Este compendio de escritos aparece como un primer acercamiento de trabajo en conjunto con distintas asambleas anarquistas que se han levantado a lo largo del territorio dominado por el Estado de Chile, para hacer visible el esfuerzo colaborativo que estamos realizando, expresar nuestras experiencias y posturas a propósito de la conmemoración de un año de la revuelta de octubre, y poder así fomentar también los espacios de encuentro, diálogo y articulación entre anarquistas.
Reflexiones anaRquistas a un año del estallido
SEMBRANDO LA REVUELTAREfLExiONES ANARqUiSTAS A UN AñO DE LA REVUELTA23La revuelta muestra las grietas y el fracaso del neoliberalismo chile-no, reviviendo heridas del pasado ya que las protestas que comenza-ron reclamando derechos humanos mercan-tilizados terminan con violaciones a derechos humanos primarios, con decenas de muertes, miles de personas heridas y casos de tortura a manos de policías y militares. La violencia callejera extendida fue validada como pocas veces por amplias capas de la ciudadanía, su-mando fuertes enfrentamiento con la policía, ataques a edificios del Estado, sedes de par-tidos políticos y bancos, saqueos a supermer-cados y multitiendas, pero también ataques a símbolos del orden como iglesias y estatuas de conquistadores españoles, lo que grafica la profundidad de la crisis social y política.Si bien la revuelta comienza con protestas a inicios de octubre por la subida del precio del transporte en Santiago y la evasión del pago en el metro por parte de estudiantes secundari@s, prontamente se contagia el desacato y extiende la protesta en contra de la represión vivida en las estaciones del tren subterráneo. El 18 de octubre la protesta des-borda las calles de la capital ya no sólo por el precio del metro sino por el alto costo de la vida y se amplía a la exigencia de mejoras sociales de diverso orden, dando cuenta de la olla a presión de problemas sociales acumu-lados por décadas. En cuestión de días, un problema económico contingente como un alza de precios desatará la crisis política más grande desde la salida de Pinochet. Revuelta populaRy cRisis neolibeRalEste compendio de escritos apare-ce como un primer acercamien-to de trabajo en conjunto con distintas asambleas anarquistas que se han levantado a lo largo del territorio dominado por el estado de chile, para hacer visible el esfuerzo colaborativo que estamos realizando, expresar nuestras experiencias y posturas a propósito de la conmemoración de un año de la revuelta de octubre, y po-der así fomentar también los espacios de encuentro, diálogo y articulación entre anar-quistas. Las asambleas que aquí se encuen-tran comparten la necesidad de construir espacios organizativos ácratas abiertos, con acento territorial y social, que permitan la participación diversa, amplia y convocante. Además de la reflexión ideológica/teórica co-lectiva fecunda y la praxis sostenida y sincera.Todas estas asambleas, que nacen en contexto de revuelta, se han enfocado en distintas labores de agitación y propaganda, cada una con las herramientas que mejor le acomodan para tensionar el actual conflicto social en sus territorios. La crisis permanen-te del capital, que estaba tan naturalizada, se vió cuestionada por muchxs, y es a partir de ese cuestionamiento generalizado, que emergen diversas expresiones de protesta, así como distintos espacios que se han posi-cionado desde lo autoconvocado, autoorga-nizado, sin partidos ni gobiernos, por la de-fensa de los territorios y la proyección política de satisfacer de forma autogestiva nuestras necesidades.La revuelta y todo el año que pasó nos deja llenxs de enseñanzas y desafíos que quizás aún no alcanzamos a dimensionar en su totalidad, pero que nos hicieron encon-trarnos y organizarnos para analizar, asumir y enfrentarlos colectivamente. Paso a paso, sin prisas, pero con la convicción de que se vienen tiempos de lucha y disputa y de que el anarquismo tiene y debe aportar con ideas, herramientas, propuestas y acciones que aporten al fortalecimiento de las comunida-des organizadas y al desarrollo de la autoges-tión generalizada de la vida social, desmante-lando la lógica del patriarcado/estado/capital y sus jerarquías.A un año de la revuelta, sabemos que nos queda mucho por hacer, que las posibilidades están abiertas y que esto recién comienza. Que viva la anarQuía!Asamblea Anarquista del Biobío Asamblea Anarquista Autoconvocada ValparaísoAsamblea Libertaria ChuchuncoAsamblea Libertaria CordilleraAsamblea Libertaria SantiagoeditoRial
SEMBRANDO LA REVUELTAREfLExiONES ANARqUiSTAS A UN AñO DE LA REVUELTA45Para el 19 de octubre la revuelta se ex-tiende en toda la región chilena y crece el descontento con el gobierno luego de que Piñera declarara que “estamos en guerra”. En las calles, la protesta critica no solo el costo de la vida y cuestiona las desigualdades so-ciales, sino que exige una nueva Constitución que identifica como el sustento jurídico del neoliberalismo. La revuelta se presenta como un punto de fuga de mucha energía acumulada por décadas de sensación de injusticia estructu-ral sumado de un profundo desprestigio de las instituciones del poder que se mostraron incapaces de contener el descontento: desde la iglesia católica por los casos de abuso se-xual a menores; la clase política por haberse configurado como una casta privilegiada y sus casos de corrupción por financiamiento irregular por parte empresas a cambio de le-yes a su favor; el poder judicial por no perse-guir la corrupción en la política y sancionar con “clases de ética” los delitos tributarios y la colusión de precios de grandes empresas, además de la impunidad en casos de femici-dio y violencia patriarcal. Lo anterior se suma a grandes escándalos de corrupción y robo de fondos públicos durante los últimos años en Carabineros y en las Fuerzas Armadas, que acrecientan el malestar acumulado por el lucro con derechos sociales como la edu-cación, la salud y el drama de las bajas pen-siones producto del modelo privatizado de previsión impuesto por la dictadura. A esta falta de derechos sociales se agre-ga el alto endeudamiento de los hogares, situaciones que lentamente fueron cuestio-nando el “éxito” del modelo chileno promo-cionado por la elite. En este panorama de reclamos por derechos sociales, la salida de Piñera y una nueva Constitución, la revuelta vivió un momento clave con el anuncio de la clase política de abrir un proceso de cam-bio constitucional. No obstante, la ausencia de una agenda social inmediata mantiene el descontento y se acrecienta el contraste en-tre un sistema burocrático y la exigencia de cambios rápidos como clama este tiempo di-gital y vertiginoso, donde las manifestaciones se convocan por internet y las injusticias se viralizan por las redes sociales disputando la hegemonía de la prensa oficial. Mientras aumenta el empoderamiento de las personas, se agudiza la crisis de demo-cracia representativa, tal como se aprecia en las manifestaciones masivas donde no se ven banderas de partidos políticos, sino bande-ras chilenas modificadas en negro y banderas mapuche. La revuelta se presenta sin van-guardias ni partidos que puedan canalizar la movilización callejera, que marca la agenda política y se vuelve un espacio de poder. Nos sentimos felices del despertar de nuestros territorios y por el cuestionamiento del actual sistema patriarcal, neoliberal y ex-tractivista. Mientras la elite se espanta por-que “no vieron venir” lo que llaman “estallido social”, en las calles se teje subterráneamente desde hace años una red de luchas que vi-ven un momento crucial. Son momentos de apertura y politización en la cuna del neolibe-ralismo, que avanza desde la demanda con-tra los abusos del mercado como fueron las movilizaciones del 2011 y su cuestionamiento al lucro con la educación, a la crítica del mo-delo en su conjunto. La evolución del ciclo de protestas del 2011 al 2019, muestra el tránsito desde la petición de gratuidad en educación y el fin al lucro con derechos sociales, hasta la evasión empoderada y la destrucción de sím-bolos del capital, por ello se masifica la frase que “Chile despertó”, que pasa de pedir a cobrar.En una sociedad de consumo cobra rele-vancia que la comunidad impugne a la deuda y la mercantilización de derechos sociales, ya que al hacerlo tensiona al mercado como eje articulador e integrador de las relaciones so-ciales. Pero el mercado no puede regular la sociedad restringiendo sus propios mecanis-mos como la deuda o la mercantilización, por ello al cuestionarse las reglas del mercado se pone en debate el pacto social en su conjun-to y se desata la revuelta disruptiva. El neoliberalismo privatizó el poder en la economía y la política derivó en tecnocracia reducida a la administración de cargos sin poder real, por ello el proceso constituyente puede significar la reconquista por parte de la política de ese espacio de poder secues-trado por el mercado. En este escenario de descomposición de la política tradicional el pueblo despertó, pero todavía no muestra la capacidad suficiente como para tomar el protagonismo y disputar con la clase política impugnada que se refresca con el proceso constituyente. La revuelta ha politizado la opinión pública y la calle, pero con baja parti-cipación e identificación en los partidos, por eso el proceso constituyente es una jugada ante la crisis política y de legitimidad de los partidos, que aprovechan de recomponerse, defenderse corporativamente, procesar el descontento por la vía institucional y mante-ner la gobernabilidad puesta a prueba por la revuelta. La revuelta marca un punto de inflexión, un momento refundacional no solo político sino cultural, con nuevas subjetividades y formas de conciencia política que a nivel co-lectivo re-descubren la efectividad de la mo-vilización callejera y sacan a la acción política de los canales tradicionales de la democracia representativa.Asamblea Anarquista del Biobíobiobioanarquista.orgoctubre de 2020
SEMBRANDO LA REVUELTAREfLExiONES ANARqUiSTAS A UN AñO DE LA REVUELTA67Un 18 de octubre, hace un año atrás, estalló la rabia en San-tiago producto del alza en el pasaje del Metro para exten-derse por diversas ciudades y territorios a lo largo de la región chilena. Si bien, no inicio todo dicho día, el desborde de esa noche y semanas sucesivas quedará grabado en la memoria colectiva, pues el gobierno de Piñera fue desbordado por la desobedien-cia de gran parte de la población en sus reclamos de dignidad y justicia, a pesar del estado de excepción, el toque de queda y las fuerzas militares patrullando las calles.En este contexto, lxs de abajo decidie-ron juntarse, discutir sobre la crisis y plan-tearse un nuevo devenir. Así, surgieron dife-rentes cabildos y asambleas territoriales que concluirían sobre la necesidad de romper definitivamente con el legado dictatorial y genocida del estado chileno. La nueva constitución se propondrá como la salida a la crisis, y los oportunistas partidos socialde-mócratas se apurarían en noviembre por au-to-instalarse como la cabecera de esta de-manda firmando con el oficialismo el pacto a un año, chuchuncosigue en revueltapor la paz y acordando la realización de un plebiscito para realizar una convención constitucional. Paradojalmente, la pande-mia motivaría el aplazamiento del plebiscito para octubre y en el aniversario del estallido nos encontramos con la vía electoral bus-cando posicionarse como la forma de paci-ficar la revuelta.Como forma de organizar las volunta-des antiautoritarias de Estación Central, y siguiendo el proceso de recuperación del tejido social, nos autoconvocamos en el mes de diciembre para conformar la Asamblea Libertaria Chuchunco. Al igual que diferen-tes iniciativas territoriales que se levantaron a fines del 2019 la asamblea se plantearía como un espacio de discusión colectiva entre vecinxs, aunque desde posiciones li-bertarias pensando en la rápida instalación de la vía electoral como salida a la crisis. Es decir, tanto el 18 de octubre como el ple-biscito tienen un enorme significado en la conformación de nuestra asamblea, y han sido elementos importantes en nuestras re-flexiones y posicionamientos en estos largos 12 meses.A un año, luego de los difíciles meses de confinamiento podemos decir que la auto-nomía y apoyo mutuo siguen como puntas de lanzas en nuestra lucha diaria. Chuchun-co [Est. Central] en este año continuó su propia revuelta y ni siquiera la pandemia detuvo las manifestaciones y cacerolazos -como las ocurridas por la devolución del 10% de las AFP o por justicia ante los fe-micidios-, y es que en el territorio hasta los saqueos a las empresas capitalistas implica-ron un compartir lo recuperado e incluso la conciencia de rechazar el consumismo, que-mándose plasmas y otros dispositivos elec-trónicos para solo repartirse los alimentos, al punto de que algunxs compartieron en las mismas calles lo sacado en medio de las protestas.En las ollas comunes, acopios solidarios y otras iniciativas solidarias vemos la fuerza de nuestras comunidades por enfrentar la crisis capitalista y el estado policial. En este contexto fue donde compartimos con otras asambleas o iniciativas territoriales más allá del apruebo o rechazo, en las instancias so-lidarias del pueblo que vemos como el ger-men de nuestra auto-determinación, pues pensamos que en ellas abordamos las pro-blemáticas que atacan a nuestros barrios en el cotidiano, desde la acción directa.No olvidamos que es en democracia, y no sólo en dictadura, donde nos asesinan, torturan, violan y encarcelan en la actuali-dad. Cientos de presxs políticxs se encuen-tran tras las rejas producto de la protesta social, y ni los lavados de imagen que pre-tenden con sus iniciativas de caridad, como la Te l e t ó n o el Chile ayuda a Chile, nos harán olvidar los sacrificios y la sangre que hemos entregado en este proceso de liberación.El plebiscito quiere ser usado por lxs de arriba para recuperar la legitimidad del mal gobierno y continuar su labor extracti-va sobre nuestras comunidades. Por nuestra parte apostamos por seguir luchando contra toda autoridad, por la liberación total, nues-tra autodeterminación y dignidad.Asamblea Libertaria Chuchunco
SEMBRANDO LA REVUELTAREfLExiONES ANARqUiSTAS A UN AñO DE LA REVUELTA89Ya no hay vuelta atrás. Y esto no es una consigna radical va-cía y panfletaria. Nunca más seremos lxs mismxs, pues lo vivido en aquellos días de octubre es y será inolvidable. El 18 en Santiago y al día si-guiente en regiones y en valparaíso; las no-ticias, los rumores y los hechos empezaron a dispersarse con rapidez, los días ya venían tensos. Y sin esperar llamado alguno, casi por instinto, nos dejamos caer, como un río cerro abajo, cientos y miles de anónimxs que perdían la paciencia de manera colecti-va. Ningunx por separado pensó antes que podíamos ser ni tantxs, ni tan efectivamente transformadores cuando estábamos todxs juntxs. Esa tarde, esa noche y las que vinie-ron develaron sin metáfora la realidad en la que vivimos, mostrándonos con crudeza de qué son capaces los dueños del fundo lla-mado chile con tal de defender sus privile-gios. Pero por sobre todo, nos mostró la po-sibilidad real que portábamos de cambiarlo todo; la fuerza tremenda que conteníamos y la necesidad vital y compartida que tenía-mos de encontrarnos: festejar, bailar, cantar, compartir, reconocernos mutuamente, ser felices por fin. Y de una u otra forma, inten-tar hacer justicia por tanta humillación y pe-nurias vividas por tantos y tantos años. Todo lo experimentado, lo sentido, vivido y apren-dido esos días de revuelta será imposible de olvidar. La ciudad cambió, nosotrxs cambia-mos. Ya no hay vuelta atrás, no es retórica.a 1 año de la Revuelta,la revuelta sigue!La revuelta, con su bravura, nos sor-prendió y desbordó cualquier pronóstico, es cierto, pero no podemos afirmar que haya sido simplemente espontánea. Años de acumulación de luchas y esfuerzos de tantas y tantos, los debates vivos al interior del mo-vimiento lesbo/trans/feminista, el coraje y ejemplo de lucha de las comunidades ame-nazadas de muerte por el extractivismo, el ímpetu de les secundaries, la resistencia an-cestral de los pueblos nativos de Abya Yala y el grito de la memoria persistente que re-siste fueron abono constante y efectivo que esperaba su chispa.La clase y casta propietaria, herederos del dominio colonial, patrones de fundo convertidos en banqueros y empresarios, las conocidas y antiguas familias con miembros en el parlamento y en los directorios. Ellxs, que nos mandaron a callar y a castigar por siglos, escondidos tras los balines de acero y las armas químicas, firmaron un “Acuerdo de Paz”, como si la paz fuera un decreto. Y pactaron, como clase opresora en conjunto, la defensa violenta de su régimen impuesto en dictadura, mientras la revuelta seguía su curso diversa y multicolor y se multiplicaba en nuestros territorios en forma de asam-bleas territoriales y vecinales. El enemigo poderoso, las comunidades organizadas imaginando y construyendo su propia vida, no se detienen con decretos ni acuerdos ajenos y lejanos.
SEMBRANDO LA REVUELTAREfLExiONES ANARqUiSTAS A UN AñO DE LA REVUELTA1011que los que nos interesa rescatar aquí, pero que creemos de vital importancia transitar, dando lo mejor de nuestras capacidades colectivas, abandonando pequeñeces, para enfrentar de mejor manera las muy posibles adversidades.Celebramos, a un año tambien, la exu-berante alegría de los cuerpos y miradas cómplices, con y sin capuchas, que en las calles del plan y los cerros nos enseñaron de ternura colectiva sin límites, de cuidados mutuos anónimos a veces fugaces ante la violencia policial y otras permanentes ante el hambre y ante las cicatrices de la repre-sión. Aquí y ahora, festejamos la posibilidad de tenernos, compartir y aprender mutua-mente al calor de las barricadas y los fogo-nes de las ollas comunes. A un año de la revuelta social, de aquel octubre telúrico que dejó una grieta que se niega a cerrar y que como anarquistas de-bemos, con todas nuestras fuerzas, lograr ensachar. A un año de la revuelta social por la que se mantienen presxs y enjuiciadxs a cabrxs que lo dieron todo en la calle. A un año de la revuelta que nos recordó que todo era posible. A un año de la revuelta, la re-vuelta sigue!todo el pRotagonismoa los pueblos y comunidadesoRganizadas!rebelión anticolonial y por la vida!Asamblea Anarquista Autoconvocada ValparaisoLlevamos años escuchando a la clase política dando instruccio-nes de cómo actuar para ser un ciudadanx ideal - es decir una persona pasiva, consumista, conformista, in-dividualista y sumisa.- Instrucciones que no hacen más que develar su interés por man-tener este orden que tanto les acomoda, a la vez que devela lo poco y nada que les importa la realidad de la clase oprimida. Su discurso de clase privilegiada no hace más que restregar en la cara sus privilegios mar-cando una clara distancia con nuestra clase.De esa forma, la rabia y hastío de años de explotación capitalista hacia nuestra clase estalló en Octubre de 2019, y así, la revuelta se fue desarrollando. Todo esto ini-ciado por las evasiones masivas del metro protagonizadas por lxs estudiantes secun-darixs como protesta al alza de los pasajes del transporte público. La organización, el cuidado colectivo y descontento comenzó a cristalizarse en acción directa mediante el socorro mutuo y la protesta callejera. Frente a este escenario, el terrorismo de estado se hizo más evidente y masivo que a un año del estallido,nuestra apuesta siempre serála revolución socialEsto rEcién comiEnza,y no tiEnE límitEs. Como anarquistas, de kiltro linaje polí-tico y territorial, somos parte de este levan-tamiento popular y del presente y futuro de las luchas en estos territorios. Apostamos por el abandono de la amargura neoliberal para dar paso al asombro, y desde allí, a la certeza de lo posible y realizable.Hemos visto y aprendido que la múltiple y caótica diversidad de quienes participan en cualquier reflexión y acción, es fuente de fuerza incomparables, y a partir de ello, hemos desarrollado nuevas formas de or-ganizarnos entre nosotrxs y con otrxs, con la voluntad de acabar con los monólogos ideológicos estériles e imaginando nuevas prácticas y vínculos comunitarios anarquis-tas, a la interna y en relación a otrxs espacios de organización.Hemos entendido que requerimos de-sarrollar al máximo nuestra creatividad y las posibilidades de infrastructura, propagan-da, coordinación y alcance. Nuestra capa-cidad de análisis y desarrollo de propuestas teóricas y prácticas útiles y efectivas para dar respuesta a las necesidades presentes y futuras; y de esta manera, dar un piso sólido a la construcción y desarrollo de proyectos horizontales y emancipatorios compartidos que sean capaces de desmantelar la estruc-tura de dominación que nos oprime. Pensar en grande, asumir compromisos con res-ponsabilidad, analizar errores y aciertos con sabiduría. Desarrollar agudezas y profundi-dades colectivas.Asumimos, a un año de la revuelta, que comienza un proceso de largo aliento que será diverso en intensidades y formas. Po-siblemente con momentos menos alegres
SEMBRANDO LA REVUELTAREfLExiONES ANARqUiSTAS A UN AñO DE LA REVUELTA1213en años anteriores. Lxs agentes del estado, militares y carabinerxs, actuaron para pa-ralizar al pueblo y no se dudo en reprimir, asesinar, torturar, violar, mutilar y encarce-lar a miles de personas. La militarización de los territorios y la presencia policial eran evidentes con los toques de queda y la re-presión cotidiana, por lo que las consignas contra estas instituciones eran frecuentes, incluso, apostando por su disolución. Tiempo después, como forma de tapar toda esta violencia ejercida por el estado, surge el “acuerdo por la paz social y la nue-va constitución”. El aire de revolución que el pueblo comenzó a respirar se vio mermado por un proceso constituyente que no tiene nada de revolucionario y lo tiene todo de reformista, y lo que exhalamos ahora son nuestras consignas, nuestras vidas, amolda-das para hacer más amigable el imaginario de la democracia y la participación ciuda-dana. Porque sabemos que la institucionali-dad nunca ha sido nuestro camino, nuestro camino es abolirla. Institucionalidad cóm-plice que ampara la legalidad que nos tiene presxs en cárceles, en trabajos asalariados, en el mercado, apagadxs en vida. Nuestra apuesta es la vida en libertad, y es por ello que seguiremos en pie de lucha hasta de-rrumbar el último de sus eslabones cómpli-ces.A pesar de que se tache como nove-doso, inédito y único este proceso que las élites políticas (los partidos) abrieron con bombos y platillos en la fiesta de la demo-cracia y las urnas. La realidad y la historia son muy diferentes a lo que la prensa y los partidos están diciendo porque la consti-tución por sí misma ya es una herramienta de opresión, subordinación, instauración de preceptos legales que son los que gestio-nan las desigualdades de clase. Pensar en transformar una sociedad haciendo uso de las mismas herramientas creadas para la do-minación es caer víctima de un engaño, es respirar un humo tóxico que sigue replican-do el imaginario de que desde la ciudadanía y la democracia mediante un voto se puede generar un cambio profundo en el sistema.Reformar cualquier institución de la so-ciedad capitalista es solamente disfrazar las perversas intenciones que la hicieron nacer y que la mantienen operativa. No podemos seguir pecando de inocencia cuando está en juego el pellejo de toda la clase explotada. Validarlas significa normalizarlas, y aceptar el régimen capitalista, patriarcal, colonial, policial y penitenciario, y ese, compañerxs, no es el camino. El camino es, no reformar, sino abolir.Lo que nos queda es la revuelta, “des-ordenar lo público”, y hacer tambalear la democracia de lxs ricxs, que no tengan más credibilidad las instituciones y que en vez de ello nos organicemos en lo que nos aqueja, que la reforma no sea una posibilidad por-que siempre es cooptada por los poderosos, nos queda organizar nuestro entorno como nos plazca, bajo nuestros principios colec-tivos. El buen vivir depende de la autode-terminación de los pueblos. La organización del buen vivir es ahora, en tensión con el orden actual.Si bien tenemos elementos en contra – como siempre- , las asambleas territoriales son espacios que adquirieron más fuerza el año pasado, desde un potente recha-zo hacia los partidos políticos y una cierta desilusión hacia la institucionalidad. Siguen activas como espacios de resistencia en el contexto de pandemia nutriendo el tejido social y fomentando las redes de solidari-dad de clase. En este sentido, es una de las oportunidades que tenemos para recordar, tensionar y plantear propuestas desde la vereda anarquista, y aportar a darle perma-nencia a estos espacios en pos de mantener la auto-organización en los territorios y pro-yectarse políticamente a largo plazo hasta la liberación.Entonces, la invitación es darle visibili-dad al anarquismo como alternativa y ho-rizonte político emancipatorio, articulando un discurso que realmente cuestione el en-tramado opresivo existente y que sea capaz de destruir/construir de manera situada en todos los espacios posibles.Que broten las prácticas que nos permi-tan recuperar nuestra vida en sus distintos ámbitos, pues es por ellas que alcanzaremos la destrucción de este capitalismo terminal. Por una organización territorial que per-mita nuestra completa autonomía. Que la próxima revuelta o la Revolución Social no nos pille desorganizadxs en nuestrxs terri-torios, a armarse de todas las herramientas que tenemos para vengar a las víctimas del terrorismo de estado y alcanzar la completa emancipación.Asamblea Libertaria Cordillera
SEMBRANDO LA REVUELTAREfLExiONES ANARqUiSTAS A UN AñO DE LA REVUELTA1415El tiempo ha transcurrido y aun-que con la pandemia parece detenerse a ratos, sigue ma-nifestándose. Ya llegamos a un año desde el inicio de la revuelta, un año difícil, particularmente para quienes han perdido un ser queridx a manos de lxs agentes del Estado, lxs cuales con su per-miso oficial para aniquilar y encarcelar han cometido numerosos crímenes, amparados por la maquinaria estatal, como también por aquellxs que lxs han perdido por una pandemia que solo llegó a recrudecer la precaria existencia que algunxs llaman vida.Las causas de la revuelta son sistémicas, evidentes de un punto de vista de la preca-rización de la vida, difíciles de ponderar de un punto de vista histórico, pero sin duda que la toma de conciencia individual y co-lectiva se fue acrecentando en los últimos años, las movilizaciones de lxs estudiantes en los liceos el 2001, 2006, de manera más transversal el 2011, la resistencia y moviliza-ción en Aysén y Freirina el 2012, siempre con la presencia de lxs más marginadxs de la sociedad en la lucha callejera, y lxs pobla-dores en sus territorios contra la devastación capitalista y el extractivismo depredador. La incesante lucha de lxs pueblos ancestrales y su resistencia milenaria, juntando piedra con piedra, mano con mano, grito con grito, propagando la lucha hace tanto y aunque hay quienes no querían oirles y castigarles, ellxs seguían firmes en sus convicciones de desafiar el sistema y apuntar hacia un cam-bio radical fuera de cualquier lógica capita-lista.Esta revuelta partió marcada por su ac-cionar anárquico, reflejada en no tener ni vanguardias ni dirigentes, la autoconvoca-toria amplia hacia las calles a todx aquel que se sienta ya hastiadx de tanta injusticia. Es-pontánea podrían decir algunxs, afirmando siempre desde una óptica que trata de igno-rar aquellas luchas y revoloteos por muy pe-queños que fueran que se daban a lo largo y ancho del territorio. Desde temprano se comenzó a vislumbrar las marcadas reivindi-caciones de género, mucho más arraigadas que años anteriores.un año de revueltaComo era de esperarse, se radicalizó y acrecentó la represión, el toque de queda y los mercenarios del Estado en las calles se volvieron costumbre, vinieron las muertes, las desapariciones, lxs quemadxs, las viola-ciones, mutilaciones, deportaciones y miles de presxs y secuestradxs por el Estado. La estrategia del “divide y vencerás” se hizo presente por parte de la clase dirigente y la patronal, firmando el “acuerdo por la paz y la nueva constitución”. Cuando no es posible una dictadura, una asamblea constituyente es la herramienta para sofocar la revuelta. Y así sucedió, fue mutilada su combatividad y potencial creativo, sirvió para darle un res-piro a lxs nauseabundos partidos políticos, congresistas y demás lacayxs del poder…. todo sustentado en la ilusión y mentira de-mocrática, republicana, la pretensión de una reforma estatal. Como si fuera poco, la pan-demia vino como elemento de justificación para el aumento de la vigilancia, les cayó “como anillo al dedo” sumado al “acuerdo por la paz” para debilitar la revuelta.Pero no todo ha sido pérdida, ante la ad-versidad constante, se ha visto que al mis-mo tiempo, se han fortalecido los espacios donde se ha dejado florecer el apoyo mutuo de las comunidades, el fortalecimiento de los lazos comunitarios, la deliberación au-tónoma y colectiva. Semillas plantadas con paciencia durante todos estos años empie-zan a brotar, llamados a la organización to-man más sentido que ayer para quienes en un esfuerzo nos veníamos juntando desde antes y con mayor sentido se replicaron las instancias, se apostó por sacar el anarquis-mo a la calle y dejar de ser la secta rara con la que muchos se toparon alguna vez. Con alegría vimos salir a flote a organizaciones tanto en nuestros barrios, como también aquellas que apostaban por una organiza-ción abiertamente anarquista. Es en esta jugada donde nos dimos cuenta cuál era el horizonte a seguir, aunque nos pusieran los pactos que quisieran sobre la mesa para sal-var desesperadamente la institucionalidad, sabíamos bien hacia donde apuntar, hacia la organización entre oprimidxs en busca de la construcción constante hacia ese horizonte emancipatorio en busca de abolir este siste-ma basado en la explotación y la desigual-dad.Por todo esto es que se hace necesa-rio nutrir lo que se ha sembrado, para no seguir navegando constantemente en las sombras de la incertidumbre, para no seguir tropezando con las mismas piedras, se nos plantea como desafío visualizar horizontes emancipatorios diversos pero concretos y situados, teniendo en mente principios ácratas y las distintas perspectivas en crisis (Estado-capital, la metrópolis, crisis ecoló-gica global, feminismo, antiespecismo, an-tirracismo, entre muchos otros), en función de lxs distintos territorios, que permitan na-vegar acercándonos a ellos.Nuestra lucha siempre será en la vereda de lxs oprimidxs, no nos interesa levantar castas elitistas ni círculos sectarios dispues-tos a pactar con el poder que ya tanto nos ha pisoteado, no nos interesa ser una vanguar-dia de iluminadxs que le digan a la comuni-dad qué hacer. Nuestro interés fundamental es construir comunidad en nuestros barrios, en la ciudad, en el campo y en las monta-
SEMBRANDO LA REVUELTA16ñas con todx aquel oprimidx que busca dar un paso más allá, buscando y construyendo la libertad que tanto anhelamos. Un saludo para todo aquel que se está enfrentando en esta guerra de clases constante desde la trinchera de lxs oprimidxs, un largo aliento para las luchas que se están dando en los distintos territorios y también para aquellas que se llevarán a cabo en un futuro próximo. A no derrotarse que juntando nuestras ma-nos, mentes y energías, lograremos sepul-tar el capital para construir un porvenir más amable para la humanidad, los territorios y las especies.dÍa a dÍa JuntXsconsTRuyendo auTonomÍa,nos acercamos a la anarQuía!Asamblea Libertaria Santiago