Enviar por e-mail el artículo

Tiempo de ruptura


Gustavo Esteva :: 30.11.20

Faltan ya palabras e imágenes para referirse a la catástrofe que estamos viviendo. El mundo que teníamos cae a pedazos alrededor de la peor manera imaginable. La ridícula promesa de regresar a cierta normalidad es otra forma de amenaza: se busca llevar aún más lejos el horror que caracterizaba ese mundo que desaparece.
No hay optimismo posible. Todas las opciones están cargadas de violencia y destrucción. Parece imposible detener a una clase dirigente inmoral e irresponsable, que lleva adelante el despojo al que se dedica y devasta todo a su paso, la naturaleza lo mismo que el tejido social y la cultura.
Y así, en esa condición tan desoladora como realista, cuando hasta el ánimo más audaz se desespera, el zapatismo cobra fuerza como fuente de esperanza. No es un cuento, una promesa, una ilusión. Menos aún una doctrina, un evangelio, una receta. Es una realidad nueva, construida a golpes de alma a lo largo de 37 años.


Tu Nombre:
Tu email:
(no obligatorio)

E-mail del destinatario: