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El despido de más de 400 trabajadores públicos en Curazao, provocó fuertes protestas y disturbios en la isla. La mayor parte de las cesantías ocurrieron en la refinería Isla, uno de los motores económicos del territorio.
La situación de violencia se agudizó debido a que también se registró un alza de los impuestos, lo que se sumó al descontento de la población, que comenzó a pedir la renuncia en pleno de sus gobernantes.
El descontrol se tomó la ciudad, ya que los habitantes tomaron parte de las fachadas e ilustraciones para hacerse sentir.
Varias personas fueron arrestadas por su participación en saqueos e incendios provocados en el centro de la ciudad de Willemstad. Esto sucedió después de que la policía antidisturbios evacuara Fort Amsterdam, donde hubo una manifestación, con el uso de gases lacrimógenos.
Una marcha de empleados de Selikor se salió de control el miércoles cuando los manifestantes en Fort Square exigieron la renuncia del primer ministro Eugene Rhuggenaath. Allí se subieron a los automóviles, arrojaron botellas y forzaron una puerta de entrada. La policía antidisturbios expulsó a los manifestantes, después de lo cual se iniciaron incendios en el centro de la ciudad, incluido el incendio de un automóvil de la policía. Muchos actos de vandalismo y tiendas también fueron saqueados.
Un video grabado dentro de la localidad evidenció como un grupo de personas tomó a la fuerza una patrulla policial y la volteó, provocando la quema del carro minutos después.
La isla está convulsionada y los brutales e injustificados despidos están afectando empleados portuarios.