“Créanme que nosotros sí les podemos decir que en las comunidades zapatistas la tasa de feminicidios es cero, la tasa de enfermedades por muertes curables de niños menores de cinco años es cero, nuestras campañas de vacunación son muy elementales pero son efectivas. Hace 25 años aquí un niño nacía y su horizonte de vida eran los cinco años; si sobrevivía al llegar a los cinco años, ya podía pensar en otras cosas, pero su porcentaje era mínimo. Ahorita no, ahorita están pensando en qué sigue después de la primaria, qué sigue después de la secundaria, qué sigue después de la preparatoria, y esa expectativa no existía antes. SupGaleano.
Vamos a mitad de la entrevista y debemos interrumpirla para cambiar las tarjetas de las cámaras con las que estamos filmando. El subcomandante Galeano aprovecha para juguetear. “En el sonido está Axel Muñoz, si dije alguna tontería va en su cuenta de él; en la cámara está Axel Pedraza, es otro Axel, es versión video. Está aquí el compa manejando la otra cámara que es Antonio Varela, está la compañera que está allá que se llama Ivonne y que no quiere decir su apellido, eso quiere decir que tiene delito… y bueno, lo que salga mal es responsabilidad de Diego Osorno, pero si sale bien es responsabilidad de la crew o sea de la tripulación que está aquí”.
Al retomar la conversación, el líder zapatista reflexiona sobre la situación actual de las comunidades rebeldes.
“Yo quiero pedirle a quien esté leyendo o viendo esto, un ejercicio mínimo de pensamiento crítico. Cada primero de enero llegan periodistas de varias partes, llegan a San Cristóbal, de ahí no pasan y dicen: ‘todo está igual, no cambió nada con el zapatismo’ y se van.
No es cierto, pero vamos a suponer que sí, que no ha cambiado nada en las comunidades zapatistas; sin embargo, hagan el ejercicio de comparar con lo que ha cambiado su vida en ciudades: la cuota de feminicidios, la cuota de trata de blancas —que no son tan blancas, la mayoría son centroamericanas o de comunidades indígenas—, la prostitución o el asesinato de infantes como el de la guardería ABC, el funcionamiento de la policía y el Ejército como coyotes de trata de blancas, que detienen a alguien y se lo venden al narco, como el caso de los 43 ausentes de Ayotzinapa y así…
“Créanme que nosotros sí les podemos decir que en las comunidades zapatistas la tasa de feminicidios es cero, la tasa de enfermedades por muertes curables de niños menores de cinco años es cero, nuestras campañas de vacunación son muy elementales pero son efectivas. Hace 25 años aquí un niño nacía y su horizonte de vida eran los cinco años; si sobrevivía al llegar a los cinco años, ya podía pensar en otras cosas, pero su porcentaje era mínimo. Ahorita no, ahorita están pensando en qué sigue después de la primaria, qué sigue después de la secundaria, qué sigue después de la preparatoria, y esa expectativa no existía antes.
Si ustedes van a una comunidad “partidista”, les decimos nosotros porque no importa de qué partido, es igual, siguen vendiendo a las mujeres… ninguna mujer zapatista ahorita, ninguna, y les puedes preguntar a ellas, puede ser violentada de ninguna forma, no solo que no sea obligada a casarse y venderse, incluso a tener relaciones sexuales si es contra su voluntad, ninguna zapatista…
“Bueno, no tenemos pantallas de plasma —bueno ya no hay plasma es LCD o de LED o no se como chingados se llama ese o 4K o 5K, ya no sé en cuál k vayan— no tenemos lavadoras inteligentes ni tontas tampoco, pero nuestra alimentación se estabilizó, las grandes fincas y tierras que habían sido desmontadas para potrero ahora tienen maíz, frijol, calabaza, o sea no hay hambre en nuestros pueblos o en nuestros compañeros; a lo mejor la casa sigue siendo de madera y el techo sigue siendo de lámina pero hay otra expectativa de vida, hay otro horizonte que es el que nosotros vimos que cambiamos y por eso nosotros nos hicimos a un lado”.
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El subcomandante Galeano relata que fue desde 2010 cuando el subcomandante Marcos decidió hacerse a un lado para dar paso a la llegada del mayor Moisés como subcomandante.
“El subcomandante insurgente Marcos decide en 2010 que tiene que morir, aunque estaba esperando cuando convenía, y es cuando ya el subcomandante Moisés pasa a ser subcomandante ya desde ese 2010, aunque no se hacía público. En ese momento es que se dice que aquí ya pasó otra cosa y tienen que ser los mismos indígenas los que se dirijan. Yo puedo seguir haciendo bulla como que soy, pero ya aquí ya no tengo nada que hacer más que obedecer y aprender”.
Después de esta revelación, el subcomandante se remite a un cuento de Elías Contreras, personaje detectivesco célebre de sus comunicados. “Ahí, Elías Contreras dice que nosotros nos alzamos por la muerte, porque no nos tomaban en cuenta ni siquiera para morir; o sea te morías y ¿tú quién eres? Ni siquiera naciste, no hay un acta de nacimiento y ahora vamos a poner un acta de defunción y si te morías de diarrea como un animal, además un animal abandonado, pues, porque hasta hay animales que más o menos se busca que tengan una muerte digna, pues nosotros estamos luchando el primero de enero del 94 por morirnos con dignidad, y resulta que la lucha cambió la lucha, es por la vida; entonces todo lo que está pasando al interior del EZLN, esta conversión o aparente conversión en una organización civil, es por esta lucha por la vida. Las armas ahí están ahí, las tenemos, pero ahorita las comunidades dicen: ‘lo que queremos es avanzar en nuestro proyecto’”.
—¿Y está resultando?
—Las comunidades ven que está resultando porque mejora la salud y mejora la educación. Hace 25 años, que una mujer indígena asistiera a la escuela era imposible, ahorita las oyes hablar y hablan mejor español que yo; la mayoría de ellas son por lo menos bilingües o trilingües, hay quiénes son políglotas, manejan cinco lenguas, hablan español, chol, tzotzil, tzeltal y tojolabal. ¿Qué ocurre en un cerebro que es capaz de hacer todo eso? Pues imagino que se desarrolla más o puede aprender otras cosas.
Hay en los jóvenes un interés muy grande por la música, el rap, los celulares, pero también por la ciencia y el arte. La mayoría de los que vieron estos días en el Comparte, tienen como su edad promedio 20 o 21 años; quiere decir que son hombres y mujeres jóvenes, que nacieron ya con la resistencia, no con el alzamiento, o sea en los últimos 20 años les tocaron las patrullas militares, las agresiones de los paramilitares, las calumnias, la persecución del gobierno con programas sociales, las divisiones en las comunidades, los asesinatos como el de Galeano, y son los que están ahí y siguen optando por la vida. Entonces si me piden ustedes una definición de 1994, es el año más largo del EZLN, empieza cuando menos dos años antes y termina dos años después y parte de la desesperación, que es la que nos lleva al primero de enero de 1994 a la posibilidad de construirnos una vida nuestra, lo que nosotros decimos nuestra libertad. _
(CONTINUARÁ…)
Diego Enrique Osorno