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“En lo que a mí respecta, creo que la Escuela de Frankfurt planteó problemas en los que todavía se está trabajando” - Michel Foucault-
Entrevista a Michel Foucault realizada por Duccio Trombadori , realizada el año 1978 y publicada originalmente en italiano.
Duccio Trombadori: Con los hechos del 68, otra corriente teórica cobró fuerza y se confirmó como un referente de notable importancia en la cultura juvenil. Hablo de la Escuela de Frankfurt: Adorno, Horkheimer y mucho más que ellos, Marcuse, se encontraron con sus obras en el centro de los debates ideológicos estudiantiles. La lucha contra la represión, el antiautoritarismo, la fuga de la “civilización”, la negación radical del “sistema”: todos estos fueron temas que con más o menos confusión intelectual fueron debatidos como consignas por masas de jóvenes. Me gustaría saber cómo se relaciona su pensamiento con esa corriente teórica, también porque parece que no lo ha abordado directamente.
Michel Foucault: Sería necesario comprender mejor por qué, a pesar del trabajo de muchos de sus exponentes en París tras su expulsión de las universidades alemanas por los nazis, la Escuela de Frankfurt pasó desapercibida durante mucho tiempo en Francia. Empezó a discutirse con cierta intensidad y frecuencia sólo en relación con el pensamiento de Marcuse y su marxismo freudiano. En cualquier caso, sabía poco sobre la Escuela de Frankfurt. Había leído ciertos textos de Horkheimer dedicados a todo un conjunto de discusiones cuyo significado entendía con dificultad y en las que sentía cierta laxitud, sobre todo en lo que se refiere a los materiales históricos analizados. Luego recuerdo haber leído un libro sobre problemas penales y los mecanismos de castigo que había escrito Kircheimer en Estados Unidos.
En ese momento me di cuenta de cómo la gente de Frankfurt había intentado de antemano afirmar cosas que yo también había estado trabajando durante años para mantener. Esto incluso explica una cierta irritación que mostraron algunos de ellos al ver que en Francia hubo experiencias que fueron, no digo idénticas, pero en algunos aspectos muy similares. En efecto, la corrección y la fecundidad teórica habrían exigido un conocimiento y un estudio mucho más profundos de la Escuela de Frankfurt. En lo que a mí respecta, creo que la Escuela de Frankfurt planteó problemas en los que todavía se está trabajando. Entre otros, los efectos del poder que están vinculados a una racionalidad que se ha definido histórica y geográficamente en Occidente, a partir del siglo XVI. Occidente nunca podría haber alcanzado los efectos económicos y culturales que le son únicos sin el ejercicio de esa forma específica de racionalidad. Ahora bien, ¿cómo separar esta racionalidad de los mecanismos, procedimientos, técnicas y efectos del poder que lo determinan, que ya no aceptamos y que señalamos como la forma de opresión propia de las sociedades capitalistas, y quizás de las sociedades socialistas? ¿también? ¿No se podría concluir que la promesa de Aufklärung (Ilustración), de alcanzar la libertad a través del ejercicio de la razón, ¿ha sido, por el contrario, volcado dentro del dominio de la Razón misma, que le está quitando cada vez más espacio a la libertad? Es un problema fundamental que todos debatimos, que es común a muchos, sean comunistas o no. Y este problema, como sabemos, fue señalado por Horkheimer antes que los demás; y fue la Escuela de Frankfurt la que midió su relación con Marx sobre la base de esta hipótesis. ¿No fue Horkheimer quien sostuvo que en Marx existía la idea de una sociedad como una inmensa fábrica?
Duccio Trombadori: Le asignas una gran importancia a esta corriente de pensamiento. ¿A qué atribuye las anticipaciones y los resultados obtenidos por la Escuela de Frankfurt que ha resumido brevemente?
Michel Foucault: Creo que la Escuela de Frankfurt tenía una mayor probabilidad de conocer y analizar desde el principio con información exacta lo que sucedía en la URSS y esto en el marco de una intensa y dramática lucha política, mientras el nazismo cavaba la tumba de la República de Weimar; esto se contrastaba con el trasfondo de Alemania, donde el marxismo y la reflexión teórica sobre Marx tenían una sólida tradición de más de cincuenta años.
Cuando reconozco todos estos méritos de la Escuela de Frankfurt, lo hago con la mala conciencia de quien debería haberlos conocido y estudiado mucho antes de lo que era. Quizás si hubiera leído esos trabajos antes, seguramente me hubiera ahorrado un tiempo útil: no habría necesitado escribir algunas cosas y habría evitado ciertos errores. De todos modos, si me hubiera encontrado con la Escuela de Frankfurt cuando era joven, me habría seducido hasta el punto de no hacer otra cosa en la vida que el trabajo de comentarlos. En cambio, su influencia sobre mí sigue siendo retrospectiva, una contribución alcanzada cuando ya no estaba en la edad de los “descubrimientos” intelectuales. Y ni siquiera sé si alegrarme o sentir pena por eso.