Sábado 15 de mayo de 2021, p. 10
Aunque el proceso de militarización de la vida pública de México comenzó hace ya varios años, en el actual sexenio se ha intensificado aún más y ha quedado marcada en el andamiaje legal del país, de tal suerte que los gobiernos pasarán, pero la participación de las fuerzas armadas en diversas áreas va a permanecer
.
Así lo advirtieron organizaciones civiles y académicas durante un foro virtual organizado ayer por la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), las cuales subrayaron que la participación de los militares ya no sólo ocurre en temas de seguridad pública, también en el con-trol de aduanas y la administración de vacunas.
Santiago Aguirre, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, alertó que la militarización de México se originó hace varias décadas, pero que en el presente gobierno vemos una profundización preocupante de esa inercia, porque se presenta con especial intensidad y tiene una profundidad jurídica muy honda
.
El resultado, sostuvo, es que los gobiernos pasarán, pero el andamiaje legal que profundiza la participación de las Fuerzas Armadas va a permanecer
.
El problema, apuntó, es que ante la comisión de abusos, en la milicia sigue prevaleciendo un espíritu de cuerpo
que bloquea cualquier tipo de investigación y reparación integral, y que está presente incluso entre organismos civiles como la Fiscalía General de la República y la Comisión Nacional de los Dere-chos Humanos.
Estefanía Vela, directora de la organización feminista Intersecta, coincidió en que la militarización del país se ha intensificado
en la actual administración, como lo demuestra el hecho de que se le asignen cada vez más tareas al Ejército y la Marina, como el control de puertos y aduanas, la construcción de megaproyectos y la administración de vacunas anti-Covid.
Sam Storr, director del programa de seguridad ciudadana de la Universidad Iberoamericana, recordó que la Guardia Nacional creada en el actual gobierno, aunque formalmente tenga un control civil, en los hechos está formada, entrenada y dirigida por personal castrense.
La militarización, recalcó, implica asignarle a las Fuerzas Armadas tareas que no son su especialidad. Lo anterior forma estructuras paralelas a las civiles, pero más opacas, porque sólo le reportan al Presidente, y que tienen un poder transexenal, más allá de los gobiernos
en turno.