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La política capitalista extractivista del despojo en el caso del Tren Maya

Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible :: 02.07.20

Con el interés de generar condiciones favorables para la expansión del capital, actualmente el Estado mexicano impulsa el proyecto Desarrollo Integral Territorial y Urbano de la Región Sureste de México: Corredor Regional Tren Maya, mejor conocido como Tren Maya por su componente más destacado y promovido. A través de este proyecto no sólo se pondrá en operación un importante sistema ferroviario de transporte en cinco estados de la república, sino que además se construirá una amplia gama de infraestructura que bajo el concepto de “polos de desarrollo” incluirá nuevas ciudades, complejos turísticos y parques agroindustriales.
Ha sido ampliamente documentado que la expansión del capital dentro del actual modelo de desarrollo requiere, por un lado, de un acceso franco a la tierra y a los bienes naturales y, por el otro, de una oferta abundante de mano de obra. Para atender estas necesidades del capital el proyecto Tren Maya busca que los territorios rurales que hoy están en manos de comunidades campesinas e indígenas, que por siglos los han resguardado y manejado, queden sin la presencia de su población originaria, facilitando la incorporación de las tierras y bienes naturales al desarrollo de actividades extractivistas y al mercado inmobiliario.

 

Con el interés de generar condiciones favorables para la expansión del capital, actualmente el Estado mexicano impulsa el proyecto Desarrollo Integral Territorial y Urbano de la Región Sureste de México: Corredor Regional Tren Maya, mejor conocido como Tren Maya por su componente más destacado y promovido. A través de este proyecto no sólo se pondrá en operación un importante sistema ferroviario de transporte en cinco estados de la república, sino que además se construirá una amplia gama de infraestructura que bajo el concepto de “polos de desarrollo” incluirá nuevas ciudades, complejos turísticos y parques agroindustriales.

Ha sido ampliamente documentado que la expansión del capital dentro del actual modelo de desarrollo requiere, por un lado, de un acceso franco a la tierra y a los bienes naturales y, por el otro, de una oferta abundante de mano de obra. Para atender estas necesidades del capital el proyecto Tren Maya busca que los territorios rurales que hoy están en manos de comunidades campesinas e indígenas, que por siglos los han resguardado y manejado, queden sin la presencia de su población originaria, facilitando la incorporación de las tierras y bienes naturales al desarrollo de actividades extractivistas y al mercado inmobiliario.

 

Nuevo impulso a la desruralización de la Península de Yucatán

 

Sergio Madrid y Eugenio Fernández Vázquez

https://www.ccmss.org.mx/wp-content/uploads/nuevo-impulso-desruralizacion.pdf

Junio, 2020

“…cabe destacar el papel que adquiere el Estado paraimpulsar las distintas formas de acumulación por desposesión.Este deja de ocuparse de velar por la salud y el bienestar de lassociedades para, a través de sus alianzas con el capital,contribuir a los procesos de reproducción del capital ” .

 

El Tren Maya1

Introducción

Con el interés de generar condiciones favorables para la expansión del capital, actualmente el Estado mexicano impulsa el proyecto Desarrollo Integral Territorial y Urbano de la Región Sureste de México: Corredor Regional Tren Maya, mejor conocido como Tren Maya por su componente más destacado y promovido. A través de este proyecto no sólo se pondrá en operación un importante sistema ferroviario de transporte en cinco estados de la república, sino que además se construirá una amplia gama de infraestructura que bajo el concepto de “polos de desarrollo” incluirá nuevas ciudades, complejos turísticos y parques agroindustriales. Ha sido ampliamente documentado que la expansión del capital dentro del actual modelo de desarrollo requiere, por un lado, de un acceso franco a la tierra y a los bienes naturales y, por el otro, de una oferta abundante de mano de obra. Para atender estas necesidades del capital el proyecto Tren Maya busca que los territorios rurales que hoy están en manos de comunidades campesinas e indígenas, que por siglos los han resguardado y manejado, queden sin la presencia de su población originaria, facilitando la incorporación de las tierras y bienes naturales al desarrollo de actividades extractivistas y al mercado inmobiliario. A la par, pretende detonar un fuerte proceso de proletarización de la población rural buscando que los campesinos e indígenas, que hasta ahora se han autoempleado en sus tierras, conformen una población urbanizada con escazas opciones de reproducir su cultura y tejido comunitario, orillada a emplearse en el nuevo orden que dominaría en la Península de Yucatán. Con el proyecto Tren Maya el Estado hace una apuesta para la llegada de grandes inversiones a la región bajo el supuesto de que el empleo asalariado es la mejor forma de atacar la pobreza y la marginalidad. El porcentaje de población con “empleo asalariado” se incrementaría notablemente como ha sucedido en otros proyectos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) -instancia encargada de la implementación y ejecución del proyecto en cuestión- sin embargo, esta apuesta del Estado está sustentada en un proceso de desposesión y despojo de las tierras de las comunidades indígenas, generando las condiciones para acentuar un modelo de desarrollo que concentra la riqueza y permite a las grandes empresas y corporativos de las finanzas, de la agroindustria, del turismo y del sector inmobiliario acumular capital y perpetuar su dominio. Todo lo anterior, ocurriría en un territorio indígena, en el cual, para el caso de la Península de Yucatán, el 46.9 por ciento de la población se identifica a sí misma como maya2, valor que excede 36.4 puntos porcentuales a la media nacional.2La población indígena de la Península de Yucatán asciende en promedio al 46.9 por ciento de la población total.Universidad Autónoma de Yucatán. Disponible en: http://www.mayas.uady.mx/articulos/informacion.html1 Gabler, Karsten; Hevilla, Cristina; Zusman, Perla. Reestructuración capitalista y procesos de territorialización en lafrontera argentinochilena de Los Andes centrales. 2016. Política, Vol. 54, núm.2, pp.107-125. Universidad de Chile. Santiago, Chile.2

Este proceso ha sido descrito y conceptualizado por David Harvey bajo el nombre de “acumulación por desposesión”3, refiriéndose a prácticas capitalistas como la mercantilización y privatización de la tierra, la expulsión por la fuerza de las poblaciones campesinas y la conversión de varios tipos de derecho de propiedad (comunal, colectivo, estatal, etc.) en derechos de propiedad privada exclusivos.Además, el proyecto Tren Maya claramente favorece el crecimiento del modelo de producción extractivista que, como explica Karsten Gabler4 “implica la organización de emprendimientos a gran escala en manos del capital transnacional, que se instalan en ciertos lugares en forma de enclave, para llevar adelante una explotación intensiva de los recursos renovables sin tomar en cuenta sus tiempos de regeneración.” Una de las características más relevantes del extractivismo es que, como han planteado diversos autores y autoras, los beneficios del saqueo no se reinvierten en el lugar de la extracción, sino que se llevan a otras latitudes, al tiempo que se rompe con las lógicas que regían los territorios antes de la llegada de los grandes capitales. Al mismo tiempo que esto ocurre, según Gabler “la biodiversidad es destruida, aumenta la concentración de la tierra y las comunidades rurales, campesinas o indígenas, son expulsadas o desalojadas”.Expulsión5 y proletarización de la población rural Diversas investigaciones sobre las condiciones sociales en el campo consideran que los procesos de descampesinización inducida claramente son procesos de expulsión.6En mayo de 2020 el gobierno federal llevó a cabo las asignaciones a empresas contratistas para la construcción de los primeros cuatro tramos del proyecto ferroviario del Tren Maya7, 3Harvey, David. El nuevo imperialismo. 2004. Madrid, Akal.4Gabler, Karsten; Hevilla, Cristina y Zusman, Perla. Reestructuración capitalista y procesos de territorialización en la frontera argentino-chilena de Los Andes centrales. 2016. Política, Vol. 54, núm.2, pp. 107-125. Universidad de Chile Santiago, Chile.Fuente: Invitaciones y adjudicaciones directas: la ruta del Tren Maya. El Financiero8Asignaciones a empresas para la construcción de los primeros 4 tramos del Tren Maya ascienden a los 71 mmdp12345No. detramo RutaExtensión (Km) Oferta ganadoracon IVA (mdp)Consorcio o empresa ganadoraPalenque-EscárcegaEscárcega- CalkiníCalkiní-IzamalIzamal-TulumTulum-Cancún22723517215,538.118,553,710,192.919627,000.0135N/D• Mota Engil México• China Communication Construction• Gavil Ingeniería• Eyasa• Grupo Cosh• Operadora Cicsa, Fcc Construcción• Construcciones Urales• Gami Ingeniería• Azvi• ICA• BlackRock aventaja al presentar propuesta no solictada35 Por expulsión se refieren los autores a los procesos de movilidad de las personas como resultado de cualquier intervención, directa o indirecta, que los provoque. La desruralización inducida es considerada un proceso de expulsión por muchos autores.6 Montesinos, Josep. De la descampesinización controlada a la gentrificación. En busca del primer patrimonio del Rincónde Ademuz. 2017. Universidad de Verano del Rincón de Ademuz (UVRA): Paisaje rural, salud e innovación, pp.20-23.7 El Economista. “Inicia construcción del Tren Maya en sus cuatro primeros tramos”, 28 de mayo de 2020. Disponible en: https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Inicia- construccion-del- Tren-Maya-en-sus-cuatro-primeros-tramos-20200528-0113.html8 El Financiero. “Invitaciones y adjudicaciones directas: la ruta del Tren Maya”, 10 de junio de 2020. Disponible en:https://www.elfinanciero.com.mx/empresas/ invitaciones-y-adjudicaciones-directas-la-ruta-del-tren-maya

acción que se realizó 18 meses después de manifestar la intención de desarrollar el Proyecto, sin que el Fonatur haya presentado públicamente un proyecto ejecutivo que ofrezca claridad de su alcance, ni mucho menos, en este sentido, los estudios ambientales y sociales que por ley tiene obligación. No obstante, hoy día es posible acercarse a comprender este proyecto gracias a los estudios publicados por organismos que han analizado los posibles impactos del Tren Maya sobre los bienes naturales, los vestigios arqueológicos, las zonas prioritarias para la conservación y las dinámicas socioculturales de las comunidades campesinas e indígenas en la región. Así como por los documentos promocionales que el mismo Fonatur ha difundido, y diversas y controversiales declaraciones de sus directivos. Fundado en lo anterior, es posible afirmar que el proyecto Tren Maya es una apuesta por la urbanización de la región sur-sureste de México, erigiendo un desarrollo económico centrado en la provisión de servicios principalmente en los sectores turístico e inmobiliario, y favoreciendo la expansión de la agroindustria, fincada desde hace más de tres décadas en zonas puntuales del territorio peninsular. Retomando las declaraciones del director del Fonatur “el Tren Maya es más que una obra de infraestructura: es un proyecto inmobiliario que busca hacer del turismo el gran motor de la economía peninsular”9. El Fonatur impulsa un esquema que prioriza lo urbano y omite todo componente vinculado a las realidades y derechos de las comunidades indígenas, distribuidas en más de mil 510 localidades de los pueblos maya, tseltal, ch’ol, jakalteko, awuakateko y akateko10 . Omite reconocer que se trata de un territorio indígena habitado y poseído por pueblos originarios que tienen derecho a la libre determinación, de acuerdo con el artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; además ignora su conocimiento ancestral íntimamente ligado al territorio, su identidad cultural y formas de vida, sus sistemas y medios de producción, y su valioso papel en la protección y mantenimiento de la integridad de los territorios comunitarios. Este enfoque deja ver el racismo y clasismo que subyace en el Estado, expresados por el menosprecio a lo indígena y a lo campesino, vinculándoles con el retraso y la pobreza sobre una argumentación basada en indicadores errados para medir el bienestar, como lo es el ingreso monetizado y el empleo asalariado. El Fonatur y las demás instituciones que la acompañan en este proyecto ponen especial énfasis en el tema del 10Sandoval, Daniel. Tren Maya, Sembrando Vida y Corredor Transísmico. Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano. 20209Reforma. “Planean negocio inmobiliario con Tren Maya”, 21 de febrero de 2019.4

empleo asalariado para la población. Arguyen que las personas de las comunidades podrán obtener un empleo en los miles de oportunidades que brindará la construcción de la infraestructura ferroviaria11 y posteriormente, en la vasta industria turística que se estima recibiría anualmente de tres a cuatro millones de turistas adicionales. El Proyecto se perfila entonces como una gran inversión enfocada al desarrollo urbano, que generaría una enorme atracción de mano de obra en los polos de desarrollo bajo el rezo de reducir la pobreza mediante la generación de empleos asalariados, mientras se acentúa el abandono a los servicios públicos en poblados rurales y la desatención de la problemática en los territorios, generando un proceso de migración de la población rural, abandono de las tierras y pérdida de la vida comunitaria. La atracción de la población rural hacia las zonas urbanas, articuladas mayoritariamente por la industria turística, bajo el espejismo del empleo asalariado estará también acompañada del crecimiento de diversos sectores ya probados en la región, como la agroindustria con sus monocultivos de soya transgénica y producción de carne de puerco y pollo; y la generación de energía a partir de parques eólicos y solares. El proyecto Tren Maya efectivamente generará nuevos empleos, y es probable que la población campesina pueda acceder a una parte de ellos, pero en ningún sentido esto tiene posibilidades de mejorar sus condiciones de vida. Por ejemplo, en el estado de Quintana Roo en los últimos diez años, la tasa anual de incremento de personas aseguradas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue considerable (equivalente al 8%12); sin embargo, ese crecimiento se dio mayoritariamente dentro de la categoría “un salario mínimo” equivalente a 3,670 pesos/mes13 . El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) consideró en 2017 que una familia de cuatro personas en México, se encuentra actualmente en situación de “pobreza por ingresos” si su ingreso mensual es inferior a 11,290 pesos14. Así, la estrategia del Estado mexicano para combatir la pobreza a partir de que la población rural se contrate en un empleo asalariado es una falacia; por el contrario, genera una población urbana marginada y excluida con muchas limitaciones para acceder a los bienes naturales, a la tierra y a las estructuras sociales que otrora gozaba y le sostenían, y dependiente de los vaivenes de la economía y los mercados globales. 1188.9 Noticias. “Tramo 1 del Tren Maya creará 80 mil empleos: Fonatur”, 6 de mayo de 2020. Disponible en:https://889noticias.mx/noticias/actualidad/tramo-1-del-tren- maya-creara-80-mil- empleos-fonatur/12 Instituto Mexicano del Seguro Social. “Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social 2018-2019”. 201913 Comisión Nacional de los Salarios Mínimos. “Salarios mínimos 2020”. Disponible en: http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/201804/08414 Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Dirección de Información y Comunicación Social. “Ingreso, pobreza y salario mínimo, 2017”. Disponible en: https://www.coneval.org.mx/SalaPrensa/Documents/INGRESO- POBREZA-SALARIOS.pdf15 Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. Caracterización del Mercado Laboral en México, Quintana Roo. Julio 2018.16 Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. “Medición de la pobreza. Anexo estadístico de pobreza en México 2018. Disponible en: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/AE_pobreza_2018.aspxFuente: Centro de Estudios de las Finanzas Públicas15Numero de trabajadores subordinados y de salarios mínimos percibidos en Quintana Roo.Hasta 1 De 1 a 3De 3 a 5Más de 5Asalariados201747,359323,108132,54442,300582,807Salario201862,624330,498128,18137,359605,500Var (%)32.232.29-3.29-11.683.89Pobreza y carencias en Quintana Roo, 2008- 2018 (en miles)02004006008001,0001,2001,400Población vulnerable por carencias socialesPoblación en situación de pobrezaPoblación con al menos una carencia socialCarencia por acceso a la seguridad socialCarencia por acceso a la alimentaciónCarencia por acceso a servicios básicos en la vivienda Fuente: Elaboración propia con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 16520082018

Este proceso de desruralización y ruptura del manejo y trabajo de la tierra impulsado por el Estado, impacta negativamente a las comunidades indígenas y campesinas debilitando su gobernanza y capacidad institucional, así como vulnerando sus cimientos para la reproducción de la vida y la protección de los territorios. Consecuentemente, la proletarización de la población rural representa oportunidades para que las empresas de inversión privada y transnacionales accedan a una fuente de mano de obra barata y encuentren vías simples para acceder a la tierra y a los bienes naturales, condición sin la cual el capital no podría expandirse.Expulsión y despojo Para acceder a los terrenos que requiere el proyecto Tren Maya se usarán los derechos de vía ya existentes y terrenos federales como el ex-aeropuerto de Palenque en Chiapas; pero, además, se incorporarán tierras ejidales mediante un esquema de largo plazo de mercantilización y bursatilización de las tierras, conocido como Fideicomiso de Inversión y Bienes Raíces (FIBRA). Bajo este esquema, los ejidos aportarían la tierra al Proyecto una vez completado el procedimiento de dominio pleno, o sea habiendo formalizado la privatización de la tierra y asentado este proceso en el registro público de la propiedad. Ha sido poco difundido que el Fonatur ha presionado de distintas formas a los ejidos para “sumarse” al Proyecto, como es el caso del ejido Bacalar en Q.Roo, que ha sido requerido para aportar mil hectáreas de su propiedad para la construcción de una nueva ciudad a una corta distancia de la laguna de Bacalar. Y los casos de los ejidos Tulum y Cobá del mismo estado, a los que también se les solicitó aportar de a mil hectáreas a cambio de hacerse “socios” del Proyecto. En los tres casos, las autoridades ejidales han expresado que el ejido no está de acuerdo en ceder tales extensiones de sus tierras, además de lo incierto que representa para ellos “hacerse socios” del megaproyecto. En estos casos, el Fonatur ha reaccionado con amenazas de “que no hay tren”17 e incluso con la modificación del trazo del Proyecto.El patrimonio de gran parte de la población campesina en México se sustenta en la propiedad de la tierra bajo un esquema de propiedad social, con las figuras del ejido y la comunidad agraria. Actualmente, la mitad de la tierra en la Península de Yucatán yace en manos de comunidades que usan sus territorios bajo diferentes arreglos internos, muchos de ellos colectivos. Esa tierra y ese derecho son el resultado de un complejo proceso por el cual la reforma agraria mexicana extendió títulos de propiedad a miles de comunidades, hecho que ha otorgado seguridad para mantener y conservar el patrimonio por generaciones, y que ha salvado a muchas regiones del proceso de reconcentración de la tierra que se registra por toda América Latina. Sin embargo, la propuesta del Fonatur que plantea la aportación de la tierra ejidal a los FIBRA pone en riesgo este enorme valor, y los ejidos perderían el control y soberanía de sus territorios. 17 Proceso. “Tren Maya, la obstinación”. Riesgo de Descarrilamientos en Tierras ejidales”, Abril, 2020. Disponible en:https://trenmaya.proceso.com.mx/tierras/?�bclid=IwAR0C9lnwtPk-vwJKLVwxV35tPu0nJN77CEvoQRFQ-4iZb8MNkRbuB-GNsco6

De esta propuesta de “inclusión” de los ejidos al proyecto Tren Maya y de incorporación de las tierras ejidales a los FIBRA se puede presumir una intención de trastocar el control que hoy día tienen las comunidades de sus territorios, una intención de disminuir la función productiva del campesinado y convertirlo en cobrador de rentas, en cobrador de las posibles utilidades de las acciones que haya adquirido a cambio de su tierra. En realidad, su propuesta de “inclusión” es una estrategia para convertir la tierra en mercancía y ponerla a disposición de los desarrolladores inmobiliarios. En una reciente publicación, se indagan las implicaciones del mecanismo propuesto por el Fonatur y se concluye que el financiamiento a través de los FIBRA “convertirá a propietarios en desposeídos, pues si bien la tierra no cambia de propietario, es entregada como soporte material del fideicomiso.”18 A su vez, la especialista Violeta Núñez afirma que las tierras que aporten los ejidatarios al FIBRA jamás se van a recuperar. Al ingresar la tierra a estos fideicomisos hay una condición de no reversibilidad, por lo que no será posible, una vez adentro del esquema, retirar las tierras de ese instrumento. “No puedes decir: ya no me gustó, no gané, quiero mi tierra otra vez; eso no será posible.” “Sobre los terrenos que se aporten al proyecto se construirá infraestructura, vías, edificios, caminos, hoteles, centros comerciales, así que la gente que ingresó esos terrenos al proyecto se quedará con las acciones que le hayan dado a cambio, pero no podrá recuperar esa tierra.”19 No podrá volver a sembrar su milpa, ni a cosechar su maíz para alimentarse y agradecer las bondades de la comunión con la madre tierra. La implementación de la estrategia de adquisición de terrenos ejidales por el Fonatur hace parte de un proceso de acumulación por desposesión facilitado por el Estado mexicano, el cual estará caracterizado por el acaparamiento de tierras rurales y terrenos urbanos en pocas manos del sector inmobiliario.18 Ceceña, A. & Hidalgo, A. Turismo colonizador: la larga historia maya bajo amenaza. Panamá en Tehuantepec. Colonización ferroviaria del sureste de México. Marzo, 2019. America Latina en Movimiento, Num. 547, pp. 13-16. Agencia Latinoamericana de Información.19 Nuñez, V. El despojo financiero: Los campesinos como socios del Tren Maya. Panamá en Tehuantepec Colonización ferroviaria del sureste de México. Marzo, 2019. America Latina en Movimiento, Num. 547, pp. 9-12. Agencia Latinoamericana de Información.7

21 Semáforo Delictivo Nacional, 2020 primer trimestre (enero – marzo). Tasas por cada 100 mil habitantes. Disponible en: http://www.semaforo.mx/content/semaforo-delictivo-nacional-0Reflexiones finales: “tenemos otros datos”El análisis de la información disponible sobre el proyecto Tren Maya permite reconocer una iniciativa del Estado mexicano enfocada a contribuir de manera significativa a los procesos de reproducción del capital. Este proyecto apuesta por urbanizar a una población que sigue siendo muy rural y por atraer a grandes capitales a la región bajo la lógica de activar una economía que se supone estancada: aumentaría la inversión extranjera e incrementaría la llegada del turismo internacional y las oportunidades de negocios vinculados a este último, a la par que se generaría una mayor demanda de trabajo que beneficiaría a la población local. A contrapelo de estos argumentos está la experiencia en la región misma, que ha demostrado que “atraer a los grandes capitales” tiene un costo muy alto para las mayorías. La administración gubernamental actual, más que aportar soluciones novedosas, reproduce los mismos esquemas de gobiernos anteriores al impulsar a la agroindustria en Campeche y el desarrollo urbano y turístico en Quintana Roo, específicamente Cancún y la Rivera Maya. Ambas experiencias han mostrado que atraer inversiones y crear nuevos empleos puede lograrse, pero no reditúa en mejores condiciones de vida para la población local. Por el contrario, estos casos están plagados de violaciones a los derechos humanos, daños e impunidad ambiental y detrimento de los valores sociales para una convivencia sana y respetuosa. Basándonos en las experiencias de Campeche con la agroindustria y de Quintana Roo con el turismo, se prevé que el proyecto Tren Maya incrementaría la exclusión, pobreza, desposesión, desigualdad y violencia. En Quintana Roo, el proyecto “Cancún-Rivera Maya” impulsado por el Fonatur logró que la mayor parte de la costa del caribe mexicano, a pesar de ser zona federal, quedara en manos de un puñado de grupos hoteleros que han privatizado bienes públicos como cenotes, lagunas, esteros y playas en cientos de kilómetros de la costa de la entidad. La población ciertamente ha tenido mayor acceso a empleos asalariados, percibiendo entre uno o dos salarios mínimos, que a duras penas alcanza para cubrir el costo de la canasta básica. Los tres municipios más turísticos de Quintana Roo (Benito Juárez, Solidaridad y Tulum) ocupan hoy día los primeros lugares a nivel nacional en homicidios20. Además, la entidad se posiciona en los primeros lugares de las tasas de delitos como: violación, extorsión, robo a negocio, de vehículo y a casa, violencia familiar, secuestro y feminicidios21. Se registra además un proceso importante de desruralización que incluyó la 20 Estamos aquí.mx. “COVID-19 aumentará operación del crimen organizado en el caribe mexicano”, 31 de mayo de 2020. Disponible en: https://estamosaqui.mx/2020/05/31/covid-19-aumentara-operacion-del-crimen- organizado-en-el-caribe-mexicano/8

Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, A.C.Miguel Ángel de Quevedo # 103, Álvaro Obregón, Chimalistac, 01070, Ciudad de México 22Ramirez, S. & Veiga, J. Tren Maya: máquina imparable de despojo empresarial. Panamá en Tehuantepec Colonización ferroviaria del sureste de México. Marzo, 2019. America Latina en Movimiento, Num. 547, pp. 24-27. Agencia Latinoamericana de Información.privatización de grandes extensiones de terrenos ejidales, en los que los campesinos fueron despojados de su patrimonio por la industria turística e inmobiliaria. Todo esto marcó además, el inicio de un intenso proceso de deterioro de los sistemas ambientales con la destrucción de manglares, humedales y selvas, la contaminación de los acuíferos subterráneos y cuerpos de agua superficiales, y la desaparición de grandes extensiones de arrecife.En Campeche, la apuesta por la agroindustria ha llevado a la entidad al liderato nacional en deforestación, sin que eso haya redundado en un mayor bienestar para la población local. La estrategia, que buscó subsanar los daños a la economía provocados por la crisis petrolera, fortaleció sectores que podían sumar positivamente al producto interno bruto, pero que no contribuyeron al bienestar de la población. El resultado fue un aumento en el número de pobres, una mayor concentración de la riqueza y dos sectores, el financiero y el inmobiliario, fortalecidos en un estado con una economía ya de por sí frágil. Estos espejos brindan elementos para cuestionar la credibilidad de los beneficios que supone el proyecto Tren Maya. Aún cuando en el discurso se han incorporado conceptos como sustentabilidad e inclusión es difícil encontrar diferencias con los esquemas implementados años atrás. Como sostienen otros investigadores, el proyecto Tren Maya “facilitará la conexión, la extracción y explotación de recursos para otros, mientras las necesidades locales quedarán subordinadas y relegadas a un segundo plano. Lejos de promover un crecimiento económico menos desigual (…) profundizará las asimetrías económicas y el patrón de polarización, exclusión y concentración de la riqueza entre grandes empresas (agroindustria, extracción de petróleo o minerales, y complejos turísticos), poniendo en riesgo la diversidad cultural y ecológica de la región”22 . En resumen, el proyecto Tren Maya consolidaría un modelo extractivista en el sur-sureste de México, detonando un proceso de expulsión de las poblaciones rurales de sus territorios, que a la par de facilitarle a los grandes capitales su acceso a la tierra y a los bienes naturales, les provee de mano de obra barata atractiva para emplearse en las nuevas unidades turísticas, inmobiliarias y agroindustriales. Con lo anterior, después de “subsanar la deuda con el sureste del país”, el Estado ya habrá hecho lo suficiente y no tendrá más tiempo ni posibilidades de velar por la salud y el bienestar de la sociedad de esta región.

 


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