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Treinta familias de origen kolla y guaraní fueron desalojadas el pasado martes por orden de la jueza Cristina del Valle Barbará de Morales (hija del intendente de la localidad salteña de Orán, Eliseo Barbará). A continuación, el desgrabado de la entrevista al secretario de la Comunidad Indígena de Río Blanco.
-Decinos cuál es tu nombre y cómo fue el desalojo
Soy Mario Miranda, tengo 28 años y soy de aquí, de la Comunidad de Río Blanco, de los aborigenes Kolla y Guaraní. Y bueno, esta existencia familiar ya viene desde bastantes años, no es como están diciendo ellos que somos nuevos, eso es totalmente mentira, aquí hay gente que está acá desde hace más de 30 años para abajo. Nosotros estamos aquí desde hace bastantes años trabajando por un medio necesario y para que nuestros hijos tengan un futuro; para que en el día de mañana ellos no tengan que andar saliendo a la calle, o andando haciendo manifestaciones por trabajo. Nosotros luchamos para dejarles esto, la tierra como medio de vida. Nosotros les estamos enseñando a trabajar, a enseñar la agricultura y a practicar nuestra cultura, que es la cultura de nuestros ancestros. Una cultura espiritual, una cultura de la Pachamama.
El desalojo ha sido un día martes, entre las 8 de la mañana, que vinieron estas autoridades a hacernos un desalojo muy brutal y severo, porque nadie tenía conocimiento de esto, no había un preaviso ni nada tampoco. Y vinieron, llegaron y dijeron “hoy es el momento que ustedes se van a ir”. Vino el juez de paz con el abogado de la firma (Higamar SA) y trajeron mas o menos como veinte policías, diciendo que era para defensa. Ellos han hecho lo que han querido, han saqueado todas las cosas de nuestras casas, inclusamente han rompido algunos candados que teníamos en algunas casas. Todas las cosas se llevaron, y cuando le preguntábamos adonde se lo llevaban el juez de paz Gregorio Valencia nos decía “no se, sino tienen adonde lo vamos a tener que tirar a cualquier lado del camino”.
Nosotros quisimos hacer un poco de defensa pero la policía ha querido empezar a ocupar la fuerza, diciendo que nosotros estábamos agrediendo. Pero nosotros no estábamos agrediendo, simplemente estábamos haciendo una defensa por el bien familiar y por los bienes que tenemos de nosotros. Estamos luchando y defendiendo por los derechos que tenemos, por todas las cosas que hemos trabajado en nuestros lugares de trabajo, que es la tierra. Entonces ellos dijeron que eso no nos pertenece, que son de los otros, que nosotros hemos sido unos usurpadores y que ahora si seguíamos ellos iban a usar la fuerza y nos iban a detener a todos. Entonces yo dije que quería que haya paz y tranquilidad, y ellos han dicho que vayamos a buscar un abogado. Entonces fui a buscar al abogado, fuimos a hacer los trámites a Tribunales (en la ciudad de Orán) y allí nos han cerrado todas las puertas. No se pudo conseguir nada y ellos han seguido con el desalojo.
-¿Cuántas familias son las desalojadas?
30 mas o menos, de esta calle. Pero en otra calle hay 30 o 35 familias más de la misma comunidad, que no han sido desalojadas. Y despues tenemos como 20 familias más que están del otro lado. Cada familia debe tener 5, 6 o hasta 8 hijos. Algunos que ya son mayores de edad salieron a recorrer el mundo como se dice, pero los más chicos siguen con nosotros, todos viven de la agricultura.
-¿Y cuántas hectáreas ocupa la comunidad?
Son 500 hectáreas en total, pero estamos trabajando en distintas áreas. Ahorita entre todas las familias desalojadas deben ser como 300 hectáreas. Claro que no están todas las hectáreas descampadas, porque hacemos reservas para el futuro de nuestros hijos, para que ellos puedan hacer esto, para que la tierra no quede desmalezada totalmente. El total de hectáreas cultivadas ahora deben ser de 100 hectáreas, entre toda la comunidad. El resto lo estábamos manteniendo como una forma de reserva y como cuidando también el medioambiente. A través de ello también han venido bastante a explotar todas las maderas, el bosque que nosotros reservábamos, venían diciendo que nosotros no somos dueños, que venían por orden del dueño a sacar todas las maderas. Entonces en esa parte nos oponíamos pero siempre salían ellos; como manejaban tractores y motocierras no nos escuchaban para nada.
-¿Quién los está demandado por las tierras?
El doctor Bruno, que lo está haciendo de parte de Higamar SA. Yo sé que es una empresa sociedad anomina, pero no sabría decirle a qué se dedica porque se desconoce el trabajo que hace. Y hoy han dicho que una vez que ya saquen todo esto nos quieren pasar la rastra a todos los sembrados, a todo lo que tenemos.
-¿Puede contarnos qué tipo de cultivos realizan y cómo es la vida en la comunidad?
Acá siempre hemos vivido de forma independiente, sin miedo a nadie, no teníamos salario de ninguna clase de empresa. Sólo trabajando en esto, en la tierra que labramos cada uno, cada familia. Los trabajos que hacemos cotidianamente son la siembra de maíz, maní, batata, mandioca; después también nos dedicamos a la hortaliza, todo tipo de hortaliza como tomate, pimienta, verdura. De lo poco que sacábamos era para vender al mercado interno y eso servía para sostener la mantención de nuestros hijos. Ese es el medio de vida que hacíamos nosotros. Y través de eso hemos empezado a hacer algunas mejoras, que han sido pensando el futuro para los hijos, para dejar el dia de mañana ese futuro para ellos, un bien para ellos, para que no queden después desprotegidos de todo. Pensábamos dejar las tierras para ellos como tiene que ser y hoy estamos en esto, es totalmente un dolor pensar que nuestros hijos están en la calle. Por eso es que queremos hacer conocer y hacer escuchar esto, que sea conocido por todos los medios, por todas las partes del país y si es posible que llegue al mundo que realmente hay comunidades que están damnificadas por la mano de las empresas y del gobierno. A la hora de la verdad todas las autoridades nos cierran las puertas. Entonces queremos hacer escuchar nuestras voces, a nivel de todas las comunidades y a nivel del pueblo, que conozcan que realmente nosotros luchamos de una forma pasiva, tranquila, reclamando todos los derechos que tenemos, reclamando que se nos respete. Que se nos respete como seres humano y que no nos traten como animales.
-¿Desde cuándo vive usted en Río Blanco?
Yo tengo mas o menos 22 años aquí. Antes trabajábamos a 5 km, en la Finca Abra Grande. En ese tiempo trabajábamos en la zafra pero después hubo unos problemas, cuando el Ingenio San Martín del Tabacal compró la finca y despidió a la gente que trabajaba en Abra Grande. Ahí entonces nos vinimos a posesionar aquí. Yo nací en una colonia del Ingenio pero me crié en Abra Grande. Despues tengo un hermano que trabajaba para el Ingenio y también lo desocuparon y no le pagaron ninguna clase de indemnización. Esto debió haber sido en el 96, o en el 94, no recuerdo.
-¿Qué mensaje le daría a los compañeros del resto de las comunidades del país y del mundo, o de otros sectores con problemas similares?
Yo les diría que tendríamos que tomar una misma conciencia, un mismo pensamiento espiritual como se dice, para unirse entre todos a través de esto para que estos problemas de una vez por todas se terminen, que esto de los terranientes se termine de una vez. Que nosotros como comunidades indígenas un día tenemos que salir adelante y que realmente vamos a triunfar, porque los derechos que tenemos son nuestros, no de ellos. Que tengamos esperanza de que sí vamos a tener los trabajos que debemos tener, un trabajo digno por nosotros mismos, sin necesidad de estar esclavizados o de pasar por manos de patronales. Que tenemos que tener un trabajo digno de nosotros, de sentir el orgullo de crear una cosa con nuestra propia mano.
-¿Puede contar más acerca de la diferencia de trabajar con un patrón y de hacerlo de forma independiente?
En el Ingenio uno trabaja de forma patronal, tenemos que cumplir las 8 horas, tenemos que cumplir las órdenes. Si alguien te dice que hoy vas a trabajar 4 horas allá, lo tenemos que cumplir. Si alguien te dice que tenés que trabajar 4 horas de noche, tenés que ir a trabajar ya seas sereno, regador o lo que sea. Si nosotros por cualquier motivo no podíamos ir, ellos nos ponían una forma de suspensión. También a veces nos mandaban a trabajar 12 horas, pero no nos pagaban las 12 horas. Nos hacían pasar una o una hora y media más y no nos pagaban las horas. De las 8 horas nunca hemos sabido trabajar las 8 horas correctas; siempre pasábamos una hora de más, pero nunca nos reconocían esa hora. Siempre se tiene que estar al criterio de ellos, a las órdenes de ellos. Si llega un domingo que tenemos que descansar como una familia digna, no podemos. Si tenemos que salir a hacer algún relevamiento o alguna parte de sereno o algún trabajo, tenemos que ir. No podíamos estar con la familia ni por un domingo. Entonces por eso yo digo que de una forma particular es muy distinto, porque nosotros al ser independientes hacemos el trabajo a nuestro criterio, a nuestra forma y no estamos recibiendo órdenes de nadie. Nosotros sabemos que tenemos que hacer un trabajo; si tenemos que madrugar, madrugamos. Si tenemos que trabajar todo el día, lo trabajamos, porque sabemos que es para nosotros mismos. Y si tenemos que descansar vamos a descansar, pero tampoco vamos a estar con el temor, diciendo “uy, si me siento aquí ya va a venir el capataz y me va a decir qué hago”, no. La forma independiente de nosotros es lo más mejor que trabajar en una forma de empresa o patronal.
-Y usted ha trabajado casi los últimos 25 años sin patrón
Sí, he trabajado así porque no me gustaba que siempre uno tenga que estar a los dichos de ellos, y si por cualquier cosita hace un error ya lo hechan y no le reconocen absolutamente nada de los demás tiempos que ha trabajado. Por eso yo le digo que hoy por hoy nos duele lo que pasa en muchas empresas. Hasta el mismo Ingenio San Martín a miles de familias las ha despedido así como así, sin reconocerles ningún beneficio hasta ahora. Por eso es que yo digo que nosotros de una vez por todas tenemos que luchar, entre todos tenemos que hacer una fuerza, una cadena. Esto no tiene que ser más, nosotros tenemos que luchar de una forma independiente y tenemos que tener un lugar, una tierra donde trabajemos, donde ya no estemos dependiendo de las industrias o de las patronales, para que ya no haya despedidos como se ve hoy por todo el pais y a nivel de todo los demas paises. Ellos nos quieren tener como sus esclavos. Al quitar todas las tierras que nosotros podemos hacer, ellos nos quieren manejar como a su criterio, en la esclavitud como a nuestros antepasados. Por eso es que yo digo que todos tenemos que alzarnos y hacer escuchar nuestra voz. Para que esta injusticia se termine y se tenga conocimiento a nivel mundial que realmente los pobres, los aborígenes, tenemos fuerza para hacer muchas cosas tambien, y que tenemos inteligencia para trabajar de muchas formas, no comos ellos que piensan que somos unos brutos. Tenemos también inteligencia, fuerza y sabiduria para afrontar nuestro propio trabajo.
-¿Algo que quiera agregar?
Eso nada más, quería agradecer y quiero que esto llegue a todos los medios para que se sepa lo que está pasando.
(*) Esta entrevista fue realizada el Jueves 4 de Marzo en las inmediaciones del acceso a la Comunidad Indígena Río Blanco, a 2 km de la ruta 50