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Las acrobacias criminales de la Volkswagen: del nazismo a Bolsonaro

Posta Porteña :: 05.08.20

Una prueba más de que son las empresas las que determinan los rumbos del aparato del estado y subordinan económicamente las finanzas públicas, Esta y tantas noticias demuestran también que la disputa de la izquierda con la derecha queda encerrada en la pelea del reparto de las migajas que las empresas arrojan a las gallinas para mantener la paz social.

03.AGO.20 | PostaPorteña 2134

Las acrobacias criminales de la Volkswagen: del nazismo a Bolsonaro

Outras Palavras   por Murilo Leal y Gabriel Dayou

Traducción al español de Juan Luis Berterretche para PostaPorteña

Torturas en  fábrica brasilera, durante la dictadura. Empleó al responsable jefe de campo de concentración.  Entusiasmo con el actual presidente fascista de Brasil. En la trayectoria de una gran corporación global, la evidencia del total desacuerdo entre capitalismo y democracia y la complicidad con el autoritarismo

Hace cinco años la Volkswagen enfrenta una Investigación Civil Pública que la indaga por graves violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura civil-militar brasilera. Es el primer caso de esas características en Brasil, en que una empresa es formalmente acusada por crímenes en conjunto con el régimen  autoritario. Después de años de una difícil negociación, la montadora sigue creando nuevas dificultades a un acuerdo de indemnización saboteando la posibilidad de reparación por sus crímenes: y sigue pendiente la constitución de un espacio de memoria de los trabajadores  de estos crímenes en su planta.

La investigación es una operación conjunta del Ministerio Público Federal, Ministerio Público del Estado de São Paulo y el Ministerio Público del Trabajo. Fue motivada por denuncia presentada en setiembre de 2015, por iniciativa del Fórum de Trabajadores por Verdad, Justicia y Reparación. La pesquisa, que dio continuidad a los trabajos de la Comisión Nacional de Verdad  (2012-2014) y de la Comisión  de Verdad del Estado de São PauloRubens Paiva (2012-2015), fue realizada por IIEP (Intercambio, Información, Estudios y Pesquisas) y tuvo el  apoyo unitario de todas las centrales sindicales brasileras, judiciales y personalidades de la lucha por derechos humanos.

Un rastro de crímenes

Las investigaciones comprobaron que las violaciones cometidas por la empresa eran  parte de un método sistemático de intimidación a los trabajadores en las fábricas, impidiendo su organización política y en movimientos reivindicatorios. Su Departamento de Seguridad Industrial fue dirigido por 30 años por el coronel Adhemar Rudge, militar con relaciones estrechas con la represión política. Prisiones de funcionarios por la policía política con la participación directa de la empresa fueron registradas con dos declaraciones muy contundentes, de Lúcio Bellentani y Heinrich Plagge. En el caso de Lúcio, las sesiones  de tortura se iniciaron en el interior de la fábrica de Volkswagen en São Bernardo do Campo, con la participación del Departamento de Seguridad Industrial

Los dos fueron secuestrados en 1972, en una ofensiva de capturas que golpeó más de 10 militantes del Partido Comunista Brasilero (PCB) que trabajaban en la fábrica.

La empresa participó, como miembro más activo en una especie de coordinadora, de organismos que reunían grandes empresas y órganos de la represión política para intercambio de informaciones. Dentro de ellos, el más bien documentado es el Centro Comunitario de Seguridad del Valle de Paraíba, región industrial estratégica en el interior de São Paulo

En las diversas actas de reunión encontradas, queda comprobada la participación de grandes empresas, como Caterpillar, Ford, General Motors, Kodak, Rhodia, Villares, Embraer y Petrobras, y también del Ejército, la Aeronáutica y las Policías Militar, Civil y Federal

La Volkswagen enfrenta, todavía, fuertes cuestionamientos en relación a su famoso emprendimiento en Amazonia: la hacienda Vale do Rio Cristalino, iniciada en 1974. Construida con enorme incentivo de dinero de la dictadura brasilera. La hacienda pretendía establecer un “nuevo modelo” de explotación pecuaria. Fueron desmatados 4.000 hectáreas, un crimen ambiental de grandes proporciones. La empresa utilizó mano de obra esclava para su “hacienda modelo”, como comprobado en 1983 por la comisión de la Asamblea Legislativa del Estado de São Paulo, encabezada por el diputado Expedito Soares (PT-SP). La investigación fue realizada a partir de la denuncia del Padre Ricardo Resende, de la  Comisión Pastoral de la Tierra, que acompaña y testimonió trabajadores amarrados por matonesarmados en la Hacienda [1]

El caso todavía más desvergonzado de Volkswagen es el de Franz Paul Stangl. Responsable por dirigir  los campos de exterminio  de Sobibór y Treblinka en Polonia ocupada por el III Reich alemán. Stangl consiguió escapar por una de las muchas rutas de fuga creadas para proteger los grandes criminales de guerra del nazismo. Después de pasar por Siria, llegó a Brasil en 1951 con documento de refugiado emitido por la Cruz Roja. En 1959, Stangl pasó a trabajar en Volkswagen de Brasil, siempre con su nombre verdadero. A pesar de tener un gigantesco aparato de seguridad y represión interna, en conexión directa con el Estado brasilero, la empresa niega con total desvergüenza que supiese del pasado  de su funcionario nazi. Stangl seria localizado como criminal nazi por la acción de Simon Wiesenthal, el “cazador de nazis”. Fue preso en 1967 y tuvo su extradición solicitada por Austria, Polonia y República Federal de Alemania. En entrevista al periodista Marcelo Godoy, José Paulo Bonchristiano, Jefe de la División Política del DOPS de São Paulo y responsable por la prisión del nazi a pedido de Interpol, mencionó  la “incomodidad” de la empresa durante la captura [2]

Volkswagen con  total desvergüenza llegó a recomendar un abogado para la defensa del criminal nazi Stangl, que  acabaría condenado por el asesinato de 400 mil personas

De la participación en la dictadura al saludo a Bolsonaro

Hasta la actualidad, figuras importantes de la historia de Volkswagen no esconden su aprecio por regímenes dictatoriales, como fue registrado en la documental Cómplices [3], producido en 2017. Es el caso, por ejemplo, de Jacy Mendonça, ejecutivo que dirigió el área de Recursos Humanos de la, empresa que calificó  la dictadura como “un período extraordinariamente positivo” para las  empresas y para  Brasil, “porque había orden”. O Carl Hahn, presidente del Grupo Volkswagen entre 1982 y 1993, que afirmó que en la época no se inquietó con el golpe militar de 1964 y que no se recordaba que los dirigentes de la Volkswagen hubiesen llorado por el desaparecimiento de la democracia”. Su recuerdo coincide con la opinión expresada en la época por Werner Shmidt, presidente de la empresa en Brasil de 1971 a 1973, que declaró a la prensa alemana: “Es claro que la policía y los militares torturan prisioneros. Disidentes políticos (…) son asesinados. Más un análisis objetivo debería siempre tener en cuenta  que las cosas simplemente no avanzan sin firmezas. Y las cosas están avanzando” [4]

La reparación necesaria

La Investigación Civil Pública que indaga a la empresa fue instaurada en setiembre de 2015, coincidiendo con el escándalo de diésel-gate, que colocó a Volkswagen en la  mira de la opinión pública mundial. Después de una fase de desprecio por el procedimiento, la presión pública obligó a la compañía a iniciar una negociación con las autoridades brasileras. Para la tentativa de una reparación por los crímenes cometidos,

Entre los diversos puntos levantados, destacamos la constitución de un espacio de memoria, dedicado a la lucha de la clase trabajadora contra la dictadura y la participación empresarial en el golpe de 1964 y en violaciones de derechos humanos durante el régimen dictatorial. La tentativa de constituir ese local – que ha sido sistemáticamente saboteada por la empresa – es parte de un compromiso firmado entre las centrales sindicales brasileras y todos los que participaron del Grupo de Trabajo Dictadura y Represión a los trabajadores y al movimiento sindical (GT-13) de la Comisión Nacional da Verdad, como registrado en las recomendaciones del grupo  CNV. Para los trabajadores la concesión común construida: el golpe de 1964 no fue una “cuartelada”, sino una acción de clase que contó con la participación activa del empresariado nacional y transnacional y sus organizaciones, rebajando los padrones de vida de la clase trabajadora, destruyendo sus organizaciones y maximizando lucros. De ahí la centralidad del registro de clase trabajadora como sujeto de la resistencia y como blanco de la dictadura civil-militar.

Como afirmaran Adriano Diogo*, Rosa Cardoso** y Sebastião Neto*** en manifiesto distribuido el 13 de marzo de 2020, durante el seminario que marcó los cinco años de la Comisión Verdad del Estado de São Paulo – (Rubens Paiva),

La acción padrón de las empresas es intervenir para apagar  sus crímenes. Por todo el mundo, corporaciones siempre movilizan su poder financiero para disipar sus crímenes y no ser  perturbadas.

No aceptaremos ese tipo de chantaje. Garantizar un local de referencia – que pueda ser visitado y conocido y, también, actuar en la producción y difusión de conocimiento – y reafirmar que nuestra memoria no está a la venta

** Murilo Leal es profesor del Departamento de Historia de la Unifesp-Osasco e integrante del Proyecto memoria de la Oposición Sindical Metalúrgica de São Paulo.

   ***Gabriel Dayoub es investigador de IIEP e integrante del Proyecto memoria de la Oposição Sindical Metalúrgica de São Paulo.                                                         

* Presidente de la Comisión de Verdad del Estado de São Paulo – Rubens Paiva (2012-2015)

** Integrante de la Comisión Nacional de Verdad (2012-2014) e coordinadora del Grupo de Trabajo Dictadura y represión  a los trabajadores y al movimiento sindical (GT-13)

*** Secretario-executivo del GT-13 de la Comisión Nacional de Verdad (2013-2014) e coordinador del IIEP

Referencias:

[1] https://www.brasildefato.com.

[2] https://politica.estadao.com.

[3] https://www.youtube.com/watch?

[4] La declaración fue recordada por el historiador Antaine Acker en el artículo “‘The Brand that Knows our Land’: Volkswagen “Brazilianization” in the “Economic Miracle”, 1968-1973”. Disponible en: https://www.cairn.info/revue-

[5] Ver el importante artículo de Acker “La responsabilidad histórica de Volkswagen en Brasil de Bolsonaro”, disponible en: https://www.cartacapital.com.  

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