Castillo es de una corriente rebelde de los maestros, tristemente está atado a un partido político, pero tal vez su éxito se deba al apoyo que le han dado las famosas Rondas Campesinas, que rescatan tradiciones de los pueblos originarios y están por todo el país.
Quién es Pedro Castillo, el candidato de izquierda y maestro de escuela que fue la sorpresa en las elecciones en Perú.
Se sabe que es partidario de la dictadura de izquierda de Venezuela.
Esperamos que los movimientos sociales puedan seguir avanzando hacia su autonomía y formas locales de autogobierno sin dejarse llevar por el caudillismo estatista del progresismo derrotado en los tres países que ayer tuvieron elecciones.
Con más del 70 por ciento de las mesas escrutadas en Perú, Pedro Castillo es el candidato que más seguro tiene un puesto en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se vivieron ayer y que hasta ahora aún está en proceso de conteo de votos, donde la disputa por un cupo en las papeleta del balotaje están entre Hernando de Soto y Keiko Fujimori.
Según los resultados oficiales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) de Perú, el candidato de extrema izquierda del bloque Perú Libre, Pedro Castillo, tiene hasta ahora un 16.577 por ciento de votos válidos.
Mientras que la pelea por un segundo puesto en la papeleta se vive intensamente. En las primeras horas, De Soto, de Avanza País, era quien estaba próximo a estar en el balotaje, pero ahora es Fujimori, de Fuerza Popular, quien registra 13.093 por ciento de los sufragios emitidos ayer por los ciudadanos peruanos, mientras que el primero mencionado está con 12.929 por ciento.
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El maestro Pedro Castillo obtuvo un 16,1% de los votos e irá al balotaje contra Hernando de Soto o Keiko Fujimori, que obtuvieron 11,9% de los sufragios.
La izquierda extrema y una derecha autoritaria o ultraliberal medirán fuerzas con gran probabilidad en la segunda vuelta de las elecciones peruanas, después de que las encuestas a boca de urna apunten a Pedro Castillo, Hernando de Soto y Keiko Fujimori como los candidatos con mayores opciones para llegar al balotaje.
Otro candidato, Yonhy Lescano, de centro izquierda, aún aparece dentro del margen de error de la encuesta, ubicado en el +/- 3%, pero parece complicado que pueda entrar en la segunda posición de la votación, que le daría el pase a la definición de la presidencia peruana que se realizará el próximo mes de junio.
Castillo, un maestro y líder de una facción radical del sindicato de profesores, es el candidato que, siempre según la encuesta y a falta del recuento de los votos, tiene más fácil acceder al balotaje, después de haber recibido el 16,1% de los votos.
Ese resultado coincide con las estimaciones de las encuestas que durante las últimas semanas habían detectado un ascenso meteórico y sorpresivo de este candidato, cuyas propuestas son de una izquierda dura en el campo económico, conservadoras en lo social y que exige un cambio radical en la Constitución entre otras cosas para que los jueces del Tribunal Constitucional sean elegidos “por el pueblo”.
Un peldaño más atrás, y en una aparente pugna voto por voto para saber quien llegará al balotaje se encuentran De Soto y Fujimori con un 11,9% de los sufragios.
Ambos son candidatos de derecha radical. De Soto, un economista de 79 años, propugna por una intervención casi nula del Estado en la economía y durante la campaña indicó incluso que dejaría que la campaña de vacunación contra la Covid-19 fuera dirigida tan solo por el sector privado.
Si finalmente pasa al balotaje, esta sería la tercera elección consecutiva en la que Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), dispute la presidencia.
La candidata postuló en esta ocasión con una propuesta de derechas autoritarias, reivindicando la presidencia de su padre, preso por violaciones a los derechos humanos y a quien ya dijo que piensa indultar si llega al Palacio de Gobierno, y apostando por aplicar “mano dura” para resolver los problemas de los peruanos.
Sobre Fujimori pesa una acusación por el delito de lavado de activos vinculada a la supuesta financiación ilegal de las campañas de su partido en 2011 y 2016 a cargo de la empresa brasileña Odebrecht, entre otras.
Reacciones
Desde su región natal andina de Cajamarca, Castillo reaccionó a esta encuesta con un llamado a la “calma y la tranquilidad del pueblo” y pidió controlar la “efervescencia” para ser respetuosos con los “datos oficiales” aún por conocer.
Castillo añadió que el resultado es “expresión del pueblo” que demuestra que los peruanos “se sienten identificados con una persona que nace del mismo pueblo”.
“Si los resultados se confirman, quiero agradecer enormemente a todos y cada uno de los maestros del Perú”, añadió el.
Fujimori se expresó también con alegría, confiada en pasar a la segunda ronda electoral, y pidiendo tranquilidad a sus seguidores.
En tanto, la votación al Congreso dejaría, tal y como estaba previsto, un Parlamento con hasta 11 grupos políticos distintos, con una votación de entre el 10,7% y el 5,4% de votos, liderados por Acción Popular, el partido de Yonhy Lescano el candidato que hasta hace pocos días era el gran favorito por llegar a la segunda ronda pero que parece haberse quedado en el camino.
Perú Libre, de Castillo, obtendría un resultado similar, seguido por el fujimorismo y la derecha radical de Renovación Popular.
En cualquier caso, la encuesta a pie de urna confirma que Perú tendrá un poder legislativo muy disperso, polarizado y que tendrá dificultades para coordinar muchas bancadas, ninguna de las cuales tendrá un gran peso en una cámara compuesta por 130 diputados. (EFE)
Infobae
Un candidato que hasta hace unas semanas no estaba en los pronósticos ni el mapa de los expertos fue la sorpresa en las elecciones presidenciales de este domingo en Perú. Se trata del político de izquierda Pedro Castillo, quien -según la encuesta a boca de urna y el conteo rápido de actas- lidera la votación en el país andino seguido del economista liberal Hernando de Soto y de Keiko Fujimori.
“Querido pueblo peruano, queridos compatriotas, queridos maestros del Perú, en primer lugar quisiera saludar a los pueblos más olvidados de mi patria, saludar a los hombres y mujeres que están en el ultimo rincón del país, saludar a quienes están allá en los rincones de la patria donde no hay presencia del Estado”, dijo Castillo en un breve discurso este domingo. “Hoy al pueblo peruano se le acaba de quitar la venda de los ojos”, agregó.
Castillo, un profesor sindicalista de 51 años, nació el 19 de septiembre de 1951 en la provincia de Chota, departamento de Cajamarca. Durante su adolescencia y juventud hizo parte de una organización campesina en el pueblo de Puña, de donde es oriundo. La Ronda campesina, como era conocida, surgió como respuesta a la falta de protección estatal y para que la población se pudiera proteger de los grupos terroristas como Sendero Luminoso y MRTA.
El político de izquierda estudió educación primaria en el en el Instituto Superior Pedagógico Octavio Matta Contreras de Cutervo. Desde 1995, trabaja como profesor de primaria en Puña. Además, tiene un magíster en Psicología Educativa por la Universidad César Vallejo.
Castillo lideró huelgas de educadores y tan solo en el 2005, cuando se convirtió miembro del Comité de Cajamarca del partido político Perú Posible (derecha), inició de lleno su carrera como político.
En 2017 se hizo conocido a nivel nacional con la huelga de maestros que duró varios meses por los reclamos salariales. Y es que Castillo lidera el gremio más grande del Perú, con casi medio millón de afiliados.
“Se ha dicho que solo los politólogos o lo que tiene grandes pergaminos pueden conducir un país, y han pasado décadas, lustros y miren cómo han dejado el país”, afirmó este domingo el candidato presidencial.
Castillo irá a la segunda vuelta electoral en junio próximo y falta por definirse, con los resultados oficiales en las próximas horas, el rival que lo enfrentará. El conteo rápido apunta a que sería Keiko Fujimori, por lo que el país volvería a dividirse en el mismo clivaje de las últimas décadas: fujimorismo contra antifujimorismo. Sin embargo, a diferencia del ballotage de 2016 (cuando se enfrentaron dos candidatos derechistas), esta vez también está en debate el modelo económico.
El ascenso vertiginoso del líder sindical es comparado con el que logró el entonces desconocido Alberto Fujimori en 1990, cuando venció en segunda vuelta al escritor liberal Mario Vargas Llosa prometiendo políticas de izquierda (que nunca aplicó, sino todo lo contrario). No obstante, Castillo sí ha tendio un recorrido político, aunque es igual de incógnita cuánto realmente aplicaría de su plan de gobierno en caso de triunfo.
Se espera que los rivales de Castillo le endilguen su afinidad con el régimen venezolano, en particular la que ha mostrado el líder del partido Perú Libre, el ex gobernador Vladimir Cerrón, quien fue el autor del plan de campaña y tiene una condena por corrupción.
También, los principales ataques girarán en torno a las alianzas que hizo como líder sindicalista, acercándose a grupos como Movadef (Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales), que pide la libertad de Abimael Guzmán, líder de la guerrilla Sendero Luminoso.
En las últimas semanas, afirmó que no aplicaría un impuesto a las grandes fortunas, ya que el meollo de su plan redistributivo está en la nacionalización del gas y la renegociación de contratos y tratados, así como en la obligación de que las multinacionales inviertan una parte de sus ganancias en el país. Y todo partiría a partir de la nueva Constitución que propone, a través de una Asamblea Constituyente.
Aunque Castillo se declara de izquierda, tiene posiciones conservadoras: está en contra del enfoque de género en el currículo escolar, se opone al aborto, el matrimonio igualitario y la eutanasia. De esta forma, le costará convencer a los votantes progresistas, pese a que suelen ser antifujimoristas.
El boca de urna muestra un enorme contraste entre Lima y las otras provincias: Castillo llegó al 45% en Ayacucho; 30,5% en Cusco; 50,6% en Huancavelica, 37,5% en Cajamarca, y 30% en Huánuco. En la capital, no figura entre los primeros cinco candidatos.
Tras conocer los primeros resultados, Castillo afirmó que la verdadera gran alianza en el ballotage la hará con el “pueblo peruano” y advirtió que no se someterá a las exigencias de otros partidos. También agradeció a los maestros y a los ronderos,”esos hombres que han estado en los puestos de votación en calidad de personeros cuidando los votos”.
El candidato presidencial también saludó a los niños, “a quienes más quiero y más amo, soy maestro y quiero que esos jóvenes no tengan mañana un futuro incierto”.
Más temprano, desde su región natal de Cajamarca, cuando aún los datos no concretos, Castillo hizo un llamado a la “calma y la tranquilidad del pueblo”, mientras que sus seguidores hicieron estallar fuegos artificiales y se pusieron a bailar en las calles en medio de gran algabaría.
“Pido calma, pido tranquilidad a mi pueblo” porque “es cierto que hay una efervescencia del pueblo, pero tenemos que ser respetuosos con los datos oficiales”, expresó en declaraciones a América Noticias.
Castillo añadió que esta “expresión del pueblo” demuestra que los peruanos “se sienten identificados con una persona que nace del mismo pueblo”.
“Si los resultados se confirman, quiero agradecer enormemente a todos y cada uno de los maestros del Perú”, concluyó el ahora favorito de las elecciones.
Si llega a ser elegido como presidente, Castillo promete modificar la Constitución del Perú y así poder llevar acabo una reforma económica en la que el Estado asuma un rol más protagónico en el mercado. Además, su propuesta también incluye nacionalizar empresas de sectores económicos como el minero, petrolero, hidroenergético, gasífero y de comunicaciones. Este plan de gobierno inquieta a algunos sectores de derecha y de centro en el país andino.
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Editorial de Lucha Indígena
Indígenas somos los pueblos arraigados a nuestros territorios, a nuestras lenguas, a nuestras culturas. Pero en nuestro andar, nosotras y nosotros mismos no nos llamamos así.
Nos nombramos Quechua, Wampis, Achuar, Aymara, Awajun, Kukama, Mapuche, Kuna, Wayuu, Nasa… somos, pues, tantos, somos tantas y tan diversas, que no alcanza para definirnos, ni bien ni suficientemente, este idioma que por la fuerza de querer hacernos escuchar, de tener a quien gritarle y reclamarle la muerte y el despojo que nos persigue, hemos aprendido. Si el lenguaje nos excluye de esta manera, ¿Qué representación política podría ofrecernos un proceso electoral?
¿Qué representación política podría ofrecernos un proceso electoral?
En el Perú, la historia y la lucha indígenas han sido silenciadas con violencia, pero este embuste sinvergüenza de “elegir” representantes está muy bien registrado. Hasta 1895 la elección de presidente y congresistas era indirecta, después se permitió al pueblo votar, pero sólo aquellos que supieran escribir y leer.
Eso significó la expulsión de los pueblos amazónicos y andinos de la política nacional. Sin contar que, los jurados electorales y las juntas escrutadoras se escogían de entre los mayores contribuyentes en cada departamento, o sea, los ricos, las élites locales.
¿Acaso no nos resuena esa exclusión para unos y absoluto privilegio para otros, hoy, 2021? ¿Ya sea para emitir un voto, conseguir una vacuna, acceder a la educación o tener siquiera el derecho de trabajar sin ser perseguido en medio de una pandemia de desigualdad e incertidumbre?
Recién en 1980 la alfabetización dejo de ser un requisito para elegir presidentes y congresistas. Desde entonces, vamos marcando con fe obediente (coaccionados, en realidad, por la multa y el castigo) por quien tiene una oportunidad, por quien ostente similitudes con nuestro abandono o estigma, por quien prometa no matarnos tanto ni tan rápido.
En lo concreto, los candidatos no representan a las organizaciones campesinas ni a los pueblos amazónicos. No estamos en sus pantallas ni parlantes. Los millones presupuestados no se nos reparte a pedido. Las deudas sí, las concesiones y amenazas sí. El miedo, cómo no, por montones. Como en una pesadilla de la historia, nos preguntan sin escucharnos, nos dejan elegir entre la masacre o la resignación. Por ley, y esto desde la colonia, se ve mal arrasarnos sin ultimátum.
Una cosa es segura. Las concesiones mineras avanzan a un ritmo de miles de hectáreas por mes; el sicariato empresarial, la represión estatal y las mesas de menosprecio se suceden sin pausa; la infraestructura para la deforestación, la contaminación, el saqueo se construye sin parar.
Otra cosa es segura. Los pueblos seguiremos tejiendo desde abajo nuestra resistencia, nuestras alternativas, nuestra identificación con el territorio que nos sostiene, con el agua que nos fructifica, con la lengua que nos abriga, con el acto comunal del día a día. Allí está nuestra esperanza y herramienta: la organización.
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Pedro Castillo Terrones, de 51 años y candidato de Perú Libre hizo una campaña austera con el sencillo símbolo electoral de un lápiz y pasaría a la segunda vuelta electoral con un/a candidato/a aún no definido.
Pedro Castillo logró notoriedad en medios de información en una clara intención de los grupos mediáticos por levantar su presencia y así restarle votos a la candidata favorita de la izquierda Verónika Mendoza.
Sin embargo, los resultados indican que el profesor –acusado de sostener posiciones de “extrema izquierda”– ha logrado empatía con sectores sociales que no se sienten representados políticamente.
Resultados oficiales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE):
Pedro Castillo Terrones, maestro en la localidad de Puña, en la región norandina de Cajamarca, se distinguió de otros candidatos por su sombrero de ala ancha, de uso tradicional entre los ronderos cajamarquinos.
Las rondas son una institución reconocida constitucionalmente como una forma autónoma y democrática de organización comunal que ejerce funciones jurisdiccionales en zonas donde la presencia del Estado es escasa.
Montado en una yegua, el profesor Castillo, como lo llaman sus seguidores, se hizo conocido en el Perú al liderar una huelga nacional de maestros que duró más de dos meses en 2017.
La protesta magisterial buscaba el aumento de remuneraciones, el pago de la deuda social, la derogatoria de la Ley de la Carrera Pública Magisterial y el incremento del presupuesto en el sector Educación.
La huelga fue convocada por el CONARE, un Comité Nacional de Reorientación opositor a la orientación reformista del partido Patria Roja en el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación (SUTEP).
El CONARE fue catalogado de “extrema izquierda” y “radical” aunque su composición es variopinta y expresa el sentir de diversas tendencias sociales y clasistas desengañadas del oportunismo de Patria Roja.
Medios respetables como el semanario “Hildebrandt en sus trece” señala en su última edición (534, del 9 de abril de 2021) que el CONARE es influenciado por activistas del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef).
El Movadef es conocido como brazo político y organismo de fachada de Abimael Guzmán Reynoso, cabecilla de la agrupación terrorista Sendero Luminoso. Cabe precisar, que el Movadef llamó a votar en blanco, nulo o viciado en las elecciones del 11 de abril.
Pedro Castillo niega toda vinculación o dependencia con el Movadef y se muestra limpio de antecedentes penales o judiciales en un país donde el “terruqueo” es una práctica usual para deslegitimar a líderes sociales.
Las rondas campesinas jugaron un papel importante en el combate a la nefasta influencia terrorista de Sendero Luminoso en las zonas rurales de Cajamarca durante el periodo de la violencia interna.
El candidato de Perú Libre, guarda –en todo caso– una mayor relación política con el médico Vladimir Cerrón Rojas, un ex gobernador de la región Junín, fundador del partido Perú Libre.