El siguiente texto forma parte del Capítulo 15, ‘Women, Love and Marriage’, (Mujer, amor y matrimonio) del Libro Anarchism, A Documentary History of LibertarianIdeas, del compilador Robert Graham. Traducción al castellano por @rebeldealegre
Bakunin, en contraste con Proudhon, se oponía a la autoridad patriarcal. En su ensayo sobre la educación integral, denuncia la autoridad del padre sobre sus hijos. En sus programas y manifiestos revolucionarios, defiende consistentemente los iguales derechos para la mujer. En su Catequismo Revolucionario de 1866 escribió: “La mujer, distinta al hombre pero no inferior a él, inteligente, industriosa y libre como él, se declara su igual tanto en derechos como en toda función y deber político y social.” (Selected Writings, New York: Grove Press, 1974, ed. A. Lelming, page 83). En consecuencia llama a:
La abolición no solo de la familia natural sino de la familia legal fundada sobre la ley y la propiedad. El matrimonio religioso y civil será reemplazado por el matrimonio libre.
Hombres y mujeres adultos tienen el derecho a unirse y separarse como les plazca, ni tiene la sociedad el derecho a obstaculizar su unión o a forzarles a mantenerla. Con la abolición del derecho a herencia y la educación de los niños asegurada por la sociedad, todas las razones legales para la irrevocabilidad del matrimonio desaparecerán. La unión de un hombre y una mujer debe ser libre, pues una elección libre es la condición indispensable para la sinceridad moral. En el matrimonio, mujer y hombre deben disfrutar de libertad absoluta. Ni la violencia ni la pasión ni los derechos antes rendidos pueden justificar una invasión de uno a la libertad del otro, y toda invasión como tal ha de considerarse un crimen. (Bakunin on Anarchism, Montreal: Black Rose Books, 1 980, pp. 93-94)
Dentro de la Primera Internacional, los federalistas anti-autoritarios asociados con Bakunin, como Eugene Varlin, adoptaron una postura similar, que tuvo la oposición de los seguidores de Proudhon, los mutualistas franceses. Pero no solo fueron los Proudhonianos en la Primera Internacional quienes ridiculizaron las ideas de Bakunin respecto a la igualdad de sexos. En su nota en oposición a la afirmación de Bakunin en el Programa de la Alianza Socialista Internacional (1868) de que la Alianza apoyaba por sobre todo “la igualdad política, económica y social de los individuos de cualquier sexo” (Bakunin, Selected Writings, pág. 174), Marx llamó a Bakunin hermafrodita, y ridiculizó a su esposa por haber añadido su firma al programa. La relación de Bakunin con su esposa Antonia fue objeto de considerable desdén porque, consistente con sus principios anarquistas, él nunca buscó restringir sus relaciones con otros hombres y actuó como padre cariñoso con los hijos de ella.
En los siguientes extractos de Estatismo y Anarquía (1873), reimpresos en Bakunin sobre Anarquismo, Bakunin vuelve al tema de la dominación patriarcal. En contraste con otros socialistas rusos de su era, Bakunin no tenía ilusión alguna respecto a la estructura social autoritaria y patriarcal de la comuna campesina rusa, el Mir, que otros veían como la base para el socialismo campesino.
El ideal del pueblo ruso se ve eclipsado por tres (…) rasgos que debemos combatir con toda nuestra energía… 1) paternalismo, 2) la absorción del individuo por parte del Mir, 3) confianza en el Zar. (…) Los dos últimos, la absorción del individuo por parte del Mir y el culto al Zar, son el efecto natural e inevitable del primero, es decir, el paternalismo de quienes gobiernan. Este es un gran mal histórico, el peor de todos…
Este mal deforma toda la vida rusa, y por cierto la paraliza, con su vulgar letargo de la familia, el mentir crónico, la ávida hipocresía, y finalmente, el servilismo que hace la vida insoportable. El despotismo del marido, del padre, del hermano mayor sobre la familia (ya una institución inmoral por virtud de sus desigualdades jurídico-económicas), la convierten en una escuela de violencia y de bestialidad triunfante, de cobardía y de las perversiones cotidianas del hogar familiar. La expresión “cementerio blanqueado” (*) es una buena descripción de la familia rusa.
… [El patriarca de la familia] es simultáneamente un esclavo y un déspota: un déspota ejerciendo su tiranía sobre todos bajo su techo y dependientes de su voluntad. Los únicos amos que él reconoce son el Mir y el Zar. Si él es la cabeza de la familia, se comportará como un déspota absoluto, pero será sirviente del Mir y esclavo del Zar. La comunidad rural es su universo; solo existe su familia y a un nivel más alto el clan. Esto explica por qué el principio patriarcal domina al Mir, una tiranía odiosa, una sumisión cobarde, y la negación absoluta de todos los derechos individuales y de la familia . . .
Uno de los más grandes infortunios en Rusia es que cada comunidad constituye un círculo cerrado. Ninguna comunidad encuentra necesario tener la menor conexión orgánica con otras comunidades. Están ligadas por el intermediario del Zar, el “pequeño padre,” y solamente por el supremo poder patriarcal conferido a él. Es claro que la desunión paraliza a las personas, condena a sus revueltas casi siempre locales a la derrota cierta y a la vez consolida la victoria del despotismo …
La lucha contra el régimen patriarcal está en el presente levantándose en casi todo pueblo y en toda familia. En la comunidad rural, el Mir ha degenerado al punto en que se ha vuelto un instrumento del Estado. El poder y la voluntad burocrática arbitraria del Estado es odiado por el pueblo y la revuelta contra este poder y su voluntad arbitraria es al mismo tiempo una revuelta contra el despotismo de la comunidad rural y del Mir.