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Plusvalor Social Mundial

John Holloway :: 24.04.21

A través de la nivelación de la tasa de ganancia se teje el capital en general, el poder social del capital.
Esto tiene consecuencias políticas, porque la idea de cambiar el mundo a través del Estado se apoya en un concepto del capital como algo esencialmente estable, que se puede atar, de alguna manera, y con una definición territorial (capital mexicano, argentino, extranjero, etcétera).
La dependencia del capital respecto al trabajo se manifiesta no como antagonismo sino como contradicción. Es nuestra crítica la que desmitifica la contradicción como antagonismo.

Plusvalor Social Mundial

John Holloway

Comunizar

Intervención en la duodécima sesión del curso sobre El capital, de Karl Marx, realizada el 20 de abril de 2021.


 

Estos capítulos son difíciles de leer pero de una gran importancia conceptual y política.
Es una tríada de capítulos. El capítulo 8 presenta el problema de una manera formal: si las mercancías se venden a su valor, habría gran disparidad entre las tasas de ganancia de los diferentes capitales, pero la experiencia demuestra que no es así. ¡Hic Rhodus, hic salta!
El capítulo 9 ofrece una solución formal centrada en el concepto del precio de producción, equivalente al precio de costo + la tasa media de ganancia. Los precios de producción difieren de los valores, las ganancias ifieren del plusvalor, pero el total de los precios de producción es equivalente al total de valor, y el total de la ganancia es igual al total del plusvalor.
Lo descrito en el tomo I (el proceso de explotación) sigue vigente, pero el plusvalor se convierte en plusvalor social total y se divide entre los diferentes capitales a través de la competencia, según la magnitud de cada capital.
En el capítulo 10 examinamos este proceso en más detalle. Las más importantes son las últimas páginas -a partir de la página 246 (Marx, 2013)- cuando Marx demuestra que la nivelación de la tasa de ganancia se realiza en la medida en que no existan obstáculos al flujo del capital.

A través de la nivelación de la tasa de ganancia se teje el capital en general, el poder social del capital. En el tomo I vimos el capital en general como relación social (de abstracción y explotación), aquí vemos cómo este mismo capital en general se constituye a través de su flujo constante. Es común pensar en el capital como una multiplicidad de capitales que a veces se mueven y a veces se quedan fijos en un lugar. Así se habla de capital mexicano, capital estadounidense, capital narco, capital minero, capital financiero, como si existiera un capital estable que tiene la capacidad de moverse de un lugar a otro. Marx nos ofrece otro concepto: el capital está constituido por su movimiento constante. Fluye todo el tiempo en búsqueda de una tasa de ganancia mayor que la tasa general (así se establece la tasa general). Se va metamorfoseando de una forma funcional (tomo II) a otra, fluye de un país a otro. Las fronteras, estatales o de otro tipo, son simplemente barricadas que se manipulan en la competencia constante para obtener la ganancia más alta posible.
Esto tiene consecuencias políticas, porque la idea de cambiar el mundo a través del Estado se apoya en un concepto del capital como algo esencialmente estable, que se puede atar, de alguna manera, y con una definición territorial (capital mexicano, argentino, extranjero, etcétera).
Solamente sobre esta base se puede hablar, por ejemplo, de imponer un impuesto de 80% al capital como parte de un programa socialista. Si el capital se entiende como flujo, queda claro que, en un caso así, el capital fluiría hacia otro lugar. Es todo lo contrario: la existencia del capital como flujo constante impone a cualquier Estado la necesidad de crear las mejores condiciones posibles para atraer el flujo hacia su territorio.

Sigue la pregunta de siempre: ¿dónde está la clase trabajadora en todo este análisis?
Inevitablemente va desapareciendo de la vista, porque el desarrollo del capital es, al mismo tiempo, la marcha de la fetichización. La nivelación de la tasa de ganancia es otro paso importante en el distanciamiento de la “economía” de su base en la abstracción-y explotación del trabajo.
Se va perdiendo la conexión, no solamente para los capitalistas (que no la quieren ver) sino también para los trabajadores. ¿Se trata de otro paso en la composición de una clase trabadora integrada y en su personificación como accesorio del capital?
Al mismo tiempo, los trabajadores/hacedores estamos muy presentes como crítica y como contradicción. En el despliegue del proceso de fetichización que está en el centro de estos capítulos, Marx-crítico y nosotra/os-crítica/os estamos muy conscientes de que el distanciamiento de las apariencias respecto de su sustrato de abstracción/explotación no afecta para nada el hecho de que todo depende de la explotación del trabajo (y la conversión previa de la actividad humana en trabajo explotable). Todo depende, como dice Marx, del “sometimiento del obrero al modo de producción capitalista” (ibíd.: 248). La dependencia del capital respecto al trabajo se manifiesta no como antagonismo sino como contradicción. Es nuestra crítica la que desmitifica la contradicción como antagonismo. Los trabajadores/hacedores estamos muy presentes, por ejemplo, en las fluctuaciones de los mercados financieros, pero, normalmente, esta presencia no se manifiesta como antagonismo abierto. Es una fetichización real aún si decimos que la fetichización nunca es total.»

Fragmento del capítulo XIV del libro Una lectura antiidentitaria de El capital, de John Holloway (2018)

Vea y escuche la conferencia completa en http://comunizar.com.ar/plusvalor-social-mundial

 


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