Los manifestantes han pedido al Ejecutivo que se retire por la supuesta negligencia que llevó a la explosión del martes. La ira desembocó en escenas violentas en el centro de Beirut el sábado.
El patriarca maronita cristiano Bechara Boutros al-Rai dijo que el gabinete debería renunciar ya que no puede “cambiar la forma en que gobierna”.
“La dimisión de un diputado o de un ministro no es suficiente… todo el Gobierno debería dimitir ya que no puede ayudar al país a recuperarse”, dijo en su sermón del domingo.
La ministra de Información, Manal Abdel Samad, dijo que iba a dimitir el domingo, señalando la explosión y el fracaso del Gobierno para llevar a cabo reformas.
Las protestas del sábado fueron las más grandes desde octubre, cuando miles de personas salieron a las calles para exigir el fin de la corrupción, el mal gobierno y la mala gestión.
Alrededor de 10.000 personas se reunieron en la Plaza de los Mártires, que se transformó en una zona de batalla por la noche entre la policía y los manifestantes, que trataron de romper una barrera en una calle que conducía al Parlamento. Algunos manifestantes irrumpieron en los ministerios y en la Asociación de Bancos Libaneses.
Los manifestantes lanzaron piedras y petardos a la policía antidisturbios, que disparó decenas de botes de gas lacrimógeno. Algunos de los policías fueron trasladados en ambulancias y uno de ellos murió. Según la Cruz Roja, hubo más de 170 heridos.
“La policía me disparó. Pero eso no nos impedirá manifestarnos hasta que cambiemos el Gobierno de arriba a abajo”, dijo el domingo Younis Flayti, de 55 años, un oficial del ejército retirado.
Cerca de allí, el mecánico Sabir Jamali se sentó al lado de una soga atada a un marco de madera en la Plaza de los Mártires, como una advertencia simbólica a los líderes libaneses para que renuncien o se enfrenten a la horca.
“Todo líder que nos oprime debería ser colgado”, dijo, añadiendo que saldrá de nuevo a protestar.
Soldados en vehículos equipados con ametralladoras permanecían estacionados al lado de la plaza el domingo.
La catastrófica explosión del martes mató a 158 personas e hirió a más de 6.000, destruyendo partes de la ciudad y agravando meses de colapso político y económico.
“La gente debería dormir en las calles y manifestarse contra el Gobierno hasta que caiga”, dijo la abogada Maya Habli, mientras inspeccionaba el puerto demolido donde se produjo la explosión.
El primer ministro y la presidencia han dicho que 2.750 toneladas de nitrato de amonio altamente explosivo —utilizado en la fabricación de fertilizantes y bombas— habían sido almacenadas durante seis años sin medidas de seguridad en el almacén del puerto.
El Gobierno ha dicho que pedirá cuentas a los responsables.
(información adicional de Maher Chmaytelli y Richard Lough; editado por Frances Kerry; traducido por Tomás Cobos)
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Estallido social en Líbano tras la explosión ocurrida en Beirut
Algunos economistas calculan que la pobreza en el país de Oriente podría llegar hasta un 75%.
www.24horas.cl
09.08.2020
Un nuevo estallido social se vive en Líbano, tras la explosión ocurrida días atrás en Beirut, en donde se registraron más de 150 muertos y miles de heridos. Manifestantes piden cambios estructurales en el país que actualmente tiene que lidiar con la propagación del coronavirus y una crisis política y económica.
“Tenemos una población sumida en la pobreza. El Banco Mundial predijo que más del 50% de la población libanesa caería por debajo del umbral de la pobreza” señaló Aya Majzoub, investigadora de Human Rights Watch, antes de la llegada del COVID-19 al país de Oriente
Ahora algunos economistas calculan que la pobreza en el Líbano podría llegar hasta un 75%, lo cual ha provocado que miles de protestantes se hayan tomado edificios emblemáticos del gobierno, como muestra de querer cambios radicales en la nación.
“Después de mudarme al Líbano entendí la dinámica del país, entendí que no tenía país y estaba solo. Que no había ningún gobierno que se ocupara de su gente y ahora además me siento sin hogar” indicó el libanés, Ramzi Tariat.
En lo político la situación es muy similar a lo que sucede en el resto de la nación, ya que miembros opositores del Congreso dijeron que abandonarán el Parlamento como protesta contra el gobierno.
“El lunes, en la reunión de gabinetes, propondré un proyecto de ley para elecciones anticipadas. Nuestra desesperación es grande y para enfrentar eso necesitamos decisiones excepcionales” señaló el Primer Ministro del Líbano, como una respuesta a las demandas que exige los manifestantes en el país.
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Llegaron a 158 los muertos en Líbano por la explosión en el puerto de Beirut
Levantamiento popular y elecciones anticipadas
Página12
08 de agosto de 2020 · Actualizado hace 10 hs
Las explosiones en el puerto de Beirut del martes pasado, que hasta el momento dejaron 158 muertos, fue lo último que decidió soportar el pueblo del Líbano. Durante la tarde del sábado hubo un levantamiento popular que derivó en la toma de varios ministerios.
Las explosiones en el puerto de Beirut que dejaron 158 muertos el martes pasado fue lo último que decidió soportar el pueblo del Líbano. Durante la tarde del sábado hubo un levantamiento popular que derivó en la toma de varios ministerios. La situación fue controlada por las fuerzas de seguridad que reprimieron a los manifestantes. La gente también se congregó en la plaza central de la ciudad. Allí expresaron su hartazgo con el gobierno al que culpan por la catástrofe. Para descomprimir la situación el primer ministro libanés Hassan Diab dio un mensaje televisado a todo el país donde propuso adelantar las elecciones legislativas. “Asumimos nuestras responsabilidades y sabíamos que el país estaba en un estado de colapso político, financiero y administrativo”, admitió Diab, citado por el diario L’Orient-Le Jour. “Sin embargo, solo podremos salir de la crisis estructural en Líbano organizando elecciones legislativas anticipadas para producir una nueva clase política”, agregó.Tras la explosión que dejó devastada buena parte de la ciudad , más de 300.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares.
“El día del Juicio”
Los libaneses ya venían soportando el peso de una crisis económica inédita. La explosión en al capital fue la gota que derramó el vaso y relanzó un movimiento de protesta que había comenzado en octubre pasado. La crisis del coronavirus fue la causa por la que el movimiento perdió fuerza. Cerca de la Plaza de los Mártires, epicentro tradicional de las marchas en la ciudad, se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Los manifestantes lanzaron piedras hacia la policía que respondió con gases lacrimógenos. “Estamos oficialmente en guerra contra nuestro gobierno”, declaró una activista, Hayat Nazer.
La consigna con la que se reunieron en la plaza céntrica miles de personas fue: “El día del juicio”. Los ciudadanos
reclamaron a la clase dirigente que se responsabilice por la catástrofe del martes. Instalaron
guillotinas de madera y agitaron sogas.
“Venganza, venganza, hasta la caída del régimen”, clamaron mientras las fuerzas de seguridad intentaban impedir a algunos grupos avanzar hacia el Parlamento. Al igual que durante la crisis del 2001 en Argentina,
los bancos fueron uno de los blancos elegidos por la ciudadanía. Desde el año pasado
el gobierno impuso duras restricciones para retirar y transferir de dinero. ”No podemos más. Somos rehenes, no podemos salir del país, no podemos sacar dinero de los bancos,
el pueblo está muriendo de hambre, hay más de dos millones de desempleados“, expresó Médéa Azoury, una manifestante de 45 años. Mientras las fuerzas de seguridad se concentraban en mantener el orden,
unas 200 personas lideradas por oficiales retirados del ejército tomaron la sede del ministerio de Relaciones Exteriores. Rebautizaron el lugar como la
“Sede central de la revolución”. El exgeneral
Samir Rammah exhortó a través de un megáfono a levantarse para perseguir a todos los corruptos. Detrás de él los manifestantes
descolgaban y pisoteaban el retrato del presidente Michel Aoun. El ejército, enviado como refuerzo, desalojó el lugar horas más tarde usando balas de goma y gas lacrimógeno. Otro grupo de personas también intentó tomar la sede central de la Asociación de Bancos y la incendiaron antes de ser desalojados por el ejército. Varios ciudadanos
irrumpieron también en el ministerio de Economía, así como el de Energía,
símbolos de la mala gestión de los servicios públicos. La Cruz Roja libanesa informó que fueron trasladadas a hospitales cercanos 63 personas heridas. Otras 175 recibieron asistencia en el lugar.
“Pónganse de acuerdo” Con el caos creciendo en las calles, el primer ministro anunció que adelantaría las elecciones legislativas. Diab sostuvo que solo los comicios iban a permitir salir al país de la crisis en que se encuentra. “
Pido a todos los partidos políticos que lleguen a un acuerdo sobre la próxima etapa“, añadió el jefe de gobierno. El político formó su gabinete en enero
tras la renuncia de Saad Hariri a finales de octubre bajo la presión de las protestas. “
Estoy dispuesto a seguir asumiendo mis responsabilidades durante dos meses hasta que se pongan de acuerdo“, indicó Diab. Y dijo que presentaría su propuesta el lunes al Consejo de Ministros.
Aún no fueron esclarecidas las causas de la gigantesca explosión en el puerto. La catástrofe dejó
más 6.000 heridos, dentro de los cuales 120 siguen en estado crítico, según el balance del sábado del Ministerio de Salud libanés. Además, 21 personas permanecen desaparecidas, y 43 sirios murieron, según su embajada en el Líbano. El presidente informó el viernes que
no iba a propiciar una investigación internacional. A su vez, afirmó que la explosión
podría haber sido causada por negligencia o por un misil. Una veintena de funcionarios del puerto y de las aduanas fueron detenidos, según fuentes judiciales y de seguridad.
Cinco diputados opositores renunciaron desde el día de la explosión, entre ellos tres de un partido cristiano cuyo secretario general murió en la catástrofe. El Líbano se encuentra en pleno naufragio económico
tras haber caído en cesación de pagos de su deuda. El gobierno llevó a adelante tensas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) donde el organismo planteó duras condiciones para habilitar un préstamo. Hasta el momento fueron incapaces de ponerse de acuerdo. Las ayudas internaciones comenzaron a llegar desde hace algunas días. El presidente de Francia
Emmanuel Macron, que
el viernes viajó al país , encabeza las tratativas. El domingo tendrá lugar una videoconferencia para reunir donaciones coorganizada por la ONU y Francia. Sin embargo hasta la fecha
sólo llegaron 39 millones de dólares desde la Unión Europea.