El alto el fuego firmado por Armenia y Azerbaiyán esta semana para poner fin a los combates por la disputada región de Nagorno Karabaj (Artsaj) ha cimentado la nueva influencia de Turquía en la región del Cáucaso, en la que Rusia fue una vez un jugador dominante, dijo el jueves The Financial Times, citando a varios analistas.
Turquía declaró su firme apoyo a Azerbaiyán poco después de que estallaran los enfrentamientos el 27 de septiembre, diciendo que estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para expulsar a los armenios del enclave ubicado dentro de las fronteras de Azerbaiyán.
El alto el fuego, firmado el martes, permite a Azerbaiyán mantener el territorio que capturó en Nagorno Karabaj, incluida la segunda ciudad de la región, de Shushí, un centro histórico y cultural. También prevé el despliegue de tropas de mantenimiento de la paz rusas en la región como observadores.
Rusia, aliado cercano de Armenia, y Estados Unidos, habían negociado previamente tres treguas fallidas para ayudar a poner fin a los enfrentamientos, y se temía que el número de muertos ascendiera a miles.
Ruslan Pukhov, director del grupo de expertos de defensa ruso del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, dijo que la escala del éxito de Azerbaiyán en el terreno, con el apoyo militar y político turco, fue una victoria geopolítica para el gobierno de Ankara a expensas de Rusia.
“Las consecuencias geopolíticas son desastrosas no solo para Armenia, sino también para Rusia –afirmó Pukhov-. El aliado de los rusos fue el perdedor. El aliado turco ganó de manera convincente”.
A esto, añadió: “Detrás del delgado velo de un engañoso triunfo de la política exterior, a saber, la mediación exitosa y el traer fuerzas de paz a la región, la cruda realidad es que la influencia de Moscú en la región transcaucasa ha disminuido drásticamente, mientras que el prestigio de un exitoso y belicoso Turquía, por el contrario, ha crecido increíblemente”.
Onur İşçi, profesor asistente de relaciones internacionales en la Universidad de Bilkent, en Ankara, explicó Turquía, que “está tratando de trazar un camino autónomo para sí misma” de la OTAN, y Rusia no se pondrán nerviosos sobre el cambio de poder regional.
Moscú y Ankara “tendrán conflictos políticos aquí y allá”, y es posible que no estén de acuerdo en cuestiones geopolíticas, pero están “tratando de gestionarlo”, indicó el analista. “No creo que veremos jamás, en Siria o el Cáucaso, una alianza militar en toda regla”, agregó İşçi.
Las iniciativas de política exterior de Turquía no se han limitado al sur del Cáucaso este año. Las fuerzas turcas lanzaron importantes ofensivas contra los grupos armados kurdos en Siria e Irak, suministraron equipos, combatientes y conocimientos para un enfrentamiento militar con la oposición respaldada por los Emiratos Árabes Unidos en Libia, y se enfrentaron a Grecia y Chipre por territorios en el Mediterráneo Oriental.
“Ankara mira el sur del Cáucaso como una zona cómoda sin riesgos potenciales”, señaló Stanislav Pritchin, investigador principal del Centro de Estudios Post-Soviéticos de la Academia de Ciencias de Rusia. “Pero Turquía solo puede contar con Azerbaiyán y no comprende bien las complejidades regionales que tienen un espacio de maniobra limitado”, estimó.
FUENTE: Ahval / Traducción y edición: Kurdistán América Latina