Ante las multitudinarias protestas sostenidas por la ola de bloqueos carreteros mantenidos por comunidades campesinas e indígenas, al gobierno se le ocurrió que su única solución es aumentar la represión y ordenar la limpieza de las barricadas de bloques y cortes de rutas mediante el despliegue como una guerra del potencial militar del estado.
Lo mismo quisieron hacer en el estallido chileno pero la gente hizo retroceder las tropas.