los cambios son posibles cuando una emoción colectiva de mucha gente acompaña los planteamientos. Cuando no existe, realmente, un entusiasmo por querer cambiar, los intentos “desde arriba” y, lamentablemente, también desde el mero intelecto, desvanecen.
Respuestas La Comuna vive
Jorge Rath
¿Cómo se caracteriza la situación del ‘régimen dominante’ hasta diciembre de2019?
Si bien es cierto que el capital ficticio juega cada vez más un papelpreponderante dentro de la lógica capitalista, la mayoría de los pueblos, familias,personas lo vie como la “normalidad” cotidiana. Desde hace generaciones está anclado ennuestra memoria colectiva que: hay que ir al trabajo, hay que ganar dinero, hay quesobrevivir de la manera que sea. André Gorz citaba en refrán francés que la vida deltrabajador consiste de: “bregar, tragar, roncar.” Los diferentes ciclos de actividades dela cotidianidad , en lugar de estar indiferentemente uno al lado del otro, resultan estardominados por un ciclo principal que lo frustra. Este es el ciclo de trabajo bajo el mandode la lógica del capital. Aparte del hecho de que este comando es de por sí frustrante,muchos no pueden sentir que están involucrados en la realización de tareassignificativas. Y menos aún la sensación de seguridad por el desempleo. Incluso si lo tienen y pueden al menos convencerse a sí mismos de la tareasignificativa, la estrategia de consumismo del capital les obliga a trabajar tanto tiempoque se agotan después del trabajo. Bastantes se deprimen o se “queman”. ¿Cómo puedentener la libertad de definir y vivir sus propias necesidades en los ciclos fuera deltrabajo? Todo lo que queda es la fuerza para alcanzar las satisfacciones sustitutivas.Así que estamos sujetos al consumismo, que tenemos que producir nosotros mismos. Nisiquiera estamos sujetos a ella porque no vemos a través de ella. Pero como no podemosevitarlo. En una civilización como la nuestra donde los patrones se imponen desde arribahacia abajo, donde es “normal” ser tratado como objeto, pues, en el fondo, todo sersujeto puede ser doblegado para ser convertido en una mercancía, nos hemosacostumbrados/as. Lo que percibimos es que muchas luchas sociales parecen ser reflejodel hecho que en las sociedades contemporáneas, altamente complejas, el patrónjerárquico vertical de la civilización patriarcal está perdiendo vigencia de su poder ser elprincipio ordenador. No obstante, hemos internalizado ese principio hasta tal punto quela era del antropoceno aún persiste en su forma del capitaloceno. Por eso juega un papeltan importante la cotidianidad. Claro está, la cotidianidad de cada ser viviente esdiferente. Sin embargo, la satisfacción de situaciones de necesidades colectivas,sentidas por una comunidad (barrio, aldea, ciudad, campo) son el punto de partida parapoder sentirnos nuevamente como sujetos. En relación con el sujeto naturaleza, loshombres y mujeres ya no podemos ser “la corona de la creación” (L. Boff).
¿Cómo impactaron esa situación el COVID-19, el 8 de marzo, Floyd?
Hace pocos días, el mundo entero se estremeció por el asesinato de George Floyd.El resultado de tal impacto han sido manifestaciones en todas partes. Y ahora, pocosdías después? Las protestas se han nutrido, como tantas veces antes, de un sentimiento,mejor de una emoción, algo que está adentro y busca a salir a como dé lugar. En estecaso la ira contra la violenta represión policial y sus responsables. Lo que necesitamostomar en cuenta es que las emociones como la ira no perduran, son explosiones de cortapermanencia. Como lo expresa Pankaj Mishra: ”La ira es una emoción muy fuerte y corta.Es capaz de provocar y movilizar, pero debe ser transformada a corto plazo ensentimientos como la solidaridad y la empatía. Con base en la ira no puede producirse unaconvivencia societaria.” (Pankaj Mishra: Age of Anger, 2017). Cuando nuestro tema es lapolítica, a veces olvidamos que ella también está impulsada de emociones y no, en primera instancia, de una racionalidad del intelecto. ¿Porqué parece importante esto? En elBrasíl, por ejemplo, Bolsonaro puede seguir con su política geno y ecocida, porque juegadeliberadamente con la emoción de amplios sectores que quieren y necesitan trabajarpara poder sobrevivir. Pues, se trata que los cambios son posibles cuando una emocióncolectiva de mucha gente acompaña los planteamientos. Cuando no existe, realmente, unentusiasmo por querer cambiar, los intentos “desde arriba” y, lamentablemente, tambiéndesde el mero intelecto, desvanecen. Por lo tanto, la narrativa nuestra que acompaña lasituación novedosa del virus, más que atacar y criticar con indignación, podría ser lainvitación de sentir el placer de imaginarse y poner en práctica las oportunidades quederivan de la situación.
3. ¿Quéhacer?
Tampoco el COVID 19 parece ser ese agente de cambio. Quienes necesitamoscambiar somos nosotros. Uno de los planteamientos es la profundización de las grietas yde los nichos. Actualmente, en el planeta vivimos un diferentes multiversos, unos cruelesen la relación sujeto-objeto (que puede ser amo-siervo, patrono-obrero, hombre-naturaleza, todas ellas relaciones utilitaristas), otros con ensayos de la relación sujeto-sujeto (de estos ensayos existen actualmente miles y miles; ver Bollier/Helfrich: Libres,Justos y Llenos de Vida, pronto disponible en su traducción al castellano).Ahora, si loseguimos viviendo tales ensayos mediante “la lucha contra”, será muy difícil aprender aredefinir una identidad que apunta a una civilización del respeto y del ciudado. Se tratade una ética donde el respeto por el otro, la otra y lo otro como legítimo otro enconvivencia con los demás va sustituyendo la ética del “en cuanto más, mejor”, del“póngame donde haya”, de la piñata violenta como patrón relacional de la competencia.Estos ensayos son factibles en las comunidades, en estos proyectos de vida que partende las necesidades comunes, de las ganas de cambio y del respeto como ética de laresponsabilidad y de la solidaridad.
Jorge Rath