANO NATURAL

 

  1. Siglo y milenio

Bolívar Echeverría, pensador ecuatoriano, señala en su obra “Vuelta de Siglo”[1]: “La enorme acumulación, incesante y acelerada, de fenómenos que hemos presenciado en estos años y que hasta hace poco, eran inimaginables, parece indicar que hemos entrado en una nueva época. Se trata de una suma de hechos inéditos de toda clase: naturales, como, por ejemplo, la inminencia del sobrecalentamiento de la Tierra o del agotamiento de los yacimientos petrolíferos; científicos, como el desciframiento del genoma humano o el descubrimiento de agua en otros planetas; técnicos, como la generalización de la informática o la exploración de la nanotecnología; económicos, como el fracaso del neoliberalismo o el surgimiento de la economía china en calidad de “interlocutora” beligerante a escala mundial; políticos, como el ahogamiento de la democracia representativa por los mass media o la caducidad y el reciclamiento transnacional del Estado nacional; sociales, como el empoderamiento femenino o la expansión de la categoría de los migrantes en la geografía mundial; culturales, como la generalización de la ‘estetización salvaje’ o la museificación de la alta cultura”.

Es una constatación de cierta “barbarie” y una abrumadora  cantidad, diversidad y velocidad de cambios impactantes; la peligrosa acumulación y centralización del poder(es) a nivel global, un veloz ahondamiento de las desigualdades, el proceso destructivo, irreparable y una demanda.[2] La demanda de los más jóvenes y se reduce en esencia a que tengan consecuencia.

El desastre se lo monta y se lo teatraliza como el COVID 19, ¿se intenta experimentar con una situación límite, grave y ver como se reaccionan las personas a nivel global?, empuja una opción ciudadana de rebelión[3], como en el caso de Chile; pero correspondería ir a un llamado distinto,[4] asimilar el actual grito callejero en Santiago que ‘¡despertar con una dignidad que se haga una costumbre’ en la cotidianidad; los seres humanos desde la más temprana infancia tiene su tiene sentido lúdico, de asombro, de apertura, de transparencia y de investigación o mejor de constante descubrimiento que es su inmersión o aprendizaje de la realidad; así se emociona el niño/a con lo que descubre cada día, de modo directo, espontáneo, sentido, personal y entra en conexión con la sociedad, una inmersión limitada por una sociedad absorbente que ignora la condición natural y animal del ser humano[5]; los paisajes ya no pueden verse igual, sino de modo diferente al actual, es otra relación ‘con los otros’; para luego  levantar velas e ir a lo desconocido, a la aventura; que ya empieza a ser hacia el cosmos.[6]

Estamos por ahora, de hecho, participando en instituciones y procesos en un refuerzo excepcional del ego, machismo, individualismo, legalidad marcada por el enfoque de dominio, exclusiones, apropiación privada de todo y expoliación de la naturaleza; provoca el rápido incremento de diferencias entre las personas, riqueza y pobreza, se afina el control de la población humana. El trabajo del cambio, empieza, en mayor o menor medida, con un esfuerzo de sanar, cambio de esquemas teóricos, prácticas, valores, profesiones, actitudes y sueños, es arduo y complejo el cambio, en cada paso se debe ser muy crítico y ‘auto-crítico’; un acercamiento constante y directo a la naturaleza es indispensable; puede ser un proceso de transición de décadas, empezar de inmediato con las nuevas generaciones y hallar lo que nos falta.[7] El desarrollo seguro de dignidad, de consecuencia es lo básico, pero allí viene lo contrario: un paso hacia una auto-crítica, no se puede marcar la pauta de la utopía con puro optimismo, no es posible la realidad diaria nos lo niega, nada es perfecto, pero si hay momentos y niveles de temporal armonía(s).

 

 

  1. Casi migrantes

 

Actualmente y desde siempre, la transformación constante de la vida animal, comunes que viven en sociedad, desde hormigas hasta los animales de tamaño, en ciudades, sin los cambios suficientes y necesarios para ser coherentes y consecuentes con los conocimientos, valores éticos, estéticos y otras maravillas del ego, este es un modo de vida descabellado, ‘en contra de la razón, la dignidad y la sensatez; un modo de vida que prioriza abiertamente la depredación, un voraz consumismo, impuesto diariamente a través de todos los medios, lenguajes y simplemente por ‘la apropiación privada de todo’; hoy, ya hay criterios para privatizar el agua, el extremo de un egoísmo descomunal y un miedo, lo mismo, enorme; las virtudes no están consolidadas, son circulares, aletean, se transforman en sus opuestos, confunden, cambian; podríamos ‘ser amorosos con el amor’; pequeños seres que sufren su micro-pequeñez, enredados, en un ‘ego fabricado históricamente por muy pocos y para beneficio propio, excluyente’.[8]

 

En muchos lugares del mundo se quiebran cristales, vitrinas o escaparates, arden monumentos, edificios; se derrama al vaso de la historia humana, 2019; los seres humanos más jóvenes se exaltan y dicen: ¡todo tiene que cambiar y pronto!, es un desafío, concreto, transparente y catártico: la inmersión en lo humano, se enciende, consolida y pasa.

 

El ser humano en su capacidad de prevenir, trabajar, auto-formarse, optar tiene la condición humana de ser natural[9]; se acerca a una verdad temporal en el instante, que cambia, va prácticamente de una realidad a otra, se puede y cada uno finito, limitado, persona, comunidad y al mismo tiempo, sigue en los otros, por generaciones; los critica con cariño y responsabilidad, es un soy y no soy como persona o comunidad, migrante, ambulante, nómada, tiene un soy y un somos, que crece y decrece; un ‘soy y somos’ valiente que cometer errores, se equivoca y corrige, con dignidad por la dignidad; es la oportunidad de formar y auto-formarse, de todos, comuneros, familia, equipo o banda, de música, por supuesto.[10]

 

Los más jóvenes del mundo con sus emociones, aciertos, errores, sugerencias, actitudes, es el sector más sano y transparente de las sociedad; aprendamos a girar con ellos y hallar soluciones posibles, ¡críticamente!; es importante, fortalecer enfoques críticos orientados a ese ¡despertar!, en la teoría y en la práctica, ir a un ideal de “bien común” o como se lo llame; no importa tanto cerrar o abrir los conceptos con límites en las palabras; ir con autonomía y diversidad a la gestación de compromisos éticos solventes que moderen el período de transición; el impacto actual de las aplicaciones cibernéticas y tecnológicas, superar con creces la manipulación financiera global de las grandes empresas, países o lo que sea…, debe investigarse a fondo; el consumismo y la manipulación constante de las personas es grave; la capacidad de gestar y mantener en la etapa de transición un sentido crítico y una apertura para reconocer errores, ponerse de acuerdo en acciones y soluciones, que sea más estable y socialmente vigente después; ante el riesgo actual de perder la comunicación directa; se debe considerar como previo la comunicación entre las personas, señalar que para un tiempo estratégico de mediano y largo plazo, la sociedad debe reforzar la condición esencial de la especie, dar sentido al futuro del mal llamado ‘sapiens-sapiens’[11]; que todos los aspectos de la vida empiecen a ser revisados con criterio ético y reforzado por la ciencia y la tecnología.

 

El tema crucial criticar, de-construir, decodificar, analizar todo; estamos sin salida, opción o alternativa, o con ella, sea con una meta o sin ella, se pierda la dirección correcta y estalle la destrucción en una noche, como perversamente lo anuncian; el sentido de la vida y lo que somos estaría en peligro; [12] simplemente lo que somos y lo que dejamos de ser, es un peligro mortal, de extinción, desquiciamiento o la oportunidad de alcanzar una nueva realidad; el pasado cabalga por el mundo, es corrupción vertical, ‘el toque queda’, nos tenemos que acostumbrar, es la percepción, casi tienen el gatillo apretado, en contra de una armonía, equilibrio, crítica, contradicción y ¡lucha!; en plural, el colectivo interno y el panorama individual es independiente y está entrelazado con  todo; la esencia de la realidad resbala lentamente, a veces se oculta o tiembla; su temblor queda entre los escombros que dejan las dictaduras, pasa, el cambio son las mareas altas que bajan; el tiempo anuda y detiene todo.

Cada instante cuenta, cada detalle, cada fragmento del paisaje, de la naturaleza, cada árbol, cada animal, cada acto con ellos, siembra o cosecha es punto de arranque; la naturaleza está en todo y en nosotros; parece que nadie se da cuenta, pero la gravedad de la situación nos despierta, siguen produciéndose guerras inútiles que afectan gravemente a seres inocentes, crecen los problemas y las necesidades; ya suman milenios los años de lucha por rescatar ‘lo humano’, ver que somos seres sociales que estamos de paso, que nuestro don es ser sociales y tener la capacidad de transmitir de una generación a otra, todo lo que se haya experimentado, creído y gestado, como migrantes, siempre de paso.

Desde todos los sectores sociales, desde cada núcleo pequeño de personas, en la calle, comuna, desde el aula o la tierra que cultivamos, es posible inducir, poco a poco, con perseverancia y participación directa; inducir una dimensión distinta para la vida personal y social; desde lo íntimo con los íntimos y con los distintos o desconocidos en lo colectivo como gran dualidad sumak kawsay; ir desde lo pequeño al cambio concreto, simple y modesto; ¡tener éxito, ‘resultado concreto pequeño’!, dulce, estratégicamente importante; con la claridad de la diversidad y de la libertad; reforzar con honestidad, compromiso y perseverancia la salida del control del mundo del 1% y sus vasallos, una constante sin límites, de avaricia y descaro sin limites; es urgente ir a ese ‘trasfondo triste y actual’; priorizar lo humano y natural del ser humano con sus contradicciones y debilidades; ir al enfoque básico de la interculturalidad, esencial; de ¡ser lo que somos, ¡naturales!, dualidad esencial de ser individuos y colectivo emocionados definitiva e irreversiblemente como  simples, comunes, iguales, especiales y todos responsables en esta recuperación de los que somos; es deconstrucción incidental y profunda, incide en todo y no pasa, en alguna medida está en marcha, ¡está en los más jóvenes, en lo sano![13]

Mucho se ha exaltado el consumismo; la otra cara es lo social, lo colectivo, la historia de los comunes que viaja sumergida; por tanto, se debe cambiar conceptos, ideas, principios, valores, palabras, ideas, criterios, actitudes; ir a nuevas formas de intercambio, de comunicación, de acercamiento; desde la infancia más precoz, intentar la superación de la vileza, del egoísmo, de la corrupción con sus contrarios, ardua tarea y lo mismo, en otros aspectos de lo establecido, vigente o normal; dialogar, conversar, comprender, opinar, aceptar o rechazar con serenidad, con autonomía; poco a poco, que cada persona en su contexto cambie o mejor dicho, asuma su proceso de cambio, personal y colectivo, con sus sobresaltos, preocupaciones y experiencias, pero al mismo tiempo, frente a cada situación o problema; duda, critica, cambia en su diversidad, limitaciones, obstáculos y oportunidades; el cambio se posesiona de sus particularidades y de su presente, necesidades, opciones, criterios.[14]

Afinar los emprendimientos de cambio en la larga transición, que ojalá no sea muy larga, afianzar y gestar la diversidad; en cada contexto, historia y/o cultura; reflexión, compromiso, seriedad, mucha conversación; explorar, observar, dudar, criticar, experimentar, corregir, lo que sea necesario; adecuarse a las novedades, cambios, circunstancias o interrupciones, virajes, giros, retornos y en la premura del tiempo, ir a la inmersión en la madre naturaleza; ser y sentir, ser parte, en la complejidad del universo[15]; en el detalle del instante-presente, inmersos en lo humano, la ciudad, los océanos y el campo, construir una ‘ruralidad urbana’.[16]

¿Estrategia?, ir de lo rural y lúdico a lo urbano y ‘tribal’, como dice Maffesoli, parece “ruralidad urbana” en nueva cotidianidad;[17] desarrollar una inter-acción elevada a lo simple y a una inter-dependencia adecuada, personal, libre, silenciosa y a la vez, muy inmersa en lo colectivo, de modo transparente, sencillo e inseparable del desarrollo personal.

 

Algunos biólogos que se han interesado en desarrollar reflexiones epistemológicas, antropológicas y biológicas con lo filosófico, intentan explicar que lo vital es complejo energético, bio-material y que es la vida y que lo humano está en ese campo de “animal social y natural” que somos, mira sin duda, que estamos enlazados con la ‘madre naturaleza’; con la oportunidad de hacerlo algo cotidiano convertir peligro en oportunidad, abismo en carnaval, reciprocidad, estudio, descubrimiento; la vida nace en la emoción e intenta ser un poema, aunque aún sea un desastre, siempre deja algo complejo en el corazón, que puede ser el origen, en lo que nace; en esto el arte tiene que dejar de ser y volver a ser, algo distinto, llegar al amor a través del amor.

 

 

  1. Un animal histórico y social muy limitado

 

Cada ser humano es animal histórico y social; en lo micro es parte de una larga aventura evolutiva terrestre; en el presente, con el agua, el calor, la tierra, el aire, el magma, la emoción y los conocimientos, tenemos el paisaje vital; evolución biológica, social, de comunicación, legal, de valores, todo entrelazado; a veces se torna en re-encuentro constante, interdependencia, dualidad de dualidades; arrastramos aspectos de la condición de mamíferos, tupayas, marsupiales, entre otros, incluso de seres anteriores, ya desaparecidos, muy elementales; se desarrolló lo actual; continuar a nuestro  ‘sentido’, recuperar lo perdido ¡que somos!; esa espiral que continúa en la condición natural; augurar el desarrollo del cerebro, de lo emocional, de habilidades físicas, manuales, sensoriales, racionales, afectivas, éticas, estéticas; hay una integración interna del cuerpo que aprende y se fortalece en su dinámica e incide en el futuro de la especie, continuidad histórica y prácticas sociales que responden a estas consideraciones.[18]

Resistir la crisis con solvencia es la lucidez del ‘despertar con dignidad’; valentía e intento libertad necesaria, de armar cada día con un principio orientador, aglutinador y de síntesis, motivación y afecto, emoción, consecuencia, resultados, la nueva vocación; compromiso, utopía de dignidad; veta, vena, sangre, caudal; baja al latido de tu corazón; jaguar, instinto, salto sobre su presa, captura; después de esperar horas, para nosotros días, años, décadas, hasta hallar la ruta, la constante del instante, que brilla como una estrella.[19]

 

El enlace histórico con la naturaleza, inmersión profunda de sentir y estar dentro, ser parte, ser “natural”[20]; ser naturaleza, algo integrador único y diverso; que nos permite o se puede ser águila, caballo, perro, gato, serpiente, quetzal, ¡lo que existe!, lo que nos mantiene y transforma; todo se interconecta al resto de seres vivos: recursos, materia, elementos, interdependencia, ciclos, naturaleza, estabilidad y cambio. Hoy, golpea lo global, el ‘coronavirus’ 19, ayer fueron los incendios de Australia y Brasil o Siberia; estamos muy sensibles o lo que acontece es extremo, es, ya recomenzar la vida con nuevos enfoques sobre la vida misma, resistencia responsable y dignidad.[21]

Se puede considerar que las preocupaciones de las nuevas generaciones van por rescatar la importancia de la consecuencia de las personas; las nuevas generaciones más que nunca antes, sienten que no existe una lectura libre y autónoma de la realidad; que no tienen acceso a opinar o demandar, todo está controlado, se registra, se graba o se vende; es consumo, negocio; es un control automático, cibernético, intencional, robótico y condiciona la realidad; el desafío es recuperar el sentido de la vida, el pensamiento es esencialmente algo que fluye y si se controla y conduce, el cambio es cualitativo dentro de lo vivo personal y colectivo; ir de algún modo a que vibre lo subjetivo, emocional, artístico es renacimiento de vida; que se complementa con lo racional, científico y estético.[22]

 

El Estado y todo lo vigente es el lugar de ‘dominio’, para proteger al futuro el cambio;[23] el Estado establecido es poder, rigor forzado, verdades indiscutibles, lo pequeño, como un latido de ocho milímetros que se enrosca a la amistad sentida, es el beso cuando te despierta o tiembla de emoción; en lo pequeño se siente la dignidad, en la eternidad de cada instante;[24] un susto de destello, ante el tiempo que no es enemigo, es muy grande, es un aspecto de la comprensión; es ese remordimiento que dobla la esquina y llega a una esquirla perdida en el ojo izquierdo, parece metal de muerto, en el fondo es retorno en destello la dictadura militar y conocida, o ¿¡qué!? Baile y martillo.

 

El animal-humano es peligroso, olfatea la tierra y sus entrañas más íntimas; es animal extraño, quiere devorar el agua, las piedras, plantas, animales y con ello diariamente se hunde en su propia muerte de animal; rumia su dolor más elemental en las hendiduras del ojo de la llave; se aleja de sí mismo, está e pandemia, es el momento mentado de sentir y tener comprensión, pero no llega, es una pandemia interna, todo está trastocado, muy contaminado, no hay claridad ni libertad; este animal es muy necio y herido por su propio alarido del ego, que  coloca al negro en contra del rojo, al borde con el centro y puede morir por sus escamas de cerdo, incluso coloca al blanco en contra del arco iris, pero como todo ser vivo el animal respira, puede despertar; si lograra ver con su corazón todo cambia, ¡¿cambiará?!

¡Exalta!: exacto, es gestación, enorme huracán como clímax social se hunde el vientre de las olas y del corazón, es opción; vamos, “alma mater de mater natura”; puede ser resultado de una tormenta de amor; utopía de utopías, alcanzar el sentido en el campo, a través de las manos que siembran o de las semillas más pequeñas que crecen con el sol, poder dar sus propios pasos con brotes, flores, frutos  y remos; milenios por millones se repiten: ¡que somos especiales!, es un cuento, lo seguro es que somos vida, una especie animal, un extraño animal, también social[25]; lo más complejo se desarrolla en el ámbito de lo colectivo: aprendizajes, lenguajes, ciencias, arte, afectos, convivencia y reciprocidad; para cambiar, debemos ¡unir agua, aire con la respiración con respeto, es dignidad;  es recuperar desde lo íntimo y en catarsis, las pequeñas virtudes del sol, avanzar por la vida cotidiana, entendiendo el enlace del ‘detalle-conjunto’, volver a priorizar el encuentro permanente de lo ético con lo estético; así al entusiasmo de la vida, que permita enlazarnos entre semejantes, entre seres vivos, entre plantas y animales, ¡de algún modo!, con lo sentido y amado ser distintos, ser iguales.[26]

Que el parpadeo de las estrellas diga a nuestro corazón lo que somos, seres naturales que aman y practican diariamente el amor; solo utopía de utopías, realidad con dignidad, serenidad y perseverancia. Advertencia: la guerra es todo lo contrario de la paz, ¡es el desafío!, aclarar la percepción y el uso de las palabras, con ellas las ideas, nuestro desafío, de todos y de cada uno/a; ahora más que antes. Pesado desafío es mutar, es un salto de azar al azar, dentro de uno mismo, es cualitativo y de paso, viraje radical, ¡minga de cambio![27]; es proteger el planeta, a la especie humana; convertir al mundo en posible espacio libre, recíproco, de armonía; que se faciliten las herramientas, métodos, conceptos, principios, actitudes para enfrentar los desafíos; mucho cariño y ‘liberar con dignidad a niños, vecinos del barrio y juegos’; (Alma mater de mater natura).

Hay descensos que sorprenden al silencio, descensos que resumen la verdad en pocos trazos y se van, como la pandemia 2020; son los espectros del dinero robado, la conquista medieval del mundo, conquista inmoral de la libertad, del tiempo, ¡relatividad!; es ancla enorme clavada en al cerro, ¡es que fue mar!, se hunde en las alturas y medita a dos tiempos, dos rutas, es lo opcional; ¡escoge!

Humano, animal sentí-pensante ¡adelante!, hermano profundo, hermano, camarada, compadre, tío, eres o estas disuelto en lo colectivo; lo podemos comprobar a diario y en pandemia mucho más; pero, con los errores el destello fugaz de lo humano se apaga, entre bocinas, alarmas, noticias, noticieros y manipulación de la publicidad y la propaganda; el planeta con vida que viaja libre y espontáneo está contaminado de usura y violación constante a la vida; por ello está prácticamente muriendo.[28]

Cuando el ermitaño conversa con las plantas o hunde su bastón de caña en el barro fresco medita, con serpientes y dragones, aya-umas y un quetzalcoatl que lo sueña; lo arrastra y flota, parece estar en una estación espacial multicultural; mira el ermitaño de reojo la luna de Júpiter y cuando muere su bastón florece, le crecen raíces entre ranas y musgo estelar, se transforma en león de montaña, volcán de risas; es un dromedario niño que se transforma en Z, entre las cosas, le ponen camisa de fuerza por irreverente y por tu piel humana destapa sus huesos y muerde tus heridas.[29]

No es fácil, ni es rápido, ¡no es lento!; es intento de cambio en diversidad libre y a diario, en el detalle del pavimento, del escenario público y del problema sentido, pequeño, nuevo, lleno, propio y ajeno; es experiencia propia, hecha regadío, siembra o de pisar el barro entre todos y raspar los límites mutantes de nuestro corazón, con diminutos transeúntes, que parecen canciones temporales, rachas constantes de huidas de nosotros mismos; dependencia, vacío mental, adoctrinamiento forzado, forjado con miedo y los medios de comunicación, adicciones telefónicas y todo lo que nos rodea. Octubre viene en el 18 sobre un lápiz y un papel, del 2019, en la calle, con el corazón abierto en las manos, navega como un niño que aprende a dibujar, rasga, es artesano de sueños, explora el significado del ¡fuego! o esa mancha oscura de nada, que nos rodea y vuela como águila sobre el hambre del hombre, ¡arde, quema!; marzo vuelve intacto en primavera de No-sur, otoño vivo que aprende y olvida; ¡florece septiembre!; octubre florece con su día sobre el mes anterior, día breve, en que nace y muere el invierno oscuro que siempre aguarda; ¡calla, es la plena!, no hay más dudas, llega la dignidad a pleno sol en plena lluvia; la calle palpita, la plaza tiene huellas de amor y dignidad en su tronco, permanece sumida la vida en la vida.[30]

En octubre el cambio 19, Chile va con significados descifrables sobre fuerza que vive y vibra, un desciframiento interno de las personas sin asedio ideológico o de otros fanatismos; el invierno envuelve a flor de piel su primavera, es acento oscuro e inclinado que va puesto en la palabra que no alcanza a modular su grito, palabra que ‘despierta y se libera’, no es catástrofe, es ¡muta!; es la intensidad de la intención de estar en lo correcto, ¡a cuerpo entero, de mente y hundidos en lo emocional, topando al miedo que se esconde en la nuca de las aguas más profundas del cerebro!; tomas la ruta hacia interior puede ser de amor o de odio y miedo; se sabe que hay novedades en las semillas, en los puentes; enlaces tiernos y profundos, así, los conversatorios desde los carnavales mestizos, anclar en murgas optimista de crítica con Montevideo en la puerta, Oruro, Medellín o Guaranda. En la calle, no duerme la noche ni cavila la esquina; la gente sencilla se arrodilla al borde de una piedra y enrolla los dramas como si tejiera con hilo de pelo de cabras, las del monte, pero calla con su respeto mutuo, calla la gente sencilla, no exalta el extremo lineal del miedo, ni de creerse superior a una pulga; ¡debes aprender caminar solo y sola, por la confianza!, con la ayuda de todos, por la confianza de cada uno, claro con la libertad que conquistes o construyas, en confianza de ser parte, él, de ellos, de ella, del otro; el drama tejido y de tijeras como cualquier vida común y sencilla, ¡vida digna!

 

  1. Vida sumergida

La vida se halla sumergida en los detalles, incluso sus límites son concretos, se explican con las palabras huecas y vacías que  inculca el asombro, el miedo, la exclusión o la distancia, ¡dos metros!; son destellos, estrellas, soles desde hace millones de años rondan orificios cándidos; algunos son detalles con ‘buenas intenciones’, se plasman en proyectos, partidos políticos, religiones, ideologías, metáforas, puentes humanos, sueños de utopía y utopías de cambio, cambio de civilización; las implicaciones o distancias, se marcan muy bien, cada dos metros y no se puede hablar por las máscaras y mascarillas; el problema es que en la práctica sangran y como todo mueren, especialmente de inconsecuencia y dignidad de plaza pública, ‘dignidad con p’ de plaza y pública, operemos de todo eso, con todo, que los detalles nacen con todo ser vivo, son ‘rizomas’ que navegan bajo tierra, ‘de sol a sol’, campesinos, como ¡el bastón abierto del salmón celeste que evade las garras de algún carnívoro que como un acordeón, al encogerse o saltar, ¡absorbe vida!, es o va a ¡un retorno completo!, a la fuente misma de la inocencia, explora las inconclusas vertientes originarias, las sumergidas esperanzas colgadas en postes, descuartizadas o simplemente lanzadas al mar desde un helicóptero; la esclusa entra en al fluido silencioso del invierno; la rebeldía es de amor y dignidad, ¡un RAD![31] entra al sol de invierno por el frio que quema, es el ‘rad’ de madera muy vieja se convierte en roca y piedra en Puyango;[32] el ‘rad’ navega destierros migrantes o de guerrilleros lanzados al mar, por las carreteras anfibias del cerebro, parecen detalles pero son pura complejidad, repito simplemente ¡arrojados al mar!; esto nos conduce a lo que llevan de lleno los más jóvenes del siglo XXI, son el desafío de la tercera década, los más jóvenes del mundo son la nueva antena de la humanidad, inmersión en el cambio; ¡complejo!, arde Australia, Brasil, arde la inmensidad de nuestro corazón que es de ‘selva natural’, es el usurero del siglo XXI que corre al lado arde el error, del miedo y la usura para sanar su rencor, como el animal ‘más salvaje’; sus pisadas, conmocionan profundamente al planeta, destruye todo y nada cambia, nada emociona ni razona, es un hueco en el que se esconde el mal.

Sin un antes ni un después; el presente existe, simplemente ¡existe!; lo sientes, aunque no lo puedas entender ni explicar, el ser y el no-ser del plural; vida sumergida del presente, algo late, animal social, a la deriva; sin rumbo o timón son animales cercados por becerros, ¡de oro!, claro está, de un capitalismo con seducción adictiva al consumo; becerros ¿animales, pequeños, muy frágiles, del circo del mundo, que disculpe el circo y esos animales sufridos que lleva; esa ilusión bio-electromagnética, física, mental, ética, social, ya no somos; quizá el arte con la estética, escondan los detalles vertientes del cambio, quizás como parte de su esencia misma en la vida diaria, instantes.

Reconocer como clave la inmersión en la ‘madre naturaleza’,[33] en cordilleras, lagos, ríos, naves, ciudades que se extienden y se enlazan bajo tierra, sobre tierra y en el aire, con tormentas o el vapor; emerger del agua, del fuego, ¡del el magma ígneo o desde lo interno de cada uno o desde nuestra nave estelar viva, ¡Tierra![34] 

 

La metáfora acepta que la vida es un proceso complejo, muy rico y al mismo tiempo, simple, que se lo siente, pasa y no se lo entiende, pero como arde, como late, es lanza que avanza; natural, es lo que existe en esencia: cambio; en interdependencia ‘general’, cambio paulatino, acelerado, sutil, salto cualitativo o mutación; es en esencia manifestación de interdependencia que fortalece y sostiene al amor, a la dignidad, es clave, paulatino o repentino, arrebata, salta como muchedumbre levanta una palabra como dignidad; es el corazón, da el detalle, lo parcial,  decisivo; en cada uno/a es el instante del detalle, es decir, en el fragmento del fragmento, en un abrir y cerrar de ojos, brota la metáfora, ojo, que ¡con los detalles no se juega!, abarcan incluso a toda la complejidad, la del ‘conjunto’, en el fondo lo fuerte de la metáfora es el instante, como para los detalles; lo directo y que está, influye en los objetos, al nacer, al mirar y asombrarse crece, cambia; el asombro  conoce y es; se fortalece o desaparece repentinamente, está en todo y es de todos; lo complejo en lo simple es el avance del instante; instante a instante; desde lo relativo de ‘existir y no existir’, pasamos a re-nacer a ‘estar presentes’, ‘lanzados al mundo’, a sentir la felicidad, de vivir, pero con un tiempo preciso y espacio concreto, histórico; individual, en contexto, que quizá nunca lleguemos a comprender; la complejidad, el “Aya-uma” de los pueblos andinos, las dos caras simultáneas, es como se ve el “desorden cósmico”, casi cómico, es el método, la dualidad, la tendencia de desarrollo, realidad; por tanto es uno de los tantos modos de ver, de sentir, de ser, de vivir, dualidad de dualidades; así se interpreta y determina la pertenencia a la naturaleza, lo que somos, ¡ser humano, animal natural!, somos paisaje, contexto concreto, social, comunal, nacimiento; la dualidad es un denominador común de complejidad simplificada que nos acompaña y nos identifica; la sentimos, la vivimos y podemos ‘ser’, es estar conscientes y comprender en conjunto que la complejidad-simple de la realidad, es el hoy que nos pandemia y nos cuarentena, lo somos.[35]

La naturaleza con su enorme diversidad y unidad, acumula fuerza, forja unidad, distanciamientos, oposiciones, fusiones, contrastes, convergencias, diversidades, enfrentamientos y encuentros; la dualidad atraviesa todos los aspectos de la realidad, está presente en los objetos, es la interdependencia permanente, un referente que se aclara, que explica, ¡todo interactúa![36]; sin embargo, hay momentos, ritmos, contrastes, fusión y armonía;[37] desde la opción diaria, desde el primer asombro de nacer, de ver por primera vez un rayo de luz en la ventana, en la puerta, en el árbol, el primer bocado de aire libre, de luna llena, de corazón en idilio.[38] Ver situaciones distintas, con los dos ojos abiertos, desde lo interno, recuperar y retener soluciones nuevas en el no olvido, desde allí, cada sueño, afecto o desafío muta, se transforma, de modo que el instante es extremo, es el presente, más real, complejo y cercano que vivimos; incita, induce, crea, cría, cuida, cumple, critica, culmina, es el sentido y sugiere poder plantearlo como metáfora;[39] se puede sentir cerca del nosotros cuando se mece el viento con las hojas de los árboles;[40] silba la espiral en su copa, en lo alto de cada uno y salta al carnaval del piso, como mito resucitado de pueblos antiguos, que siguen de algún modo vivos entre lo andino y el Tíbet; cada instante es panorama que se completa con la desgracia de lo humano de hoy, en contra del animal humano, es una verdadera desgracia de unos pocos desquiciados sin afectos conectados con el mundo, sin humildad o tranquilidad; lo que si tienen es mucho miedo. [41]

 

La vida es cambio, paso a paso, impulso pequeño que da  saltos extraordinarios, acumulación y ¡mutación patética!; el gusano en un momento determinado se va por el aire; en sus vueltas a la vida le quedan algunas esquinas abiertas, estelas de misterio a descifrar, esquirlas de alegría a soñar, amores que sentir y caídas para poder levantarse; heridas de la historia humana que muere; el cierre subterráneo de un mundo conocido y absurdo, es muy antiguo; ¡es lo que nace!; la risa en una diatriba ancestral en medio de la bruma, abre, une, espeluzna al corazón, afloja, libera, aflora, canta por todos los poros, es la lucha diaria en contra de los errores internos que no somos y del mismo modo  lo que será. ¡Conéctate!

 

  1. Espera, ¡enseña!

Cuando la luna se oculta, sorprende, tanto como cuando tarda o no aparece, cuando se refleja en el agua o llena se mueve entre las hojas y las ramas de los árboles más grandes; lo mismo sucede cuando la pluma de un quetzal se acerca a la luz, que vuela en el silencio de la noche y reaparece en nuestro realismo mágico de creer que la realidad tiene sus complementos; realidad que se acerca a lo que somos, es lo que somos: experiencia humana; un detalle o la verdad que es un parpadeo, destello en el espacio concreto y real, un momento iluminado que se desvanece como todo.[42]

Saber ‘esperar’, es reconocer que las oscilaciones contradictorias de los opuestos en dualidades son tanto liviandad-pesadez, velocidad-cansancio, latido-percepción, luz-sombra; que las sombras sobre el piso se ven iguales; que con la luz se exaltan y cambian, se profundizan, se aclaran; al mismo tiempo, todo fragmento es distinto y único; cada pedazo de historia es misterio;[43] así los elementos de un conjunto más amplio, parecen repetirse, parece fractal; así el jaguar que es parte de la selva, a medianoche contempla con lucidez, escucha hasta los más mínimos detalles, un movimiento de luz, de viento, del río, una pisada; crece al descender, ve enlaces con lo que puede suceder, un salto adecuado en su corazón de emoción, es donde late la naturaleza; su corazón resuena sobre el suelo. Esperar la oportunidad de volver a la belleza, al inicio, al despertar, la madre naturaleza; aguardar es volver en sí, simplemente escuchar el silencio.

El cambio se mantiene en la diversidad infinita de lo que cambia, fluye o se transforma; en contradicción, alianza, convergencia y expansión; el cambio es complejo y simple, trasciende, es ‘circular’, viene de abajo, desde la raíz, se abre, vuelve a la posibilidad inédita de lo desconocido; es comparable a lo que sucede o se da, el momento en que el espermatozoide penetra al óvulo, simple, trasciende en la vida el individuo; es experiencia vital básica, grande y pequeña, suficiente, que sintetiza el sentido de todo.

Si avanzamos, vemos que lo subjetivo es parte fundamental de la naturaleza humana, las emociones; que lo emocional, subjetivo es dinámico y diverso, pero también puede ser muy lento y concentrado; que lo emocional se aprende; esperar que madure la hoja o el fruto, que la flor, la rama o la raíz prendan, se sumerjan; lo subjetivo de cada persona emerge con fuerza como la oportunidad de ser libres, puede transformarse a sí misma/o, base de lo diferente.

Lo subjetivo aflora con la creatividad, con el azar, con la negación; el recuperar el aspecto subjetivo de la especie humana es en este momento prioridad 1, por todos y para todos; completar lo objetivo, que por naturaleza es trunco, incompleto y muy limitado; aprender a esperar, es en parte, reconocer la naturaleza de la naturaleza con la importancia de lo subjetivo; es recuperar lo subjetivo con serenidad, responsabilidad y respeto, es decir, “dignidad” es recuperar lo subjetivo y lo objetivo en su medida y con el peso de lo nuevo. Este cambio se inicia con las personas más sencillas; esas que por siglos han permanecido al margen de todo, en el más severo silencio, extremo; suma iniciativas de acción, nuevas, pequeñas y antiguas, ¡opciones de convivencia!; soluciones de vida con el trabajo productivo, procesos de auto-formación, de participación social intensa, real y directa; desarrollo de la crítica, ética, estética, arte estudios, experimentación, durante toda la vida; es la oportunidad que se complementa con la serenidad: saber esperar.

La falta de ‘sentido de vida’, que tiene la humanidad actualmente, es una marca con hierro ardiente en todo el cuerpo, en la identidad, en la felicidad, el afecto, la emoción, es un incendio vital; pone a prueba la conciencia, la voluntad personal y social.[44] Saber esperar ante el distanciamiento forzado e impuesto, situación grave, enferma, distante, que distorsiona y discrepa con la realidad; se la sostiene con miedo y la ruptura de la condición natural, el “Covid19” incrementa la “soledad urbana” extrema; hay que evitar esta alteración profunda de la vida, de la naturaleza humana; esta experimentación globalizada; sucede con los recursos naturales, con el trabajo, las conciencias, la educación, la información[45]; en esa extrema ‘soledad artificial’ que se ha creado poco a poco, posibilita la alienación psicológica, desadaptación intensa; lo que se incrementa con todo lo digital, es un atropello turbulento a los derechos humanos; exaspera la mente, el corazón, la conciencia, la vida social;  crea (artificialmente) graves dependencias o adicciones sutiles o graves; consumismo, adoración al ego, jerarquías y  exclusiones injustas, otra dimensión de lo mismo; el consumismo se presenta como triunfo, los valores son del ego, se pierden, es su negación.

 

La esencia de lo humano se define esencialmente con lo sensible, con lo emocional, con lo afectivo, con lo subjetivo y con lo social entre otros aspectos; intencionalmente dejamos fuera ‘lo racional’, el elemento humano que fue exaltado en exceso; a lo subjetivo se lo coloca en un segundo plano, de la intimidad, de lo cercano, es la deconstrucción en reconstrucción orgánica y sostenible.[46]

 

La ciencia explica que la vida depende de un conjunto amplio de elementos o factores que están en movimiento, cada ser depende de otros que están muy cerca y de otros que están más lejos; es o somos una red compleja de interacciones, en esencia somos un ser colectivo, con un mundo personal e íntimo inefable; qué se comunica, qué se interna, se intensifica o reconstruye con el contacto con los otros; a veces en base a un profundo y constante afecto, otras, giras alrededor de la utopía.[47]

 

El modo de concebir y reorientar el sentido de cada persona, en el contexto humano que vive será diverso, incluye al planeta y la diversidad cultural, es complejo y quizá se acerca a lo que intenta definirse con cambio de civilización; epistemológica, ontológica, social, psicológica, gnoseológica o filosóficamente; la academia se renueva constantemente; debe intentar con responsabilidad alcanzar a todos los ciudadanos, incluso, a los que viven o se encuentran en rincones apartados; requiere saber esperar, aprender a ser participativos, abiertos y críticos; dispuestos a empezar cuantas veces sea necesario, desde lo pequeño y concreto, con cambios pequeños y concretos,  ir a un nuevo modo de vida; el desafío es poner atención en cambios y mutaciones; asegurar la consistencia  del proceso “desde el interior de uno mismo/a”; es un proceso intenso y dramático, vivenciar la experiencia personal, diaria; levantar a nuevos niveles la visión y la acción, desde lo cotidiano; intentar con mucha atención la re-inserción de los humanos a lo natural; inmersión consciente, recíproca, desde una “educación, especialmente ética, estética, racional, científica, tecnológica, afectiva”, recuperar lo humano, con valentía, ante el abismo de los hechos diarios, cambiar lo ético, lo afectivo, con lo estético y apoyo de lo racional, avanzar.

La diversidad humana es compleja y simple al mismo tiempo, tiene la consistencia de contener particularidades distintas; en interrelación constante e interdependencia con todas las cosas, procesos, devenires, seres, lo que nos rodea;[48] una interrelación que distancia lo subjetivo, de lo que hacemos y somos; interdependencias evidentes, sutiles, fuertes; la singularidad de cada instante es al mismo tiempo una evocación del conjunto que es la realidad, que por ahora y por mucho tiempo no podremos entender y menos controlar; la singularidad y simultaneidad es ‘la relatividad del tiempo y de la matergia’, que fluye, muta constantemente y se convierte en lo nuevo inédito y desconocido; por este motivo el conocimiento es momentáneo, tiene relación con una serie de hechos y fluidos simultáneos.

 

Dentro de ese avance constante y cambiante de la naturaleza, la academia puede dar un respaldo eficaz, adecuado, pertinente y operativo a todas las personas para el desarrollo particular de cada uno; para superar los pesados y profundos lastres del pasado y los nuevos que posiblemente se darán; sabemos cuán enraizados están los errores del pasado, en muchos casos todavía están presentes, son pesadillas vigentes;[49] asimilar experiencias como tarea natural, cotidiana y simple, compartida y recíproca, como una vertiente o fuente transparente de alegría y humanidad, establecer un nivel de crítica que sea como el aseo diario.

Sabemos que con la educación se solucionan o se problematiza la vida social, se la entiende; se reconocen hechos, con conceptos y palabras válidas, que luego se interpreta y con esas interpretaciones, a veces, se llega al corazón y se convierten en acción cualitativamente distinta; este es el dilema actual; todo se debe revisar, analizar, volver a revisar; la ‘verdad-instante’ es devenir, el día, día; convertir interna y socialmente la tensión del asombro, el desconcierto en fuerza, en claridad, en solución, en punto de partida de lo nuevo; al deambular por calles de grandes ciudades y estar entre miedo y arte comercial, entre libertad y control, entre miedo, violencia y envilecimiento moral; es ver oscilar por extremos y constante distancia entre gesto y palabra, entre verdad y mentira, entre afecto y volcán; entre rebelión de amor, dignidad y el ‘acercamiento a lo natural’, es resuelve el enorme escalamiento de la crisis; inmersión total y sentida de la vida en la vida.[50]

Aprender a pensar al mundo desde la madre naturaleza, ¡sentir al mundo desde lo interno!; el que vivimos, desde el nacer, de nuevo conectándonos con la gran madre, en ‘apreciación afectiva’; lo que puede tener repercusiones como cambiar puntos de vista cruciales, pueda generar nuevas actitudes, desafíos y compromisos; como la que provoca la manifestación inteligentes de la gorila Koko que circuló en internet, parece decir que sentía lo mismo, apreciación afectiva a su madre tierra; adoptar este sentir como un enfoque consecuente con la condición natural de todo ser vivo, con las personas no humanas, lo que somos, parece una vuelta al pasado, en la diversidad, al caos y el azar que nos rodean desde siempre y por ello también somos parte, muchos virajes y contradicciones; un proceso siempre posible.[51]

El reconocimiento del caos relativiza el racionalismo clásico de la ciencia y del poder, obliga abrir caminos, tentar deducciones distintas, de-construir; incluso se plantea posible la mutación radical de la misma ciencia actual con todos sus paradigmas, teorías o hipótesis más o menos vigentes; considerar un cambio radical de la visión de la ciencia con relación al enlace y toda clase de interacciones entre el ser humano y la naturaleza es lo clave; esto cambia lo epistemológico, cambiaran métodos, cambiarán los espacios de trabajo, los instrumentos de los estudios, la manera de estudiar, los enfoques para remover los paradigmas básicos hasta hoy conocidos.

Si se trata de iniciar un proceso para alcanzar cambios integrales, intensos, que pertenecen a todos, que marcan todo, con su dinamismo estratégico constante, inician cambios cualitativos de toda una sociedad humana, es paradójicamente parte de ese cambio a largo plazo que se demanda para ahora; el cambio estratégico se concentra en el instante inmediato, breve y dinámico.[52] Somos naturaleza,[53] no estamos fuera ni distantes; es deconstrucción de paradigmas y enfoques, a lo que estamos relativamente acostumbrados; es una especie de mutación de toda percepción posible, de todo pensamiento es una hipótesis que tiene que ser revisada, discutida, transformada; lo que nos queda es mención, referencia, raigambre que tiene vivencias y sugerencias potentes: somos seres en esencia y contexto “naturales”; el momento, terrorífico, no pasa por puertas o puentes; cae sangre y se fortalece cuando se habla de trabajo, cuando se habla de democracia. En el orificio de la calavera en sus canillas, en cada una de sus vértebras es tortura, grito, crimen por la espalda, traición de un general miserable, religioso o político lanzados al mar, contagia pandemias enormes regadas en el agua, en el aire; mezcladas con lágrimas y mucha publicidad, avisos de neón y debajo el bunker en llamas, en medio de sus cloacas. Saber esperar.

 

  1. El sentido de lo humano

La rueda de la historia en extremo plantea repentinos giros históricos, el año 2020 se manifiesta con la pandemia del “coronavirus”, que parece preparada como experimento global de un grupo muy pequeño, rumores, no seamos…, suspensivos; tanto absurdo agota toda credulidad, el sentido de lo humano actual tiene un exceso de mierda, por usura y desorientación profunda y miedo; los fallecidos derrumban toda esa verdad oficial de los países y organismos regionales o mundiales; el contraste de esta normalidad es catártico, ronda los rincones más oscuros de las calles y claramente exalta la dignidad; en algunas ciudades al amanecer aparecen cadáveres colgados de las puertas o simplemente sobre el cemento, en la sombra; se nos va la vida; debemos recuperar el respeto, que es la dignidad, vivencias e sentimientos, emociones, interrelaciones, lo familiar y lo cultural colectivo acumulado, son tesoros, incluye lo ancestral y así ‘el sentido de lo humano’ es algo compartido histórica y genéticamente; es el proceso personal, íntimo, silencioso o no y distinto, con participación directa y libre o no, con la comunidad o no; vamos comprometidos y optimistas poder resolver de modo ‘adecuado’ o no; está más o menos claro; los problemas, en cada contexto, cultura; quizá se pueda, organizar la nueva vida en el aprendizaje permanente unido al trabajo y a la investigación por la ‘rebelión de amor con dignidad’ un RAD (Unidad de medida científica de radiación absorbida) utopía de utopías, ir a una práctica distinta, con reflexión constante, crítica y sincera, de amor con dignidad; esfuerzo diario de cada uno, en lo cotidiano del presente, con los problemas concretos y sentidos, en un contexto determinado; asegurar entre todos el sentido de la humano con una dignidad de amor; que la desgracia actual termine; que la estupidez del modo de vida actual concluya; con el COVID 19, se evidencia la gran oportunidad para que la humanidad mute, cambie; que las metas ONU para el 2030 se cumplan, con seriedad y rigor; que triunfe la confianza mutua, avalada por la práctica. Es interesante lo que Matthias Horx, en su artículo: “El Mundo después del coronavirus” plantes, ver cita al pié[54]; a lo que agrega:A menudo me preguntan en estos días cuándo “terminará” lo del coronavirus y todo volverá a la normalidad? Mi respuesta: Nunca. Hay momentos históricos en los que el futuro cambia de dirección. Los llamamos bifurcaciones. O crisis profundas. Esos tiempos son ahora.

El mundo tal como lo conocemos se está disolviendo. Pero detrás de él, la posibilidad de un nuevo mundo se está creando en el otoño de 2020 (De septiembre a diciembre), la atmósfera de los partidos de fútbol será muy diferente a la de la primavera, cuando había mucha rabia masiva. Nos preguntamos ¿por qué? Nos sorprende la rapidez con que las técnicas culturales de lo digital se imponen. La tele y la videoconferencia… Los profesores aprendieron mucho sobre la enseñanza en Internet. La oficina en casa se convirtió en algo natural para muchos, incluyendo la improvisación y el malabarismo de tiempo que conlleva”. Horx plantea que después de la crisis del COVID19: “…hará que las conexiones (humanas) sean más cualitativas. La autonomía y la dependencia, la apertura y el cierre, se reequilibrarán. Esto puede hacer que el mundo sea más complejo, pero al mismo tiempo más estable.” Ratifica que el impacto de la pandemia puede ser o es enorme y veloz, estamos en ese proceso; un cambio radical es posible, muchos proyectos y muchas historias surgirán, emociones, recuerdos, remordimientos. Es hipótesis.

El suspender todo es una especie de re-inmersión consciente en lo que somos: ‘humanos y naturales’; en lo simple, puede ser una catarsis; porque estamos al borde de convertirnos en seres que dependen de lo externo muy manipulable, los relativos contactos digitales, el bombardeo de los viejos mitos como nuevos, sugerencias cargadas de preferencias con intereses usureros; presiones, visiones, condicionamiento cibernético cada día y por todos los medios posibles, sin que seamos capaces, colectivamente, de oponernos o despertar y de atender directamente lo interno, lo natural, lo  humano a nivel personal y distinto a lo usual; ¡estamos a un paso de ser instrumentados en extremo!, en algunos casos ya es así; cuáles son las opciones posibles: explorar la expansión del cambio desde la pandemia; en otra dirección, ir a lo interno; tentar alternativas, porque el mundo que conocíamos se disolvió, es rotundo y siguiendo, no podemos ni sospechar lo que viene. Corresponde anclar, es decir, ¡detenerse!, por un momento o períodos, para poder construir con atención científica, técnica, ética, estética, de dignidad con ‘lo racional, lo subjetivo y lo estético’; ver amenazas y debilidades manifiestas como oportunidades: el cambio de clima, las inundaciones, sequías, tsunamis, tormentas, ahora, pandemia; la desorientación y alienación dominante se refuerza con algunas medidas de la pandemia; personas y colectividades sufren exclusiones; efecto COVID 19 puede ser muy negativo o lo contrario: grandioso; depende de cada uno; muchos postulan el pesimismo, la ira, la violencia e incluso el pavor, más allá del miedo; con este aliciente no se ve que son sombras temporales; el impacto es reconocernos así; las debilidades son reales, el animal humano que somos es frágil y peligros, ¿será pasajero?; lo que heredamos también es real, hipótesis es superable; con serena concentración y convergencia en diversidad y una clave, reconocer que es el momento de la: dignidad.

Ponerse de acuerdo consigo mismo, es la fortaleza, con coraje y serenidad, superar carencias y debilidades; reconocer la importancia del consenso, tener ‘plena confianza’ en los otros, en la participación social; una idea tentativa de ese desarrollo: “social universidad social”, alma mater de mater natura;[55] una idea de cambio desde el interior de las instituciones de educación superior y de la sociedad; juntas hacer una ‘nueva-nueva’.

El profundo vacío ‘sentido’ con la “pandemia 2020”, que nos aísla en extremo, es el presente actual, ¡hemos sentido masivamente la presencia de la muerte y de la estupidez generalizada el Estado de élites!; volver a la vida y sentirla, sentirnos naturaleza, respetar a los seres inteligentes no-humanos; volver al presente-ausente, posible: nueva universidad-sociedad; unir la vida y la organización social con el aprendizaje permanente durante toda la vida a nivel universitario; integrar la vida con el estudio, el trabajo y la convivencia nueva; esto lo dice, esto de algún modo lo tiene la memoria milenaria de los dados del mundo, lanzados como números al abismo, ¡con furia!; los dados del azar y del tiempo, porque la ‘pandemia’ tiene demasiados elementos de haber sido provocada y lanzada hacia el abismo; en el azar de cada día, entre tantos desterrados y perdidos, cayendo libres y desorientados a la desesperación; dinero y poder, miedo y propiedad; barbarie y civilización; ¿es posible?, el cambio actual, merece una profunda reflexión (¿Es posible presentar en todo conocimiento, como simple duda).

Una de las críticas a la situación actual, señala como culpables a los políticos, que se dicen ser poseedores de ‘la verdad’ (Cada uno la suya), saber el sentido de las leyes, de los Estados, de la justicia, de la educación, de la democracia o de las palabras; han sabido aprovechar muy bien este montaje, su esquema actual de vida es muy fácil y seguro. Mucho se podría decir en contra, denunciar, plantear, demostrar, putear al respecto, de lo grave que resulta el problema para todos los pueblos; no corresponde en este momento ahondar y detenerse al respecto, sin verdades religiosas, políticas, humanistas o ‘piratas’[56], estos últimos son más interesantes por vikingos (Suecia, Islandia entre otros); si se agrega al análisis los graves enfrentamientos militares inducidos por ‘negociados’ la cosa se pone tétrica; las dos ocasiones que han sido ‘mundiales’, las dos guerras mundiales del siglo XX, ha existido intervención de ‘seres especiales’ pero se deberían agregar como actores y encubridores del prolongado genocidio histórico en Europa y el mundo con las conquistas y colonialismo a nivel planetario, el lastre histórico de la humanidad que debe ser superado de modo completo y distinto (Nueva civilización[57]); los desastres que se cometen con el medio ambiente, con pueblos africanos etcétera, con el resto de los seres vivos. Mejor resolvamos dentro de nosotros mismos estos problemas, primero al interior de cada uno/a para salir al combate diario en la cotidianidad urbana que nos espera con sus brazos bien abiertos. Edgar Morin declara en relación a la pandemia forzada que es una demostración de nuestra enorme interdependencia natural indispensable o recordar a Zizek que afirma: “…el coronavirus es un golpe letal al capitalismo para poder reinventar la sociedad humana”.[58]

Sentir ‘la condición natural’ como elemento esencial de ‘lo humano’ es un primer paso, tentativo, en este pantano, que vivimos, confuso, corrupto y diario; reconocer a la naturaleza como la madre de todo-s, sentirla; asimilar, conversar y volver a tratar con la nueva generación de los más jóvenes e incluso con los niños y crear con ellos lo nuevo, que sean protagonistas, crear la oportunidad intergeneracional de sentirnos naturaleza, con fidelidad y de modo directo; en su vastedad y contradicciones, azar y maravillas conlleva felicidad; no es fácil ni simple, la vida parecía hasta ahora solo la lucha a nivel personal, familiar, colectivo, de la pequeña región o  pueblo, comunidad, lo que sea pero consistente y consecuente; en este actual ‘escenario crítico’, conversar con afecto, pero a fondo y por el tiempo que sea necesario (saber esperar), crear los espacios y los momentos adecuados, la mayoría de instantes, este es el asunto humano, que se lo ha llamado ‘problema político’; cambiemos la palabra es por llamarlo tentativamente el ‘gran problema humano’, que incluya: convivencia, cultura, identidad, valores, educación, justicia etcétera y otros problemas que por hoy, ni sospechamos; podría ser calificado como lo ‘pos-político’ de la tercera década del siglo XXI.

En conclusión, hay muchos pasos que dar, los primeros pasos siempre se dan con mucho entusiasmo, jolgorio, optimismo e incluso con seguridad de que existen los recursos emocionales e históricos suficientes, pero en la realidad podría cambiar; no hay verdades absolutas, simplemente percepciones o subjetividades que tienen algo que compartir como salida en ‘casa-kayak’; resulta saludable considerar la experiencia del jaguar, siempre se la puede recordar con proyectos, planes o programas complejos, a cualquier nivel; poner lo mejor que sea posible en juego, que la verdad es temporal, está en movimiento con libertad tanto interna e intensa como externa o colectiva y afectiva, del momento en que la vida, la alegría y el amor crecen rápido, los más jóvenes y sus opuestos, es oportunidad de una deconstrucción interna, compartida y quizá, una ‘sanación global’.

Hay reglas y enfoques de la sabiduría popular, de pertinencia, se ve la profundidad de lo sencillo, de lo pequeño y de lo cotidiano; la gente sencilla es transparente, es más fácilmente sincera; la utopía a rescatar está también en ello; iniciar un proceso de auto-liberación descentralizada, transparente, popular (bonita palabra ‘a de-construir’, con la perspectiva de crear ese modo de vida más adecuado, un modo de vida que se asiente en la tierra, la que sea y se la respete, por ende, a los vecinos, a la vida; que lo que beneficie al planeta sea lo primero, para la especie humana y los otros seres, con la alegría de ser y estar vivos, en diversidad enriquecedora en constante cambio y reencuentros.

 

  1. Vida plena en la fiesta de la vida

 

Desentrañar el sentido de lo humano a partir de una consideración simple, que tenemos la oportunidad de ser lo que somos: ser vida plena en  la fiesta de la vida   desde un enfoque que se acerca a lo andino en la tercera década del primer siglo del tercer milenio:

 

Kayakwasi en el kapakñan de la Pacchamama con el aya uma de la Chakana en sayel Quetzal coatl

para el sumak kawsay

 

(kayakwasi o sentir, como vivir en un pequeño bote para navegar en los ‘rápidos’ por el ‘gran camino de los Andes’, en la madre tierra,

con la dualidad de la realidad en la Chakana

de la Serpiente emplumada que se arrastra y vuela

 

Tenemos experiencias, sensaciones, emociones y afectos que llevamos al interior, en la sangre, en la piel, en el cerebro, en los gritos que emitimos a veces, genéticamente lo tenemos y no lo podemos evitar;  son procesos que no se aprenden y permiten ver la realidad con otra intensidad, con cierta serenidad y considerando que la vida es tan corta, en tan poco tiempo, casi no podemos ‘despertar’.[59]

La propuesta es conversar amplia y detenidamente, con paciencia, serenidad, emocionalmente y con inteligencia sobre la pandemia del cambio del 2020, construir una verdadera participación social directa, que cuide, por ejemplo, la acción crítica del espíritu y del amor, una especie de cogobierno universitario,[60] unir, según sea el pueblo, cultura y contexto; un modo de ver distinto para cada día, cuidar el nivel de crítica, que se mantenga con transparencia; ir a una práctica distinta; recrearse, acumular fuerzas para llegar a lo nuevo, que no sabremos como es, llegar a hacerlo y corregirlo para volver a cambiar, dudar, regresar; es la aventura de lo nuevo.[61]

Todo rasgo elemental y esencial que existe, es como una gota de agua en un río, parece que se pierde pero se mantiene; es energía con polo negativo y positivo; sería ver críticamente en cada caso o detalle, medir en la inmensidad de la utopía y de cada corazón; cada instante es un momento distinto, que demanda adoptar una pequeña decisión, la que estalle como fuerza o sea perseverancia; así, lo mismo, la transparencia, la crítica y la claridad están en constante cambio; un momento y otro en nuestras manos, el detalle, sentidos, opciones y oportunidades; es la vida, con el posible, de establecer nuevas rutas, interpretaciones o dar un golpe rasero a la espalda de la democracia como acostumbran los corruptos o los dictatoriales; ¡tú!, despierta directamente, pacífica y/o participativamente, no solo en el carnaval alegre de Montevideo o de Oruro.[62]

El modo de usar la energía personal y colectiva debe ser algo sentido, de intensidad, interno, según que corresponda; debe ser sentido emocionalmente y tan sentido que no haya dudas al respecto, estamos ante la recuperación de lo subjetivo del modo más elemental, pero con ‘serenidad’, ya que todo sigue cambiando; esto significa que no podemos perder la serenidad ni la concentración para distinguir lo secundario de lo esencial, la importancia de lo ético, de lo estético; evitar desgastarnos en procesos inútiles como la guerra o el academicismo y la politiquería individualista; la mutación social es compleja y sostiene empujes opuestos, a veces violentos, distantes o como desafíos.

Las cosas son como deben ser, lo que crece, crece, lo que se desarrolla y es verdaderamente fuerte entra en armonía con lo que nos conforma; así lo simple está muy cerca de la verdad; al mismo tiempo las cosas no son siempre como parecen ser, hay veladuras o velos de apariencias, sombras o destellos que encandilan; se debe tener en cuenta, pero en definitiva, el cambio es personal, interno, de cada uno/a, en el seno de la colectividad; en la intimidad mantener un espacio de reflexión independiente pero dentro del colectivo, con nuevo cuño: apertura, compromiso y sensibilidad; volver a las raíces, a caminos oscuros, simples, de tierra y piedras;[63] en ello puede haber un desgarramiento y por momentos un breve predominio de lo negativo que implica detenerse, tener miedo o volver a lo injusto.

El contenido principal es conocer o identificar la fuerza disponible, en el ir y venir del cambio, de las mutaciones y de momentos de estabilidad; es como el subir o bajar; abrirse o cerrar, aceptar o rechazar, se manifiestan con cierto ritmo y espontaneidad en la naturaleza; todo acumula fuerza o condiciones para en un instante reventar, en alguna metamorfosis, que es ‘mutar’, se reparte como lo hace una represa enorme y retiene la fuerza natural, así es sentir, brotar como la metamorfosis de las ranas o de gusanos que cambian, entre tantos; lo importante: ¡poder reconocer las diferencias entre cambio y mutación!

El cambio cualitativo puede implicar cambio de visión del conjunto de la realidad; afectar costumbres, mitos, lenguajes, paradigmas, tradiciones, actitudes, narraciones históricas o interpretaciones, se necesita; su complejidad hace considerar que se dan dificultades, contradicciones, falsas rutas o vacíos; se lo puede usar para que actúe como anestesia, analgésico farmacológico, terapéutico de desahogo, hay manifestaciones populares que se diluyen y desaparecen, pero en realidad es que hay más control, más dominio, presión y violencia, es lo contradictorio, detéctalo y exteriorízalo, agítalo para que no se repita; valores a tomar en cuenta en la práctica; lo más importante del cambio es aprender a ver críticamente el propio comportamiento de cada uno, cada día cada acto, palabra o gesto, ver el contenido parcial y el efecto, en el detalle y reconocer lo que tiene un peso netamente cultural, social, pero es interno e íntimo; el desafío que tenemos para la ‘tercera década’ es complejo y de muy lenta solución; no se puede resolver por voluntad personal; entra de lleno en la cotidianidad y desde ‘todos’ (cada uno de todos) conviértete en práctica colectiva, crear una palabra que tenga ese sentido y empiece a usarse con insistencia, dar sentido a lo nuevo; centrar atención en aspectos sencillos, directos y concretos; ‘aprehender’ la realidad en el sentido exacto, ir a pasos técnicos, metas, proceso, planes, peligros, actitudes, resultados; revisar el problema y la solución, información correcta, objetiva y completa, pero al mismo tiempo oportunidad de libertad, de fortalecer valores, principios y una acción minuciosa en el detalle, dentro y con la colectividad.

La reciprocidad, la solidaridad y la participación se debe cuidar como fuerza fundamental para dar el salto cualitativo. Es un avance con vuelta atrás, reinicia, se parece al río que pasa, tiene una corriente superficial y otra sumergida, parece en calma, pero debajo es un rápido, con giros, remolinos y tiene una fuerza constante que se mantiene inexorable y corroe las orillas, avanza sin detenerse.

En proyectos, obras y organismos hay desgaste permanente y es normal, en muchos se produce agotamiento; saber si estamos en un momento de acumulación, de mediación, transición, es clave; planificar, revisión técnica de la información o la acciones concretas; es momento de espera o detención del cambio; es necesario, dejar libre a la imaginación, la creatividad, la intuición; afinar la sensibilidad para captar con fidelidad lo que sucede y fortalecer en uno o en otro sentido, lo que se haga para el cambio.

La mutación es un cambio profundo, como el que provoca un volcán, un nacimiento, un accidente o un triunfo inesperado; la otra cara del cambio es la estabilidad o fuerzas conservadoras; comprender la dualidad afina nuestro enfoque científico; como consecuencia, tener fidelidad, claridad es al mismo tiempo, tener elementos seguros para una vida plena o buen vivir en la fiesta de la vida.[64]

 

La valoración de los hechos debe ser crítica; lo cotidiano y lo trascendente es lo definitivo, también es temporal y cambia. En la montaña el trueno y el rayo se funden, son uno, un solo hecho, unidos son, separados dejan de ser mutuamente; se complementan el uno al otro por su interdependencia, son una identidad, dependen del contrario; en lo humano lo personal y lo colectivo, lo afectivo, de lo cultural como trascendencia; en lo profesional, político, familiar, técnico, artístico y lúdico son lo fundamental, complementa la interdependencia mutua.[65]

Desde antes de nacer cruzamos a nado el azar, sumergidos en el torrente sanguíneo, luego, en el amor o el encuentro y luego penetramos en la alienación que domina, que impide la plenitud de sentir profunda alegría de vivir, sentir la felicidad con cierta serenidad y a flor de piel, como parte del la armonía que nos rodea en medio de la materia oscura y el caos; entender los cambios, enfrentarlos cada minuto; preocuparse conscientemente de alcanzar una estabilidad dinámica, hacerlo como en Bhután[66]; mantener la construcción diaria de ‘felicidad’ entre todos, social y culturalmente, poder unir desde el pasado-presente y futuro-presente, lo natural en lo personal y social, con la participación de los otros, una participación efectiva, una “democracia” distinta, transparente, con otra visión y otra práctica, como el cogobierno en la universidad”, experiencia para nosotros cercana desde el Grito de Córdoba, 1918.

 

La participación serena, reciproca y en armonía, es un tema muy rico y fundamental, sobre el que se debe conversar mucho: explorar enfoques, experiencias, sensaciones estéticas, éticas, lúdicas, con el jolgorio de estar juntos; saber sumar a lo racional lo estético, lo técnico, lo tecnológico, lo afectivo, lo cultural y sobre todo un nuevo compromiso: ‘de-construir’ la conciencia compartida, casi reconstruir con cada conversación, reflexión e incluso de encuentro lúdico, social o artístico, dentro de la convivencia cultural y crítica de esta época.

Las posibilidades son infinitas de lograr con pequeños aportes concretos, consensos o prácticas que corrijan viejos errores: tabús, mitos, soluciones cerradas y absolutas, impuestas, de vida o de muerte, que no se debe repetir; todo retorno cuando se hunde cataliza, todo propietario pretende conquistar al mundo; desfachatez sin probidad; es perdida de abuelos, hijos y nietos; del vecino, de una comunidad o el barrio, pandemia, de los que han nacido sin nacer o han muerto sin haber nacido; el cascaron de tortuga es un gran vitral, carga signos, símbolos y dibujos de acertijos del tiempo, de las épocas; nunca podrás probar que existen o no existen; retornan sucesivamente como creencias, falsas certezas que se imponen y cambian para seguir dominando; todo no es igual, nada el pato y el agua nada en la laguna; lo hacen en una urna de cristal, moraleja, creer y no probar, probar y no creer, ambages en circunloquio de rezar sin decir nada y creer en recordar, retornar, constituir, no cambiar, en un perdido planeta perdido en el espacio que después de unos millones de años nadie podrá recordar, pero repican como campana.

La Antropología reconoce que los mitos, las leyendas, las costumbres populares, los rituales, el lenguaje, el arte son procesos que fluyen; pero si vamos más atrás nos encontramos entre primates primitivos, nuestros antepasados y lo hacemos igual para poder alimentarnos, protegernos del frío, reproducirnos, viajar, conversar, estar juntos, estudiar, trabajar diariamente, tener una identidad, presente y seguir desarrollando, ser felices, reproducirnos para continuar incluso después de morir; hay un bagaje colectivo, histórico de aportes con significado, ayudan a comprender lo que hacemos, aprendemos, sentimos y somos; es la retroalimentación física y espiritual constante, colectivamente somos un ser vivo frágil que cambia mucho e inesperadamente somos uno.

 

  1. El momento

Para este momento histórico, viene bien considerar la posibilidad de un “voluntariado pirata”,[67] en exploración o Ex-política; voluntariado abierto, convergente y libre, por tanto, diverso de muchas maneras, en grupos sociales, equipos de trabajo, en el arte, deporte, construcción, entretenimiento de toda índole y sobre todo de aprendizaje durante toda la vida; no condenar al futuro; ir, de urgencia, a una democracia participativa directa con los recursos tecnológicos actuales; que los cambios emerjan con la presencia y participación reconocida de los más jóvenes del planeta.[68]

El actual Estado, es una enorme y compleja estructura que se ha convertido en recurso eficaz de los más corruptos, ceguera, violencia, control, transgresión, engaños, fracasos y violencia permanente con usura, las guerras son su modo de ganar y subsistir; incluso corresponde decir que el Estado ha llegado a ser manipulación permanente de la sociedad, es lo dominante y de ese modo su esencia más profunda son las guerras, las invasiones, los bloqueos, las exclusiones, los exterminios; se adapta con flexibilidad novedosa y creativa; actualmente afina un mayor control, dominio, represión, adoctrinamiento abierto o forzado y la destrucción consumista de la naturaleza; se prueban nuevas formas de manipulación y control con la ‘pandemia’ COVID19; es contaminación del cuerpo, de la mente, de las formas de vida, de la convivencia, de las comunicaciones, incluye la muerte en extenso, de millones de seres y de la naturaleza en su conjunto.

Al tercer decenio del siglo XXI, lo debemos considerar como extremadamente importante en la historia humana; demanda un pensamiento más libre y crítico, un respiro al sentido de lo humano y a la participación real de todos[69]; con una diversidad de rutas y culturas, que deben ser comprendidas, asumidas y respetadas; existen diversas soluciones y de acuerdo al contexto cada una será más o menos pertinente en su contexto, es como de-construir para cambiar y construir; ir basándose en la duda, con la crítica, revisión de los opuestos y  las certezas temporales; con creatividad ir a lo que no conocemos o aún no convenimos cómo crear; con una auto-conciencia de lo cotidiano, una ‘autoconciencia compartida’, que fluye en ‘conexión con lo natural’, que forma parte de esa ‘inmersión humana’ en la naturaleza; con muchas emociones y con la razón como herramienta, hallar una totalidad temporal con la dualidad.[70]

El dinamismo del cambio puede empezar en casa, en lo íntimo; con un diálogo interno, intenso, inmenso, de parejas, grupos o comunitario, es decir, el dinamismo de uno mismo con el otro, por ejemplo la pareja;[71] las contradicciones, los errores y los cambios. [72]

La grave y dolorosa crisis del Siglo XXI, al ver la pandemia, vemos que recién comienza; lo más duro no se ha resuelto o quizá nunca; una pausa de relativa recreación, descanso y disfrute de lo simple y directo de la vida, teniendo una inspiración, puede tener una catarsis de ‘‘reciprocidad desinteresada’;[73] empieza a verse y sentirse en los detalles, en el acto temporal e irreversible del instante; se superan dudas, errores y se aprende a intentarlo mientras el tiempo lo permita o lo que vivimos a nivel personal, exista; aprender a acompañarse de la música natural: viento, río, mar, aves, poesía, en el paisaje cotidiano; aprender a acompañarse de los otros seres vivos, afectos inteligentes no-humanos; sin más espera que del afecto mismo, en el instante breve de vida breve, valga la repetición para el énfasis, con directa sencillez, sin perder de vista lo que somos, animales, naturales, que te puedes permitir la espera de una maduración entre todos; en la serena y espesa lucha del instante, salvar al instante con resultados positivos, recuperar fuerza, iniciar nuevas acciones de optimismo, continuidad y mejorar en la acción.[74] Cubre a este planteamiento el peso del año 2020, en la puerta de la tercera década.

Tratar de vivir consecuentemente o ¿ya no es posible?, es tema importante y prioritario, aceptar las limitaciones e incluso la presencia cercana de la muerte, como los mexicanos aprenden desde niños, a acompañarse con ella; algunos tiene ‘sentido’ de identidad; lo pequeño e íntimo se enlaza con la prioridad postergada culturalmente; a veces muy difícil, pero posible; ir desde allí a la construcción del cambio; un eje, que puede ser ir como la serpiente emplumada con plumas del Quetzal; entrar al coraje de un enfoque, una identidad que por experiencia reconoce su realidad como es, con una identidad directa que fluye de modo natural con la felicidad de estar vivos junto a la muerte; compartir los problemas y las posibles soluciones; comprobar, con alegría que las plantas y los animales crecen, cambian, se van se acercan y te emocionan como parte del cambio que se espera nos cambie, Perogrullo, cada momento es cotidiano: estar alertas y con serenidad ante la vida, mantener la crítica, un criterio objetivo-subjetivo y con pertinencia las conexiones con la madre naturaleza;[75] es un proceso complejo que demanda flexibilidad; al comienzo no se sabe si un proceso tiene solución o es catástrofe; es el modo de vida que se adopta ante una crisis; con descargas de manipulación digital; ante el cambio serán muy peligrosas las serpientes, disculpen, pero adjetivando a los falsos, corruptos, anti-humanos que nos dominan; repito, la actitud serena ante eso, no es fácil; luchar por ser más abiertos, ágiles, críticos, solidarios sin despertar falsas sospechas o resistencias gratuitas, estar preparados para responder rápido y adecuadamente a las circunstancias, con serenidad y dignidad. Momento histórico, ¡2020!

El momento decisivo con una presencia inesperada; la espera da  frutos, los procesos siguen rutas sutiles, sorprendentes, acumulan fuerza con paciencia y avanza lo conversado, el diálogo que es un modo de “festejar lo inmediato”, de ‘modo natural a la alegría’; el trabajo es doble o triple y necesario. Estamos en un momento en el que la presión social y la velocidad de la vida actual, no nos debe paralizar; es aprender a ‘esperar activamente’, con serenidad y críticamente en lo prioritario; se sencillos y auténticos con énfasis en lo potente: ¡el cambio interno de cada uno!, fortalécete con cuidado, afina, consolida, resiste los embates del mundo; enfréntate con la presión digital tan enorme, con creatividad y serenidad interior, confía en corazonadas y buenos augurios, pero críticamente; comparte con ‘la madre naturaleza’; sin competir o consumir como ordena la publicidad, la competencia o el ego de moda, ese modo de vida no alcanza para todos; nos lleva a enfrentar circunstancias comparables a lo que sucede en las estúpidas guerras es embarrarse con fango, estiércol, basura; desencadenan miedo, angustia, dudas, ¡temporalmente te atrapan, te confunden o te matan, error!; te puedes liberar de esa cadena que sujeta tus actos, ideas, afectos y tus auténticos deseos actualmente.

Acercarse al dinamismo del cambio y de la mutación, es acercarse al momento histórico que vivimos y debe ser uno de los puntos de partida, no el único; empezar a asumir la inmersión en lo natural-humano, el primer desafío es sentirse ‘naturales’, cada uno/a encontrarse desde el otro, pareja, familia, hijos estar conectados con la naturaleza física y afectivamente, ser parte activa del presente, iniciar un ‘acercarse al cambio desde dentro uno mismo’, profundizarlo y consolidar desde el o en el colectivo.

Estamos en cuarentena con una oleada global de cortes repentinos de la vida, aportar metáforas, sensaciones éticas o estéticas, sentimientos, actitudes, alusiones precisas al cambio, a la celeridad de la vida en el connotado año actual; ¡oportunidad del momento!, florecer cualitativamente, ver al efecto 2020 con una intervención intergeneracional de los más jóvenes con los más viejos, pensar juntos en crecer y cambiar de modo radical la vida, cada día;[76] en el enorme escenario de la noche, con ese 96% de materia oscura, que se supone o parece vacía y estática; pero en el fondo el corazón, late Latinoamérica, con un proceso afectivo y cultural que puede ser fuente de energía, energía sutil que metafóricamente podemos llamar energía de la rebelión de amor y dignidad, decir que parece ser uno de los ejes del  posible cambio, “rescatar que un amor con dignidad sea lo distinto (materia-energía); abrirse a la multiculturalidad, es decir, al mestizaje, a las conexiones con la madre naturaleza y que técnica o metafóricamente se reconoce como una sutil radiación absorbida que mide en “rad”;[77] parte de lo multicultural, que contribuye a la identidad continental, a un modo de amar y a un modo de alcanzar la nueva dignidad a toda prueba, el posible cambio; de usar las nuevas tecnologías, computadoras, teléfonos digitales, cámaras y otros medios de comunicación y control social;[78] que no nos puedan cambiar, si nos inclinamos con servilismo, esto debe cambiar; chasquidos de la nueva energía en los cerebros de los seres, animales y en los objetos, radiaciones constantes que se enlacen tanto al caos como a la armonía, sin perder el sentido; nada coincide con la lógica vigente, ni con la visión lineal dominante, estructurada con soportes teóricos, normas, instituciones y un tipo de Estado; la contradicción en este momento de cambio es diferente, es objetiva-subjetiva, oposición a la lógica secreta de la usura global y permanente; la que domina como mafia bien estructurada, secreta que incluye al observador y objeto observado, en diferentes niveles, es decir, asumen que la realidad cambia por la presencia del observador y de los medios; son sensaciones de tiempo, de espacio, de historia, de presente, de humanidad, por tanto, incide toda observación, es un hecho tecnológico complejo e interrelacionado, diferente y único; hace falta que los recursos de la ciencia y la tecnología con universidades más libres y mestizas. Hoy ‘las ciencias puras’ postulan la presencia del caos y el azar junto a la armonía; breves y prolongados instantes de armonía,  de equilibrio con cierta estabilidad, un tanto fractal; cambio y mutación, estabilidad y conciencia crítica se apartan de la lógica lineal de “causa-efecto”; mirar la realidad como fluido o proceso en constante cambio, es decir, cada instante, cada objeto, cada proceso o persona es único, irrepetible, irreversible e histórico; incluso comparable a una visión de estabilidad y consistencia, completarlo con lo inestable es la bipolaridad constante.[79]

18         Inmersión, pandemia y cambio

Hace más de 30.000 años, en el ‘arte rupestre’, esta presente la emoción estética con una percepción del mundo y en especial de los animales y el resto de la naturaleza; es el asombro, básicamente es emoción inmersa en lo intercultural; se presenta en detalles de acciones estéticas multiculturales, en esfuerzos de síntesis, un modo de vida interconectado; entender a los semejantes y ligados a la madre-naturaleza; no se entiende en el contexto anterior, que desata miedos y angustias; pero está claro y fácilmente comprobable, hace falta y es posible alcanzar una sintonía fina con los ‘otros animales’; se detecta cierta soledad, destrucción, es la emergencia actual y su fuerza es como inundación, terremoto o guerra, estremece; es momento de cambio de una crisis extrema, es contradicción, enfrenta el “saber esperar”; oportunidad de ver e incursionar en la serenidad, en el mestizaje latinoamericano y de cada uno, es momento decisivo, anticipa una mutación.

Se han creado las condiciones para construir una respuesta adecuada a la gran crisis del siglo XXI, descrita; gestar un cambio que sea identidad a nivel continental, que abre rutas y los lineamientos de una nueva y compleja manera de vivir en un buen sentido, complejidad y resistencia al cambio, una resistencia cultural, sutil, compleja, integra y prolongada; se debe considerar de modo consciente y no consciente, es decir, estar emocional e intuitivamente alertas ante actitudes y modos de vida; construir nuevas visiones, nuevas sinergias, que puede resumirse en la lucha por alcanzar la armonía de un “buen vivir” o vivir bien.

Considerar que la oportunidad de cambio depende del esfuerzo personal e interno de cada persona, que cada uno es tan responsable como los otros; mirar el conjunto y que la opción es interna, particular de cada persona, es cambio directo; proyección de una nueva ‘democracia directa y real’, de compleja construcción; oportunidad de asumir con serenidad y perseverancia virtudes propias de identidad quizá continental. La sugerencia es crear técnica y científicamente puentes estables y flexibles que permitan generar un cuidado del medio ambiente y la salud de todos, una conexión estable con la madre naturaleza, una conexión que sea integral y transversal según sea el caso, como parte de lo multicultural y creativa diversidad, mantener estudios superiores permanentes, voluntariado, ‘investigación-compartida’ de compromiso con la comunidad, de modo libre, abierto, que con un diálogo se orienten hacia el desarrollo armónico y estratégicamente desde el lugar más remoto y modesto se pueda ir hacia la integración continental multicultural de América Latina, con vista a que sea un bien común mundial por su acceso.

Un cambio-mutación con ‘sentido humano’ sería recuperar la conexión con la madre-naturaleza, una ‘conexión directa, segura, histórica y consentida’, de relación adecuada y profunda con los propios semejantes, primero y con el resto de seres vivos después, ciencias de comunicación con las distintas especies que existen; que tenga el jolgorio y el sentido esa relación; ser una ‘acción estética compartida’ tanto emocional como vital, colocar como eje a la vida; un ‘despertar en lo colectivo’, que lo comparo con la experiencia de bucear en las Islas Galápagos, hundirse en ese océano transparente e instantáneamente verse rodeado en esas rocas volcánicas muy negras, algas grises, verdes y muchos peces de colores y formas variadas que no huyen, se quedan, aceptan al extraño como normal, es una sensación de penetrar en un instante en otra realidad, otro mundo y muy amigable, de seres que parecen plantas, flores u hojas y lo contrario; inmersión en la naturaleza indispensable para un  vivir mejor.

Tenemos el “barroco mestizo” que se gesta con la Conquista, destrucción y Colonia de dominio con extrema violencia y el dominio religioso posterior que llega al enigmático dominio a nivel científico que incluye la experimentación con ‘pandemias’, y dicen que vendrán nuevas, COVID 19, ¿¡eliminar ancianos!?; cunado la propuesta es unir las fuerzas y visión de los más jóvenes con los más viejos; se ve claramente que se mantiene el enfoque de pequeñas élites clandestinas, implacables, avaras, egoístas por métodos y contenidos, incluyendo la manipulación del sincretismo de las múltiples tradiciones culturales, religiosidad, trabajos, formas de comunicación, de organización social o familiar; al respecto la hegemonía externa pasa a ser un elemento clave del desa­rrollo histórico anterior y actual del continente, parte de nuestra identidad que debe ser valorado y estudiado críticamente:

-   Al barroco mestizo se lo identifica, a veces  como parte de una “cultura de resistencia de alto contexto” (JAMESON y ECHEVERRÍA);

-   Representa una apertura real a lo diferente, a la multiculturalidad, con una amplitud que no se da en otros continentes y menos en los países industrializados;

-   Potencia ser una respuesta adecuada a la problemática del desarrollo mundial actual, desarrollando condiciones para hallar un modelo abierto, solidario y participativo;

-   Es una alternativa que tiene un alto contenido subjetivo y de identidad local, regional, nacional, clave en el proceso de integración continental y,

-   Parte de la “modernidad latinoamericana” que ha empezando a fluir y que nos plantea una ciudadanía fiscal, un pacto social y un Estado ciudadano.

El “barroco mestizo”, como todo, tiene aspectos contradictorios, se mantiene en y con pueblos que viven agudos procesos de dependencia, engaño, confusión y una ciega lucha, por siglos; al mismo tiempo, se mantiene como oportunidad de asumir una ruptura dinámica y dialéctica del modo de vida, un cambio innovador como el que demanda la complejidad y enredos de la época actual.

En la “Clave Barroca de la América Latina” Echeverría explica que:

“El concepto de ethos se refiere a una configuración del comportamiento humano destinada a recomponer de modo tal el proceso de realización de una humanidad, que ésta adquiera la capacidad de atravesar por una situación histórica que la pone en un peligro radical. Un ethos es así la cristalización de una estrategia de supervivencia inventada espontáneamente por una comunidad; cristalización que se da en la coincidencia entre un conjunto objetivo de usos y costumbres colectivas, por un lado, y un conjunto subjetivo de predisposiciones caracterológicas, sembradas en el individuo singular, por el otro.” (ECHEVERRÍA, 2002).

Desde la conquista la sumisión interna a fuerzas dominantes externas se ha mantenido con mucha fuerza y es un rasgo característico, continental, perfeccionado con los nuevos mecanismos de control, represión y dominio económico, político, social, cultural e incluso mental; este último aspecto se exacerba con el control digital permanente y de los medios de comunicación, con efectos casi instantáneos (G5); el proceso se afina maléficamente cada día, clandestinamente la pandemia beneficia directa y ampliamente a la usura global que presta dinero simulado a los Estados, que se controla o influye con los cuerpos de seguridad en red global se centra, de modo oculto a lo económico-cultural-ideológico-político-religioso y militar, se pretende y en parte lo es total y global; reforzado por lo jurídico, lo ideológico, lo religioso a nivel internacional; incluye tradiciones culturales estructuradas, en redes también internacionales bajo ese poder clandestino a nivel global; ¡que se imponen a través de lo financiero y todos los medios, instituciones y corrientes científicas e ideológicas todos los días; es un secuestro que marca el alma y rostro de los seres humanos; la hipótesis los latinoamericanos, mestizos tenemos otra manera de vivir; de superar las dificultades de la transición histórica, se podrá explorar poco a poco y llegar a algo temporalmente más definitivo que suponemos es ‘multicultural y nuevo con una universidad expandida en toda la sociedad, desde núcleos colectivos territoriales y que impulsen la “ruralidad urbana” como un despertar directo en medio de la naturaleza en un huerto y un lugar pequeño que provoque emoción estética; confiar en la disposición de ánimo para un desarrollo real planificado y no planificado, científico y no científico, multicultural, es decir, con mas apertura y libertad que nunca antes; establecer pasos y rutas con criterio y la singularidad de la realidad de cada grupo en su contexto, que es abierto, se comparte; esto sugiere el actual desbordamiento de la crisis, es la gota de volcó el vaso;  ¡desborda!, lo que define al cambio, con la pandemia y la crisis profunda de todo el sistema, el momento es proceso decisivo, por la complejidad, es ‘la transición’.

 

En momentos críticos, hace falta tomarse una pausa, respirar profundo y dar oportunidad a la metáfora: respirar con cada gota de agua o de luz que caiga o se eleve, para subir  como el aire en el viento y de pronto, sumergirse en la propia garganta humana y reconocer la emoción estética, en la EMISIÓN Y RECEPCIÓN de esa energía estética que encontramos entre palabras y colores, entre sombras y los ojos de personas y hoy, también, robots, están por todas partes, nos miran, nos rodean, nos vigilan, nos persiguen cibernéticamente y ‘sin uniforme’ en cada gota de agua o destello del celular; como el viento ya son parte directa de nuestra vida diaria, arden para darle una oportunidad al comercio, comparten sensaciones, emociones, historias y desvelos de consumismo; la arcilla se funde y al domarla, todo es posible, incluso hallar vertientes o fuentes de ‘energía estética’; es posible con el arte hilar el desorden tomado de la piedra y el cincel, desorden y arte, logran que a la tierra se acerque la emoción estética, al escuchar la caída de agua, pequeña o gigante, pesan, mientras la neblina de la Amazonía ante mis ojos, se esparce dejando atrás unas leves sombras de árboles.[80] Puede ser que desde las ramas más altas de la lluvia, al caer las gotas en semilla se vayan hacia los pantanales, futuros shaharales que fertiliza el consumismo, que disfraza en risa la diaria destrucción; mientras los simios en los arenales de la selva ¡mueren de sed!; es la Amazonía, se convierte en desiertos secos, de los que nadie y nunca podrá volver; ¡recuerda!, tu origen renace entre novedades, pequeñas resistencias de autenticidades, vida ¡salvaje vida humana y animal!, eres de los más viejos desiertos del mundo; entérate y con armonías, los temporales bemoles de la vida; que la vemos tendida en lagos, en atardeceres, en las olas del Atlántico y del Pacífico; ambulante siempre; la vida se reparte por caminos insondables; vidas y dimensiones en imágenes, paisajes, cosas, la vida, la emoción estética, que la vemos latir con intensidad de hembra en plan de parto y del macho, como el hijo que lleva dentro o su pareja que la cuida; ¡respira! y lleva un gesto de si, lleva dentro la naturaleza vivida, concebida y deambulada, instantes en pequeños excesos al respirar, con secreciones dulces y dulzainas; ¡nace e irradia fuerza, estiércol de miel, corrientes marinas!; la vida es gota de tinta, común, como la sangre, se esparce en la avalancha de instantes y palabras, de vuelta al abismo constante de las emociones, ¡tanto!, más, cuando pasean elefantes con el sentido de especie, respeto, son animales inteligentes y sociables ‘no humanos’.

¡Es simple, piratas del siglo XXI, por la reciprocidad!; es una complejidad encendida entre minerales, joyería de calidad en cavernas profundas, piedras preciosas ocultas en el fondo del corazón, mientras la arena salta con el agua en una carcajada de color, van sobre la tela blanca del bastidor, es pura emoción que se enlaza con el pincel, la espátula y el cincel en las palabra, que todos las pulen, afinan consonancias con la resonancia de la voz humana que conversa y quedan en el pasado del futuro al mismo tiempo; complejidades de ¡imágenes sueltas!, se desprenden ingrávidas, son la emisión de una energía que se va por el piano y la tecla, mientras la Tierra gira; un poco más allá el acantilado planta sus rocas en la playa, se hunde en el agua y se pierde bajo el mar; el miedo ante el fuego que arde y quema, como el frio, ¡pierde voluntad, objetividad, sentido!, se disuelve, enreda sus pies con el vacío y la muerte.

 

Piratas, ni en el agua en la que todo hunde, la posibilidad pirata desaparece; plazas y calles, ¡públicas!, se liberan, nacen del incendio interno, siempre, en un ¡sí!; junto al árbol, sin el origen o un fin de vida, de siempre, llena, con sus dientes afilados, colmillos, barrenos, piolets y quiebres, el incendio, incluso sin muelas ¡muerde!; nace del pequeño incendio interno, con ternura y sangre, ¡arranca el presente del cielo y te lo pone en pie!; el incendio interno, ¡es parte, eres tu mismo!; parte de la oscuridad de la muerte, de la vida y su luminosidad, en todas las identidades de la libertad libre; lo mismo que el bing bang es origen postulado y postrado que explica con palabras, los golpes del timbal y tambor entre las matas salvajes;[81] a través de ventanas opuestas, espejos y puertas bien abiertas, fluye la materia arrastrando a la energía entre dualidades de encuentro, de contradicción o de cerco, bifacial del “aya uma[82] que se ríe y llora al mismo tiempo; abraza y ataca; está feliz ante el calor del frio y de la nieve; ¡es totem de risa!, Pascua,  la vida es una isla y el dolor alcanza la chakana con su doble dualidad de incesto; la fusión es completa, es una contradicción bien avenida; Aya Chakana,

 

Es parte de la vida emancipada que pasa en el fragor de los hijos, de las madres, que navegan libres con el mismo viento, por los silencios tumultuosos de mares del siglo XXI, tercera década, se juntan. Entre aplausos, el primer día que abortó el mundo un ‘do’ en bemoles, abordó ¡de pecho!, un lento silencio de abismos y distancias insondables; esas que se marcaron la concha de Galápagos con un duro, volcánico y miserable suelo; ¡así se producen las emociones  en el arte!, con lo suave de la piel humana, de las joyas, que todo es humano, ¡eso es fe!, un vacío de fósforo encendido que arde cada tarde en ruinas y con ritos en giro vertical de ordeño, solo consumen abismos. Un verdadero 2020, en pandemia para d es leve como la realidad de una herida seca o de una sorpresa, lleva silencio como traje y de cuando en cuando sumerge sus versos en las olas, los remoja y al mismo tiempo, cuando se humedecen, navega con ellos, parece ir sobre un pañuelo blanco que se quiebra como bandera en la batalla final; está cerca, en este abismo hediondo que es la guerra, muy cerca, la tenemos muy cerca la bandera sin batalla que vencer; ¡vamos!, que no da esa vuelta ni la cueca; ni es ni, el pañuelo en el misterio de la lluvia es el asombro de cada instante y pasa; contempla de reojo, esos huesos blancos que carga al interior del sombrero, rituales extremos; los dejó el frio y lo que el sol evaporo en el desierto más seco, ¡Tarapacá, en los Andes!; es un hueco de la luna, brota en tus reflejos; son palabras que dosifican la alegría que llevas en la garganta atada al miedo y a la libertad; mientras las dualidades del ‘Aya Humus’, navega en la contradicción de ser y amar; los dos extremos de la luna se deshacen tanto como se pasean en medio de la selva las cacatúas, creando parques del paraíso perdido, aún no encontrado; cerca, lo que constantemente nace, crece y muere, los niños corretean en lo urbano de las sementeras, raíces, semillas, árboles; se persiguen entre máquinas de consumo que solo contaminan en depredación intensa.[83] Verdad temporal que destella con fuerza y pasa.

 

El instante viento, ¡llegó!; es el polen de la ceniza, vida que con inusitado matiz de viejo, emerge como semilla, de su enlace con la tierra, con el agua y el ritmo de los terremotos, es el ‘mag’ de la magia, magma del sueño de vivir, abierto y libre; de los volcanes y de como giras y revientas vida y por pandemias te caes para volver con nacimientos, con siembras y repentinos versos; pasta el animal muy cerca y respira; dos seres muy unidos sobre un acordeón se reproducen, con notas del cariño de estar entre peces, cuyes, conejos, galápagos, iguanas, pepinos de mar y otras esencias y especies que se desprenden de la risa; cuando hay risa, reciprocidad, amistad y conversa; se desprenden del miedo las frutas, cuando al mismo tiempo caen en una grave tempestad de sueños.

 

Vamos a reconstruir los cauces, que los ríos abortan sus lunas una a una, en cada piedra rodada, reconstruir sus  cauces con cuña o el desprendimiento en la pulida; ¡tanto esmero!, se puede o se pierde; desborda el agua con los sueños contrarios hechos realidad o las utopías distantes, fluyen, ya no son tiempo, son el instante del minuto que se pierde; son menos historia que la letanía de viejas religiones; el momento repite, cincel y piedra ¡es el ahora!; arte, emoción, instante presente, entre ceja y caja, entre ceja y ceja, frente a tus ojos, los ojos, son un corcel entre las manos; no tardes viento, este es el cauce, ¡el amor redime y reparte!, es lo que enlaza la especie humana, ¡desmonta del ego, retuerce el dinero, ahoga, ata o disuelve las guerras con el arte del instante! Con sentido humano ar-tí, eres de artista para toda la vida y en la cotidianidad.

 

Cada día olfatea a la tierra, las entrañas más íntimas del sexo y hunde con el agua el vapor en su propia muerte, que pasa y pasa en contra del mundo; es el día que rumia el dolor, el cóndor en lo elemental de la cordillera, en las hendiduras del ojo que no ve y se aleja por la leve sonrisa como una mochila que lleva un documento de verdad; al mismo tiempo, llega, es, un humano necio y herido, es un alarido que navega.[84] En el filo de un poema te recuperas, subes por un instante es breve e incluso te unes a la imagen, te liberas, te ahorcas o muy cerca del abismo te adhieres al viento, planeas como un cóndor, aunque parece que caes, te elevas sin mover un ápice; eres el viento. Para un ciego el amor es lanzar la caña al aire, sin ver sin saber, de reojo ver las piruetas negras del anzuelo del cupido, carnada de papel o respirarla en las pisadas, en el cartel del mercado o un canal de golondrinas muertas por la levedad de la tarde, sin plumas, tarde sin el sentido de lo humano.

 

El filo de un poema puedes gozarlo con la yema de tus dedos ¡no estás solo en el mundo!, hay otras pieles y conciencias que te acompañan, ni el poema es único, ni es ego, es nada en especial, parece una pregunta, nacimiento; algo que puedes descubrir desde fuera y estás dentro de la pregunta: ¿¡Qué es el universo!?, detalle, ¡está en el detalle!, en ese gesto que se fue por el aire, montado en un pétalo de sauce o en un rojo vivo salvaje o peor en un detalle de desastre;[85] cae en las hojas secas de controles y ansiedades fabricadas, farmacéuticas, pandemias para el consumo masivo, muy técnicas y tecnológicas, a tu medida, porque saben de todos tus deseos y si no, los crearon, debilidades, colores y pisadas; lo remarcan en noticias falsas, en el extremo de la nariz, día a día, la mañana en la mañana un día todos, en pandemia(s) arrimados, atornillados, aullando emoción, uno junto al otro sin poder ver la orilla, el mar sigue avanzando, inundado a todos los detalles de la vida; se prenden los instrumentos cuando no tenemos nada tan cerca y tan dentro, se hunden los sueños de la noche en el mundo; en un no ser de no mutar, las trompetas en la senda concreta de las ciudades, ruedan sin tener el origen del hueso o de la madera; ruedan con la Tierra ¡¿qué queda?!, el aullido animal que somos, animales simples que la obscuridad cobija y reproduce; hay mucho miedo, por esto ¡guerra!, en la que todos pierden, en sus propias cenizas, mueren o simplemente desaparecen; páginas en blanco: nacen, crecen, se transforman, en ceniza son sumisos, ¡no homos!, suicidas, sin vida vivos siguen pagando la deuda de la usura de la élite suicida, de la que nada sabes; ¡todos los días mata a todos un poco y suicida a todos!; en el día es un bruto 100%, el uno por ciento, vomita y muere en sangre.

 

Vencer este ser que te habita, es el extremo sentido, condicionado y codicioso; en el extremo del día sin cautela, ética o criterio, muere; momento de revitalizar lo sencillo, la propia vida, la sensación de ser real, pisar el barro por raspar los límites mutantes de la madera, del hierro, de la creatividad estética y con la razón en el corazón descubrirte  diminuto transeúnte, ¡te señalo, a ti!, migrante, eres el que nos rodea; descubre los perros del uno por ciento; son resabiados y brutos, materiales, apagados, sin la intensidad de la historia ni consecuencia: polvo, pasado y mierda que regurgita sangre de mucha gente, huidas de sí mismos.

Una ruralidad urbana sostenible aparece en el vacío mental que arrastra el miedo, transita por todas partes pero está aterrada y rodea los caminos para que nadie la encuentre; es mestiza, es de pueblo, a veces a pata pelada deambula y no come, hala su cada día con su mente de su suerte de muerte, mienten que es pandemia; es experimento mortal; desde niño, callaba y atascaba sus propios sentimientos, como pueblo, confieso que todo es mecánica cuántica en la materia prima de la rutina, como dicen los científicos; al callar demasiado o temer demasiado se pierde el sentido de lo humano y se defienden vacíos sin raíces y sin consecuencia, se repiten lo que dice la tele, se repite y se consume, repite lo que te repiten.

 

 

  1. Octubre 18, 2020

El dolor que provoca una dictadura sangra y el dinero sangra, duele, en lo humano es falso; los discursos lo ensalzan, los títulos, las togas, los cristales, las luces o las jeringas lo justifican, en medio de la maleza del smog y del ruido vacío de la muerte masiva, necro-política efectiva y de paso; solo les queda un hueco negro en el cuerpo, en el cerebro y el corazón de sí mismos; es enorme el vacío a la deriva, que aún pesa dentro del corazón humano, que confunde abismos azules con arrecifes y verdades, vibraciones con felicidad; ¡nadie detiene su paso en el instante!; no es historia de dejar o comprar, menos de vender solamente, ¡es la muerte!; la historia se repite y no se repite, siempre habrá un 18 en octubre que renace.[86]

 

El jolgorio de la vida es algo granítico y es pesadilla, la fiesta de la infancia queda en la memoria, en lo concreto, todo pasa en el instante; al borde del vaso como el abrazo, pasa y queda, repite tres veces: el aquí, el ayer y el estamos; abismos del día y su noches, diálogos perdidos se enroscan en la garganta, son borrascas, indiferencia, la muerte agazapada; algo se asienta alrededor de la vida; el fuego arde o se apaga lentamente, ¡contraste!, el enlace es vida y muerte; ¿¡somos diferentes acaso a un fragmento de arcilla!?, del tiempo a ciencia cierta, somos una pequeña parte de esa conciencia blanda que no tiene límites;[87]

 

La respiración, a veces, conecta la sonrisa con el fuego, tose en cada una de las caricias, forja en la cuerda umbilical del feto, es la música, ¡pandemia!; allí podemos halar el somos, en plural, el nosotros, la diversidad mestiza, oscura, blanca, cobriza; se evidencia, es la conciencia blanda que tenemos como parte de una identidad mal construida, alineada al lomo de la vida, una mitad de mundo y, para responder al futuro, el presente, instante propio, el yo maestro de la crítica, se  educa, es arcilla, discípulo, color, jolgorio que pasa por la orilla del mar,[88] sobre una ola que se retuerce en su clímax. El sentido de la vida humana es fiebre en pandemia, despierta y recita a la dignidad con el futuro: comienzo y final, al mismo tiempo; no pierde el sentido; lo que el amor enlaza es material, se hunde por los insondables recovecos de la sorpresa; es dialéctica que crece con la ceguera y el tacto, es novedad que se agita en el corazón de los pueblos; la más leve insolación es estallido, la curva es sonrisa que impregna de sedas todo lo que la rodea; es paz, ¡cierta!, vibra, es regocijo que se vuelca, personas, ¡caldera, crisol, lo crudo y lo cocido en medio de la selva![89]

 

¡Nadie puede detener jamás el siempre!, este instante presente, arriba o atrás, en la oscuridad de lo inmenso, o sobre el suelo; la corteza arde es fuego; la vida reconoce que las ideas giran, como mariposas alrededor del vientre, son emociones que se sienten, el encuentro en el recuerdo de todos; es instante inmenso que con el oído se hunde en palabras, cala hasta el punto final, después de la coma; ¡siente que puede ser comienzo!; material donde se fragua  redes y se concentran peces; donde se liberan los efectos y se desprenden las nieves; está el fuego, la indignación de la primavera en el vientre; cíclicamente viene, llega.

 

¡Tienes un Ché en el vientre!, su octubre, dice el zapato que te camina; nació en Rosario el 14 de Junio de 1928, por esto tienes esa sensación de incendio interno, lo experimento, de guerrilla breve, de vendimia, de estar en la medicina, de uva; también agita tu puente el optimismo o tu  pena, el recorrer América, lo sabemos, es una verdad de festejo simple, casi a diario, que te alimenta, que se reproduce y muere, para volver a nacer en lo nuevo; es también un recuerdo en verde; es ese encuentro que viene por dentro desde el vientre, va hacia el corazón que exhorta fuego, todo es breve, como el tiempo; mientras el zapato sigue caminando y en la Higuera queda huellas que dejó el pié.

 

El momento es corto, se caracteriza porque permite la corrección de nuestros vaivenes, los propios errores y lo más difícil, ubica con cierta exactitud el momento oportuno para el cambio; con pequeños detalles, como una gaviota vuela lejos, muy distante, el análisis auto-crítico y crítico, tiene que llegar reposado y correctivo, ¡constante!; a ser versión pausada, instante, capacidad de espera, acontecimiento que se ajusta, se adapta, se ubica en la naturaleza, lo que significa haber ‘conversar de modo suficiente’.

 

Ese instante es como una chispa que salta del leño cuando a la noche se inunda de calma; es una explosión diminuta, que demanda atención al fuego, como una fuga a pleno día en una noche que busca su contrario; el segundo presiona los sutiles cordones de la lluvia, cruza la transparencia de algunas palabras, intenta, de ese modo de vencer al miedo, que padece una soledad extrema; mientras la lluvia moja y lava, los problemas caen con calma para dialogar con las aves y preventivamente entran en subjetividades; masivamente con los fragmentos del tiempo en el mundo, se van al encuentro de ideas que quedan tendidas en las calles;[90] es la vida que se desliza en tumulto, como esas personas, es una respuesta justa y adecuada, no es una o sola, única; es la diversidad completa, manifestación popular en definitiva, lo nuevo, algo diferente; instante en chispa que salta desde con la gota de agua y con ella se apaga o todo lo contrario: cambia, se refiere a algo que casi no se entiende, pero vibra porque es vida. Hacer preguntas es tarea continua; en la esclavitud digital de la cadena productiva tan controlada, no es posible;[91] no son pétalos que se expanden, son pesos que caen como plumas, sobre el viento, no llegan, ni transitan; sin saber ¿porqué?, se quiebran, no vuelven en sí ni; se meten en la cabeza de las grullas, quieren ir lejos; las preguntas quieren pasar sobre pantanos de ideas, egos, aves; creen que al volar se renuevan. Pero, el instante estalla, suspende la respiración del mundo, alcanza la pandemia; se detiene al tiempo, no se repite; a las palabras digitalmente se las vende, suma, resta, divide, multiplica, todo es fractal, ‘verdades’ entre comillas; pantanos que se secan en los cerebros del corazón y del aire; emociones sin preguntas, mejor sacamos la cabeza y miramos alrededor, el paisaje.

En conclusión la inmersión es un hecho concreto, esquivar el pantano que ahonda la desgracia de la vida diaria es la ruta, empuja por un lado y hunde por otro, se hunde más y más y se aleja, te aleja más de la naturaleza que es vida; ¡pero estamos entre palabras!, que arrastran ruinas de otras épocas, inmersos en la pandemia, ¡puede ser la oportunidad!

La pregunta es un elemento importante para aflojar las tensiones y para tener tranquilidad; la crisis el cambio en pandemia; ¿dónde estamos? Es posible que al final la decisión es no ceder, acto de amor y libertad, mantener firmes las dudas y el fuego; evitar que lo avanzado se pierda; ver con cuidado, utilizar la energía; planes, buen sentido, moderación, resultados. Es tiempo que ante el cambio, el sortilegio de construir el día, 2020; tener la naturaleza en la mano, sentir ¡la felicidad de estar vivo y avanzar en el kayak del amor![92] Es definitivo, el instante que pasa no se queda, ¿contradicción?, no simplemente la realidad se disuelve, parece un recuerdo y constantemente se transforma; es cimiento del alba, noche en vela, aurora boreal con algo telúrico y terrestre; reconstrucción de terremotos o cuando ya ha pasado una ‘pandemia’ saboreas en vida o simplemente la pierdes. Siendo como es, origen, ímpetu natural, sentí-pensante de pescador, algún océano, alegría simple, sincera de ser humano y sin distancias; la especie natural arde, la voluntad se sumerge es intensa e inmensa en la oscuridad impalpable del siempre, usura global; en violación violenta oculta, usura mutante en vasija de barro;[93] en puntos de vista, utopías y  fiestas, que con el amor es arte con arte y al interior de la rueda, rutina o caverna.

Allí quedo enredado en tu pecho al amor como la trompeta improvisada colgando de las cortinas que trepo, está el corazón que late acelerado ante la emoción y el fuego de estar enamorados; buscas en la neblina el tacto, en el silencio la palabra; puedes sentir que el horizonte se dilata en tu cuerpo, que eres naturaleza, que atraviesas el cosmos y los sientes, de pie, puedes seguir viajando y seguir siendo; hundir de este modo la exhortación en el fuego, en el descubrimiento interno, es sentir que estoy completo, contigo, con todos los colores y con el fuego. El amor tiene huella felina, es muy suave, rasguña, acaricia; ¡sucede!; el minuto parece una eternidad en la que nace o cae, son líquenes microscópicos en palabras concretas; recuperan significado, uno a uno: alba, ala, algodón, juego, verde, cielo, verdad, cordillera, incendio. El beso es nido, aliento es verte al verme, mi agitación en tu boca, con la vibración que nos rodea en los confines del hoy, desde el corazón, y desde mis sueños; avenir al encuentro y compruebo que existimos, mientras borro y escribo, entre tus lágrimas y mis versos, te encuentro de nuevo en tus ojos y ríes; así, permanecemos en silencio en nuestros cuerpos juntos al paisaje de salida entre la pasión, el ruedo y el vuelco.

 

Buscar un tesoro externo es ser poco precavido, es necio, en nuestro corazón hay universos; debajo la vida yace de bruces, con manchas de sangre, heridas de torturas, seres humanos lanzados al mar, migrantes de todas las épocas y de todas las edades; la antigua muerte resbala por la vida que también tiene heridas en su cabeza, en su frente, no puede pensar, no puede formular preguntas; lleva en su espalda esferas de cristal verde con material de desechos, contamina. En el umbral, la guitarra suena suavemente en el silencio, todo calla con intensidad, pandemia y se hunde la oscuridad del miedo, en el celo de la mentira, de la dictadura; ¡el ciego el corazón cierra el cadalso, olvida!; los desaparecidos, las cadenas, la salida. La felicidad alcanza la rutina, la oportunidad se cierra, el amor es acercamiento tutelar definitivo, despertar dentro del sueño y sobre el suelo ser profundamente humilde, tierra, recién nacido vivo, te expande como el agua se reparte.

A la Tierra a veces la acompaña y canta una quena triste, en el aquí y en el ahora, andinos al interior de las manos y de las raíces, es el sentimiento de la poesía de este cuerpo; pon el acento en el amor y en la confianza, con tropiezos, huidas, reencuentros y descubrimientos; pon en que hay que echar a andar al miedo, ¡corte y caída!; sobre el egoísmo del individualismo insolente y mortal, el abismo de la verdad en ciernes. El movimiento de la placa continental es enorme, frente a esto, el ser humano es algo muy pequeño, añadido al cosmos; algo que nace y muere con la transitoriedad del instante; volcánicamente está al borde de un poema, fugaz y sin recuerdos; es augurio de tiempos idos que vendrán.

 

 

  1. Año 2020

Pon en tela de juicio al olvido, los errores, la traición, el dominio o el engaño, son olas que como en el mar vuelven, golpean las piedras con furia; ¿qué es eso?, pregunta la arena al clima, dónde están los testimonios de los tiempos perdidos o de la justicia; es alto el desafío; volver a ver de cerca al ofidio que nos envuelve y aliena, el ofidio del consumismo nos quiere devorar, diariamente lo planean y lo ejecutan los peones; una nave que con energía solar se despide, será una sombra larga que brille, huella humana, paso de caminante, ¿poesía en rebelión?: amor y dignidad.

Al final, la horizontal y la vertical se cruzan en la naturaleza; este año 2020, es una oportunidad definitiva de la nueva civilización o son solo apariencias; esa vertiente femenina que sobre sí misma se funde con el hijo como madre o pareja, tendida y sensual frente al infinito y la otra dirección casi en curva, que se va desde arriba o sube desde abajo y se compenetra con el latido de todo, porque todo de algún modo tiene vida; vuelve en sí desde el cosmos, se abre como capullo en celo en cada una de sus semillas;[94] gravita hacia el tañido de un beso al rojo vivo, hacia la cuerda floja en la que camina un ser humano, es oboe al viento, una bandera blanca que se reparte con la roja y la negra, buscando la paz; es el tiempo del agua, del aire limpio, de un mar en calma; descansa la historia en un enorme salón maya, ocho entradas y sesenta y cuatro salidas, en dialéctica, medidas, plomada; la horizontal y la vertical.

 

Desde muchas gargantas, con muchas palabras que suenan distintas, distintas lenguas ves claramente que lerdo, lerdo y tardío es nuestro tiempo; casi nada de lo que se dice, pide o declara es verdad; ¡lento!, repito las palabras que dicen lo mismo y parecen distintas, pero la consecuencia no existe, solo son latidos que insisten entre dos milenios, en dar su sangre, su amor y compartir su emocionalidad; se disuelven ¡las utopías!, vuelve el mestizo, nacen nuevas rutas para moldear el sentido, las abren con risa, crítica y poesía.[95]

Ante esto, vuelve al corazón y se expande un retorno a lo que es la confianza, lo dialéctico, el diálogo abierto, libre y constante, ¡resume vida y medita versos!, simples; esos que vuelven a nacer y no son los mismos; vuelven a inundarse de asombro los poetas y no son los mismos, son los comunes vestigios; agua en palabras, compadre en amigo y al mismo tiempo una tajante crítica que esculpe emociones y aperturas, vibra en los vitrales, con la consigna de: ¡libérate ahora y libera tu corazón!

 

¡Entra!, comprueba, vives en la mierda, hasta el cuello, no más, estamos viendo todos los días en las calles del mundo, los límites ya no son extensos, es la gota de agua que colma al universo; nuestra ubicación es humilde en el cosmos; Neanderthal que apenas alcanza a ver sus uñas, por dentro se agita desde el útero, lo nuevo es muy viejo, es sentimiento, ¡sin límite inmensos! Los tenemos insertados en el cuerpo, en la garganta, en el fuego interno: como identidad, la fuerza de gravedad nos sostiene y nos deja libres, también nos atrapa; en contradicción: vida, amor, trabajo creativo, eureka; la libertad y la razón pertenecen a cada uno, a cada una y a todos. Fuerza en gravedad es vida.

 

Los pasos de la cibernética, metálicos y contradictorios son sin la ética, son un peligro de vida y muerte; marcan este momento final y lo vigilan, quieren des; la ¡contradicción es completa!; el camino pasa por dimensiones sin sentido, vuelve a una cotidianidad sin fuego y nada, aunque todo está abierto muere. ¡Sublime vastedad!, un modo de ver el mapa, un modo de ver tu propio perfil digital que no es simple, cuervo, no ves y nada, porque todo es posible, ser humano ausente; la selva urbana es de alto voltaje, camina en zigzag sin un trago en la garganta o la espalda; arden por la frente y sin fiebre, parece ser el final del tiempo; los alerces caen de bruces, es parte  el viejo poema, se quiebra la rutina, el ¡alud popular se levanta! Es el viento el que se aparea callado y triste, parece medio muerto en el tiempo; pero desde el corazón de la Tierra como un primate elemental pasa a ser humano; las bestias por el mismo camino. Exhortación de sensaciones y ansiedades caen y se pierden.

 

El cambio de civilización parece que se acerca, lo que fuimos o somos se aleja; es tragedia en intensidad avanzada, el escenario es simple: en la guerra la naturaleza fluye con tu sangre por tus venas, sigue hacia el mar de la lluvia; navegas la oscuridad a tientas, con identidad de mediodía y asombro ¡puedes nacer de nuevo!; la vida, crece, medita, es evidencia concreta, ¡eres parte! Después de una noche con hambre, el arcado del sueño, intenso y vano en fermento, ve la nueva guerra, la tercera, en medio de millones de astillas fragmentadas y en añicos; ¿la detendremos?, pero el amor siempre late y contempla de reojo los reflejos verdes que flotan boca arriba en la neblina que pasa coqueteando con un sombrero de espumilla por el espacio abierto, se va.[96]

La respuesta sangra, suspira, respira lo mismo, la pregunta; carga con todo y en humildad aparente se retira, a meditar, es pura auto-crítica, a veces se alarga la noche, otras se estira, puede durar años, minutos o segundos, todo depende; es la serpiente emplumada, la que nos habita, se posa a pelo en la rutina y sigue; se descuelga; clava en las venas sus colmillos y ríe, es una delicia, flota en el ambiente un equilibrio; no pesa, ¡levita!, a veces parece la curva del signo de interrogación en polvareda, en el comienzo del fin que no termina; el silencio no se detiene, es violenta depredación que se extingue, un rincón marrón del mundo circundante, ácidos del aire, vitrinas; después, el amor es  cauce, la calma llega, se enlaza con fibras de carbón y carcajadas, rima; dice que la razón asciende al caminar hacia el corazón, que el azar penetra lentamente en el fuego.[97]

 

Hay en el aire vibraciones corrosivas de incendios distantes, recorre el aire; huracán entre lo simio y el sentido de lo humano; se derriten juntos en los polos, en pandemia caen todos ante la fuerza del absurdo misterio de la estupidez humana o la fuerza del coronavirus; abismos insondables de cuarentena son última la referencia ¡¿y la luna?!, simple y concreta, flota, llena, cerca; es de piedra, parte del paisaje,  convierte la pasión en latido, a veces el latido en amor, elemento fundamental de todo encuentro. Este nuevo abismo de soledad y silencio barre los pantanos del mundo, en la mente, en las texturas y marismas de energía que nos envuelve, como la pesada gravedad que pone sus contras sobre puertas y cables; esto somos, estamos atados al cuerpo, nos torturan los extremos; ¡vamos perdidos, heridos, casi muertos!, en una sola dirección impecable, guiados por la idea de progreso, de individualismo en el reflejo de  sombras, de vitrinas, luces de neón, letreros, celulares nuevos, la calle ¿y dentro de nuestro cerebro?, ¿es que somos tuertos?[98] En otro lugar, con largas y duras jornadas, jadeantes y oscuras, los seres vivos se enfrentan a golpes de dolor y de pandemias que acantilan el alma física, opacan todo, mientras las aves y todos los animales germinan, se agitan, picotean, vuelven, cantan, rugen y saltan; muchas generaciones, muchas corrientes por las profundidades de la escarcha, se enredan, son juncos que se atan a un presente pasado y su futuro ciego, con todo el caudal que baja, nadie lo entiende, pero flotan o destellan en medio de la oscuridad, plena de aire,[99] para estar cerca del golpe, dentro de la muerte, en lo más oscuro del cielo ¡en plena oscuridad!  En medio abismo; escucha, tu propia voz, quedo, una palabra primero, luego otra; para recorrer desde  lo interno el calor, el latido de la sangre, los suspiros y los años; manejar las palabras como huesos, huellas digitales, transparencias y entre palabras sueltas, con el instinto buscar el aliento de la música, escarbar en la forma del oído el misterio de entender la vida, estoy vivo, con el corazón ¡late!; que el éxtasis sigue descolgado del suelo, la sensación de tener alas y azar, para encumbrar desvelos.[100]

 

El clima actual está inestable, cambia rápidamente, la noche de agua es enorme, el calor de la pandemia global 2020 sueña con los latidos del fuego, los volcanes abren la brecha de la vida con lava ardiente, traen todas las resonancias internas atoradas. Explora tu cóncavo cerebro, antes que lo desarmen, ve tus verdaderos contactos, tus verdaderos gustos, no los que proclama la publicidad; todas  tus reservas se agotan, ellos las venden, la pandilla mundial, narco poder global (NPG); todos ellos mismos, ¡están siempre a la venta!; los que han nacido vivos y de nuevo, en tu emoción ¡revienta!, la claridad de la alienación en tu propio cuerpo, el amor no lo encuentras, te  han drogado; tu amor se enreda a los gestos con palabras y sobre el piso se convierte en sangre; de la diminuta huella marcada por la historia, ¡sé tú mismo en lo simple y nada más!, ¿se podrá?. ¡Mucho miedo puede cambiar una vida!, revisa, se sincero.

 

Todos los seres y cada uno acumula en el corazón, referencias concretas, no son palabras; es por ejemplo, la sonrisa natural que fluye por todo el planeta o son las caricias que se extienden por el universo, como emociones que divertidas planean; lo coyuntural, queda sin la soberanía diminuta y directa del instante; la falla es la mascarada de la conquista diaria, anti-conquista; ¿que se piensas?, la lágrima desaparece como una gota de rocío sin sal en el océano, pero en la piel que es carne y en el hueso queda el sentimiento, acumula, simplemente, heridas; entre aguaceros e incendios, un ¡álamo!, late; como a veces, tú o cualquiera, moja el pincel dos veces, lo sacudes y lanzas el color sobre la cartulina que te espera como una hembra enamorada: una gota de color y otra de agua, el resto lo hace la gravedad, tu corazón o una palabra; ¡suelta el pulso la arteria!, incluso ¡tu propia lágrima!, se lanza en kayak libre; topas dos veces la piedra con el pincel y los elementos sutiles de la ferviente luna: una, una, con la yema de los dedos topas la piel de la Tierra y con mayúscula al alba en erotismo sentido, ¡aprendes a dibujar sin luz!, con pico y pala, escribes o pintas con palabras, son ideogramas, la recta final y con color, pinta tu propia cara; queda lo mismo, a poca distancia, mucha alegría y algazara; puedes envolverla en papel de regalo o con estupidez humana morir, antes de hora, incluso con silencio y lágrimas; antes de que los niños nuevos nazcan; entre los muertos que quedan  no pueden nacer las montañas; entre los desaparecidos, menos; ni vivos ni muertos, a la deriva de la cobardía nos vamos o nos quedamos en los mismo de siempre, consumismo y detalles falsos; ¿inexplicablemente y sin rastro?, hoy recuerdo a los desaparecidos; sobre las olas, botas, traiciones y canalladas, ¡no pueden!, repito, calmar al mar, nunca, después de lanzar a tantos seres originales. Genuino mal olor y sangre, sangre humana, la proclama, piedra angular, también tiene heridas sobre su espalda, la guitarra que camina por la cuerda floja, lo mismo, antes de retirarse del mundo, empezó a callar, enmudeció el silencio por Víctor Jara, cae ceniza sobre sus cabezas, flota el agua; se hunde el gris y la oscuridad del miedo parece piel quemada, tortura, vanidad y propiedad privada; puertas ausentes, son sombras de la humanidad que pasa.

 

 

  1. Inconsecuencias                       

El ‘cambio de civilización’ se parece a esa serie de revoluciones sociales a través de la historia, relativamente reciente, de algunos milenios; revoluciones que finalmente no se cumplen; un enfoque crítico necesariamente debe dudar de esa posibilidad. Porque no se cumplen las utopías, puede ser un tema a investigar, se podrán formular respuestas que digan que el ser humano tiene limitaciones extremas que no lo permiten, carga una dosis alta de inseguridad, egoísmo, miedos, desconfianza y sobretodo mucha inconsecuencia, incoherencia, incongruencia, que se suma a un comportamiento ‘irracional’. Siguiendo esas reflexiones, llegamos a la conclusión que la especie no tiene salida alguna, tiene fallas fundamentales que no se pueden superar. La inconsecuencia se da en todos los niveles o espacios sociales, culturas o etapas históricas; esa inconsecuencia se relaciona directamente con discrepancias, conflictos y enfrentamientos, que se convierten en acciones sociales o personales que llegan al crimen o a las guerras, tan repetidas en todo el planeta. Hemos recorrido una cantidad de sugerencias optimistas respecto a ‘la inmersión, la pandemia y el cambio’; detengamos esa vía de optimismo utópico ambicioso y casi cerrado.

La inconsecuencia es una actitud ética y de comportamiento que muchos creen depende de los primeros años de vida y tiene que ver con procesos afectivos y familiares. El momento en que domina o predomina lo incorrecto la vida social y personal pierde su verdadero ‘sentido’ y pasa a depender de lo que se impone como lo vigente o establecido. Toda sociedad tiene o pasa por momentos en los que se exaltan los valores éticos y de identidad, pero que el momento de medir su vigencia real o nivel de consecuencia fallan.[101]

Las evidencias diarias parecen demostrar lo que dice O. González que estamos ante la hecatombe y destrucción del ‘existir humano’. Algunas corrientes políticas, ideológicas e incluso filosóficas se detienen ante el problema, la inconsecuencia del sistema social, de la educación, de las religiones, de la legalidad, etcétera. La conclusión más fuerte es que la inconsecuencia es fuente de conflictos y enfrentamientos, porque constituye en su expresión más elemental una agresión; impostores, falsos profetas, instituciones son lo notable y su intento de apropiarse de todo en el planeta vivo que viaja por el cosmos.

Ha llegado el momento de centrar la atención en este aspecto decisivo: niveles de consecuencia y dignidad en la vida futura, pero a partir de lo concreto y real que tenemos.

La sociedad aún vive con la marca de una tendencia de desarrollo hacia un predominio de lo racional como lo monetario y de consumo, se considera que la razón es el aspecto más seguro para la vida humana… que incide en lo educativo, académico a nivel superior, en la legalidad vigente, en la política, creencias de todo tipo, costumbre y tradiciones, todo con una carga de inconsecuencia notoria, que se llama usura global;[102] mientras el árbol teje sus frutos en flor con aromas y texturas, es un amor en besos que van de extremo a extremo, iónicamente la lluvia se tiende en la arena, todo es denso, está en éxtasis; naturaleza, ¡tan cerca y al mismo tiempo tan lejos!; arden los seres, arden sus angustias, el sentido y la soledad son solo preguntas o pesadillas que requieren acción y sentimientos de todo el planeta; ¡definitivamente el verde ha resuelto algunos dilemas, de modo sencillo y fácil sin inconsecuencias; en el centro del huracán en su forma más elemental, una rosa roja con vetas de oro, alcanza la primavera, lo mismo que el invierno se suelta en el aire una estrella de helio, que se empieza a elevar y vuela en el firmamento por su liviandad y certeza. La verdad es sencilla, es afectiva, alcanza la densidad y su peso en oro, es parte del agua, es vida concreta, quetzal, boa, delfín rosado, ¡nuestra tierra!, tucán, un zorzal criollo florecido, pampa, selva o ala de timbal; carnada, mascarón de proa y poeta; verdad es reacción en cadena de amor en rebelión y dignidad que circula en nuestras venas, en travesía completa, esa que se hunde en la maleza; ¡es búsqueda, sustento desde la tierra!, sin saber que nos someten con una deuda de todos que se lo hace institucional, el mecanismo es la el refinanciamiento permanente de las deudas de los Estados del mundo. 

 

¡Descifra en certezas con la pandemia!, es el día en que la pena a muerte de los viejos y viejas está en pancartas de publicidad y en las paredes de los hospitales, armados para esto y al apuro; el hombre se va en su soledad se llena con todos, con los otros continúa. En lo consecuente tienes la dignidad de una plaza pública que es rebelión de amor y dignidad, dignidad de amor, amor con dignidad, emisión y recepción de energía estética, nuestra simple y concreta certeza de estar, emocionados de ser naturaleza en lo particular de estar.

 

¡Qué falla, quién falla!

 

El canto y el instrumento o el profeta, en su campo; basta de profecías, la tarea es trabajar, un poema es un momento de improvisación, ¡clarín!, trompeta, guitarra eléctrica, tambor, selva en medio de la tormenta; ¡acción, eureka!, basta de grandes caretas, trajes, propiedades o títulos de superioridad; lo que queda es el ciclo de la rueda, ese ciclo que se baña en arenas abiertas que como venas de emoción, ¡con todas sus letras!, velas hinchadas y completas, empujadas por vientos de amor, son de algodón y madera, que resuenan, las velas en aletas, en alertas y en sirenas; se despiden de la vieja civilización, antes de ponerse a navegar.

 

Quien desde esta playa o desde este enorme río que navega por nuestro corazón, amazónico y por las Torres del Paine llega a y desde las islas Galápagos al Amazonas, ruedan  como el núcleo de todos, por dentro, muy dentro, el ser común, muy dentro; pueblo simple, como la sangre de las venas, muy dentro, puro amor, a ciencia cierta; con todo el corazón avanza sin inconsecuencias y con dignidad; el tiempo de los presentes y de los ausentes se ve en la noche alfa, en Iguazú; en tierra firme, no juzgues, ¡cambia!, no es fácil; déjate ser, fluye con dignidad, como el río en su curva, arrástrate sobre los peldaños que suben, no olvides es pesada la carga que llevas adherida a tu espalda, caparazón del pasado ¡mestizo!, indianidad, no juzgues, despierta sin prevención, en selección y pedido, estamos en el baile y somos libres, desde el fuero interno, tu cauce, ¡naciste, lo tienes!; es carnaval, no  lo dejes; te sabe conquistar; tu tardanza pasará; el latido en tu pecho avanza, tú puedes. El océano teje sus playas roca a roca, en la arena y también sus cavernas, ¡trabaja con emoción!; los cauces arados, desde el fondo y con el hombro, vuelven a navegar; ¡desde el interior las náuseas, también se van, hasta las orillas!, tienen fósforo y petróleo; ¡a ti te dejó la praxis! Es tierra firme.

 

 

[1]           Bolívar Echeverría. “Vuelta de Siglo”. México. Edit. Era. 2010. Pág. 11.

[2]    Zygmunt Bauman reconoce a la situación actual como de “tiempos líquidos”, de fluidez y con ello, ve como oportunidad; considera: “[…] la satisfacción inmediata e impostergable de deseos y necesidades. Puro presente […]”; amplía la visión e incita afinamientos que faciliten la transformación social pero también ve el consumismo. En julio de 2013, Chomsky (Noam Avram), escribe en su artículo: “La humanidad está en peligro, en camino al desastre” y comenta: “…imagínense que dentro de cien años son historiadores –asumiendo que haya algún historiador dentro de cien años, lo que no resulta tan obvio y que están mirando hacia atrás, a lo que está sucede hoy en día. Verían algo totalmente increíble.”; ir consciente y directamente al desastre total.

[3]    Más de mil médicos en Francia justifican la rebelión ante el cambio climático y la pandemia global 2020.

[4]    Que puede empezar con un carnaval latinoamericano ‘crítico y abierto’, con payas, cantos andinos, murgas, baile, bandas, ironía, disfraces en comparsa, como en Uruguay, se burlan de su propia suerte, de errores propios y ajenos, los denuncian año a año; atacan la mentira, la corrupción y exaltan las virtudes de personas, colectividades.

[5]           Reconocerse como ser humano y natural es ‘pura emoción, entusiasmo y asombro’, con el de ¡estar vivo!; en América y el resto del mundo hay una visión ancestral que no olvida esa condición humana y es clave para modo distinto de ver la realidad; hoy parece algo ‘nuevo’, los que nacen podrían ser parte del mundo natural; vivenciar su existencia en base a sus conexiones vitales con la naturaleza, con su familia y su comunidad; ver y sentir la luz, los semejantes, el resto de los animales, de las plantas, los minerales.

[6]        Estamos y vivimos gracias a que estamos ligados unos a otros y siendo parte de la naturaleza; se desarrolla la identidad en vinculación con los otros, todos los seres vivos, cada cual en su fidelidad, percepción y contexto; cada persona o comunidad, tiene una versión diferente de vida; una de ellas es el ‘sumak kawsay’, es historia, contraste, enlace, interpretación, dificultad y solución posible.

[7]         Ese cambio de civilización remarcado, quizá, por la presencia de la Pandemia del coronavirus 2020, puede ser un proceso catártico a nivel global o no, se vislumbra un cambio profundo del modo de vida; un punto de inflexión del cambio de milenio. En algunos países por ahora son obligatorias las mascarillas y los guantes, algo elemental; las incidencias de la cuarentena y sobre todo la experiencia de la fragilidad e injusticia social de la especie que se debe revisar ampliamente de urgencia y no olvidar, hacerlo ‘trascender’ por el bien de todos; la ONU indica que aproximadamente un 40 % de la población humana no tiene servicios básicos, lo que constituye además de grave injusticia, un problema peligroso para todos, en un momento de pandemia como el actual, que nos tiene en cuarentena casi permanente.

[8]           Prácticas injustas e ideas sacralizan la propiedad, el ego, el poder, la violencia, por siglos, ¡milenios!; pesa tanto, que es muy difícil cambiar; somos descendientes de ese ego ciego inflado, inducido y difundido de minoría, en su máxima expresión; las nuevas generaciones deben cambiar de inmediato y a fondo; tiene sentido hablar de un “reencantamiento” del mundo, que no se pierda la perspectiva del amor, del arte, de la reciprocidad, de la comunicación, de la consecuencia y todo lo que se ha logrado y se debe luchar por mantener. El proceso nos hace migrantes, ambulantes, nómadas.

[9]           Metafóricamente: ‘animales-naturales’.

[10]       De ese modo, se crean grandes mitos, principios, paradigmas, valores religiosos, filosóficos, sociales, políticos, que se han imbricado y reforzado en milenios y lo siguen haciendo; es el dominio, la injusticia, la oscuridad, el capitalismo; con costumbres violentas, actitudes segregacionistas, excluyentes; rituales anuales para asesinar delfines o ballenas y otros seres; con la lógica de lo desechable y rituales consumistas como la navidad; es el complejo fluido negativo de la historia humana de aproximadamente 12.000 años, algo que se fortalece con la revolución del neolítico, el sedentarismo aplasta a las sociedades matriarcales anteriores, lo desvaloriza, casi desaparece siendo una experiencia dilucidadora para el presente y el futuro.

 

[11] Todos los animales son parte de la naturaleza, igual que nosotros,  que somos animales muy confundidos y confusos; la cultura y la naturaleza se hacen presentes en cada uno de nosotros, somos “lo humano natural”; se manipula la condición de lo que somos, se miente, se domina o militarmente se mata; en conjunto es lo que somos: etapa de transición.

[12]          La madre naturaleza.

[13] Debemos aprender a mirar los cambios con naturalidad, incorporarlos a la vida, a la cotidianidad; aprender sin sectarismo, sin la ceguera de los absolutos, construir cada día diversidad, reciprocidad y soberanía, con la ciencia y tecnologías, con respeto al ser humano y a la naturaleza; en lo más cercano, cotidiano, trascendente; desde lo pequeño e instantáneo que de algún modo se mantiene, ir a lo popular como a lo erudito, con humildad; ir lo que parece quieto y a lo que se mueve, ir de lo simple a lo complejo y lo contrario, etcétera, etcétera.

[14] Se calcula que desde hace unos tres mil millones de años la vida se desarrolla contradictoriamente y cambia; deja pequeñas huellas, de los cambios en espiral y de mutaciones; es historia; en lo humano:  revoluciones sociales y encuentros se ve el desafío y necesidad de trabajar por un acercamiento a una conciencia de humanidad, humano-natural. Algo esencial a afinar.

[15]          Hipótesis de utopía: Lee Smolin, considera que los paralelismos son una complejidad unitaria con el ‘renacer constante del tiempo’ como un presente-instante permanente que quizá jamás podamos comprender; sin embargo, la complejidad se sumerge en la complejidad de la madre naturaleza, valga repetirlo.

[16]          Ruralidad urbana como un recuperar la pasión sentida y permanente de los pueblos hacia la madre-padre naturaleza; esa inmersión permanente, sincera, sencilla que concentra energía, sentimientos y en los hechos concretos, las personas se reconocen un ser humano-natural; así afinan y concentran las interacciones e interinfluencias con el contexto, es el alcance de ser y sentirte parte de la naturaleza.

[17] Como sucede o sucedía en los ‘círculos de estudio’ de Suecia; sucede y sucederá en algunas murgas uruguayas del carnaval; se intenta comunitariamente en Chiapas, en la Amazonía y en algunos rincones, en los Andes.

[18]   La crisis es global, profunda, amplia, que descalifica todas las nociones, se dice es un “cambio de civilizaciones”; cambio, un despertar de vocaciones por la dignidad, que algunos califican de lucha inmediata, especialmente los más jóvenes; es ¡impacto mayor!, salir a las calles y pensar en una nueva dignidad, un encuentro consigo mismo al meditar y conversar con los otros respecto a que la respuesta social es en la práctica; muy aleccionador, la dignidad, la nueva dignidad ¿qué es?; ¿se podrán resolver los problemas de modo concreto y particular?, para cada caso de modo distinto; que la enorme diversidad no asuste ni denigre, según sean las condiciones correspondientes del detalle, de cada caso; el torbellino del momento es feroz, el cambio climático arrastra hasta las sombras más pesadas de las personas, de sus sueños, sus valores, toda su energía vital y lucidez palpitante y con dudas; ante esto se deben afinar los conceptos, los principios, cada palabra y esmerar en que se converse lo suficiente como para que no se cometan nuevos crímenes, hay demasiado y la mayoría  impunes; lo mismo, muchos errores que se repiten, corrupción, mitos religiosos, militares, académicos, capitalistas, políticos; es momento de filosofar de otro modo, de educar y auto-educarnos “durante toda la vida” de otros modos, culturales, naturales, científicos-técnicos y subjetivos.

[19]         Lo mismo que el jaguar, el animal humano, puede topar al hueso más allá de la carne, los contrastes, halar la continuidad,  desde el alimento sanar, hundir el colmillo en la fosforescencia de la contradicción, cada latido es vida y arrastra muerte; en cada salto el azar puede ser mutación, el universo se expande; es el ‘aya-uma andino’: dos cabezas simultáneas e interdependientes presentes en el cosmos; el quetzalcoatl se arrastra y vuela; energía vital, trasciende, resiste, se riega, impulsa lo nuevo o reaparece con el ‘viejo mito del guerrero’, el pequeño esfuerzo perseverante de cada uno, cada día, es escalar las altas cumbres o bajar del cielo, terrestres, auténticos, luchadores internos de vida, alcanzar la dignidad y bien vivir.

[20]          No existe el término de ‘naturo’ por natural, suena sugerente.

[21]          Inmersos en nuestra actividad, escenario, paisaje urbano, tecnología, ciencia, arte; publicidad, comunicación, apropiación, mercantilización, dinero y poder; es la(s) forma(s) de vida actual; motiva y justifica un modo de ver y considerar los hechos y enfoques dominantes; mutar es simplemente ir a lo fundamental, resistencia consecuente en dignidad; resistencia para buscar autenticidad en las emociones, con los sentimientos y en los encuentros diarios; conocimientos  y racionalidad, ¡es un momento histórico en el que parece que estamos al filo del apocalipsis o el cambio de civilización!

[22]          Al interior de cada aliento, quedan palabras o restos de palabras con evocaciones inconscientes, lo que captamos depende de interacción con los otros, seres, hechos, naturaleza (como una pequeña pandemia) o lo que deja la noche.

[23] Para poder caminar hacia nosotros mismos, a pleno de sol, a pleno aire, a poca distancia de nuestro corazón, se funde la cordillera con el fondo del mar; el viento acaricia nuestro oído, el rostro y el optimismo de los más jóvenes, refresca, ¡su corazón sincero!, con consecuencia, sanidad, transparencia, inocencia; es un llamado nuevo e inesperado a la conciencia, al cambio de civilización; se sugiere una certeza de asumir una actitud de respeto constante, primero por ti mismo y primero también, por los otros, ambos lo prioritario, el desafío ‘dignidad’; que sea lo permanente, lo sentido, comprendido, asimilado e incluso o sobretodo, en la ‘práctica’; la práctica es lo más difícil, allí empieza el cambio, acción consciente, constancia, una actitud permanente de dignidad, ‘solvente’, un respecto a la vida diaria en sociedad, desde lo personal.

[24] Dignidad, respeto constante, prioridad personal y colectiva, que se debe desarrollar con solvencia, en la práctica. Volver primero a la felicidad del día, porque sin felicidad no se puede asegurar una ‘dignidad a toda prueba’; metáfora, una verdad breve, temporal e incierta; que lucha y supera límites; dignidad diaria, enfrenta con-fusión, cambio, separación, encuentro, acierto, error o muerte; procesos frágiles se hacen duros; el día se repite, pero no es igual; el cambio parece que es único; al despertar se construye, descubre, analiza, organiza convenir y respetar con dignidad, descubre ¡el camino se hace al caminar! (Machado) y se aprende mejor entre todos, el instante es libre, irrepetible; pero al mismo tiempo es una actitud y un estado de ánimo; un modo de actuar o de asumir los hechos y es mantener una disposición abierta, tolerante, respetuosa con perseverancia. Si las acciones se han efectuado como corresponde, de modo consecuente y con buena actitud, desde el ‘fuero interno’, se advierte estratégica o humanamente la fuerza de la “dignidad”; ese respeto profundo, básico, suficiente por sí mismo y por los otros; podría ser cimiento ético  en la vida social, soporte seguro; el comportamiento adecuado, sabemos, puede sufrir traspiés, seducciones, adicciones, agresiones, amenazas; pero al sentir su importancia personalmente es decisivo. La agudización del momento anuncia el vuelco, la mutación, el salto; la tarea es reforzar principios, valores, voluntad y consecuencia con la reciprocidad, el apoyo mutuo da seguridad y fuerza; las cosas que suceden, no tienen sentido, pero están vigentes.     

[25]          Aristóteles: “zoon politikon”

[26]          No sabemos si existe otra forma comparable de vida, la que tenemos empieza o termina como totalidad en el abismo del instante en el detalle; somos parte del espacio y del tiempo que posiblemente no existe como lo entendemos; nada sabemos, lo seguro es que podríamos reconquistar la poesía, en ese parpadeo, en esa agitación vital del fuego, la respiración entrecortada después de una carrera o de ese ascenso fugaz a las alturas, ser felices por segundo y seguir este corto caminar por el mundo, lo más cercano a la yugular del árbol, poder sentir el sonido del cosmos entre el chirriar de los insectos en la selva o entre las olas del mar y de la luz de la luna, sobre el viento, en energía; estar cerca del aliento amado y seguir respirando juntos, con dignidad consecuente, parecería que basta; como la noche que se llena de oscuridad y de estrellas distantes, carga sus más secretas emociones en nuestros corazones con la dignidad compartida, ¡recíproca!; el poeta espera que nunca falten las emociones, en nuestra nave vital o viva: ¡Tierra!

[27]          En el mundo andino, un trabajo realizado entre todos en beneficio de todos; es realidad sentida, en el fuego de las emociones, con cantos, gestos y palabras; breve y cierto; insondable y profundo, va del soy al nosotros, soy-nos, catarsis, parece carnaval uruguayo en Bolivia (La gran muñeca 2020).

[28]        De ese modo, con usura y violación de lo humano se han creado mitos, principios, utopías, dogmas, paradigmas, valores religiosos, filosóficos, sociales, políticos que se han imbricado, reforzándose mutuamente en milenios y lo siguen haciendo, es dominio, injusticia,  usura de la oscuridad y del capitalismo; rituales anuales para asesinar delfines o ballenas; con la lógica de lo desechable y ritual consumista como la navidad; complejo fluido social cultural, marcado desde hace, aproximadamente, 12.000 años, la revolución del neolítico, sedentario, no matriarcal, como lo anterior a revindicar.

[29]          Las manos con sus pies vuelven a la playa, vuelven en sí, de sentir en cada grano de arena al sol y al agua, incluso en pos del mar, en sus profundidades sobre capas de espuma, abrazan dos manos y dos pies de feto y lo contrario, nace; ¡sentir naturaleza es apertura, cambio, enlace, renacimiento!, exhortación que lava forma y texturas de rocas y cavernas, piedra, forma, mineral, hueso, arqueologías que encarnan extremos ¡conchas y fragmentos de la oscuridad!; tiempo de diamante, didáctica justa; años más tarde desde arcos y flechas, vuelve la chonta, el curare, los mitos, las leyendas, brotes de palmito y epidemias.  La mutación está en ciernes, en la puerta del tercera década en el tercer milenio, en proceso de ‘transición’, destruye y re-construye, de-construye y en algún enfoque diverso es ocaso, ¡actitud de vida!

[30] Cuidado el tiempo no olvida, vuelve, repite lo que no puede y cambia el acento en la coma, con tilde vital en cada línea escrita o dibujada es avance, color con iluminación, con enfoque o sin él; es la intención cibernética al revés o reversible, ¡encomiable, destruye todo;, antes de que sea tarde, ‘¡despertemos!’, estamos a tiempo, se acuclilla el dolor en la frente del egoísmo, evade; el ser colectivo en catástrofe entre latidos, palpita; es el somos, ese enorme paraíso que habita en nuestro corazón; pero parece que hemos llegado al límite, debemos despertar.

[31]          RAD Unidad de dosis de ‘radiación absorbida’ de cien ergios por gramo de materia irradiada.

[32]          Bosque petrificado de trescientos millones de años, en Ecuador.

[33]          En lo cercano de contexto como en lo más lejano o distinto, tenemos la compleja interdependencia que aumenta, que está en movimiento, cambio constante; aprende a entender y respeta a plantas, mamíferos, anfibios, peces, aves y otros seres, de los que depende; cada fragmento, cada individuo, depende de la reciprocidad; las inter acciones evidentes y sutiles del conjunto y más allá, trascienden, podría decirse metafóricamente que el universo es potencialmente armonía que cambia; diversidad, contradicción, dualidad, contraste; el dinamismo y todas sus mutaciones que fluyen.

[34] Está en nosotros, en dinamismos latentes, evidentes o activos, muchos desconocidos y sutiles que pululan paralelamente, de modo fractal o al azar, en el silencio de los sueños culturales; afloran, a veces, se olvidan, son ‘adaptaciones cotidianas’ del instante, metáfora universal, sentida ética, estética y natural; lo que a veces, por un momento, está más cerca de la verdad, tiene enlaces, suspensos, giros y una cierta continuidad.

 

[35]               En el detalle lo crucial y lo secundario es nuevo; podemos comprender que ¡el cambio! es oportunidad de vida, energía, materia y proceso, es lo urgente, es supervivencia; tarea personal y al mismo tiempo del conjunto; puede plantearse como utopía extrema: que la humanidad tiene hoy la oportunidad del universo, que se festeje ‘la vida plena en la fiesta de la vida’; que las huellas del dinosaurio pasan, se hacen piedra, no marcan el futuro cultural del desastre; el gran cambio, es contradictorio y quizá por ello, verdad por un momento; el instante, fecundidad, óvulo, esperma, polen, raíces, rizoma constante; como los gusanos abren sus alas de colores y se elevan en el aire, como mariposas, ponen al timón como refugio del latido, metáfora; supuesto que podría gestar una hipótesis, conexión fundamental en las palabras, lo adecuado para describir el día, lo trascendente, el arte, la historia humana, la fuerza vital, el detalle; entre ‘naturales’ la conversación es comienzo cotidiano de impu Aya uma, quetzalcoatl, dualidad real que continúa y canta.

[36]          El cambio real se parece a lo que sucede en un partido de futbol, hay técnicas, conocimientos, experiencias, buen estado físico, habilidades, mucho ejercicio físico, cooperación intensa, sin ego-ísmos ir una buena dirección estratégica, diversa, auténtica, pertinente a la que se sume el azar y la intuición.

[37]          En rincones apartados se puede ubicar o reconocer lo que es importante, lo que cambia y sobretodo, aprender a analizar, investigar y aportar; ser parte de la crítica, con la valentía y entusiasmo, continuar; la caminata más allá de la última curva de la montaña, es volver a caminar; la caminata parece que nunca se podrá detener o terminar; el ideograma pasa atado a la cabuya vegetal del viento; revuelca en recuerdos del colectivo, en emoción; dibujos que inician el sueño diario de un pueblo, ‘compromiso interno’, mejorar el mundo.

[38]          Es posible descubrir directa o intuitivamente el ‘sentido’ del compromiso, de la perseverancia, de la serenidad; vivir en el cosmos es instante mágico, pasa, que está en tu mano, en tu respiración, en el latido de tu corazón, ‘tú, instante’; puro asombro presente, es muy poco, como lo que dura la vida, con suerte pueden ser cien años, vivos; pero para estar en medio de un millón  o millones de factores que rodean, eventuales o no, no es nada y si miras al parpadeo de la noche, mucho menos; todo actúa, algunos ojos no ven, la mayoría de nosotros no lo vemos ni olemos ni sentimos ¡todo!, la mayoría, ignoramos; la ciencia algo capta, en parte; así poco a poco se murmuran pensamientos filosóficos, como ritos abiertos, como símbolos o emociones éticas o estéticas; algunos animales suspiran, al Sur del infinito, es intento, experiencia, cercanía o muy cerca, es interculturalidad, en la India hay animales inteligentes no humanos.

[39]          Recepción, repetición y apertura, crecimiento fecundo, espeso, en suspenso, ¿el planeta?, es nave viva: ¡semilla de tierra!, sin rodilla; es inmersión de todo en el todo natural que conocemos y somos; la vida muerde la ola del alimento en la escalera de cada latido de corazón y respira y al respirar sonríe, es energía; en cada ladrido del día, el zorzal madruga como metáfora, canta se hunde en lo sencillo y puede caminar con sus alas por el aire, puede estallar en poesía, como la levitación de astronauta que se va.

[40]          Tener el instante de agitación de las alas, en el insecto que siembra; en la semilla vuela cerca del cóndor, que planea muy lento o se va con el águila que ataca, pico arqueado en la garra, como el marfil del elefante, del rinoceronte asesinado a mansalva.

[41]          Cada instante es vida nueva y completa, es el cambio en cada fragmento de cambio, en la totalidad, son simultáneos, juntos, inseparables y lo contrario, el cambio en lo pequeño y en lo total; el 1% es fatal y extenso; ningún instante, vuelve, es histórico, es único e irreversible, un llanto resumido en risa, carcajada en pequeña lágrima que se oculta de la vanidad en el dolor y resume la desgracia de un error, en un gesto, de un sueño que despierta; es como la lluvia, también deja sus huellas, en lo dactilar, es lo “receptivo”; el somos que nos rodea, como dice Wilhelm es la ‘Tierra que se entrega’, con feminidad, ¡eureka!, puedo caminar.

[42]         Hay demasiada basura en este contexto; ya no es posible pensar serenamente; tanto desorden, fetiche, de verdades absolutas y tanta falsedad, desorden, un caos impuesto y artificial; estamos al borde del abismo, perdiendo la capacidad natural de captar, amar, sentir y pensar, de ser parte de lo natural; para vivir en esta crisis y época hace falta conversar mucho, entender por dentro al mundo y desde los otros; aprender a estar dentro de la realidad como naturaleza, inmersos en el cambio; saber esperar, conversar, mirar al fuego, al cielo, conversar, aprender a sentir, a emocionarnos y a callar conversando.

 

[43]          Si el conocimiento depende tanto del objeto observado como del observador, los alcances de la ciencia y de los cambios fluyen tanto que no los podemos alcanzar; la conexión digital, la imagen virtual, el chasquido, parpadeo, rayo de tormenta, destello en tránsito.

[44]          La capacidad personal y colectiva de cambio de la sociedad latinoamericana está a prueba con este ‘despertar de pandemia’ ir a la dignidad, desde el espacio público, el único que es de todos sin ninguna excepción; nuevos pensamientos, acciones, valores, sentimientos; gestos, palabras, visiones, criterios, compromiso e interpretaciones; amor y dignidad en rebelión, como Chile plantea, defiende y espera: despertar con dignidad plena de toda la gente sea ‘costumbre’.

[45]               El documental “Great Hack” (Gran Hakeo) de la investigación del profesor David R. Carroll, demuestra: que ya nada es privado; más de cinco mil datos de cada persona, de millones y millones de personas a nivel mundial se usan como mercancía y se hace desde Cambridge Analytica en Londres.

[46]   Contacto directo con todos los seres vivos: animales, vegetales; es clave desarrollar con nuevos enfoques científicos, epistemológicos, en diálogo con lo ético, con lo estético y con la obra de ‘arte’ en sí misma; pensando con tino y afinamiento , como se dice en Cuba, ir a la ‘restauración de las personas’, pero quizá intentando en realidad sea una auto-restauración revolucionaria, abierta y diversa de nueva ciudadanía. Algo a analizar, investigar, reflexionar, discutir y volver… El cambio puede revertir ese dominio voraz, colonialista, que se arrastra desde las conquistas en el mundo; estableciendo todo lo mencionado, el desafío es transformarlo o transformarse en su contrario.

[47] Otros seres, todos, elementos, procesos, paisajes, culturas; en lo externo se transforma y en lo interno se mantiene, se conserva, en actitud defensiva, ¡no muta!, llega a convertirse positiva o negativamente en algo para su opuesto; mutar en el campo cualitativo y es el mayor peligro y oportunidad de la vida. Un cambio de civilización puede ser muy favorable o no serlo.

 

 

[48]          Parece que la realidad juega con nosotros, presenta mutaciones radicales inesperadas, imprevisibles; golpean la razón y el sentido de las cosas, por tanto, exploran paradigmas que incluyan lo dinámico y la estabilidad de la estructura; dan impresión de que hay un orden, un equilibrio, armonía más o menos estable, partes de la necesidad humana: cotidianidad con referencias más o menos seguras, con límites, prohibiciones y convivencia para continuar cantando; pensar y sentir en naturaleza; cerca del dinamismo constante de cosas, procesos, sutilezas, dinamismo, energía; va más allá y se acerca al campesino andino que dice: ¡soy natural!; siglo XIX o siglo XXI, corresponde reflexionar y sobre todo, afinar, dudar, profundizar e incluso asumir esa visión y experiencia directa de los sencillos campesinos latinoamericanos.

[49]             Se valora mucho jerarquías, exclusiones, títulos, togas, barriletes, reconocimientos, coronas y otros disfraces mentales o de otro tipo; que se deben cambiar ‘democrática y profundamente’ los propios conceptos, democracia es más que votos en las elecciones o ceder el poder a enfermos, ineptos o peor a delincuentes comunes de la peor calaña.

[50]          Un momento prolongado de la vida humana puede ser (ha sido), acumular imprudencias, errores, como una tormenta dolorosa de impactos, sin ninguna señal de apertura; ante las tempestades, se desatan amarras, se elevan anclas; los hechos  concretos brotan, abren e inducen oportunidades o cambios inesperados, pero también pueden haber cierres, obstáculos; cada segundo educa, forma, corrige, pero también puede ser amenaza o agresión; asusta, amedrenta, acalla o mata; la educación que abre sus alas, interpreta, analiza, dialoga, sana; esto es una de las claves de un nuevo futuro.

[51]         Hay seres que aparentan una cosa y resulta que son lo contrario o algo muy diferente; así viven y maduran las circunstancias y contradicciones en los hechos; el agua que es transparente, enseña, se evidencia, es la riqueza de la vida de la vida; a nivel más cercano la ‘conferencia magistral’, debe entender el dinamismo constante en el que nos encontramos e insertar la inmersión en él, de modo feliz.

 

[52]          Que además se considera la hipótesis de que la realidad depende de los ojos que la observan; que la realidad es tan compleja y tan contradictoria que la ciencia capta, las dimensiones de los cambios y de las mutaciones, que limitan las certezas científicas.

[53]       En esencia ser ‘naturaleza’, es ser parte de un conjunto muy amplio y complejo de seres, montañas, piedras, animales, ríos, climas, lo vivo y lo muerto, todo lo que es y deja de ser; que fluye y de algún modo late, vive en contacto con lo que rodea; insisto ‘ser natural es reconocerse naturaleza’, sentir lo que somos: cuerpo, mente, corazón, emoción, vitalidad y consistencia, con metabolismo, reproducción, continuidad; cada cual en su proceso, todo eso da el ‘sentido de lo humano’; con la memoria personal, el consciente y el inconsciente personal y colectivo; así se acomoda la vida y la muerte en cualquier rincón del cerebro; pueden pasar años, décadas y de pronto brotar, manifestarse con todo, aciertos y errores, entre oposición y forcejeo se reconstruye la realidad, se desarrolla con sensaciones, mitos, leyendas, certezas, miedos, palabras, gestos, sentimientos; especialmente emociones que se mantienen en el sistema de vida o lo mantienen; la conexión pertenece a todos, es la ‘anti-cultura conservadora’ dominante, que intenta mantenerse, estamos en un límite extremo; la lógica lineal de ‘falso progreso’ tiene límites, concluye; nuevas experiencias culturales, sociales vendrán a sobreponer lo de hoy; romper a fondo con todo; el animal que interactúa y contradice llega; muchos primates viven lo colectivo con placer e intensidad, no con violencia; simplemente felices; ¡emoción sentida!; pasajeros de paso, se torna en denso el sol, te envuelve e inunda; tanto peso histórico impide liberar al sueño o al despertar como en Chile; la propuesta es simple, tentar la creatividad, a la perseverancia con mucha fuerza, anclar el futuro al presente con mucha emoción y mucho sentimiento. 

[54]          MATTHIAS HORX, en el Mundo después del Corona virus, explica: El mundo venidero volverá a apreciar la distancia, y precisamente por eso hará que las conexiones (humanas) sean más cualitativas. La autonomía y la dependencia, la apertura y el cierre, se reequilibrarán. Esto puede hacer que el mundo sea más complejo, pero al mismo tiempo más estable. Esta transformación es en gran medida un proceso evolutivo ciego porque al fallar el uno, lo nuevo, lo viable, prevalece. Esto te marea al principio, pero luego demuestra su significado interior: Sostenible es lo que conecta las paradojas en un nuevo nivel. Este proceso de complejización (de mayor complejidad) no confundir con la complicación también puede ser diseñado conscientemente por la gente. Aquellos que puedan hacer esto, que hablen el lenguaje de la complejidad venidera, serán los líderes del mañana. Los que se convierten en portadores de esperanza. Los próximos GRETAS. “A través del Corona virus ajustaremos toda nuestra actitud hacia la vida en el sentido de comprender que nuestra existencia como seres vivos se da en medio de otras formas de vida.” (Cita de Slavo Zizek)”. Paréntesis nuestro. https://www.horx.com/en

 

 

[55]          Utopía extrema o utopía de utopías: ‘sociedad, universidad, sociedad’ como ruta posible de organizar la sociedad sin partidos políticos, religiones, militares u otras tradiciones casi ‘traiciones’.

[56]          Fundado por Rickard Falkvinge, el 1 de enero 2006, en Suecia.

[57]          NUEVA CIVILIZACIÓN PIRATA O NATURAL

[58]          “Pijamasurf”, 16 de marzo de 2020, pero también lo contrario.

[59]       Cada persona tiene un mundo original, un cúmulo de tesoros y temores; su enfoque, apreciaciones, visiones, conceptos y experiencias; eso marca a cada uno/a, desde la  pertenencia a una ciudad, a una región, a un país, a un barrio a una comuna campesina, a un sindicato, familia y según sea cada caso se establece ese mundo concreto de cada persona; es una relación biológica, personal, familiar, social, cultural, educativa entre otros aspectos; son niveles de conexión con los otros, con la naturaleza; es parte de la identidad, así por ejemplo, hay tendencias marcadas genéticamente, enfoques y actitudes que se aprenden y de algún modo se imponen o se tratan de conservar; precisando un poco se ha detectado que el quechua es una de las pocas lenguas, que prioriza a los otros; con una lógica social que se basa en lo colectivo y no en lo individual como establece la cultura europea-occidental; es parte del desafío, afinar el sentido de las palabras usuales en lo que es su contenido y sus alcances; en una cultura e incluso al interior de la misma hay diferencias, enfoques, contradicciones y cambios o mutaciones; es en parte una visión en abanico y dinámico que envuelve a todo; es un espacio determinado con una identidad que puede sobre pasar los límites usuales y romper con lo habitual, como es el caso actual de los migrantes.

[60]          Expuesto en el mensaje liminar del Manifiesto de Córdoba 1918 y el PLAN Universitario del 2018 al 2028.

[61]          El avance de la naturaleza es irreversible, no basta mirar las gotas de los ríos que pasan, cascada abajo o el titilar de las estrellas; es mejor sentir que la sangre, cada instante se renueva, circula, se transforma, en alianza con la armonía, con el caos, con el orden y el desorden; que como todo se contrae y se expande, entre rupturas y concordias en esa espiral que siempre se abre. El río al avanzar descansa en la curva sobre piedras frescas y junto a peces dormidos, allí se sumerge el destino de la gente, de la luz y de la oscuridad, en las raíces del manglar y de la selva; sombras y espirales fluyen contradictoriamente como la fuerza interior de las persona o de las cosas, de los procesos, de los sucesos inesperados que pueden ser inicio de cambio o mutación.

[62]         A cada paso la contradicción es eje dominante, las dualidades pasan discutiendo o de la mano, en ellas hay fuerza o fuerzas distintas y por eso se unen, convergen y divergen; tendencias, frases, fases o metáforas, pasan por ‘el desarrollo’, pasos a definir y a dar, ver críticamente su importancia sin importancia. Contradicciones y dualidades.

[63]         En el caso de las personas sencillas, su tierra, su quebrada, su río, su piedra, su árbol es su paisaje, parte de su subjetividad, sueños y aspiraciones; crecimiento de acción; domina lo corrupto o la manipulación química de alimentos y medicinas; la cultura, las noticias, toda la actualidad afecta nuestra percepción, nuestro sentimiento y nuestra subjetividad personal; no es momento de esperar, ¡intentar salir del atolladero no por la fuerza, sino todo lo contrario desde la  serenidad interna y consecuente, de otro modo continuamos en lo anterior, en un vacío interior. Es recomendable: permanecer atentos a los cambios, ser creativos, valientes, sencillos, incluso en silencio humildes, con paciencia, prudencia y tranquilidad reforzar valores y principios, con la expectativa del cambio, alcanzar algunas metas.

 

[64]          La mutación es la fase cualitativa del movimiento que es el cambio; depende de los pequeños avances del día a día; como se los requiera, cada caso, mantener serenidad, alegría, perseverancia; la continuidad del impulso inicial o incrementarlo; estar alertas a todo viraje dialéctico o a un contrario. Toda transformación, va y viene, nace, crece; madura, acumula energía, experiencia, imaginación, sinceridad y voluntad, según lugar o etapa en que se encuentre; los aspectos relacionados convergen y entran en una especie de sintonía, armonía; una precipitación que puede afectar la sincronización de las cosas, el enlace, la continuidad; así en lo cotidiano, tener ideas claras, perseverar y tomar decisiones correctas o cercanas a lo correcto, es lo clave.

[65]               Es conveniente preocuparse de lo recto, honorable o digno, solidario, recíproco, justo; ver todos los aspectos relacionados, tanto en lo objetivo como en lo subjetivo, en lo personal y en lo colectivo, en el detalle o en el conjunto, ver cada hecho en lo particular y ver también en lo general.

[66]               Debemos enfatizar y valorar al FNB Felicidad Interna Bruta que promueve Bhután desde sus ‘alturas’.

[67]               Voluntariado Pirata (Un enfoque que actúa políticamente saliendo del partidismo cerrado o mesiánico), que no es partido ni pirata.

[68]               El agua fluye sobre la tierra, por el aire, en ocasiones bajo tierra, puede manifestarse en jolgorio de cascadas, en la neblina adherirse a las plumas de las aves; es similar el proceso de las personas, pueden cambiar, filtrar, hundirse, sanar; abrir o cerrar cauces; sumergir o inmersión en la naturaleza; ¡defender, como hace la sangre, dentro, como naturaleza, vida, parte, todo, esencia!; con la intensa interacción de todos los seres en los procesos naturales somos directamente interdependientes y cambian en esa interinfluencia, porque incluso la piedra detenida con el tiempo cambia o el volcán con su accionar transforma el paisaje; revisar crítica y participativamente, entre los interesados, lo que sucede, es que los más jóvenes entienden, que todo cambia, ¿cómo cambia?, sienten lo que viven; momentos y procesos sencillos, felices, completos o dolorosos deben ser exhaustivamente analizados y asumidos, por los más jóvenes del mundo.

[69]          Actitudes y opciones que rápidamente absorbe, limita o reconvierte en su contrario; incluso en poco tiempo inducen mecanismos que anulan totalmente esa crítica, esa participación y cambios; es el poder enorme del ensimismado mercado, la acumulación despiadada, el control, la corrupción y manipulación que imponen con ‘prácticas’ y presiones delictivas; el Estado se ha transformado en todos los frentes, niveles, regiones o barrios en un instrumento delictivo. Establecer consciente y sistemáticamente ‘mayor claridad’ al respecto es mantener un enfrentamiento diario a lo absurdo de la época actual con la duda, asimilar el error y principalmente con el esfuerzo de cada persona o familia en su intimidad; el desafío complicado, mantener la duda y la crítica, tiene sus riesgos, pero es un modo de ir estableciendo nuevas referencias, distintas; de aprender a mirar el pasado y el futuro con un sentido crítico, cada vez más honesto, más afinado y más creativo; con modestia y dignidad aprender a aprender durante toda la vida, aprender a fluir desde abajo y desde lo interno

[70]          Las dos caras de la moneda, para los andinos tiene sentido al hablar del “Aya-uma”, las dos caras: oscura e iluminada; estos aportes tiene enormes posibilidades, al respecto a lo que debe ser el cordón umbilical o columna vertebral de Latinoamérica, el aprendizaje permanente y durante toda la vida; un criterio de poder re-construir una humanidad sin certezas o verdades absolutas ni académicas o ‘científicas’; reconocer que todo es tentativo, común, simple parcial, provisional, temporal y posible. Es necesario reconocer los alcances abiertos casi infinitos de ese nuevo cambio, que repito es abierto a cómo se siente, se entiende y se acuerde; es el momento de la educación.

[71]          Dilucidar el carácter contradictorio y dinámico de los enlaces infinitos, de la causalidad y del azar, unidad: armonía y caos; las líneas del desarrollo pueden ser sutiles, con interacción, transformación o sentido contrario; en algunos casos, con un retraso prolongado; la opción puede ser: mantener la práctica permanente de inmersión directa en la naturaleza y en lo colectivo con los semejantes de azar,  complejidad y permanente cambio.

[72]               Que lo intenten las nuevas generaciones; ver la realidad críticamente, con inocencia y por sí mismas; ver la realidad de modo distinto, más libre, más abierto, más justo, consigo mismo/a y con los otros; que nadie ni nada condicione y menos oriente los aprendizajes; empezar sí,  a conversar mucho, con flexibilidad; ver, la debilidad de las teorías y de las prácticas, no es fácil, por el nivel de corrupción, usura global y cinismo alcanzado; todo cambia y temporalmente y lo contrario; su eje la diversidad, la crítica, los valores, la dignidad y las dudas; se podrá lograr poco a poco el avance definitivo, un avance temporal y corregible en la dualidad contradictoria y compleja, en que estamos inmersos.

[73]          El coronavirus lo ha logrado.

[74]          Mejoramiento permanente de cada acción como el sentido del cambio.

[75]          Un poco de poesía y perseverancia trae ventura. ¡Pasan peligros y problemas!, lo importante es mantenerse abierto, alerta y sereno, hay que pensar, querer y ejercitar el cambio. Evitar el auto-engaño como mecanismo de defensa o el escape ante las dificultades; ver con subjetividad, serenidad y objetividad nuestra fuerza y limitaciones; a los obstáculos como transitorios; ver la transparencia, la consecuencia, la honestidad, respetarlas con mucho cariño; mantener la mente despejada, sin el egoísmo del miedo o del ego; confianza, fuerza y condescendencia son parte de la contradicción y de manera misteriosa se convierten en sus opuestos; por esto el estudio del cambio es aprender a estar alertas, marcar la nueva lógica con la subjetividad; asume el esperar con serenidad, atención al amanecer su luz es sugerente, como la aurora boreal, reflexiona, conversa y cumple; que la verdad está vestida de amor y distinta cada mañana; es prioritario romper el forcejeo actual y llegar al gran cambio, que llaman cambio de civilización, desde el cada día que vivimos o podamos vivir.

[76]          Muchas personas y culturas consideran que lo oscuro es tenebroso, indómito, negativo pero otros lo ven como fragua, fuente, origen y crisol inagotable de energía; posible origen del movimiento y de los cambios, de donde emerge el cosmos, conocido y lo aún desconocido; luz y oscuridad, dualidad, unidad, una “dualidad básica” y una raíz de la naturaleza, de este modo se reconstruye y diversifica en cada instante: ‘seres’, objetos, procesos, historias, mutaciones en devenir; seda o algodón, flor o neblina, es “Paccha-mama-tayta”; dualidad, materia oscura aparentemente vacía o inmóvil y la energía, luz, vida-naturaleza fertilidad en constante cambio, contradicción y desarrollo; en este enorme espacio oscuro que nos rodea y que no podemos comprender, late tanto el vacío de la oscuridad, como el vacío de la luz, con la condición material de ser energía cercana a la nada del todo; las palabras son oportunidad y trampa, los que se califican de filósofos van puliendo palabras  y de tanto hacerlo las cambian totalmente, allí aflora la energía de lo que tiene más sentido para unos y menos para otros, allí está la diversidad del fuego, del agua, del aire, del clima y de nosotros, cada detalle es un pequeño universo complejo y contradictorio; la vida que se transforma en el instante-presente, es un ‘nido grande’ y es la pequeña historia de esta figura frágil y extremadamente temporal como es la humana, apenas una sombra que cruza el tiempo y el espacio, en medio de desastres.

[77]          Simbólica y realmente el sol que nos calienta es inmenso, intenso y poderoso; la percepción humana directa, de nosotros, seres pequeños, terrestres y fugaces, llenamos el mundo que conocemos; el sol, la luna, la tierra, el agua, el fuego son parte de nuestra integridad e identidad, pero un poco distantes; la manifestación dual del Aya-uma, o de la doble dualidad de la Chakana es una síntesis de lo que vivimos, late y respira en nuestro mestizaje, en lo más profundo de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestros recuerdos, etcétera hay mensajes genéticos y culturales.

[78]          Poco se determina o denuncia la utilización de las tecnologías y de las ciencias que intentan descifrar y entender la realidad, con su análisis lógico y/o factual (experimental); pero siempre quedan vacíos, dudas, preguntas, errores, inconsistencias y los estudios continúan, mientras la realidad no se detiene, cambia y muta, aumenta su complejidad y por momentos se acelera y no se detiene; la dualidad, la contradicción, las interrelaciones y el azar, son elementos claves para entender lo sorprendente en la realidad, el momento histórico.

[79]         En 1703, hace más de trescientos años, Gottfried Leibniz, gracias a su amistad con el misionero Bouvet, que actúa en Pekín, reconoce la coincidencia matemática de los hexagramas del Libro de los Cambios, con su “sistema numérico binario”, basado en el 0 y el 1, lo que anticipa genialmente las dualidades, las contradicciones y el lenguaje binario actual.

 

[80]          En las manos, en cada una de las palmas y en cada dedo, quedan fragmentos que se prenden a la gravedad y caen, por los extremos del cosmos y empujan una gota desconocida, que no es, porque es lágrima de algún primate emocionado; avanza distancias en micros,  milímetros y segundos, para formar poco a poco enormes arañas con las sombras y en montañas crear paisajes; el viento se arrastra como serpiente en plumas un las láminas de un techo de zinc, de pobres; mientras enormes rocas en camisa de trabajo, levantan otras, pero con camisas de fuerza, a la distancia parece que forman volcanes con las manos del arte, ¡paternidades!; son escultores que atrapan al brillo con la materia y la velocidad del mármol; ¡sujetan sus sensaciones innatas!, sentimientos y experiencias; ¡ruedan progenituras y maternidades!,

[81]          Es rugido de puerco, ¡estamos ante dos huecos negros, paralelos!, como los de la guitarra con  bandoneón, ‘vinchada’ o insertada entre los pelos que van a dos tiempos, a plena luz día o en medio de la noche, rascan las costras de la materia oscura, en reveses comprensibles, de tumultos que se encienden, como volcanes, los 18, desde los primeros días de la Tierra, cuando se enfrió; así continúan por cavernas, con rollos digitales de magma, limpios, sin contaminación y avanzan hacia el amor desde sus ancas, siguen la nave interestelar viva y terrestre que nos habita y que está desplegándose en los instantes del 2020, en todos los detalles y distancias, ¡se pliegan en canción!

 

Tranquilo, en la esquina del frío, la figura de la muerte, es la otra cara del día. México lindo y maya.

[82]          Figura simbólica de la dualidad en las tradiciones andinas.

[83]          En bajas altitudes. ¿Pobreza?

[84]          El instante que entre muchas bocas navega coral, tiene ojos y respira, condescendencia que sube y quizá baja, que coloca a la oscuridad en contra del rojo que arde y ante el resto de la humanidad dice que se trata de vencer o morir; como una estrella distante, tanto como frente del rufián maldecido vestido de empresario que reconstruye a la muerte, a la propia, en su uniforme militar oculto, con su chatarra, su mente acomplejada y de miedo, su título académico para demorar a toda costa los cambios, en su extremo usa armas, no tiene ni es más; desde el extranjero, mata y estúpidamente se somete a la muerte, muere en el instante lo humano, no puede más, por su ceguera en contra de sus espejos en sangre, no pueden verse, ve su propia muerte, es su suerte.

[85]          Gozas lo que sigues viviendo, en el asombro diminuto de todo lo sentido como radiación directa, asimilada, absorbida, inmersión profunda; cada minuto, al estar vivo/a y hallar en lo oscuro del viento la exhortación al asombro, con la luz, repito, a fuego sobre el suelo, gran descubrimiento, manejar al fuego, dice: ¡zarza seca es mi deleite, jaja!; es como beso fresco, que con brisa se convierte en noche de amor y enamoramiento, ¡es un incendio!; salta desde el filo al abismo y dentro descubre al universo a cuerpo entero; por los confines del tiempo, pasa porque no vuela; el sentido de lo humano en su propia orilla, llena de  detalles, el otro presente y en lo que los otros van dejando, generaciones, es ver como crece la experiencia interna, de uno a otro/a; son muchos pasos, en la misma suerte, un intento, otro intento interno; ¡reconocerte a ti mismo efímero, diverso, escaso, espuma, un diminuto animal perverso! y sentirte al mismo tiempo parte del universo, dualidad a masticar varias veces: fibras geno-inducidas, heredadas y huesos; repitiendo lo que repites ‘mecánicamente, en red’, lo que te dictan los programas impuestos, novedades falsas, constantes, manipuladas y huecas; repite, consumir esto o aquello, ¡préstamos!

[86]          Error craso, aplastar, mentir, patear, acribillar, acuchillar y volver a mentir y olvidar; OCTUBRE 18-2020, te induce o sugiere iniciar ser lo que no eres: humano; títeres, colgados y repetidos como los soldaditos de frío y de oscuridad; apaga todas las lastimas que ¡no sanan! Al morir entre sus costras no tienen dinero, ni remordimiento por las heridas infringen, a todos, solo muerte, no es lo humano; ¡nacen las preguntas en todas las gargantas!, deambulan las emociones como algo cotidiano, se desprende de la carne; Carmina, la fortuna de la suerte y del cambio muta; es rugido suave en medio de la música, del silencio; un jaguar encendido en medio de la selva, que ante su hembra late, desde el árbol vibra, ruge, calibra y salta como piedra encendida de volcán al valle que en la Amazonía es un detalle.

[87]          El viento en tromba, gira; amenaza con hacer caer en caudales las espirales; viran y retuercen la vida cada instante para que brote; tanto, que calla para no suspirar de pena; es puntual y puntal de esa noche que permanece colgada de la luna; cada mes como hembra revisa sus hormonas y sus cuitas; todo en orden, incluso las cuerdas de la guitarra giran en el umbral, frente a la luz de la sombra; parece que todos miran la muerte cara a cara, cada instante, a corazón abierto, con todos los quetzales que somos nosotros mismos y a poca distancia, para estar segura, la vida con la muerte, se acompañan siempre, para estar seguras, lo que sería conjugable, para ser distintas.

[88]          Que con la noche lame la piel de la espuma, el mar, el océano, en las profundidades se arquea y entreteje, sostiene y se hace fuerte, une peso con sueño, en prominencia de lo lento; mastica y rumia su conciencia; el jolgorio como la gravedad de la Tierra, arrastra y tiembla; entre los hombres, como cualquier montaña, tiene la noche del puma o  del jaguar en sus piedras que se enamoran del amor y la luna.

[89]          Incluso cuando cruje la madera debajo de los pies pesados, la curva se agita, es una serpiente emplumada que con el encuentro se renueva; puede sentir como nosotros escuchamos el piso, yo mismo lo siento que al recibir el beso del viento, de la brisa del mar en primavera, siento, repito, de tus labios todo, me agito, retumba el tiempo en los andamios, en las paredes y a veces en las ruinas que cargo; mientras el silencio susurra a la deriva en popa que el fuego es oxígeno; así duerme mi sombrero azul, como polilla, en el recuerdo de estar vivo, en su techo, como el gato oculta su celo; la flecha imprudente clava al misterio del amor en el corazón y en la mente, atraviesa el cuerpo del encuentro humano y casi provisional es definitivo; siempre retorna el amor en el recuerdo de todos, como la pena en la ciudad tiene su guarida.

[90]          Acribilladas en sus ojos, ojo que necesitan un futuro de nuevo; lo conversado, pasea por las avenidas de lo digital, es el aspecto del tiempo, la pregunta que define el encierro con la pandemia; el futuro, este futuro que se nos va de las manos con las preguntas que repetidamente, avanzan, construyen puentes, responden de modo diferente; a cada enfermedad o a la salud en su conjunto, ofrecen; son ideas que arrastran  una perspectiva distinta, que todo depende de lo que cada uno entiende, lo que llamamos piedra o cultura, porque desde hace mucho tiempo, enrollamos hilos para destejer paisajes.

[91]          ¡Estar entre preguntas como ante la oportunidad de caminar incluso de lado y pasar del paladar a otro con nuevas palabras!;  conformar afirmaciones, crear en medio del enorme pantano de las ideas, para alimentar los egos, marcados con tiza o por una infancia maltratada de gestos madre, padre o misas; la dimensión de los sueños no recordamos; en las gradas de la cotidianidad, continúan creyendo en la última palabra que les digan, página aparte; estamos en el instante con lecturas que se repiten como ping pon de certezas sin preguntas, sin respuestas, así se buscan tesoros en las profundidades, que estalle y destruya egos, miedos, desconfianza.

[92]          La luna en el océano es laguna que flota y sobre los grandes ríos del mundo es destello que pasa, chasquido instantáneo que sube o baja, por la espuma y cuando estás sensible es un enorme poema que no cabe en el agua, se transforma y avanza repentinamente o se disuelve en los tañidos parpadeantes de los contrastes; se sumerge y despierta en arrecifes, deambula entre sombras oscuras por ciudades; cegada por la luz artificial de las verdades; solo ve esas sombras que ignoramos, las lagunas nuestras; son olvido excluido sin palabras ni detalles, mientras al amor recorre a tientas, la luma repartiéndose para todos, es una verdadera advertencia, luna de amor a tientas es cauce y causa.

[93]          Héctor Giuliano, explica que actualmente (2020), el Estado argentino paga un 43% del PIB, en intereses a la usura global y permanente de deuda y la irónica capitalización de los intereses.

[94]          Un murmullo de insectos en el amanecer y ante el silencio, comunican, comparten el fruto maduro, su pepa se siembra en la gravedad terrestre y el movimiento de la levedad de las algas en el fondo del mar la alimentan, es todo, se materializa en las entrañas de la vida, cada día; la cascada cambia en tsunami, el terremoto en un cuadro abstracto al interior de la sangre; es una playa sin orillas, es la explicación de la red que nos rodea, una oscilación sin dirección exacta; coloca sus pies en la casualidad de la ilusión y en el azar o simplemente en la utopía, todo por rutina. Los milenios deambulan por los resquicios de la pluma; la calle va sin rumbo por un par de orillas, en tiempo flota en un cielo sin nubes, flota en un mundo sin cordura, es un gran racimo de estupidez sin sentido con la bandera de la tercera guerra; el ego ancestral de cada individuo es muerte; nadie despierta, la confusión es profunda, ¡rondan pesadillas!, es pasado remoto en tiempo actual, solo muerte.

[95]          La orilla del tiempo es puntal de la noche, la que permanece colgada de la luna; cada mes como hembra revisa sus hormonas y cuitas, está en todo, incluso en las cuerdas de la guitarra y frente a la luz del sol y a su sombra, mira a la muerte cara a cara, a corazón abierto, en el nosotros mismos, para estar segura y no ser distinta; ¿somos diferentes acaso, fragmento de arcilla?; el tiempo a ciencia cierta es conciencia blanda, que se forja, cuerda umbilical con la que somos, la diversidad que se entrelaza en mestiza oscura, que se arquea y se teje, sostiene y se hace fuerte, une al peso de los sueños la prominencia, se arrastra, vuela y tiembla, como cualquier montaña. Une identidad con distancia al eje de la mitad del mundo.

[96]         ¿Qué llevamos bajo la corteza?, un río subterráneo de sangre, historia concreta y humana o pura vanidad enceguecida de poder, ego, orgullo metido en el asno del dominio; grave amenaza de asesinos, parece locura colectiva. Entre los dedos fluye y tenemos la sensación de ser y estar en alienación profunda, sensación que carcome las estructuras más estables y sólidas del tiempo, como larva o termita persevera, debilita, asusta, destruye.

[97]          Busca salida, soluciones efectivas que respondan a lo delicado de la situación actual, es la tarea de la segunda década del siglo XXI, urgente, ineludible; el cóndor que tiene alas muy grandes, ve la pandemia salir de los cánones establecidos del sistema, planea en el aire y disfruta respetar las diferencias y discute la consolidación de un nuevo sentido de vida; importante preocupación, profunda y trascendental de las actividades estética, ética o social, ¡alcanza la posibilidad real de catarsis con la naturaleza.

[98]          Hay una explosión interna que explora el abismo craneal de la incertidumbre, está en los nuevos robots, avanza, parece dominar; trae implosión en cada idea, detonante que capta y enlaza lo terminal, está en los detalles; busca volver atrás a través del tacto, es neuronal y lo más extraño de la mente; fuera, la fotografían, la examinan y le abren

[99]          Ata los extremos, permuta los cauces del día, recibe al presente perfecto, ¡que te pertenece!, piquete en la calle, es la alegría de sentir la vida; ¡ser y saber que ella se extiende!; se convierte en serpiente, se arrastra, baila y te habita; cada segundo es tu carnaval; América Latina te devuelve partituras nuevas, canta; el momento es desprendimiento, no hay tiempo que perder, la verdad cruza tu pasado y se ancla en el futuro de todas tus preocupaciones, pero por poco tiempo, está de paso.

[100]         Con ilusiones sentidas en el fuego el vacío llena lo perdido y lo cuerdo; dos pasos hacia el silencio, al pensamiento sentido como emoción que en la vida actual está creciendo como sentimiento; aún no llegan las inundaciones mayores ni las sequías ni las tormentas anunciadas por el clima; los vientos pasan rasantes, el cuerpo recorre sus neuronas y a voluntad rasga desde abajo la piel, ¡hasta las raíces!, es cimiento en construcción, subsuelo de la confianza mutua y de nuevos límites para entender la vida.

[101]         Omar González publica en “El Nortero” del 7 de abril de 2020, y pregunta: ¿Vivimos hoy un paradigma de la inconsecuencia?, recordando la letra del tango “Cambalache” que resume lo absurdo de una serie de inconsecuencias, que parecen conducir hacia “La hecatombe y destrucción del existir humano”. Es interesante al respecto el ensayo “Historia de la Estupidez Humana” de Paul Tabori, que topa un poco, la inconsecuencia de lo humano.

[102]         Es la conclusión del afinado estudio sobre el tema de Héctor Giuliano sobre este aspecto de la actual realidad que tiene su cumbre más alta en la manipulación de la “deuda pública” que somete a seres que aún no nacen y para toda su vida, que atrapa a pueblos enteros y que se lo oculta con un velo transparente de la manipulación comunicacional.  Es lo más grave que sucede en la actualidad.

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