El madurismo, ignorando la realidad que le golpea la cara, desesperado, intenta legitimar unas elecciones que perdieron su ingrediente principal: los electores. Estamos en presencia de unas elecciones sin electores, sin votos. La realidad es que las elecciones fueron un fracaso, ahora el gobierno quedó desnudo.
El madurismo, ignorando la realidad que le golpea la cara, desesperado, intenta legitimar unas elecciones que perdieron su ingrediente principal: los electores. Estamos en presencia de unas elecciones sin electores, sin votos. La realidad es que las elecciones fueron un fracaso, ahora el gobierno quedó desnudo. Veamos.
Las intenciones del madurismo con las elecciones eran conseguir un parlamento sumiso a la entrega de la Patria a los imperialismos, dejar sin piso a la oposición gringa, conseguir algo de certificación internacional; en resumen, crear un nuevo paisaje político que le permitiera seguir en el poder con cierta comodidad. Pues bien, todo esos objetivos no fueron logrados, y lo peor fue que de las elecciones salió con las tablas en la cabeza, con el desprestigio elevado, ahora sin disfraz.
La alta abstención, algo nunca visto en Venezuela, la abstención inocultable, los centros de votación dramáticamente vacíos, es más elocuente que cualquier porcentaje, construyó un nuevo paisaje político adverso al gobierno y a la oposición gringa. Veamos.
La abstención no fue una postura política consciente, fue un hastío por la conducta de gobierno y oposición, una decepción por tanto engaño, una desesperanza de la masa, fue la prueba material del vacío político, de la falta de líderes, fueron patético los llamados de última hora de los supuestos líderes maduristas que dejaron claro que no dirigen sin la represión, la amenaza, el castigo de la caja clap, del carnet. Y este vacío político tiene consecuencias sobre la sociedad. Veamos.
El vacío político trae efectos terribles a una sociedad, no hay dirección, no existen mecanismos de control más allá de la represión. Pero todo vacío social es siempre resuelto de alguna manera, la sociedad consigue formas de funcionar, muchas veces perversas. Puede ser que la sociedad sin líderes, sin rumbo, sufra fragmentación en pequeños reinos de pandillas, el Estado desaparece, la ley se esfuma en la voluntad de pranes locales, es la anarquía en su peor expresión, hay países que así medio subsisten.
Puede ser que farsantes propongan tesis, señalen culpables de los males, y remedios traumáticos que seduzcan a las masas a una vendetta y enrumben el país por territorios terribles, la historia tiene ejemplos espantosos de estas soluciones, los campos de concentración y las cámaras de gas ilustran hasta dónde puede llegar una sociedad capturada por el fascismo que se presenta como solución.
La situación es grave, no es cualquier cosa que una sociedad quede sin líderes, sin dirección. El reto a los dirigentes sanos, justos, los conocidos y los por aparecer, es muy grande, y exige de ellos la mayor entrega. Ahora el destino de la Patria está en juego. Es urgente tomar medidas: el gobierno madurista, estos líderes de nadie, deben renunciar a favor de una junta de gobierno que lleve al país por nuevos rumbos, que rescate del camino extraviado con el asesinato de Chávez y la traición del madurismo, que restituya la manifestación real, verdadera de la voluntad de la sociedad actuante, que supere el sopor de elecciones amañadas.
Es necesario devolver el imperio de la ley, la esperanza, el sentido de pertenencia a la sociedad, es ineludible el aparecimiento de líderes que impidan la fragmentación del país o la instauración de una dictadura fascista.
¡CHÁVEZ ES VOLUNTAD POPULAR VERDADERA!
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