México D.F. Sábado 14 de febrero de 2004
Advierten al edil perredista Martín Sánchez que si quiere problemas, los tendrá
Demandan pro zapatistas restablecer servicios a pobladores de Zinacantán
“No queremos enfrentar a los compañeros indígenas”, expresan a vecinos de Jech’vó
Paraje Jech’vo, Chis., 13 de febrero. En un mensaje dirigido a los pobladores de Zinacantán, las bases de apoyo zapatistas de los municipios autónomos de los Altos aseguraron que sus compañeros de Zinacantán “no están solos. Estamos unidos muchos miles de zapatistas dispuestos a ayudar y defender a nuestros compañeros.
“El presidente municipal corrupto [Martín Sánchez Hernández] y su gente los quieren humillar, por eso les cortan el agua y la luz. Los ven poquitos. Están equivocados si creen que los pueblos zapatistas se van asustar.
“Si algún presidente municipal quiere meterse en problemas con los zapatistas, pues problemas va a tener”, advirtieron. “Por eso hemos venido a decirles a los perredistas de Zinacantán que, si no quieren problemas con los zapatistas, que conecten inmediatamente el agua y la luz que corresponden a nuestros compañeros”.
Esta mañana partió de la cabecera municipal de San Andrés Sakamch’en de los Pobres una caravana de vehículos transportando a centenares de indígenas bases de apoyo del EZLN, y grandes tanques de agua para los habitantes de Jech’vó. Venían de Polhó, Santa Catarina Pantelhó, San Juan de la Libertad, San Andrés y otros municipios autónomos de la región tzotzil. Aquí se les unieron unos centenares de pobladores de distintos parajes zinacantecos. Según apreciaciones de los propios indígenas, existen bases de apoyo zapatistas en unas 25 comunidades de Zinacantán.
En Elambó Alto, Elambó Bajo, San Isidro y Jech’vó más de 100 familias zapatistas han sido despojadas de agua potable, y en algunos casos de luz, por militantes perredistas y funcionarios municipales. El alcalde perredista Sánchez Hernández se ha desentendido del problema, siendo que él mismo lo echó a andar, pues fue en su presencia que se cortó el agua y se quitó su manantial a los zapatistas de Jech’vó el 21 de diciembre pasado. Después siguieron agresiones a más comunidades.
“Estaremos muy pendientes”, dijeron hoy los voceros de la concentración zapatista desde el quiosco de este paraje zinacanteco cubierto de inconstante niebla. “Lo hacemos de buena manera, pero no crean que nos van a detener. Si al mal gobierno y al Ejército no les hemos tenido miedo, menos a otros indígenas como nosotros. Si hay problemas, los tratamos de resolver por las buenas”, insistieron.
Aparte de la concentración de unos 600 indígenas encapuchados en el centro de Jech’vó, la comunidad parece desierta. Las aulas de la escuela están cerradas. Incluso en comunidades vecinas como Pazté las actividades escolares fueron interrumpidas. Si bien la movilización zapatista es pacífica, la población perredista se ahuyenta por unas horas.
Reunido esta semana en el hotel Los Arcos de San Cristóbal de las Casas con dirigentes y funcionarios municipales perredistas del estado, un despreocupado Sánchez Hernández expuso la situación en el municipio que oficialmente representa. Se desconoce el contenido del cónclave, pero el alcalde de Zinacantán declaró a unos activistas de derechos humanos que lo interrogaron que él “no tenía nada que ver” en el conflicto del agua, “que era un problema interno de las comunidades”.
Razonablemente, un poblador de Jech’vó se pregunta al respecto: “¿Entonces para qué es presidente municipal?”
La junta de buen gobierno Corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo, de los Altos, dirigió en diciembre una carta al alcalde Martín Sánchez exponiéndole la situación (que entonces era menos grave), y éste no respondió ni hizo nada por resolverla. No se olvide que durante este gobierno municipal ha habido violencia entre los partidos políticos PRI y PRD, incluso muertos. Algunos aliados del presidente municipal conforman grupos armados de corte parapoliciaco o paramilitar.
La solidaridad también es líquida
La caravana de encapuchados -que descendió de los Altos, se detuvo a cargar gasolina en San Cristóbal y tomó por la carretera Panamericana hasta Nachig para internarse en las montañas- transportó a Jech’vó cuatro tinacos con mil cien litros de agua cada uno, y otro con mil 500. Además, el municipio Nicolás Ruiz envió una pipa con 3 mil litros que por la tarde fueron duplicados en un segundo viaje. Para recibir el líquido, los pobladores de Jech’vó han cavado grandes agujeros, cubiertos con hule.
Los zapatistas de Zinacantán conducen a los periodistas a la “olla” del paraje (un amplio estanque, cercado con alambre, que recoge la precipitación pluvial y da suministro a Jech’vó, donde al menos 40 familias son bases de apoyo del EZLN). Desde este 1º de febrero, se cortó este suministro de agua para las familias sin más motivo que “estar en la resistencia y ser zapatistas”. Aseguran que los perredistas “vigilan la ‘olla’ de día y de noche”, para que nadie se acerque.
Posteriormente, rodeando la cisterna del poblado, ante la llave cerrada e inutilizada, los representantes de las familias despojadas refieren: “El 1º de febrero los perredistas tomaron acuerdo de bloquear el camino, y de que las bases de apoyo zapatistas ya no pueden sacar agua. Nos han querido golpear y amenazar”.
Y exponen: “Queremos que nos dejen libres la olla y el pozo, y el paso en la carretera para transitar con nuestros productos. Que instalen la tubería y la olla en Elambó Alto y Elambó Bajo” (donde apenas ayer les ‘cortaron’ la olla de agua a los zapatistas).
“No queremos enfrentar a los compañeros indígenas. Somos mismo cuerpo y misma sangre. Buscamos la libertad y la justicia. Somos los mismos indígenas de todos”.
Agregaron que el gobierno no ha podido controlar la violencia contra los zapatistas. “El ‘cambio’ es mentira, el gobierno permite que se hagan estos ataques”. Como sea, dicen: “Aquí nacimos nosotros y nuestros abuelos, ni modo que nos vayamos, eso no puede ser”.
Luego de responsabilizar al gobierno federal y al estatal, los zapatistas anunciaron que volverán “cada que sea necesario”.