PuLofMapuXawün o Alianza Territorial Mapuche (ATM), constituye una de las expresiones organizacionales que busca contribuir al proceso de reconstrucción como pueblo. Así, la ATM no se considera como organización pensada bajo la lógica o racionalidad chilena-occidental con personalidad jurídica ni funcional a los intereses de ninguna expresión política ni dirigencial ajena a ese proceso de reconstrucción, transformándose entonces en un espacio de reencuentro de la forma en que nuestros antepasados conversaban para tomar decisiones de manera colectiva.
En la historia reciente de nuestro pueblo, es decir, en los últimos 250 años, en el marco del fin de la relación colonial con la corona española y de los procesos independentistas de las élites locales que dan origen a los estados nacionales; mantuvimos un control, defensa y protección de todo nuestro territorio y su biodiversidad a través de una clara organización sociopolítica basada en la dirección y orientación de nuestras propias autoridades confederadas y/o aliadas territorialmente. Al consolidarse la estructura de los Estados a principios del siglo XIX, tanto Chile como Argentina iniciaron una campaña orientada a la ocupación de nuestros territorios y al exterminio de nuestra gente moviendo paulatinamente la frontera hacia el sur. Frontera que se había pactado entre mapuche y españoles, y que ambas repúblicas finalmente hicieron desaparecer con invasiones coordinada a finales del siglo XIX. Desde allí, como sobrevivientes de ese genocidio, y con menos del 5% de nuestro territorio histórico hemos venido resistiendo para seguir existiendo como nación.
En ese contexto, PuLofMapuXawün o Alianza Territorial Mapuche (ATM), constituye una de las expresiones organizacionales que busca contribuir a ese proceso reconstruccionista como pueblo. Así, la ATM no se considera como organización pensada bajo la lógica o racionalidad chilena-occidental con personalidad jurídica ni funcional a los intereses de ninguna expresión política ni dirigencial ajena a ese proceso de reconstrucción, transformándose entonces en un espacio de reencuentro de la forma en que nuestros antepasados conversaban para tomar decisiones de manera colectiva.
Brevemente, describiremos algunos de estos elementos, los cuales están en el centro de la ocupación y existencia de la ATM como orgánica mapuche de la actualidad.
Símbolo identitario y emblema ancestral que enarbolaron nuestros antepasados, en especial, nuestros últimos gobernantes en tiempos de independencia, como fueron: Mariluan, MagilWenu y Kilapang. Símbolo retomado por nuestras expresiones de resistencia en la primera década del presente siglo y que se reconoce hoy como “bandera de la resistencia”. Su significado es “guiar, orientar, el que va primero, que dirige”. Según nuestros mayores, esta es la forma correcta de representación.
Como fundamentaremos más adelante, este es un campo que no es lo suficientemente visualizado en la lucha social mapuche, pero que está en el centro de nuestras acciones, porque nuestra defensa es por la vida. En contraposición al modelo de desarrollo impuesto que persigue la extracción de “recursos” de la tierra transados como “comodities” a cualquier precio (asesinatos, prisión política, persecución y criminalización, etc); el modelo mapuche entiende que los ríos hablan, las montañas dialogan, los truenos y las aves comunican… Es decir, que hay también un conflicto ecológico-epistemológico, de formas y modelo de vida, de espiritualidad y modo de relación con la tierra que debe ser visibilizado y conocido. Ello, porque luchar por el agua y el equilibrio ecológico traspasa cualquier tipo de frontera y arbitrariedad impuesta por los poderosos.
Un pueblo sin territorio corre el riesgo de desaparecer, por tanto, es prioritario avanzar en su recuperación y control bajo los mecanismos que cada comunidad o territorio considere como apropiado. La ATM no descalifica las formas, más bien nos centramos en apoyar los distintos proceso de maduración identitaria de nuestra gente. Valorando con ello incluso, los avances en la protección de las actuales “tierras reconocidas por el Estado” como producto de la lucha social mapuche en tiempos recientes.
La base social y cultural mapuche esta en los territorio articulados en los lof como unidad organizacional fundamental. Desde allí, promovemos una constante formación de jóvenes, niños y niñas en los roles tanto culturales como políticos que se requieren para el futuro, desde nuestra propia matriz cultural y racionalidad reflexiva (rakizuam). Ello, implica la práctica de nuestro idioma en conexión con la espiritualidad mapuche para permanecer vinculados con la mapu. Desde estas prácticas podremos darle continuidad al proceso de reconstrucción, orientada y guiada por nuestros mayores, pero con un claro propósito renovador en la conducción del proceso general.
Fundamentalmente mediente la práctica tanto en los espacios propios de comunicación (reuniones y encuentros) como en los contextos interculturales y de contacto.
En cada uno de los componentes descritos y su forma de materialización, existen procedimientos que van desde lo protocolar hasta lo formal que están culturalmente regulados y normados de la cultura mapuche. Por lo tanto, son prácticas que se procuran desarrollar en cada situación.
Una de las lineas que hemos venido impulsando en el marco de este aporte de la ATM al proceso de reconstrucción dice relación con la necesidad de ir asumiendo la escritura como una herramienta de liberación en la medida que su uso tenga esa finalidad. Ello, implica buscar aproximaciones escritas desde y no hacia lo mapuche en distintas esferas del conocimiento como son el Derecho Propio (azmapu), territorio y su representación desde lo propio, lengua, entre otros.
En este link se puede ver nuestra nota sobre el lanzamiento del Atlas de cartografía Mapuche. Vea al final.
Diversas expresiones mapuche vienen aportando en el control de espacios territoriales propios que se han venido disputando con el latifundio y el empresariado forestal. Son avances que emergen tanto de la necesidad material y de sobrevivencia como de la maduración política de nuestra gente en el contexto de hoy.
Esto significa la superación de expresiones orgánicas basadas en el modelo desarrollista occidental y la búsqueda de fortalecimiento de los mecanismos de consensos propiamente mapuche. La idea de Confederacionalismo democrático se aproxima a la organización política mapuche tradicional de nuestros antepasados. Sin embargo, aquello forma parte de un proceso de maduración reflexiva de carácter colectiva y no a la agenda iluminista de ningún actor en particular; sólo eso nos conducirá a la posibilidad de concretar nuestra autonomía como pueblo.
Dado el contexto de criminalización y persecución existente como resultado o consecuencia de lo ya señalado, luchadores sociales mapuche son encarcelados como delincuentes comunes, muchos de ellos son autoridades tradicionales de nuestro pueblo. Resaltamos el carácter y condición política de su prisión.
El proyecto moderno, colonial y capitalista atenta contra todas las formas de vida. Ello, debido a que promueve la ruptura de las relaciones ecológicas, y su cosificación para transformarlas en “recursos naturales” al servicio de los proyectos de desarrollo. Esto se ha expresado mediante la creación de una racionalidad dicotómica que separa naturaleza/cultura, presentando la naturaleza como una realidad exterior que debe ser controlada y dominada para el desarrollo humano. Los efectos de esta razón política sobre la naturaleza hoy genera afectaciones significativas a las diversas formas de vida presente en el Wallmapu (Territorio Ancestral Mapuche), cuyas expresiones visibles se encuentran en el monocultivo forestal, la agroindustria, la minera y la pesca, así como también, como resultado, de grandes proyectos de infraestructura, energía y crecimiento urbano, que en la actualidad afectan a los Lof (comunidades) Mapuche. Estas afectaciones, no solo inciden sobre las condiciones materiales para la subsistencia de nuestro pueblo, sino que representan una afectación directa al territorio en cuanto fundamento de nuestra existencia como colectivo.
De esta forma, la lucha ambiental que plantea la Alianza Territorial Mapuche, se fundamenta en la reconstrucción de la noción de vida que surge desde conocimiento propio mapuche, a través da la concepción de Ixofillmongen que en su traducción al castellano puede ser entendida como todas las formas de vida sin excepción alguna, incorporando al “Che” o persona en una posición no jerárquica respecto de otras formas de vida. Poniendo de relieve entonces que la vida mapuche no se concibe como individuo separado del mundo, sino que a partir de la relación con otros humanos y no humanos, tales como volcán, río, mawiza (montañas), entre otros.
Desde esa perspectiva, tanto los conceptos conservacionistas de preservación como el de naturaleza pueden ser cuestionados, por su falta de perspectiva intercultural. Aquí surge un segundo aspecto relevante de destacar en el conocimiento mapuche, vinculado a la noción de Az Mapu, es decir las normas socioculturales y territoriales del pueblo mapuche que definen la relación con otras formas de vida, entregando los lineamientos para mantener un ordenamiento territorial mapuche, que permita generar un control territorial de acuerdo a las nociones propias de tiempo, espacio-territorio y de vida o mogen.
Para esto la Alianza Territorial Mapuche, promueve diversas estrategias que avanzan en la dirección y orientación descrita, entre los cuales destacan:
● La defensa del Ixofillmongen como elemento articulador de todas y cada una de las formas de lucha mapuche que hoy se despliegan en el Wallmapu, sean por agua, tierra, energía, cultura u otras.
● Control Territorial en territorios amenazados por proyectos extractivistas, mediante la movilización social y el ejercicio de la territorialidad mapuche.
● Fortalecimiento del conocimiento propio sobre el ixofillmongen en Lof Mapuche, a través de generación de materiales educativos y realización de Xawün (encuentros) y Nüxamkawun (conversatorio) en la línea formativa.
● Alianzas territoriales con Lof Mapuche y organizaciones ambientales que se encuentran en procesos de defensa del Ixofillmongen.
● Internacionalización de las luchas por la vida y el territorio, generando procesos de intercambio de conocimientos con pueblos originarios y organizaciones medio ambientales de las más diversas latitudes.
https://www.alianzaterritorialmapuche.com/2017/05/cartografia-mapuche-comunidades-mapuche.html
CARTOGRAFÍA MAPUCHE: COMUNIDADES MAPUCHE LANZAN LIBRO SOBRE LA RECONSTRUCCIÓN DE SU TERRITORIO ANCESTRAL.
“MAPU CHILLKANTUKUN ZUGU: Descolonizando el Mapa del Wallmapu, Construyendo Cartografía Cultural en Territorio Mapuche”, lleva por nombre el libro en formato Atlas que fue lanzado el pasado lunes 15 de mayo a las 11 horas en la precordillerana ciudad de Curacautin, en territorio mapuche, región de la Araucanía. Texto sistematizado por los profesionales Pablo Mansilla, Miguel Melin y Manuela Ruyo, como resultado de un proceso de participación comunitaria mapuche y orientada por la sabiduría revitalizada desde ejercitación de la memoria oral sobre el territorio, el Ixifillmogen y el Azmapu o derecho mapuche.
En la actividad, más de un centenar de personas repletaron la “Casa de la Cultura”, provenientes de comunidades mapuche de la zona y representantes de organizaciones de la sociedad civil, autoridades locales, al igual que dirigentes mapuche de comunas cercana como Perquenco, Curarrehue, Temucuicui, entre otras.
El trabajo presentado, corresponde a una realización inédita en territorio mapuche y en Chile; donde comunidades indígenas se articulan –inicialmente para enfrentar la invasión de empresas hidroeléctricas- para explicitar los contenidos materiales y significados simbólicos de la genérica idea de “tierras y territorios ancestrales” reconocidos por el derecho internacional hacia los pueblos indígenas. Ello da cuenta de una iniciativa gestada y situada en la base social, territorial, cultural y reivindicativa de las comunidades por reconstruir su territorio para llegar al lof como unidad organizacional elemental del pueblo mapuche. Necesidad que se traduce en la búsqueda de un tipo de colaboración técnica comprometida con ese proceso, y que se traduce en un “Atlas” con más de una treintena de mapas cuyo “norte” no es el norte sino el “puelmapu” o el oriente que es el espacio hacia y desde el cual se encamina la vida mapuche y por lo tanto se orienta su territorio. Un ejemplo que grafica la dimensión del despojo a nivel local en cada lof, es que las cuatros comunidades participantes del trabajo (Quilape López, Benancio Huenchupan, LiempiColipi y Pancho Curamil) que reconstruyen sus lof Folilko, Weñivale, Kontuwe y Radalko respectivamente, el Estado de Chile les reconoce hoy sólo un 0.4% aproximado de su territorio ancestral. Mientras que, en términos conceptuales se releva la idea de “Xawümen” para delimitación de los espacios cuyo significado –contrario a la noción de límite como separación- dice relación con la “unión o encuentro de cada espacio”.
Estos resultados fueron presentados por los sistematizadores, los que fueron comentados por Federico Aguirre, Director del INDH de la Araucanía, quién calificó el documento como una potente “herramienta de las comunidades para viabilizar los reclamos por sus tierras ancestrales, ampliamente reconocido por el sistema internacional de los derechos humanos”. Hicieron alocución también los representantes de cada una de las comunidades, entre ellos el werken Juan Ramón Lopez, quién criticó la ausencia de las autoridades chilenas que habían sido invitadas “las que se perdieron la oportunidad de conocernos un poco más y los condena a vivir en su ignorancia para siempre”, sentención el dirigente.
Finalmente, el werken de la Alianza Territorial Mapuche (ATM) Alberto Curamil, agradeció la presencia de los chilenos presentes en la actividad, destacando con ello la posibilidad cierta de “entendernos y de poder enfrentar de manera conversada muchas situaciones que nos aquejan por igual”. Agregando que “como mapuche, nosotros no abandonaremos nunca la causa de la tierra porque somos de allí, pertenecemos allí, venimos de allí e interactuamos diariamente con ella y todo lo que la rodea. Por eso solicitamos este ejercicio de un libro no para lucrar ni estar en las mejores librerías chilenas ni para que alguien tenga un poco más de fama como intelectual, sino para aportar en la reconstrucción de nuestro pueblo desde la base territorial desde donde somos y practicamos nuestra cultura. Por lo mismo, el material lo pondremos a disposición de todos, bajo el principio de la reciprocidad mapuche”, concluyo el representante mapuche.
En ese contexto, los organizadores del evento señalaron que efectuarán nuevas presentaciones del texto en diferentes zonas, especialmente orientado a compartir el proceso metodológico y el conocimiento mapuche sobre el territorio, y ponerlo a disposición de otras comunidades y personas como otro aporte al proceso de reconstrucción del pueblo mapuche.
El lanzamiento concluyo con un mizawün (compartir alimentos) que incluyó variados productos alimenticios locales, destacando el café de trigo, la chicha de manzana, el gülliu o piñón, el müllokiñ, el muday y las sopaipillas, entre otros.
ATM Comunicaciones
Fotografías: Manuel Kallfüll