Deir Ezzor es una de las regiones del noreste de Siria con una población mayoritariamente árabe, perteneciente en su mayoría a tribus árabes suníes. Aunque la última de sus ciudades fue liberada del control del Estado Islámico (ISIS) hace un año y medio, la región todavía lucha contra las células durmientes de ISIS en la región. Ahora, algunas partes de la zona están bajo el control del régimen sirio, y otras partes son autogobernadas y protegidas por las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS). Los proyectos democráticos se están expandiendo en la región, a medida que la sociedad se está reconstruyendo a sí misma después de años de control de ISIS, que han dejado dinámicas complicadas que siguen existiendo.
La tensión y el descontento siguen latentes entre los clanes árabes en Deir Ezzor, a causa de la serie de asesinatos que se han ido produciendo, entre los cuales se incluyen aquellos cometidos contra algunos de los líderes y personas destacadas entre las comunidades árabes. Los asesinos aún no han sido identificados.
Cabe destacar que el comienzo de los asesinatos coincidió con las discusiones de un contrato entre una empresa petrolera americana, Delta Crescent Energy (DCE), y las FDS, para desarrollar e invertir en campos petrolíferos en el norte y el este de Siria bajo la supervisión de los Estados Unidos.
Al este de Deir Ezzor, especialmente en la ciudad de Al Busayrah y los pueblos de Deban, Al Shehail y Al Hawaij, los asesinatos han levantado una ola de protestas generalizadas en medio de la atmósfera incendiaria, engañosa y artificial creada por los medios de comunicación presentes en la región. Mediante una campaña de noticias fabricadas, los medios de comunicación de la oposición trabajan en nombre de diversos partidos que son contrarios a la coexistencia civil pacífica en el norte y el este de Siria, haciendo un llamamiento a la lucha interna y aumentando constantemente la tensión de la situación para aumentar el nivel de violencia, ya que esto sirve a los intereses de esos partidos.
Después de la liberación de las regiones del norte y el este de Siria de la organización terrorista ISIS, los opositores de las FDS empezaron una campaña de difamación en contra de la Administración Autónoma (AANES), distorsionando su imagen para tratar de convencer a la población de la región del relato de la ocupación kurda de las tierras árabes. Este relato se trata de imponer obviando que sin la intervención de las fuerzas locales dirigidas por las FDS y la cobertura aérea de la Coalición Internacional (CI), sería imposible para ninguna de las partes contrarias al proyecto democrático de la región liberar a la región del fundamentalismo islámico de ISIS.
En la región no faltan las tensiones económicas, especialmente en la zona rural nororiental de Deir Ezzor, que tiene una deficiente infraestructura administrativa e institucional para atender las necesidades de la población, por lo que los clanes han pedido reiteradamente a los consejos locales de la Administración Autónoma que presten esos servicios. Aun así, el desarrollo de la infraestructura en la región se ve muy obstaculizado por la inestable situación de seguridad, debido a la presencia de células durmientes de ISIS, que aterrorizan a la población local, lo que empuja a las Fuerzas Democráticas de Siria a hacer operaciones y campañas contra esas células, sumándose a la montaña de dificultades presentes en la región que obstaculizan su camino hacia adelante.
Los medios de comunicación de la oposición sacan provecho de la complejidad de la situación para enfrentar a la población entre ella y con la Administración Autónoma. Los que se oponen al proyecto democrático han llegado a ver la lucha contra la insurgencia de ISIS como una lucha contra la gente de la región. Las grietas existentes entre los clanes se profundizan a medida que se dividen entre las fuerzas en conflicto: las Fuerzas Democráticas de Siria, el régimen de Bashar Al Assad, y los mercenarios sirios aliados con Turquía e Irán.
Turquía, el régimen sirio y Rusia se benefician de sembrar esta discordia y han estado practicando políticas subversivas en la región desde la liberación de la región del control de ISIS.
En cuanto a la cuestión de quién está detrás de los asesinatos, ninguna de estas fuerzas puede ser descartada. El régimen de Assad está tratando, con todas sus capacidades disponibles, de romper la paz civil y explotar a los clanes para enfrentarse a las Fuerzas Democráticas de Siria y a la Coalición Internacional, para asegurar que las posibilidades de reconocimiento internacional de la Administración Autónoma se agoten. Turquía es uno de los más importantes beneficiarios de la lucha en el norte y el este de Siria, y la destrucción de las relaciones entre las Fuerzas Democráticas de Siria y los clanes siempre está en su agenda, por lo que se ha apresurado a condenar el reciente acuerdo petrolero.
Recientemente, ha surgido una intensa lucha entre el régimen sirio, sus aliados y Turquía para ganarse el favor de las tribus árabes, ya que estas fuerzas se dan cuenta de que retirar las fuerzas americanas de la región no será fácil a la luz del desequilibrio de poder, y que su mejor apuesta es poner más esfuerzos en la gente de la región e incitar a un levantamiento popular contra las Fuerzas Democráticas de Siria.
Hay fuertes indicios de que el régimen estuvo detrás de las operaciones de asesinato. Uno de los indicios fue la reunión entre el régimen y los clanes en Deir Ezzor, después de la cual se anunció la formación de un consejo militar de todos los clanes de la tribu Al Akidat bajo el liderazgo del régimen de Assad, que él llamó a levantarse contra las FDS. Cuando el régimen no recibió este apoyo que buscaban de las tribus, respondieron con bombardeos. Otro indicio proviene de las declaraciones de Abdurrezak Nawaf Al Qatay, quien confesó que ha estado trabajando como parte de un programa del Estado sirio, en el que las células buscan atacar a los líderes tribales y de opinión, y promover el nacionalismo árabe.
La cuestión de quien es responsable de estos asesinatos aún debe ser respuesta con seguridad, pero es evidente que las distintas fuerzas que se encuentran en la región y que ven el acuerdo entre las FDS y DCE como una amenaza para sus intereses están dispuestos a llegar muy lejos para defender estos intereses, destruyendo los vínculos entre la población y empujando la región al caos si es necesario.
A pesar de estos esfuerzos en contra el proyecto democrático, la región sigue desarrollándose. En el corto tiempo desde la liberación de Deir Ezzor ha sido mucho lo construido, y la mayoría de la población está de acuerdo con el sistema de autoadministración. El sistema de confederalismo democrático encaja con las necesidades de la región y a través de los procesos de auto-administración personas de distintas religiones, etnias y tribus se han juntado y han organizado de manera conjunta sus vidas. Las FDS tienen aún mucho trabajo por hacer en la región en relación a las operaciones en contra de las células durmientes del Estado Islámico, a la vez que siguen estrechando lazos con las distintas tribus y pueblos. En un comunicado, el Comandante General de las FDS afirmó: “Nuestras fuerzas, que son objetivo de políticas de difamación a través de la prensa y de ataques militares en el terreno, han sido aceptadas por las comunidades que viven en la región. Lo enfatizamos otra vez, el objetivo principal de las SDF es acabar con el terrorismo del Estado Islámico”.
FUENTE: https://nrlsrojava.com / Women Defend Rojava / Edición: Kurdistán América Latina