PRIMERO. Entendemos que una nueva constitución no puede cambiar nada, pues no podrán tocarse los temas referidos al poder, así como también entendemos que quienes van sinceramente de independientes y quienes votan por ellos, son honestos y quieren responder a los anhelos populares.
SEGUNDO. Entendemos que los que van por partidos o son apoyados por partidos, ellos van tras el poder y para ellos los derechos del pueblo son meras tácticas para atraer votos y son variables según caliente el sol. Por ejemplo antes ni hablaban de la mujer y hoy todos son “feministas”, o antes se burlaban de los ecologistas y hoy son todos ecologistas y ambientalista.
TERCERO. Entendemos que el sistema vertical y piramidal de la elección de constituyentes va a favorecer a los candidatos de los partidos, apoyados por los partidos y financiados por ellos, por lo que ya está cocinada la exclusión de los candidatos del pueblo, pero pensamos que no tienen por qué quedar por fuera.
CUARTO. Creemos que los candidatos independientes tienen su debilidad fundamental en que no son conocidos y famosos como los faranduleros y vendedores de pomadas que son el plato predilecto de la prensa y TV que vive del sensacionalismo y del negocio.
QUINTO. Creemos que la fortaleza principal de ellos está en su capacidad de relacionarse cuerpo a cuerpo, cara a cara, con los vecinos de su barrio y población, donde tendrá que probarse su disposición actual a realizar con sus manos los cambios que necesitamos.
SEXTO. Ello obliga a que la campaña no sea de mostrar la cara y lo que han hecho, pues por ahí van a perder y sólo cosecharán frustraciones populares, de modo que se trata de mostrar que efectivamente salen del promedio y no andan en lo mismo jugando al mismo juego con una camiseta más linda, sino que son actores que llevan a la práctica NO “una buena labor” ni “una promesa”, sino un cambio real de relaciones y dinámicas del barrio.
SÉPTIMO. Proponemos que su candidatura entonces no sea sólo de votos, que pueden ser dispersos, sino de pasos concretos, como reunir y organizar a sus amigos en un barrio, o varios, o población, y trabajar con ellos en los mil detalles que construirán una olla común donde no la haya, o una huerta comunitaria, o un taller de salud comunitaria en el barrio, o una escuelita autónoma, en fin, iniciativas de construcción de nuevos modos de vivir y compartir entre la gran familia del barrio y la madre tierra. Así la campaña NO ES DE VOTEN POR MÍ, SINO QUE CONSTRUYAN CONMIGO, ROMPAMOS JUNTOS LAS BARRERAS DE LA INERCIA, EL CONFORMISMO Y EL INDIVIDUALISMO.
OCTAVO. Así, aunque no participe en la constituyente ni va subiendo por la pirámide del poder, está contribuyendo a la multiplicación de la democracia que quitará poder al poder. Mientras más democracia en el barrio, menos poder central. Así no abandonamos la soberanía popular en manos de los “representantes” sino que la convertimos en cambios reales.
NOVENO: Le deseamos buena suerte, no en votos, pues no le deseamos una falsa sensación-ilusión de “victoria” que no se cumplirá, sino en su propuesta de contribuir a la autoorganización de vecinos y auto-administración o autogestión del barrio. Así avanzando por abajo desde muchos lugares, cada paso será una victoria real y no un canto de cisne moribundo que canta en solitario en la punta de la pirámide rodeado de burócratas, militares, empresarios y pacos.
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