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México: No entendemos cómo un gobierno de «los pobres» permitió el ataque contra caravana de apoyo a tsotsiles

Las Abejas de Acteal :: 24.11.20

La organización pacífica de Las Abejas de Acteal calificó de «especialmente cruel» el ataque armado de paramilitares de Santa Martha, Chenalhó, contra la brigada de ayuda humanitaria de Cáritas San Cristóbal de Las Casas y del Fideicomiso por la Salud de Niños Indígenas de México (FISANIM), quienes entregaban alimentos a las familias tsotsiles desplazadas por las lluvias y por la violencia en el municipio de Aldama, Chiapas.

No entendemos cómo un gobierno de «los pobres» permitió el ataque contra caravana de apoyo a tsotsiles: Las Abejas de Acteal

Redacción Desinformémonos

 

COMUNICADO

22 de noviembre, 2020

Al Congreso Nacional Indígena

Al Concejo Indígena de Gobierno

A las y los defensores de los derechos humanos

A los medios libres y alternativos

A los medios de comunicación nacional e internacional

A la Sociedad Civil Nacional e Internacional

Hermanas y hermanos:

Estamos exactamente a un mes de que se cumplan 23 años de impunidad e injusticia por la masacre de nuestros 45 hermanos y hermanas, más 4 bebés que aún no nacían. Ellas y ellos no tuvieron más delito que ser parte de una comunidad valiente, sin armas de fuego y organizada como pueblo creyente, que rezaba y ayunaba aquí en Acteal, clamando a Dios por paz con justicia y dignidad para su pueblo, pues se habían negado a colaborar con quienes querían acabar con la lucha zapatista y con toda semilla de rebelión e inconformidad contra el gobierno, por medio del terror y la violencia.

Desde al menos 7 meses antes de la Masacre, ya habíamos denunciado que el gobierno entrenaba y financiaba grupos armados que nos tenían amenazados de muerte y habían quemado varias de nuestras casas, robado nuestras pertenencias y cultivos, obligando a muchas de nuestras familias a huir de nuestros hogares para ponernos a salvo, en medio del frío, la lluvia y el lodo. Pero todos estos actos violentos quedaron en la impunidad, pues las autoridades federales, estatales y municipales estaban de acuerdo en esta estrategia que llamaron Plan de Campaña Chiapas ‘94. Desde hace 23 años, estos son crímenes que no se persiguen ni se castigan en Chiapas.

Vemos con muchísima preocupación que lo mismo está pasando ahora, con nuestros hermanos de Aldama y Santa Marta que están viviendo escondidos en el monte o debajo de los cafetales para huir de los disparos diarios con armas de alto poder que se están tendiendo sobre sus casas y milpas. Pero lo que nunca se habían visto en Chiapas son los disparos contra una camioneta con voluntarios de organizaciones de la sociedad civil que llevaran víveres para mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianas desplazados y damnificados por las lluvias torrenciales. 

Nos indigna el ataque a la caravana organizada por el Fisanim y Cáritas, que llevaba ayuda humanitaria a las y los desplazados de Aldama el pasado 18 de noviembre, donde fue herida en la pierna nuestra hermana religiosa Chabelita, por una bala de grueso calibre. Sabiendo que por el exceso de lluvias los cerros se están desgajando, que los pocos árboles que nos quedan en las comunidades se están derrumbando, el gobierno y los agresores saben que los desplazados pueden morir con este mal clima, pasando frío, hambre y enfermedades, así que este ataque para boicotear la ayuda vital que se les llevaba, es especialmente cruel. Y más aún, no podemos entender cómo un gobierno que se dice de «los pobres» permita estas agresiones. 

Hoy recordamos que en octubre de 1997 llegó a nuestras comunidades la policía de Seguridad Pública del Estado y pensamos que venían a protegernos de los ataques paramilitares, pero resulta que no era así: venían a ayudar a robar y a amenazar junto con los paramilitares. Hoy En Aldama ha llegado la seguridad pública, el ejército mexicano y la guardia nacional; sin embargo, los grupos de corte paramilitar usan armas de uso exclusivo del ejército, se apoderan de armas de la policía estatal y se dan el lujo de disparar a una caravana con ayuda humanitaria a 200 metros de un destacamento de la Guardia Nacional.  Nada ha cambiado, sigue la impunidad, se sigue matando a personas que luchan por un mundo justo o a personas que sólo quieren vivir libres y en paz en sus propias tierras.

Queremos decir muy claro que Las Abejas de Acteal hemos visto desde hace más de 20 años que en el Fisanim (Fideicomiso para la Salud de los niños indígenas de México, dirigido por Ofelia Medina) y en Cáritas (Asociación Civil de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas), trabajan compañeros y compañeras solidarios que verdaderamente llevan en el corazón a los que sufren de hambre y de frío por tener que desplazarse fuera de sus comunidades en Chiapas. Exigimos que los responsables de las muertes, lesiones y desplazamientos que se han dado en medio de este conflicto sean investigados, y que sean desarmados todos los que han estado disparando armas de uso exclusivo del ejército, como la que fue disparada en contra de nuestra hermana Chabelita (agente de pastoral que trabaja desde hace muchos años en la Parroquia de San Andrés). ¿Qué se debe hacer para que no puedan seguir comprando y usando armas de grueso calibre para definir esta disputa agraria que algunos criminales quieren aprovechar para provocar un caos que les permita controlar la zona, y así consolidar sus intereses políticos y económicos?

Desde hace 23 años, las Abejas que hemos sido desplazadas hemos tenido que aguantar ver cómo se pierde nuestro café, nuestro maíz y nuestro frijol, pues no es casualidad que los paramilitares esperen a la temporada de cosecha, de lluvia y de frío para hostigar a las familias que persiguen, presionándolos justo en estas fechas para que tengan que escapar de su comunidad, quedando en el máximo nivel de vulnerabilidad, tal como lo están viviendo ahora los desplazados de las comunidades de Aldama que han visto intensificarse los ataques del grupo de corte paramilitar que les dispara desde Santa Marta, en los meses de octubre y noviembre. Fue precisamente un 16 de noviembre de 1997, cuando las familias que ahora conforman la comunidad de Nuevo Yibeljoj se desplazaron a X-oyep justo así, con mucha lluvia y lodo, perdiendo todas sus cosechas de café, como las familias de Aldama. Nuestros desplazados actuales de Los Chorros también vieron sus cosechas de frijol, maíz y café perderse por haber tenido que venir a refugiarse en Acteal a mediados de agosto de 2019, cuando sus autoridades comunitarias organizaron una brigada para ir a destruir las casas de las familias Abejas del Barrio Río Jordán, encabezados por algunos ex-abejas que ahora se han aliado a varios antiguos paramilitares de Los Chorros (quienes los habían perseguido dos décadas atrás).

Tal como hace 23 años, nuestros compañeros de Los Chorros siguen amenazados de muerte, ahora como castigo por negarse a aceptar cargos voluntarios para gestionar y administrar apoyos con los que el gobierno y los partidos políticos intentan manipular a la población de su colonia. No es casualidad que también en el caso de los y las zapatistas que están siendo atacados, cercados y perseguidos con armas de fuego de alto poder por gente de la ORCAO en las comunidades de Moisés Gandhi y Nuevo San Gregorio, son sus propios ex-compañeros de lucha quienes se han vuelto los más crueles agresores de quienes siguen en resistencia. Nos preocupa y nos duele que el pasado 8 de noviembre nuestros hermanos zapatistas del Municipio Autónomo Lucio Cabañas, a unos días de festejar el 37 aniversario de la fundación del EZLN, sufrieran el secuestro y la tortura del compañero Félix López Hernández, quien, gracias a la presión solidaria nacional e internacional tuvo que ser puesto en libertad. Estos hermanos ex-abejas y ex-zapatistas que ahora están causando tanto sufrimiento y dándole gusto al gobierno, se han salido de las organizaciones después de muchos años de luchar, gracias a divisiones internas y a la compra de conciencias que el gobierno ha ido perfeccionando como la principal estrategia de contrainsurgencia en Chiapas.

Otra estrategia para dividir, desorganizar y debilitar a los pueblos, afianzando el control de viejos y nuevos caciques en Chiapas, asesorados por los malos gobiernos estatales y federales y, ahora, apoyados por los cárteles del narcotráfico, ha sido fomentar y administrar los conflictos agrarios. No sólo ocurre esto hoy en día de manera grave y produciendo muertos, heridos, desplazados y refugiados en los conflictos entre Aldama y Santa Marta, entre Chenalhó y Chalchihuitán, entre las bases de apoyo zapatistas y la ORCAO en nuevo San Gregorio y Moisés Gandhi, sino que también fue el primer pretexto para perseguir a los Zapatistas y a las Abejas de Los Chorros y Yibeljoj hace 23 años.

Hace 23 años el responsable en el gobierno de todas estas violaciones graves a los derechos humanos fue el PRI y luego el PAN mantuvo en impunidad los crímenes del PRI; y ahora Morena no sólo no puede hacer justicia por esos crímenes cometidos en los gobiernos anteriores, sino que permite ataques en contra de la sociedad civil, pero sobre todo contra los pueblos y organizaciones como el EZLN, Las Abejas y otros pueblos del CNI y CIG.

Desde Acteal queremos saludar a nuestros hermanos del CIPO-EZ  (Consejo Indígena Popular Emiliano Zapata) en Guerrero que son parte del CNI y CIG, que lograron romper el cerco narco-paramilitar que desde hace más de un año les impusieron en sus comunidades, los gobiernos locales, estatal y federal, que han hecho caso omiso de su dolor y de sus muertos. Escuchamos que pudieron tomar pacíficamente la carretera Chilpancingo – Tlapa, a la altura de la comunidad de Papaxtla, en el municipio de Chilapa de Alvarez el pasado 18 de noviembre para exigir justicia verdadera y alto a las agresiones contra los pueblos originarios que defienden su territorio en medio de la complicidad entre los malos gobiernos, las corporaciones trasnacionales y el crimen organizado.

Ese mal gobierno es el mismo que presume de ser diferente e incorruptible pero a través de su dependencia llamada FONATUR, pretende comprar a la mala las tierras ejidales y comunales yucatecas, engañando  a los  yucatecos para pasar con su tren por encima de sus hogares y cultivos. Por eso, nos da esperanza escuchar que el pasado 24 de octubre, en la mañana, pobladores de la comunidad de Maxcanu, en el Estado de Yucatán,  detuvieron valientemente el paso de maquinaria pesada que pretendía destruir al menos 9 casas y 10 parcelas, deteniendo por ahora los trabajos en las vías del tramo Calkini-Itzamal, del llamado erróneamente Tren Maya.

Hermanas y hermanos,

Para seguir adelante y recobrar fuerzas en esta lucha que es de todos y todas contra la impunidad y el despojo, por la vida y la dignidad, queremos invitarles a la conmemoración del XXIII aniversario de nuestros hermanos mártires de Acteal y los XXVIII años de nuestro caminar en la construcción de nuestra autonomía, que se llevará a cabo los días 21- 22 de diciembre del presente año, en la sede de nuestra organización, Tierra sagrada de los mártires de Acteal.

Esperamos a que nos puedan acompañar en estos días y así poder también exigir juntos el informe de fondo de la CIDH en el caso 12.790 Manuel Santiz Culebra y otros (masacre de Acteal).

En caso de que no puedan asistir en esos días, pueden apoyarnos con ver nuestro programa en vivo, consultando la liga para la transmisión en www.acteal.org o por nuestro Facebook: Las Abejas de Acteal.

Desde Acteal, Casa de la Memoria y Esperanza, seguimos caminando por la verdad y justicia a la Masacre de Acteal.

Atentamente

La Voz de la Organización de la Sociedad Civil de Las Abejas de Acteal.

 Por la Mesa Directiva:

Simón Pedro Pérez López Hilario Jiménez Pérez
Francisco López Sántiz

 


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