Semblanza de un activista ambiental
Frank Bracho, se considera un ser humano en busca de realización, sin títulos ni diplomas o currículos; considera que su lucha y activismo ambiental viene desde el nacimiento, desde el vientre de su madre; considerando que el gran problema actual de la humanidad ha sido romper el cordón umbilical con la naturaleza, la madre naturaleza; rompimos con lo que nosotros mismos somos, con nuestra esencia. Así que considera que el activismo ambiental es más un reencuentro con esa propia esencia que tenemos de unión con la naturaleza. De allí que incursiona en la búsqueda de la salud natural, la integración ser humano-naturaleza, buscando las formas más virginales de esa naturaleza. En el año 2000 participó en una actividad en las selvas de la Sierra de Imataca, en la que procuró establecer una ecoaldea, participando un año en esta experiencia que considera ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de su vida. También se ha dedicado a la poesía, considerando que este es el lenguaje de la naturaleza, publicando un Poemario Ecológico para El Hatillo.
Problemas ambientales del municipio El Hatillo
Desde el 2011 vive en El Hatillo, trasladándose de la ciudad a esa naturaleza virginal que tanto buscan, tratando de vivir un estilo de vida más sano y alejado del ajetreo de Caracas; pero encontrándose con un municipio con muchos problemas ambientales al ser apéndice de Caracas, siendo alivio inmobiliario de la ciudad. Entre esos problemas identificó en primer lugar, el botadero de escombros de la ciudad que se realiza en las áreas más naturales y apartadas del municipio. La depredación de cuencas de quebradas, de montañas ante la voraz expansión inmobiliaria, a expensas de la naturaleza, en cabeceras de agua; zonas protegidas y declaradas patrimonio municipal y legalmente protegidas.
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Considera que previo a la organización social, primero debe haber un cambio de conciencia individual, marcada por ese encuentro con la naturaleza, encarnando uno mismo el cambio y el cuido a la naturaleza; sólo así se construirá una acción social, una cadena con eslabones sólidos, para defender la naturaleza y el municipio. Considera que el municipio El Hatillo posee una organización social y vecinal muy activa, para proteger el municipio y su identidad verde; con mucha calificación, jubilados, expertos; que además “cuentan con una marcada creencia en su corazón” para defender el municipio. Nos comenta que actualmente en Los Naranjos hay una crisis de agua muy grave, mientras se van conectando cientos de hogares a un alimentador, ya colapsado. Considera que más que ver esto hay que poner detalle en todo el sistema de acueductos de Caracas, sus embalses, su sanidad y el ciclo hidrológico, desquiciado en la actualidad, que los hace posible. Nos informa que El Hatillo tiene 20 microcuencas de agua, pero todas carecen de un plan de sustentabilidad; viendo al municipio en función de la expansión urbana, pero no en la protección de esas cuencas hidrográficas vitales para los habitantes del municipio.
El ecosistema hatillano, el de montaña nublada tropical, está caracterizado como uno de los más diversos, así lo enfatiza Frank Bracho, haciendo conexión de este ecosistema con los parques nacionales Henry Pittier, Waraira Repano, Guatopo y parte de las montañas andinas; el cual por estar en altura, pero con condiciones selváticas y lluviosas permite una gran profusión de diversidad de formas de vida. Comenta que la mayoría de estos ecosistemas están en grave peligro, por la expansión urbana, las talas y la cacería.
Denuncia y Lucha por el Cerro El Volcán o Tucusiapon
Sobre el problema del cerro El Volcán, llamado en lengua indígena Tucusiapon, nos señala que más que un cerro es una fuente de manantiales muy valioso, el cual está en grave riesgo, tanto por la construcción, el levantamiento de antenas y las carreras de bicicrós que se vienen realizando, mientras van despejando la capa vegetal. El 16 de junio, se realizaron varias denuncias por las redes sociales, con videos que mostraban a personas contratadas para talar y abrir caminos y ensancha las picas, construyendo rampas, con el fin de satisfacer los requerimientos del grupo de ciclistas que vienen ocupando áreas protegidas y parques para su entretenimiento particular. Así el propio Frank Bracho alertó sobre las similitudes entre estas acciones y las del Ávila, pero como también a nivel nacional son comparables, en menor escala claro está, con las del Arco Minero del Orinoco, la minería de carbón en la Guajira y otras muestras de depredación.
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Nos declara que envió una nota a la Directora del «Instituto de Protección del Ambiente del Hatillo» –IAGA con el siguiente texto:
“Inmediatamente después de la tan positiva y esperanzadora actividad de la siembra del pasado sábado, al subir la cara norte del cerro El Volcán donde estábamos, hacia su empinada cima (como una hora y media de caminata); a través de senderos que estaban muy frecuentados por grandes y pequeños excursionistas deleitados por la belleza del lugar !…Nos tocó sin embargo toparnos con una deplorable faceta del Sitio: el aparentemente estar tomado desde hace tiempo por apabullantes y muy poco conscientes -a juzgar por nuestros intentos de diálogo con algunos de ellos- grupos de ciclistas de montaña (bicicross) bajando a tropel por los mismos senderos desde arriba !!…Con frecuencia naturalmente a muy alta velocidad, en forma competitiva desaforada; con amenaza constante a los excursionistas (algunos de éstos incluso nos reportaron de que ha habido ya arrollamientos en el sitio!!); con rampas artificiales construidas para dichos ciclistas en los senderos para potenciar saltos; horadando inevitablemente aún más los suelos del cerro y bosques, con el respectivo aumento de la erosión potenciada en tiempo de lluvias y destrucción ulterior de la floresta !! En suma toda una locura !! (Incluso nos reportaron que hasta motos en similares actividades (motocross) se han visto también antes en el lugar, y en tiempos recientes también algunos asaltos/secuestros)”.
“¿Quien dijo que hacer «deportes» es inmisericordemente destruir la Madre Naturaleza de Todos?” dice Frank Bracho, cuando habla de la urgente necesidad de educar en materia ambiental, pero también sobre las herramientas jurídicas que tenemos los ciudadanos a la mano para enfrentar a estos depredadores. Así anunció igualmente y denunció en redes la actividad a celebrarse este 25 de junio, patrocinada por empresas vinculadas a Enduro Series, entre esas Pedal Power, en el cerro El Volcán, algo como el desquite por la suspensión de la carrera en el Ávila. Y ante esto, contraproponen, convocan una actividad para el día 24 de junio, el feriado del Bicentenario de la Batalla de Carabobo, aquel hecho de armas que selló la Independencia, para realizar una jornada de siembras en la montaña.
Las actividades de reforestación llevan bastante tiempo, el propio Frank nos recuerda que en 2014 hubo una gran jornada de siembra de árboles, la cual sin embargo ha quedado desatendida por las autoridades municipales; así como otra realizada este mismo 2021.
Así se mantiene la situación actual de El Volcán y de El Hatillo, un sin número de problemas hoy enfrentados en la emblemática montaña de disfrute para los vecinos hatillanos y baruteños; donde la comunidad se niega a perder su montaña y verla volverse un desierto de arena y concreto, en contra de empresarios inescrupulosos, que se esconden bajo la fachada del deporte y amparados por un Gobierno depredador y extractivista, ante la indolencia e inacción de las autoridades municipales; queda es la organización vecinal, la persistencia, insistencia, la fuerza, valentía y por supuesto la formación y la toma de conciencia.