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El imperio de Bill Gates

Silvia Ribeiro :: 23.10.20

Gates y Buffet, junto a Jeff Bezos (dueño de Amazon), Zuckerberg (dueños de Facebook) y cuatro super millonarios más, tienen juntos más dinero en sus fortunas individuales -separada de las empresas- que toda la mitad de la población mundial más pobre. Además de la explotación de la gente y el planeta directamente desde sus empresas, tienen una acción devastadora para imponer políticas y tecnologías de alto riesgo desde sus supuestas fundaciones, con las que pretenden además, aparecer como benefactores.

El sueño de la razón

El imperio de Bill Gates

Silvia Ribeiro

Bill Gates, el segundo hombre más rico del mundo, despliega sus tentáculos por todo el planeta, con cara de inocente filántropo. Se hizo conocido como empresario informático, por ser el fundador de Microsoft, uno de los primeros monopolios de programas digitales que invadió todos los continentes. En el año 1999 renombró la fundación conectada a la compañía como Fundación Bill y Melinda Gates (FBMG). A partir de 2008, dejó una gran parte de sus actividades en Microsoft, puso en la Fundación la mayoría de sus acciones de la empresa. A través de la fundación, y con su inmensa fortuna personal, se ha dedicado a intervenir en los sistemas internacionales y nacionales de salud y educación para favorecer su privatización, a promover la agricultura transgénica, tóxica y digital así como nuevas y riesgosas biotecnologías, sobre todo en los países del Sur global, y es también el primer financiador privado de geoingeniería (manipulación del clima).

Por el enorme poder que tiene Bill Gates y los muchos impactos negativos que tiene sobre millones de personas, en general poco conocidos, un colectivo internacional de 10 organizaciones de varios países, coordinado por Navdanya, organización fundada por la activista de India Vandana Shiva, elaboró un informe sobre las actividades de Bill Gates y su fundación.

Titulado Gates to a global Empire, (“Gates: camino a un imperio global” por ahora solamente disponible en inglés), el reporte ciudadano arma un rompecabezas de las diferentes áreas donde actúa Gates. Nos muestra acciones muy destructivas en sectores claves para la sobrevivencia como semillas, agricultura, alimentación, salud, educación, cambio climático. Se trata de la financiación de una trama global ­–buena parte en la sombra­­– que abarca proyectos concretos para imponer tecnologías, experimentar en países del tercer mundo con algunas de alto riesgo, cabildeo y presión a gobiernos a través de supuestos proyectos filantrópicos, financiación a instituciones de Naciones Unidas (como la Organización Mundial de la Salud), financiación a organizaciones no gubernamentales que actúan discretamente para coordinar delegaciones de gobierno a la ONU, bloquear o empujar decisiones en gobiernos y en la comunidad internacional. La trama también incluye financiación a agrupaciones de científicos de alquiler como la Alianza para la Ciencia de la Universidad de Cornell para publicar artículos y pagar conferencistas que justifiquen sus actividades, proyectos transgénicos y otros.

El informe sistematiza el modo de operación de la FBMG, que muestra que siempre empieza tomando temas que aparecen muy relevantes para los países del Sur (como agricultura, salud, etc) , con un discurso supuestamente humanitario y caritativo, pero siempre apoya enfoques estrechos con supuestas soluciones tecnológicas, patentadas, que rompen con los sistemas ya existentes en el país, sean públicos o tradicionales, buscando abrir mercados para actores privados, en la mayoría de los casos de empresas transnacionales.

Con ejemplos de acciones de la FBMG diferentes países, el informe muestra que sea tecnología, agricultura, salud o clima, siempre hay fuertes intereses empresariales por detrás. Aunque la Fundación es una institución separada de la empresa Microsoft, varios de los principales líderes de la empresa han ocupado el cargo de directores ejecutivos en la Fundación velando por el interés de Microsoft, pero también de otras empresas trasnacionales relacionadas a sus proyectos como Monsanto, Syngenta, Cargill, Nestlé, Bayer, Pfizer, GlaxoSmithKline. Esto directamente a través de proyectos que la fundación asigna a las empresas, o a través de proyectos y presión a gobiernos para abrir mercados para esas empresas. Por ejemplo, favorece a grandes farmacéuticas con sus programas de vacunación y otros, proyectos agrícolas de investigación y en campo, para sentar las condiciones y cambiar las regulaciones nacionales para favorecer el uso de semillas híbridas y transgénicas, contra los sistemas tradicionales campesinos, como ha hecho con el proyecto Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA por sus siglas en inglés).

Desde 2006, Warren Buffet, otro de los ocho hombres más ricos del mundo, sumó un fuerte capital a la Fundación Gates. Crearon entonces un fideicomiso paralelo a la Fundación (llamado Bill and Melinda Gates Foundation Trust), gestionado por Buffet, para inversiones que mantengan el capital de la Fundación Gates “y su capacidad de donación”. Este fideicomiso tiene inversiones en CocaCola, Kraft, Walmart, Walgreen y Televisa (México), entre otras. Nicoletta Dentico, directora del programa de salud global de la Sociedad Internacional para el Desarrollo, relata estas peligrosas relaciones en el informe. Señala que muchas son empresas que producen comida chatarra que enferma a la gente y los hace más vulnerables a las enfermedades -un vínculo más claro aún en la pandemia- mientras por otro lado, la Fundación Gates invierte en programas masivos de vacunación .

Al respecto, Dentico también relata como los programas de vacunación de Bill Gates como GAVI y más recientemente CEPI (alianzas globales de vacunación) ha sido formas efectivas de privatizar los sistemas de salud, introduciendo “asociaciones público -privadas” que favorecen a las grandes farmacéuticas, que son manejados desde fuera y desde arriba de los gobiernos y sin un programa de colaboración donde los propios países definan sus prioridades y la mejor forma de atender sus necesidades y consolidar la atención a la salud en sus propios términos y afirmando su soberanía. Por el contrario, en los países más pobres, como co-existen varios proyectos de la FBMG, esto es un factor de presión para aceptar tanto los programas de salud, como los agrícolas o digitales. Al no ser parte de políticas nacionales de salud, la vacunación es puntual y errática, y su continuación depende de que los gobiernos sigan siendo merecedores de apoyos de la FBMG. Al mismo tiempo, la Fundación Gates es actualmente el mayor donante de la Organización Mundial de la Salud, lo cual le da una entrada privilegiada a los programas y políticas de la organización, que repetidamente ha usado para avanzar asociaciones público-privadas en diferentes sectores.

El gobierno de México se ha incorporado recientemente tanto a GAVI como a CEPI y Covax (iniciativas que la Fundación Gates inició y sobre las que tiene gran peso), siguiendo el mismo esquema: se supone que para facilitar el acceso del país vacunas para Covid-19, pero en realidad, garantizando por adelantado un enorme mercado a varias empresas farmacéuticas trasnacionales, además de ofrecer a la población como voluntarios en la última fase de prueba de esas vacunas experimentales , en su mayoría transgénicas.

La Fundación Gates también tiene una fuerte influencia sobre el sistema de investigación agrícola internacional CGIAR, que es la mayor red mundial de bancos de semillas y de investigación. El CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo), con sede en Texcoco, México, tiene un enorme banco de semillas de maíz mayoritariamente procedentes de sistemas campesinos. Víctor Villalobos, actual secretario de Agricultura en México, es presidente honorario de su directorio. Desde allí apoyó que programas prioritarios de investigación agrícola y recursos públicos de México para esos programas, se desviaran al CIMMYT, para debilitar aun más las instituciones públicas del país. En forma similar ha como ha procedido en otros centros de esta red, la Fundación Gates, junto a la Fundación Slim, creó en 2013 un centro de biotecnología en el CIMMYT para desarrollar transgénicos y otras nuevas biotecnologías. Ahora, la Fundación Gates fue decisiva para que la administración de todos los centros del CGIAR se centralice en una sola institución en Italia, donde la propia fundación, como uno de los donantes principales, junto a transnacionales de transgénicos y el Banco Mundial, tendrán el control de su manejo, que incluyen los bancos de semillas. Todo lo que México ha puesto en el CIMMYT, ahora está controlado por Gates y empresas, desde Europa. El Grupo ETC ya había denunciado esta medida y sus graves implicaciones, Vandana Shiva retoma el tema en el informe, como parte del ataque global de Gates sobre las semillas.

Jim Thomas y Zahra Moloo del Grupo ETC dan cuenta en el reporte cómo Bill Gates, junto al Ejército de Estados Unidos ha sido el principal financiador de los impulsores genéticos, una nueva forma de ingeniería genética para engañar las leyes naturales de la herencia, y lograr que un gen manipulado se trasmita a todas las próximas generaciones. Es una tecnología que se ha desarrollado para lograr producir solamente machos de una especie, y que de esa manera se extinga. En este caso, la Fundación Gates actúa en Burkina Faso, Mali y Uganda, apoyando el proyecto Target Malaria, donde pretende liberar al ambiente esta tecnología de extinción, por primera vez en el mundo, con mosquitos transgénicos manipulados con esta tecnología. Para ello se dispone a usar a la población de esos países como cobayas.

Además de todas esas líneas de acción, Bill Gates también es el “padrino” de la geoingeniería. Fue el primer billonario que apoyó -en este caso con su propio dinero- la investigación de estas tecnologías de alto riesgo, apoyo que continúa. Desde el Grupo ETC damos cuenta de que paralelamente a esa investigación, supuestamente para aliviar los síntomas del cambio climático, tiene inversiones en proyectos que favorecen la quema de petróleo y gas, es decir, perpetúan el caos climático. Convenientemente, junto a petroleras y mineras como Chevron, Occidental y BHP Billiton, invierte en proyectos de geoingeniería para remover gases de la atmósfera, de tal manera que hace negocios que favorecen el cambio climático y nuevamente con tecnologías para remover el carbono de la atmósfera.

Gates y Buffet, junto a Jeff Bezos (dueño de Amazon), Zuckerberg (dueños de Facebook) y cuatro super millonarios más, tienen juntos más dinero en sus fortunas individuales -separada de las empresas- que toda la mitad de la población mundial más pobre. Además de la explotación de la gente y el planeta directamente desde sus empresas, tienen una acción devastadora para imponer políticas y tecnologías de alto riesgo desde sus supuestas fundaciones, con las que pretenden además, aparecer como benefactores.

 


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