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La Venezuela del Vivir Bien más allá de las Derechas y las Izquierdas

Isidro Camacho :: 22.02.21

La ignominiosa situación en esta VENEZUELA DEL MAL VIVIR nos obliga como ciudadanos activos en pensar, actuar e imaginar UNA VENEZUELA DEL VIVIR BIEN que se ubique en las antípodas del vivir mal en la que nos encontramos la inmensa mayoría de los venezolanos. Los dos extremos minoritarios que tienen en jaque a la inmensa mayoría de los y las venezolanas mantienen una falsa polarización porque la necesitan para poder seguir teniendo el control de los espacios de poder.

La Venezuela del Vivir Bien más allá de las Derechas y las Izquierdas

La ignominiosa situación en esta VENEZUELA DEL MAL VIVIR nos obliga como ciudadanos activos en pensar, actuar e imaginar UNA VENEZUELA DEL VIVIR BIEN que se ubique en las antípodas del vivir mal en la que nos encontramos la inmensa mayoría de los venezolanos. Los dos extremos minoritarios que tienen en jaque a la inmensa mayoría de los y las venezolanas mantienen una falsa polarización porque la necesitan para poder seguir teniendo el control de los espacios de poder. La base fundamental que sustenta este yugo descansa en una ideologización de la vida. Por eso se hace necesario DESPENSAR el ejercicio de esa anacrónica ideologización del vivir mal para REPENSAR el ejercicio de la ciudadanía activa del VIVIR BIEN.

Despensar esa falsa polarización en la que siempre se habla de dos polos, supuestamente opuestos, pero que finalmente se unen, pasa por desplazar del discurso político la falsa confrontación entre derechas e izquierdas. Esta falsa confrontación son un lastre de la COLONIALIDAD DEL PODER eurocéntrico heredado desde la modernidad y que tiene un eje referencial, que no el primero, la Revolución Francesa; de allí ese estigma entre derecha e izquierda. La cúpula partidista en Venezuela tanto la que se autoproclama como oposición como la que se asume gobierno, son dos polos que finalmente anidan en el mismo charco del pranato político. “Las ideologías y los conceptos han perdido mucho de su atractivo, así como los clisés tradicionales como “izquierda” y “derecha” o “comunismo” y “capitalismo” han perdido su significado. Los individuos buscan una nueva orientación, una nueva filosofía, que tenga por centro la prioridad de la vida —física y espiritual— y no la prioridad de la muerte”

 

La caracterización de ese PRANATO POLÍTICO es necesario tenerla en cuenta para poder plantearse un repensar de la CIUDADANÍA ACTIVA. Veamos cuáles son las características esenciales de estos pranes de la política venezolana; caracterizarlos es esencial, a partir de evidenciarlos podemos proponer el repensar una ciudadanía activa. Veamos pues la caracterización de este pranato político.

CARACTERIZACIÓN DEL PRANATO POLÍTICO EN VENEZUELA:

1.- PROFUNDAMENTE INMORAL: Estos PRANES ideologizados se saltan cualquier principio de ética en función de mantener el control del poder. Esto se refleja en el desparpajo de acusar, cada uno con su cada cual, de las mismas falencias que acusan a su interior.

2. METASTÁSICAMENTE CORRUPTO: estos PRANES le tienen una fobia congénita a la honestidad por ello cuanto recurso les llega a sus manos inmediatamente lo desvían para su usufructo personal y sus LUCEROS.

3. IRREMEDIABLEMENTE INEFICIENTES E INEFICACES: los trúhanes pranáticos no resuelven nada; no sólo no resuelven nada, sino que lo que hacen es colocar más obstáculos a las posibles soluciones para salir de la crisis actual.

4. CONNOTADAMENTE SECTARIOS: estos especímenes mantiene una conducta de secta y como cualquier secta se creen unos ungidos que execran a quienes no se comportan como ellos.

5. OBSTENSIBLEMENTE AUTORITARIOS: por ello en nombre de la democracia imponen una verticalidad, un autoritarismo en donde sus correligionarios sólo les queda el triste papel de obedecer, de borregos que se identifican con sus propios verdugos.

 

Vistas así las cosas, se hace necesario construir una manera distinta del ejercicio de la ciudadanía activa. Únicamente es posible el ejercicio distinto de la participación alejándose diametralmente de estas pranáticas formas del ejercicio del poder. Por ello esa falsa confrontación entre derechas e izquierdas hay que trascenderlas. En principio porque parten de una colonialidad del poder que, a pesar de lo que se dice, tiene su referente en otro tipo de desarrollo histórico que no es el nuestro.

La falsa confrontación entre derechas e izquierdas parte únicamente de la confrontación entre dos extremos, falsamente fabricados con premeditación y alevosía, para hacer un ejercicio pranático del poder. Pero además la confrontación sólo la presentan en una dimensión lineal de ida y vuelta. Por ello se ubican en los dos extremos, pero en la misma línea. Resulta y acontece de la dinámica social es mucho más compleja y sistémica y caótica que ese razonamiento lógico-positivista.

La dinámica social ni es lineal ni tampoco tiene sólo dos extremos; antes por el contrario se comporta de manera caótica, multidimensional y sistémica. De allí que plantearse la dinámica social únicamente como una confrontación de luchas de clases, de conflictos interminables entre ricos y pobres, de oposición entre Mercado y Estado, además de una soberana estupidez representa un anacronismo histórico.

Hay otras dinámicas que exceden esta estrecha visión de la sociedad. La sociedad abarca otros elementos más allá de la materialidad. Ese esquematismo teórico manualesco de estructura e infraestructura no da ya más. Por eso a nivel internacional en todos los continentes incluyendo el nuestro vemos la aparición de organizaciones sociales de una gama muy diversa al margen de los partidos políticos que han trascendido estos manuales.”(…) la emergencia de estos movimientos demuestra que la opresión y la exclusión tienen dimensiones que el pensamiento crítico emancipatorio de raíz eurocéntrica ignoró o desvalorizó”[ii].

Es por ello que se hace necesario, para salir de este MAL VIVIR, en repensar el ejercicio de una ciudanía activa que allane el camino del VIVIR BIEN en Venezuela. Dicha construcción debe alejarse de esta estrecha visión del ver la realidad venezolana como una linealidad que sólo tiene dos extremos (minoritarios) que polarizan, envuelven y estrangulan a la inmensa mayoría de los y las venezolanas. Trascender el ejercicio pranático del poder de estas dos minorías pasa por repensar ese ejercicio del poder a través de una ciudadanía activa por el vivir bien.

LA CIUDADANÍA ACTIVA DEL VIVIR BIEN debe partir de comprender la sociedad venezolana como una complejidad sistémica, multidimensional y caótica. La complejidad viene dada por la confluencia de diversas aristas más allá de las materiales, que incluyen la espiritualidad, el sentir y la convivencia respetuosa con la naturaleza, por ejemplo. Lo multidimensional, en diferentes espacios y a diferentes ritmos, se comporta por la presencia no sólo de lo material, sino del sentir, del pensar. La caoticidad viene dada por la existencia de diversas dimensiones que no sólo se expresan en universos distintos sino que tienen del mismo modo ritmos del tiempo que acusan un ritmo diacrónico pero también diacrónico.

CARACTERIZACIÓN DE LA CIUDADANÍA ACTIVA PARA EL VIVIR BIEN:

 

1. PROFUNDO EJERCICIO ACTIVO DE LA HONRADEZ Y LA TRANSPARENCIA EN EL MANEJO DE LOS RECURSOS DE LOS CIUDADANOS: Este es un principio seminal del que debe partir una ciudadanía del vivir bien y que se ubica en la dimensión espiritual, más no en la material como se ha pretendido ver, y que parte de un eje que es transversal a toda persona: no apropiarse de lo que no es suyo; de no individualizar un recurso que es del colectivo. Esta obviedad resulta que ahora no es tal. Lo obvio es que aquel que se le delega el poder se cree con el derecho de usufructuar los recursos del colectivo como si hubiesen sido producto de su esfuerzo o trabajo y en consecuencia le da un uso personal.

2. EMULAR EL MÉRITO: una ciudadanía activa del vivir bien tiene que rescatar un valor fundamental de una sociedad sana que no es otra cosa que a cada cual le corresponda según su capacidad y a cada quien según su necesidad. La Venezuela del mal vivir en la que nos encontramos emula el arribismo, lambe piso, el que se doblega, el borrego; todas estas taras sociales, lo que hace es perpetuar una tóxica maldirigencia pranática que en nombre del pueblo vive del pueblo.

3. SER CONSECUENTE CON LO QUE SE DICE: hasta ahora el ejercicio pranático de estas dos minorías le dicen una cosa a sus correligionarios y en la práctica actúan de una manera contraria. Una ciudanía activa para el vivir bien debe conjugar lo que dice con lo que hace. Es a lo que llama el apóstol: la mejor manera de decirlo es hacerlo.

4. EJERCICIO DE UN APOSTOLADO DE SERVIR AL PRÓJIMO: la Venezuela del mal vivir en la que nos tienen secuestrado este pranato político vive del prójimo. Una ciudadanía activa para una Venezuela del vivir bien debe partir por un principio básico de servir al prójimo. Esto no implica darle dádivas, sino acompañarlo en su sufrimiento, aprender de él, intercambiar saberes con él para juntos transitar de la mejor manera sin convertirnos en sus opresores en nombre de su supuesta defensa. El prójimo no necesita que se le defienda, lo que necesita es que se le acompañe.

5. LA PREMINENCIA DE LO COLECTIVO SOBRE EL INDIVIDUALISMO: se viene construyendo una tónica de exaltar lo individual sobre lo colectivo. Esta es otra falacia. No hay manera de salir de este mal vivir de manera egoísta, ergo individualista. La posibilidad de construir una ciudadanía activa de la Venezuela del vivir bien pasa por hallar una salida entre todos, como comunidad; de no hacerlo, estos pranes seguirán en el poder. Cuando hablo de la preminencia de los colectivo sobre lo individual, no pretendo negar la individualidad de cada quien; a lo que me refiero, es defenestrar las poses egoístas. De manera que es lo colectivo dentro de la pluridiversidad.

6. ESTIMULAR EL ESTUDIO: este pranato político es intelectualmente mediocre. Pero además esa mediocridad la estimula entre sus correligionarios; les hacen hacer ver, que para ser “político” lo que hace falta es tener mañas y fuerza bruta. Por eso adversan al estudio y prefieren “asesores” que le digan qué hacer. La existencia de una ciudadanía activa para una Venezuela del vivir bien se debe construir sobre la base del estudio sistemático de la realidad confrontando teoría con práctica, reelaborando teoría. No se puede transformar una sociedad sino se le estudia, esto es un axioma impostergable.

7. RESPETAR EL DISENSO: las dos minorías pranáticas son fundamentalistas, sectarias, dogmáticas, extremistas. El ejercicio de una ciudadanía activa para la Venezuela del vivir bien debe respetar el disenso. La pluralidad de visiones es lo que nos permite construir una verdad más cercana a la realidad. Una ciudadanía activa para el vivir bien debe saber escuchar al otro, respetar sus posiciones en el entendido que no son irracionales. Convivir significa manejar las contradicciones en un plano que no generan enfrentamientos infructuosos. De lo que se trata en todo caso es en sabernos poseedores de una parte de la verdad, no de toda.

9. PRACTICAR LA HETERARQUÍA: un ejercicio de la ciudanía activa para una Venezuela del vivir bien es contraria al verticalismo en la toma de decisiones, se opone al as jerarquías, al mande y obedezca. Construir un PODER HETERÁRQUICO hace posible que la multidimensionalidad, la caoticidad, la sistematicidad de la sociedad encuentre el mejor rumbo. Lo heterárquico no comulga con el MESIANISMO.

8. FOMENTAR EL RESPETO POR LA NATURALEZA: al ritmo que vamos no sólo despareceremos como humanidad sino que despareceremos el planeta. Una ciudadanía activa para la Venezuela del vivir bien pasa por respetar a la naturaleza, de protegerla de convivir en armonía con ella, no de explotarla; la naturaleza no es un recurso, es la esencia de la vida.

Estamos nuevamente, en otras condiciones, a las puertas de un proceso electoral. Como es de costumbre las dos minorías polarizadas artificialmente pretenden erigirse como salvadoras del desastre de las que ellas son responsables. Las dos aparecen como las únicas vías a seguir. Las dos, de manera cínica, fomentan el desánimo para que la ciudadanía activa no participe, saben que una participación mayoritaria de los y las ciudadanas significaría su derrota. Pretende hacernos ver que ellos son los “ungidos” y que nadie más tiene las soluciones. Nos llaman a la unidad pero bajo su mandato, ergo teniendo a ellos como jefes.

Por ello hay que participar masivamente. Sabemos que controlan el poder a su antojo; pero no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Hay que propiciar el encuentro entre la mayoría de los venezolanos que estamos cansados de esta farsa entre dos extremos que se tocan y copulan. La ciudadanía activa de la VENEZUELA DEL VIVIR BIEN debe organizarse para participar en las elecciones. Pero eso no es suficiente, debe incorporarse activamente en el teorizar y en el ejercicio de la búsqueda de soluciones desde los micro hasta lo macro. La única manera de derrotar el FASCISMO SOCIAL en lo que nos tienen enclaustrado es disputar los espacios más allá de las instancias del Estado. Hay que contribuir, fomentar, estimular, fortalecer los espacios de liberación al margen del mal vivir para avanzar en los espacios del vivir bien de manera permanente.

 

__________________________________

[i] Fromm, E. (1971). La revolución de la esperanza. Fondo de cultura económica.

[ii] De Sousa Santos, B. (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Ediciones Trilce.


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