Para proteger el planeta y a las personas, debemos reconocer y rechazar el lavado verde, los mercados de carbono y el mito de la compensación de las emisiones de carbono que subyace al programa empresarial de las soluciones basadas en la naturaleza (SbN).
Las medidas reales de apoyo a la diversidad biológica contribuirán de manera decisiva a la consecución del objetivo del Acuerdo de París, entre otras cosas, mediante la protección de los ecosistemas ricos en carbono y de las comunidades cuyos medios de vida dependen de esos ecosistemas.
Si existe la posibilidad de desvincular las SbN de la compensación de emisiones y centrarse en cambio en la protección de los ecosistemas, los derechos y los medios de vida, entonces se podrán apoyar esas opciones basadas en la naturaleza. Cuando se utilizan las SbN como compensación por emisiones de carbón, son simplemente seducciones basadas en la naturaleza.
¿Soluciones basadas en la naturaleza o seducciones basadas en la naturaleza?
Desenmascarando el peligroso mito de que las soluciones basadas en la naturaleza pueden ser suficientes para mitigar el cambio climático
Por Doreen Stabinsky*
“Soluciones basadas en la naturaleza” (SbN) es un término ampliamente utilizado pero vagamente definido. Significa una serie de cosas para diferentes personas, incluyendo muchas acciones y enfoques positivos, como la agroecología y la restauración de ecosistemas. Sin embargo, un grupo de actores está utilizando el término para impulsar un programa particular relacionado con la biodiversidad y el cambio climático, cuya comprensión es esencial para comprender las políticas actuales en torno a las SbN. Este artículo se propone describir esa agenda y cómo se utilizan las SbN dentro de ella.
Orígenes, distorsiones y mitos
En 2016, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) introdujo el término “soluciones basadas en la naturaleza” en el discurso de la conservación mundial. La UICN define las “soluciones basadas en la naturaleza” como “acciones para proteger, gestionar de forma sostenible y restaurar los ecosistemas naturales o modificados que abordan los problemas de la sociedad de forma eficaz y adaptable, proporcionando al mismo tiempo bienestar humano y beneficios para la biodiversidad.”(1) En una ampliación reciente, hacen referencia a siete problemas de la sociedad que deben abordarse en las estrategias de conservación de la naturaleza: mitigación del cambio climático y adaptación al mismo, reducción del riesgo de desastres, desarrollo económico y social, salud humana, seguridad alimentaria, seguridad del agua e inversión de la degradación de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad.
Aunque sus orígenes se encuentran en conversaciones políticas más amplias en torno a la conservación de la naturaleza, gran parte de la atención que se ha prestado recientemente a la Estrategia Nacional de Biodiversidad se ha centrado en el desafío del cambio climático y las posibles contribuciones basadas en la naturaleza a la mitigación, la adaptación y la reducción del riesgo de desastres. De estos temas, la mitigación del cambio climático es el que ha atraído más atención. Alimentan esa atención las conclusiones de un artículo científico de 2017 sobre “Soluciones climáticas naturales”, en el que se sugería que esas soluciones –que evitarían las emisiones de los ecosistemas naturales y agrícolas o aumentarían la retención de carbono en ellos– podrían proporcionar más de un tercio del esfuerzo mundial de mitigación necesario para 2030.(2) A pesar de la aplicación limitada de esa conclusión particular (2), la cifra del 37% es citada ampliamente como la posible contribución de la naturaleza a la mitigación del cambio climático.
Un motivo adicional y probablemente más importante para prestar atención a las SbN es el mito de que las posibilidades de secuestro de carbono de la naturaleza pueden compensar (lo que en el mercado del carbono se denomina “offset”) la continua quema de combustibles fósiles.
Se trata de un mito especialmente peligroso si queremos alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2ºC y proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC de calentamiento por encima de los niveles preindustriales. La ciencia es muy, muy clara: para lograr ese objetivo será necesario descarbonizar nuestras sociedades y aumentar las posibilidades de eliminación y secuestro de carbono en los ecosistemas de nuestro planeta en los próximos decenios. La descarbonización requiere que dejemos de utilizar combustibles fósiles (carbono) para impulsar nuestras economías. No queda tiempo para permitir que algunos continúen quemando combustibles fósiles mientras la naturaleza de alguna manera “compensa” esa quema.
¿Soluciones o seducciones?
Actualmente hay muy pocas maneras de eliminar el carbono de la atmósfera. Esas posibilidades se encuentran en la naturaleza: en el potencial de secuestro de carbón de los árboles, los suelos, los humedales y los pastizales.(3)
Las contribuciones de la naturaleza a la eliminación del carbono, si son adicionales a los esfuerzos por descarbonizar, son fundamentales para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París. Sin embargo, la idea de que las eliminaciones podrían compensar o contrarrestar las emisiones continuas en otros lugares es una mera seducción. Las compensaciones no reducen la concentración general de dióxido de carbono en la atmósfera; en el mejor de los casos, no dan lugar a más emisiones netas.
Debemos aprender a separar las genuinas soluciones basadas en la naturaleza de las “seducciones basadas en la naturaleza”, tales como las compensaciones de carbono. No hay almuerzo gratis aquí. Para hacer frente al cambio climático hay dos acciones indispensables: poner fin a la quema de combustibles fósiles y hacer todo lo posible para eliminar de la atmósfera el carbono acumulado en el siglo pasado por las emisiones fósiles.
La quema de combustibles fósiles añade nuevo carbono (llamémoslo carbono fósil) a la atmósfera. Este carbono ha sido enterrado muy profundo bajo tierra y por lo tanto no ha sido parte del ciclo natural del carbono superficial (terrestre) durante millones de años. Sí, el ciclo de carbono terrestre absorberá parte de ese carbono fósil. Pero la tierra (suelos, bosques, pastizales, es decir, la “naturaleza”) no absorberá todo el carbono que estamos liberando al quemar combustibles fósiles, ni lo hará en las largas escalas de tiempo que afectan al clima.
La constante acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera como resultado de la quema de combustibles fósiles es el núcleo del problema climático y es fundamental cuando se consideran las “soluciones” a ese problema. El dióxido de carbono tiene un tiempo de residencia en la atmósfera de cientos a miles de años y continúa acumulándose a medida que continuamos quemando combustibles fósiles. Las soluciones reales al cambio climático deben detener completamente las emisiones de carbono fósil y secuestrar el carbono ya emitido durante cientos o miles de años.
El carbono secuestrado en el ciclo del carbono terrestre no está secuestrado permanentemente, y ciertamente no en escalas de tiempo de cientos a miles de años. Está sujeto a inversiones, incluidas las inducidas por el clima, como se espera que ocurra a medida que los ecosistemas se calientan; los bosques se degradan debido a la sequía, el calor y el fuego; los suelos y los pastizales pierden carbono a medida que las temperaturas se calientan; los humedales pierden carbono a medida que se secan. Los ecosistemas naturales y agrícolas pueden desempeñar un papel muy importante en el secuestro de carbono, de hecho, pero no son soluciones a largo plazo para el cambio climático.
La seducción de las compensaciones basadas en la naturaleza
Las empresas, en particular las que se dedican a los combustibles fósiles y a la agroindustria, están aumentando sus inversiones en SbN. Los principales actores de los combustibles fósiles afirman explícitamente que estas “soluciones” compensarán su continua venta de combustibles fósiles. Shell dice que “tiene la intención de hacer inversiones significativas en proyectos que utilizan la naturaleza para reducir las emisiones de CO2”, con la clara intención de que “estos proyectos pueden conducir a la comercialización, el comercio y la venta de créditos [de compensación] de carbono”. El gigante italiano de combustibles fósiles Eni planea aumentar la producción de petróleo y gas en un 3,5% anual hasta 2025, y luego se propone reducir su huella de carbono en un 80% hacia 2050, utilizando 30 millones de toneladas anuales de compensaciones de carbono para 2050, con base en proyectos de conservación de bosques primarios y secundarios.(4)
Las principales organizaciones de conservación con sede en los Estados Unidos, como Conservation International, Environmental Defense Fund y The Nature Conservancy, han sido socios voluntarios en el “lavado verde” de las acciones de las mayores empresas de combustibles fósiles. Estos tres grupos tienen en común una posición favorable a las compensaciones de carbono y a las prácticas de comercialización de créditos de carbono. Junto con las empresas de combustibles fósiles, están interesados en promover los mercados de compensación de carbono.
“Lavado verde” y colonialismo del carbono
Los mercados de carbono y los mitos de la compensación son útiles para aquellos que quieren continuar con sus negocios como de costumbre. También les son útiles los proyectos de compensación basados en la naturaleza, como por ejemplo las campañas de alto perfil de plantación de árboles, que sirven para ocultar las emisiones y para limpiar la imagen de quienes las emiten. A medida que aumenta la necesidad de estos proyectos de “lavado verde”, las SbN en el Sur global son priorizadas por su “naturaleza” fotogénica y carismática.
El colonialismo del carbono es otro término que se utiliza para describir esta práctica de buscar “soluciones” a las emisiones propias en las tierras y bosques de otros. El término “soluciones basadas en la naturaleza” debería provocar una serie de preguntas: ¿Soluciones para qué? ¿De quiénes son los problemas que se están resolviendo? ¿Quién se está beneficiando de la “solución”? ¿Quién puso el carbono en la atmósfera en primer lugar y quién debería ser responsable de eliminarlo?
¿Qué hacer?
Las SbN son un elemento central de las estrategias de la industria de los combustibles fósiles para ocultar sus planes de seguir extrayendo y vendiendo combustibles fósiles, a pesar del claro consenso científico de que la descarbonización es la única forma de detener el cambio climático.(5)
Pero el emperador no tiene ropa. Las compensaciones no reducen las emisiones y no son una solución climática. La industria de los combustibles fósiles está lavando su imagen al mismo tiempo que sus prácticas continúan aumentando la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.
Mientras la industria busca en todo el mundo bosques, pastizales y suelos para colonizar por su potencial de secuestro de carbono, y blanquea su imagen con hermosas fotos de estas “soluciones” basadas en la naturaleza, sus emisiones cotidianas conducen directamente a los impactos climáticos que amenazan la misma biodiversidad sobre la que construyen estas “soluciones”. Estos proyectos ya están resultando en apropiación de tierras, ataques a los derechos humanos e impactos en los medios de vida de los pueblos indígenas y las comunidades locales, que aumentarán a medida que las industrias traten de adquirir ecosistemas naturales para absorber su contaminación de carbono.
Para proteger el planeta y a las personas, debemos reconocer y rechazar el lavado verde, los mercados de carbono y el mito de la compensación de las emisiones de carbono que subyace al programa empresarial de SbN. Apoyamos la protección de la biodiversidad por muchas razones, entre ellas porque los ecosistemas son importantes para el secuestro de carbono. Las medidas reales de apoyo a la diversidad biológica contribuirán de manera decisiva a la consecución del objetivo del Acuerdo de París, entre otras cosas, mediante la protección de los ecosistemas ricos en carbono y de las comunidades cuyos medios de vida dependen de esos ecosistemas. Si existe la posibilidad de desvincular las SbN de la compensación de emisiones y centrarse en cambio en la protección de los ecosistemas, los derechos y los medios de vida, entonces se podrán apoyar esas opciones basadas en la naturaleza. Cuando se utilizan las SbN como compensación por emisiones de carbón, son simplemente seducciones basadas en la naturaleza.
Notas:
(1) https://www.iucn.org/theme/ecosystem-management/our-work/iucn-global-standard-nature-based-solutions
https://www.pnas.org/content/114/44/11645
(2) En el artículo se examinan 20 prácticas concretas que entrañan la protección, la restauración y el manejo de ecosistemas naturales y agrícolas, y las mayores contribuciones al potencial de mitigación provienen de la reforestación y la conversión forestal evitada. Sin embargo, la cifra del 37% citada en el artículo sólo se aplica al potencial para el próximo decenio. Después de eso, la contribución potencial a la mitigación necesaria disminuye rápidamente por varias razones, entre ellas la saturación, la permanencia, el área finita de los ecosistemas donde podría almacenarse el carbono y la escala de la descarbonización casi total de las economías que, en última instancia, se requiere para mantenerse por debajo de 2°C o 1,5°C de calentamiento.
(3) Algunos prevén un papel cada vez más importante en el futuro para opciones tecnológicas como la mejora del control meteorológico, la captura directa de carbón del aire o la captura y el almacenamiento de carbono en bioenergía (BECCS). Pero esas opciones no son viables a ninguna escala útil en este momento. El uso de la geoingeniería para la eliminación del dióxido de carbono, de hecho, es un elemento crítico y muy criticado de la conversación sobre la mitigación del cambio climático, pero aquí centramos el debate en la SbN.
(5) Los gobiernos también están interesados en adoptar las SbN como parte de sus esfuerzos de mitigación. Los principios que deben seguir son los mismos: las SbN deben utilizarse junto con los esfuerzos de descarbonización y además de ellos, no como un medio para ocultar la inacción. Los gobiernos pueden tratar de ocultar las emisiones continuas detrás de las promesas de alcanzar el “cero neto”, en el que la absorción y las emisiones se suman para lograr un objetivo de emisiones “netas” que suena más potable. Si estos objetivos no se basan en el principio de maximizar primero la descarbonización, el resultado final es similar al de nuestra historia de compensación, los gobiernos terminan sonando mucho más ecológicos de lo que realmente son, y seguiremos en un rumbo que supera ampliamente los 2°C de calentamiento.
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* Doreen Stabinsky es profesora de política ambiental mundial en el College of the Atlantic en Bar Harbor, Maine, EE.UU. Este artículo fue producido con una contribución financiera parcial de SwedBio/Stockholm Resilience Centre.