El 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena, integrantes de la comunidad otomí tomaron las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
En la Jornada Nacional de Movilización en Defensa de la Madre Tierra, el grupo de otomíes originarios de Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco, Querétaro, exigieron garantías para ejercer sus derechos a la vivienda, al trabajo, a la educación y a los servicios de salud.
“El INPI está al servicio de las trasnacionales y el capital financiero para legitimar el despojo y explotación de los pueblos en el marco de la imposición de los megaproyectos de muerte como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Proyecto Integral Morelos, la Refinería Dos Bocas y el Nuevo Aeropuerto Internacional de Santa Lucía”, exclamaron.
También exigieron el cese de ataques paramilitares contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional(EZLN) en comunidades zapatistas en Chiapas.
La vivienda, la primera demanda de la comunidad otomí
Estela Hernández, vocera de la comunidad otomí de Santiago Mexquititlán, explicó que esa comunidad historicamente ha carecido de servicios básicos, principalmente de vivienda digna. Por esa razón, en la década de los 80 varias familias migraron a la Ciudad de México.
Después del sismo de 1985, las familias otomíes se ubicaron en diferentes predios y edificios en las colonias Roma y Pantitlán. Desde entonces emprendieron una demanda de vivienda digna en la capital.
El sismo del 19 de septiembre de 2017 agravó las cosas porque varias familias tuvieron que desalojar los inmuebles, obligados a vivir en la calle.
El INPI no ayuda a la comunidad otomí
La comunidad otomí que se apoderó de las instalaciones del INPI también denuncuia que el Instituto no les ayuda a defender su comunidad Santiago Mexquititlán frente a los proyectos de turistificación emprendidos por gobiernos panistas de Querétaro.
Aunque los 15 mil habitantes de Mexquititlán carecen de servicios básicos, el municipio de Amealco fue declarado ‘Pueblo Mágico’ en 2018. Los turistas que llegaron elevaron el costo de los productos básicos y la vida en el pueblo.
“Era el inicio del proyecto de turistificación en la comunidad, así como lo hicieron con nuestra muñeca lëlë, la cual ahora se ha convertido en una mercancía que el gobierno vende a precios altísimos, y les paga una miseria a las compañeras artesanas”, declaró a Pie de Página Sara Hernández, otomí de Mexquititlán.
Respaldo del Congreso Nacional Indígena
El sábado 17 de octubre, integrantes del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena (CNI) acudieron a las ofiinas del INPI para arropar las demandas del pueblo otomí.