La periodista Lilit Poghosian, del sitio The Armenian Times, entrevistó a uno de los dirigentes del Movimiento Nor Zartonk, Jan Erzrumluoglu.
Al igual que el militante comunitario armenio Jan Erzrumluoglu, los otros miembros del Movimiento Nor Zartonk, de Estambul, también están preocupados con el futuro de la patria en peligro de extinción, y dirigen sus esfuerzos para contribuir a una Armenia poderosa. No siempre en Armenia tienen noción de lo que significa vivir como armenio en Turquía, o más, vivir en Turquía con los sueños, las preocupaciones y el dolor de la patria.
“Es obvio que lo que nos pasó en los últimos 25 o 30 años es un problema y todos los políticos tienen su parte de responsabilidad en esta derrota. Pashinian podría haber encontrado soluciones más pacíficas, ya que había recibido el apoyo de la mayoría de la gente durante las elecciones. Pero probablemente el ambiente nacionalista reinante en el país impidió tales pasos. En cualquiera de los casos, la desigualdad de fuerzas durante la guerra fue indiscutiblemente obvia: si continuaba, el número de pérdidas humanas podría ser varias veces mayor”, dijo Jan Erzrumluoglu, miembro del Movimiento Nor Zartonk, durante la entrevista con nosotros.
-Estimado Jan, en estos días los diarios oficialistas de Turquía escriben: “El mundo turco se está uniendo”. Siendo bien conscientes del apoyo brindado por la República de Turquía a Azerbaiyán en la cuestión de Artsaj, ¿podemos afirmar que esta guerra fue ante todo en interés del Estado de Turquía?
-El Turan es parte de la ideología estatal de Turquía, esto no es ninguna novedad. El ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Turquía, Ilker Bashbugh, dijo en una de las entrevistas brindadas durante la guerra, que su sueño es unir a los dos países, Turquía y Azerbaiyán (una nación, dos Estados). Al mismo tiempo, el editor del periódico oficialista número uno, Yeni Shafak, pidió que se ocupara el territorio de Armenia fronterizo con Irán, y así, otras cuestiones. Por supuesto, estas no son demandas, sino intenciones que no deben ignorarse. Todo esto hay que tenerlo en cuenta. Hay razones aún más tangibles. La situación económica actual en Turquía se deteriora día a día, la popularidad de Erdogan está disminuyendo. Por lo tanto, una “victoria” resultaba indispensable y Artsaj era el objetivo más fácil entre varios.
-¿Se debe, en parte, al sistema educativo turco la victoria de Azerbaiyán en la guerra?
–Me sorprende escuchar o leer análisis donde afirman que el sistema educativo en Turquía está en muy buenas condiciones. Por el contrario, Turquía tiene serios problemas en el campo de la educación. Por ejemplo, solo 1 o 2 universidades logran ingresar al top 500, y generalmente se ubican en los últimos puestos entre las mejores del mundo. Especialmente en los últimos 20 años, el pensamiento científico decayó. La ideología religiosa amplió su esfera de influencia. Erdogan siempre habla de la necesidad de formar una generación religiosa y conservadora. Turquía debe el poderío de su ejército a su capacidad económica y a sus vínculos con la OTAN.
-Si vamos a deshacernos de nuestros errores y nuestras faltas, ¿qué reformas radicales se necesitan en Armenia?
-Estoy convencido de que, primero, se deben realizar cambios serios en el sistema educativo. Las oportunidades económicas de Armenia son limitadas, por lo que es posible sobrevivir solo con su potencial humano. Deben establecerse vínculos estrechos con la diáspora. Tenemos muchos científicos en la diáspora que alcanzaron posiciones importantes, lograron éxitos. Nuestras universidades (al menos una) deben ser competitivas. Como en muchos países del Este, el pluralismo no se respeta en Armenia, lo vemos en el nivel de los debates políticos. Si el sistema educativo tuviera un contenido que respetara los principios democráticos y promoviera el pluralismo, los problemas probablemente se resolverían de manera más saludable. Aparentemente, la solución del problema de Artsaj también fue víctima del nacionalismo.
-Turquía participó abiertamente en esta guerra y ahora está obstinada en involucrarse en la solución del conflicto de Karabaj. En general, ¿qué ambiciones tiene Turquía en este tema y cuáles son los motivos de su mayor actividad en la región?
-En mi opinión, ante todo debemos tener en cuenta el hecho de que en el último período la situación económica en Turquía se fue deteriorando. Continúa la devaluación de la lira turca y hay serios problemas económicos en el país. Recientemente, en uno de sus discursos, Erdogan dijo que el futuro de Turquía lo ve en Europa. Es decir, en la Europa a la que Erdogan dirigió duras críticas. La crisis económica lo llevó a hacer concesiones. En consecuencia, los vaivenes económicos probablemente también jueguen un papel importante en las relaciones Turquía-Azerbaiyán. A partir de ahora, Azerbaiyán debería permanecer más atada a Turquía. Y la segunda razón, quizás más general, es la política expansionista adoptada por Turquía, especialmente en los últimos años. Vemos ejemplos en Oriente Medio, Libia, Chipre y otros lugares. De hecho, en Europa también Turquía está tratando de fortalecer su influencia a través de varias organizaciones. La posición mostrada en la guerra de Karabaj es consecuencia natural de esta política. Además, en la política interna, Erdogan necesita el apoyo de los nacionalistas. La hostilidad hacia los armenios, la “Carta Armenia”, que es aprobada por los nacionalistas y la mayoría, la tarjeta de Armenia, le resuelve muchos problemas al gobierno en la arena política interna.
FUENTE: Nor Sevan