Se trata de un fallo histórico que puede repetirse en muchas partes contra diferentes empresas.
Este tipo de resoluciones viene en apoyo de la lucha principal que es la autoorganización comunitaria y la defensa de la madre tierra cerrando el paso al extractivismo.
Fallo histórico y triunfo sin paliativos del movimiento por el clima. Un tribunal de La Haya ha declarado culpable a la petrolera holandesa Royal Dutch Shell de la crisis climática. La sentencia obliga a la multinacional a reducir sus emisiones en un 45% en diez años y supone el establecimiento de una jurisprudencia que abre la puerta a toda una serie de juicios climáticos no solo en los Países Bajos, sino en todo el mundo.
El fallo no deja lugar a dudas respecto a la responsabilidad de la petrolera en lo que se refiere a la emergencia climática, en un proceso que ha sido impulsado por Mileudefensie (Amigos de la Tierra Países Bajos) junto a ActionAid, Both ENDS, Fossielvrij NL, Greenpeace Países Bajos, Jóvenes Amigos de la Tierra Países Bajos y Waddenvereniging. Además, contó con 17.379 coquerellantes.
“Shell es causante del cambio climático y debe poner fin de forma inmediata a su comportamiento destructivo”, señala el tribunal, lo que para Amigos de la Tierra es “un punto de inflexión en la historia”, al ser la primera vez que un tribunal obliga a una gran empresa contaminante a cumplir con el Acuerdo de París.
Donald Pols, director de Amigos de la Tierra Países Bajos ha afirmado que “esta es una victoria de dimensiones colosales para nuestro planeta y para nuestros hijos e hijas, es un hito inigualable para lograr un futuro habitable”.
El abogado de Amigos de la Tierra Países Bajos, Roger Cox, ha señalado que “esta sentencia tendrá consecuencias para otras grandes empresas contaminadoras”
Además, el veredicto destaca por su novedad en el hecho de considerar también a la petrolera responsable de las emisiones de sus clientes y proveedores, y de establecer que la actividad contra el clima es un atentado contra el derecho a la vida y el derecho a la vida familiar tranquila, ambos catalogados dentro de los derechos humanos.
El fallo impone, además, que la petrolera cumpla con la sentencia de inmediato al considerar que la política climática de la multinacional no es lo suficientemente concreta.
El proceso comenzó en abril de 2020, cuando las organizaciones ecologistas entregaron la citación judicial. El objetivo manifestado entonces era, precisamente, que la compañía reduzca su actividad emisora de gases de efecto invernadero un 45% para el año 2030, en línea con los compromisos globales para cumplir el Acuerdo de París con el fin de intentar no sobrepasar los 1,5ºC de calentamiento global sobre los niveles preindustriales.
Los demandantes no ocultan su intención de que este sea solo el principio de una larga lista de juicios climáticos. “La idea es empezar a crear casos, y ganarlos”, indicaba en noviembre Sara Shaw, coordinadora del programa de Justicia Climática de Amigos de la Tierra Internacional. “Shell está basada en los Países Bajos pero sus consecuencias se ven en todas partes. El juicio no se basa en buscar compensaciones locales ni responsabilidades por acciones pasadas, a diferencia con otros pleitos, sino que buscamos que Shell detenga las acciones sus acciones que contribuyen al cambio climático”.
Por su parte, el abogado de Amigos de la Tierra Países Bajos, Roger Cox, ha señalado este miércoles que “esta sentencia tendrá consecuencias para otras grandes empresas contaminadoras”.
La petrolera holandesa se encuentra entre las diez mayores responsables de la crisis climática global, con el 2% del total de emisiones históricas en su currículum, según los datos que manejan los demandantes.
Estos denuncian, además, que Royal Dutch Shell es consciente desde hace más de 30 años de las consecuencias de su acciones, pero a pesar de ello “ha continuado extrayendo petróleo y gas, e invirtiendo miles de millones de dólares en la búsqueda y desarrollo de nuevos combustibles fósiles contaminantes”. En los dos últimos años, la petrolera ha invertido entre 23.000 y 29.000 millones en energías fósiles, según la organización ecologista.
Sara Shaw ha señalado este miércoles, tras conocer el fallo, que esta es “una victoria arrolladora” para la justicia climática. “Ojalá esta sentencia de lugar a más litigios climáticos contra las grandes empresas causantes del cambio climático y las obligue a dejar de extraer y quemar combustibles fósiles. Esta victoria es de los pueblos del Sur Global que ya están sufriendo los impactos devastadores de la crisis climática y de la contaminación de Shell”.