Campesinos destierran a jueces y a la Policía
La Paz, La Prensa.- Varias comunidades del departamento de La Paz han sido despojadas de la Policía y de autoridades judiciales por movimientos campesinos que obedecen a consignas político sindicales y estas acciones parecen avanzar hacia otras poblaciones, advirtió a La Prensa el comandante departamental de la Policía, coronel Guido Arandia.
“No es una falta de voluntad (que no haya Policía en esos lugares). Ya desde el año 2000 los movimientos sociales, el bloqueo de caminos provocaron saqueos. Las oficinas de los policías y de otras autoridades han sido quemadas y saqueadas”, explicó el comandante policial.
Según Arandia, las comunidades de donde fue expulsada la Policía y otras autoridades -y en algunos casos el Alcalde y el Subprefecto- son Huarina, Santiago de Huata, Achacachi y Warisata (provincia Omasuyos); Puerto Pérez y Batallas (provincia Los Andes); Chuma (provincia Muñecas); Sorata (provincia Larecaja), Escoma (provincia Camacho) y otros pequeños poblados.
El Mallku
El secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) y jefe del Movimiento Indígena Pachacuti (MIP), Felipe Quispe confirmó la actitud de los campesinos y explicó que la toma de las poblaciones obedece a una planificación dirigida por su organización sindical, que tiene el objetivo de avanzar “mucho más allá hasta llegar a las ciudades, para construir el Collasuyo”.
La toma de Chuma también formaría parte de la estrategia de la Csutcb, hecho que ocurrió el 7 de febrero de este año.
Eran las 11:00 de la mañana de ese sábado, cuando se realizaba un cabildo con unas 300 personas, que decidió expulsar del pueblo a la Policía, al subprefecto y al Alcalde, relató el coronel Arandia.
En esa oportunidad resolvieron cerrar la pequeña cárcel pública, la Alcaldía y la Subprefectura. En las oficinas de la Policía, los campesinos, capitaneados por los dirigentes sindicales Florencio Aguilera, Silverio Romero y Cristina Pairumani de Riveros, cambiaron el letrero y la tricolor por una wiphala.
Este relato fue corroborado por Quispe el “Mallku”, quien dijo que la Federación de Campesinos de la provincia Muñecas fue la que impulsó esa revuelta que acabó con la expulsión de las autoridades.